MAURO MAMANI MACEDO:
“LA LITERATURA NOS HACE
ENRABIAR, PERO TAMBIÉN NOS INUNDA DE TERNURAS”
Fernando Chuquipiunta
Machaca
M |
auro
Mamani Macedo es Doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana. Profesor de
pre y posgrado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Docente de la Universidad San Ignacio de Loyola.
Profesor Visitante de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la
Universidad Federal de Minas Gerais, Belo Horizonte. Ha dictado conferencias
internacionales en Colombia, Chile y México.
Es
director de Contextos. Revista crítica de literatura. Es miembro del Comité
Científico Internacional José Revueltas de Filosofía y Literatura, Universidad
Guanajuato; Investigador externo y miembro activo del Seminario de
investigación permanente de la Universidad Nacional Autónoma de México y del
Instituto de Investigaciones Humanísticas de la UNMSM. Es Premio COPÉ DE ORO.
Premio internacional de ensayo 2010. Premio al Mérito Científico 2013 otorgado
por Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
¿Cómo fueron sus
comienzos en la literatura?
Desde la
casa vino el impulso de mi madre aymara y mi padre quechua. Ellos siempre nos
estimularon a la lectura, por ese camino fuimos descubriendo la literatura,
primero a través de los periódicos y luego en los libros. En este segundo tramo
fue mi hermano Porfirio quien orientó mucho la lectura, siempre estaba leyendo,
trayendo libros a casa y armando una modesta biblioteca que queríamos mucho.
Después en el colegio nuestros maestros nos incentivaban a ir a las bibliotecas
de la ciudad y lo hacíamos, allí descubrí el mundo de los libros: la Biblioteca
Municipal.
¿Cómo puede definir
la investigación de las culturas andinas?
Como un
grato modo de vida, que implica una enorme responsabilidad y cariño, por
ejemplo, siempre volver a nuestras raíces, a nuestros pueblos, encontrar el
saber en la voz de nuestros abuelos, alentar su memoria y buscar en la nuestra
lo vivido, pronunciar y escuchar nuestras palabras quechuas o aymaras, sentir
su densidad. Viajar a nuestros pueblos, visitar sus bibliotecas, revisar sus
archivos, escuchar, sentir, escribir y compartir con el mundo. En nuestras
investigaciones nos surge una tremenda y conmovedora ternura al ver el enorme
saber de nuestros pueblos, de nuestros hermanos mayores cómo hacía para
escribir con tanta calidad estética y ética, cómo hacían para publicar en
condiciones tal difíciles. Ello a veces desespera porque está olvidado o nublado
por embrollos verbales. Por esta razón conectamos palabra, texto y tierra y lo
hacemos vibrar intensamente en nuestras cabezas y corazones, y avanzamos. Hacer
investigación desde el corazón en nuestras culturas es conocer y recordar sus
tejidos, la manera de construir las casas, de cocinar, de sembrar, de curarse,
de defenderse la tierra, la madre tierra; volver y encontrar que todo eso está
vivo a pesar de las oleadas “modernas” justifican el camino respetuoso por el
conocimiento andino, porque es un deber darle continuidad a nuestros saberes
andinos. Investigar sobre nuestras culturas es una oportunidad de reciprocar lo
que nos dieron nuestras comunidades. Con ellos buscamos agradecer, también.
¿Cómo surgió la idea
de participar en el Concurso Internacional de Ensayo que convoca PETROPERÚ?
Fue
gracias el impulso de mi esposa, estaba avanzando en mi tesis sobre Gamaliel
Churata, mientras descansaba leía la poesía de Arguedas. En una oportunidad le
comenté a mi esposa que estaba pensado en publicar una selección de artículos
sobre Arguedas o reeditar el libro de mi hermano Porfirio. Y mi esposa me dijo,
por qué no escribes sobre Arguedas, revisé todo lo que tenía y empecé a
escribir con paciencia, luego vino la convocatoria. Participa en este concurso,
me dijo, en ese momento recordé el alto significado del Premio COPE. Desde muy
jóvenes admirábamos a los ganadores y siempre buscábamos leer sus textos.
Entonces decidí, alentando por el recuerdo, por el Tayta Arguedas, por mi
Yolita, seguí escribiendo afiebrado y con ternura sobre la poesía de Arguedas.
Amigo, fue ella a quien le surgió la idea de que participará en este concurso,
ella me acompañó a entregar las copias, recibir los resultados y la felicidad
de los amigos. Por eso oriento los aplausos hacia ella.
¿Cuál fue
exactamente el objetivo del I Congreso Internacional de Literaturas y Culturas
Andinas?
Este
primer congreso estuvo destinado a conmemorar los 50 años de eternidad de
Arguedas y Churata. Pero fundamentalmente para dialogar con su lectores más
concretos, porque todos tenemos siempre algo que decir, por ello decidimos
viajar por las tierras donde nacieron y desarrollaron su obra (Puno, Arequipa,
Lima, Abancay y Andahuaylas), sabemos que faltan ciudades, pero hacemos el
esfuerzo por establecer diálogos. Camina el Congreso, un congreso migrante como
Arguedas y Churata, y en este camino siempre son claves los amigos, quienes
suman esfuerzos para encontrarnos.
¿Si tuvieras que
elegir un escritor puneño con el que charlar un rato, a quién elegiría?
Con
Gamaliel Churata indudablemente, aunque nació en Arequipa, pero él decía que
uno es de donde el alma enraíza y su vida creció en el Altiplano. Escuchar su
palabra, recibir su magisterio telúrico.
¿Existe algún ensayo
conocido que le hubiera gustado componer?
“Periodismo
y barbarie” de Gamaliel Churata, donde hace un recorrido por la memoria de lo
que fue Gesta Bárbara, ese potente grupo cultural boliviano, pero también
formula una revisión de lo que ocurre con el periodismo boliviano muchos años
después.
Alguna anécdota curiosa que haya ocurrido en su trayectoria literaria
Una
mañana en Puno, en la feria había visto a un joven que compraba periódicos
viejos y los colocaba en una bolsa grande, de esas en que se llevan las
verduras. Por la tarde le pedí a José Luis Velásquez que me llevará a conocer a
Henry Esteba y su biblioteca, siempre había escuchado hablar de ella. Cuando
llegamos ese joven que compraba periódicos era Henry, esa fue una primera
emoción y la segunda ver su biblioteca, por todos lados había libros, revistas,
periódicos, era realmente un mundo. Vaya mi abrazo andino para ellos y para
todos mis hermanos de Puno que siempre me recibieron con generoso corazón
andino.
¿Cómo nota la
producción poética puneña contemporánea?
Creo que
debe enmarcarse dentro del campo literario y editorial. Observamos una
actividad ferviente que va desde las ferias de libros, las editoriales
estatales como la editorial de la Universidad Nacional del Altiplano, pero
también otras editoriales privadas que editan libros de gran calidad que
difunde a nivel nacional e internacional. Dentro de la producción literaria
vemos la publicación de libros de poesía, narrativa y ensayo de autores ya
conocidos, pero también de autores jóvenes que renuevan temas y técnicas en la
producción. Puno siempre ha tenido una tradición poética
deslumbrantes, solo para recordar dos poetas: Carlos Oquendo de Amat y
Alejandro Peralta, estas corrientes poéticas no se han interrumpido prueba de
ello tenemos a los ganadores del premio COPÉ como Boris Espezúa Salmón, Leoncio
Luque Ccota, Darwin Bedoya Bautista, este último vive muchos años en estas
tierras. También los reconocimientos intencionales de Alfredo Herrera Flores
con sus libros Causa Naturales. Y así podemos sumar varios otros nombres que no
han recibido premios, pero su poesía tiene igual calidad estética.
¿Qué le diría a la
gente que se quiere dedicar a la literatura?
Que la
literatura es un universo realmente fascinante y complejo, encontramos grandes
emociones que permiten orientar a los pueblos, pero también guían nuestros
corazones. Leyendo literatura conocemos, comprendemos y valoramos la estatura
de nuestros pueblos y sus hombres que hacen historia. La literatura teje
historia, vida, sociedad, y cultura. Nos hace enrabiar, pero también nos inunda
de ternuras. <>
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