RUMI MAKI:
LA REBELIÓN DEL MILITAR QUE SOÑÓ CON INSTAURAR EL TAHUANTINSUYO
Escribe:
Gunther Félix
TIEMPO26.COM 26 AGOSTO, 2017
Refresquemos la memoria: ya pasaron más de
cien años desde que se llevó a cabo una de las insurrecciones indígenas más
importantes y a la vez enigmáticas de la zona andina del Perú, pero apenas un
puñado de nosotros lo recuerda. El gran Rumi Maqui o Mano de Piedra sigue
siendo una leyenda para algunos, mientras que para otros fue uno de los
personajes que condujo a toda una rebelión campesina a temblarle la tierra al
gamonalismo andino, un sistema que durante la República (XIX y XX) se
sustentaba en la explotación de los campesinos ubicados dentro y fuera de las
haciendas.
Quién lo diría, aquel militar desconocido
para nosotros, pero bien codeado con grandes líderes de su época resultaría, a
partir de él, una serie de inspiración para dar pie a los levantamientos
posteriores que continuaron con sus ideales.
Ese cachaco nunca desapareció. Para empezar
a invocarlo, aclaramos que uno los momentos críticos de agitación andina que se
presentaron fue en Puno (1915): hablamos del famoso milenarismo de Rumi Maqui.
¿Quién era este breñero que acompañaba siempre al general Cáceres durante la
resistencia nacional? Nada menos que el mayor Teodomino Gutiérrez Cuevas (1854
– 1936), cuyo nombre de batalla era Mano de Piedra, pero traducido al quechua.
Como dijimos, este militar se codeaba de
bueno contactos, por eso, no fue extraño que asumiera el cargo de subprefecto
de Chucuito en 1903. Desde entonces, moldea su posición como pro-indígena,
haciendo la vida imposible al sistema corrupto de la República. Una de sus
mayores hazañas fue prohibir los trabajos gratuitos en su jurisdicción hasta
ser retirado de sus funciones, tras recibir críticas de los terratenientes y,
como no, de los gamonales.
Es con estas primeras reformas que el
militar comienza a llamar el interés de algunos intelectuales como el de Manuel
Gonzáles Prada, que lo considera como un héroe popular en 1905 en El Indio, una
revista indigenista dirigida por el ilustre Santiago Giraldo Sueldo. ¡Qué
personajes!
Al ser acusado de extremista, Gutiérrez es
destituido y removido de su cargo a la ciudad de Huancayo (1906-1907). Sin
embargo, ese cambio de ciudad no fue impedimento para que continúe con su labor
anticorrupción. Era todo un reformista, pero no fue el único que tuvo esas
convicciones.
Al igual que el mayor, el escritor y
periodista Guillermo Billinghurst tampoco simpatizaba con la aristocracia ni
con los gamonales. Así que decide enviar a Gutiérrez a una misión secreta:
investigar los sucesos de Samán. Días antes, escucharon que alrededor de dos
mil campesinos trataron de tomar el pueblo de Samán (Azángaro, Puno) en contra
de los abusos del gamonal Mariano Abarca, sin embargo, la lucha fracasó y
cientos de indígenas murieron.
La exhausta investigación resulta todo un
éxito y al poco tiempo, tras recoger varios testimonios de 400 indígenas en
Samán, Gutiérrez regresa a la capital para publicar un informe en el periódico
La Crónica.
En esas páginas denuncia públicamente al
gamonalismo como el principal problema indígena. Al poco tiempo, Óscar R.
Benavides derroca a Billinghurst y, en consecuencia, deportan al héroe de los
indígenas a Chile.
¿Ahí acabado todo? No, refugiado en Chile
(1914) vuelve más tarde a Puno y se instala en medio de los campesinos,
iniciando una agitada campaña. Pero apenas los hacendados se enteran de su
presencia, lo acusan de presentarse como el “Mesías de agitar a la “indiada” y
de provocar un enfrentamiento racial”. Es de esta manera, que fue llamado Rumi
Maqui o Mano de Piedra. Así, dio inicio a una rebelión de indígenas en Huancané
y Azángaro (1915). Pero en esta guerra la cantidad de soldados no fue
suficiente, a diferencia de los pobladores, los empleados de las haciendas
contaban con modernas armas y uno a uno fueron cayendo los luchadores sociales.
Otro grupo de cientos de indígenas escapó
al igual que Rumi Maqui, quién se refugió en una vieja fortaleza prehispánica
en el cerro de Inampo. Tras varios días de resistencia, los insurrectos son,
finalmente, masacrados y Gutiérrez apresado.
En mayo de 1916, se le acusa de traidor a
la patria por querer establecer un Estado independiente y por querer regresar a
los tiempos del Tahuantinsuyo, así como atentar contra la propiedad privada.
Pese al apoyo de defensores del Congreso y a varios artículos que le
respaldaron como los periódicos El Siglo, El Comercio y El Deber Pro-Indígena,
Rumi Maqui fue condenado. ¿Murió en la cárcel? Al parecer no, los diarios de
esa época (enero de 1917) anunciaban que un militar de apellido Gutiérrez había
escapado misteriosamente de la cárcel de Arequipa y cuyo paradero era
desconocido, convirtiéndose así en una leyenda hasta hoy.
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