DE ZAMPOÑAS Y GUITARRAS
Por: Elias Ortiz P.
Revista
de la Asociación CULTURAL llave 12DIC01
“Albas”, quién no ha escuchado
esta palabra o no ha estado inmerso en su eufórico encanto. Es la mezcla de la
voz telúrica de las zampoñas y el esfuerzo rudo de pulmones ansiosos, cuyos
resultados no son sólo la algarabía matutina sino la vivencia dulcemente frenética
de las tradiciones de nuestros pueblos, que existirán por siempre en las
eternas madrugadas.
Despertando similares
sentimientos, pero con armonías musicales más sutiles y profundamente
sentimentales, están también las canciones arrancadas de delicados instrumentos
de cuerda, que en conjunto forman las Estudiantinas o Centros Musicales,
agrupaciones que con voluntariosa predisposición nos brindan momentos de
alegría.
Entre estas dos formas de expresión musical se solaza el
ilaveño, por lo que se hace necesario señalar, por ejm., que la zampoñada es
ancestral, cultivada en el campo como en la ciudad y hasta donde recordamos y
conocemos, cada barrio de nuestro llave tenía su conjunto representante para
las lides alberas; recordamos al conjunto “29 de setiembre” del barrio San
Miguel liderados por los hermanos Butrón, Maquera, entre otros, que con
hermosos sicuris engalanaban el cielo bohemio de las fiestas. A este
tradicional grupo le hacía frente el conjunto formado por trabajadores del volante
llamados “Motorizada” conducidos por los Plácido, “ruso”, Guzmán, etc., quienes en hermosos contrapuntos de sicuris mañaneros provocaban
el entusiasmo de los circundantes que danzaban frenéticos. Posteriormente
irrumpió en escena un conjunto juvenil cuyas zampoñas retaron a los
experimentados, eran liderados por los hermanos Sánchez Torres y tomando el
nombre de “Melodías”. Indudablemente existen otros grupos más, pero los
mencionados son los que destacan en el medio ambiente artístico.
Para orgullo del ilaveño,
estos tres conjuntos grabaron sus vivencias musicales en sendas producciones
fonográficas, primero fue el “29 de setiembre” luego la “Motorizada” y no
podía ser menos el ahora “Centro Cultural Melodías de llave” por su juventud y
pasión, materializó hasta el momento tres producciones exitosas al margen de
hacer pasear su capacidad interpretativa en concursos departamentales con
triunfos ya conocidos.
Centro Musical Ilave 1998 |
En lo referente a guitarras y mandolinas, la historia musical de llave se mece entre las furtivas serenatas, actuaciones de gala y las licenciosas fiestas carnavalescas. Todos, músicos, instrumentos y sentimientos en armoniosa simbiosis, reflejan siempre el alma pura del ilaveño, al margen de los avatares del tiempo y las circunstancias. Allí está el mérito de estos conjuntos que son parte de la fisonomía de nuestros pueblos, son voceros del cantar nuestro.
llave felizmente contó
desde 1962 con el “Centro Musical llave” institución orgánica formada por
destacados músicos como Graciano Rubín de Celis, Oswaldo Aquilar, Humberto
Ramos entre otros, agrupación que a través de los años crearon y cultivaron
hermosas marineras y huaynos, en su mayoría inspiración del primero de los
mencionados. Aunque pasaron mucho tiempo entre la distraída bohemia y la meta
de grabar un disco, de pronto aparece en el medio artístico la “Estudiantina
llave” liderada por los hermanos Monroy Quenta, quienes sin mayores aspavientos
graban el primer disco de larga duración, con canciones que reflejaban las
auténticas vivencias y costumbres del poblador ilaveño. Acicate venturoso para
el Centro Musical llave, que le siguió con la grabación de su primer disco que
además le sirvió como punto de partida para la constante superación
interpretativa del conjunto hasta 1984 en que obtuvieron el Primer Puesto en el
concurso departamental de estudiantinas.
Ya con la intervención de
músicos jóvenes, que introdujeron nuevos códigos en la ejecución musical, el
Centro Musical llave se alzó representativo en Puno, reconocido por su estilo
propio y calidad de instrumentación, demostrado en los primeros puestos
logrados en sendos concursos departamentales y provinciales, que a su vez le
permitieron realizar dos grabaciones musicales más y con el éxito esperado.
En estas circunstancias se hace imprescindible
mencionar el talento musical del profesor Augusto Sánchez T., cuya capacidad en
la dirección musical fue muy importante, como también es insoslayable la labor
desprendida y sacrificada de Dn. Miguel Mendizábal y del profesor Julio Alfredo
Pallara, motores que impulsaron los proyectos institucionales en y con el
consenso del pueblo de llave, secundados firmemente por músicos de trayectoria.
Somos también conocedores
de las actividades musicales de la “Estudiantina Magisterial'’, grupo que poco
apoco viene demostrando calidades innatas y académicas a través de sus músicos,
que estamos seguros que darán mucho que decir y tal vez emulen con creces a los
conjuntos ya existentes.
Es cierto que en este
comentario sobre “Zamponas y Guitarras”, no hemos mencionado muchos nombres,
pues, no es mezquindad ni olvido, es el espacio de la Revista que nos presiona
por una síntesis, por lo que pedimos mil disculpas.
Finalmente, cercados por
la nostalgia de no soplar una zampona o pulsar una guitarra ilaveñas, queremos
recordar que algún poeta dijo “La poesía es la música del alma”, nosotros nos
atrevemos a parodiarlo afirmando que “la música es la poesía del corazón”,
porque allí justamente nacen los sentimientos, allí la tristeza, allí la
alegría, por tanto ¡que siga la música!. <>
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