domingo, 13 de diciembre de 2020

SITUACION SOCIOPOLITICA EN EL PERU DE HOY

 AGUA: PELIGRO ESPECULATIVO

Escribe: Milcíades Ruiz

Ha llegado la noticia de que el agua se negocia en bolsa de valores de Wall Street, como sucede con el maíz, café, oro, cobre y otros commodities, dado que su precio se está elevando y será cada vez más escasa con el cambio climático. Sin agua no hay agricultura ni alimentos, pero en California la demanda de agua ha duplicado su precio. Para muchos, la noticia les resbala por el momento, pero Jaime Llosa en su reciente libro “La Pequeña Agricultura en el Perú”, nos advierte sobre los peligros en nuestras cuencas y territorio nacional.

A la bolsa acuden los especuladores a comprar acciones en las empresas más lucrativas y hacer contratos de abastecimiento de productos a futuro antes de que suban de precio y así obtener altas ganancias. Pero el agua no es producto humano, sino un recurso natural de consumo directo que discurre libremente. Es de todos y de nadie. Entonces, ¿Cómo es que se cotiza en bolsa como producto con dueño? El capitalismo no tiene escrúpulos, solo ve rentabilidad sin reparar en el daño social. La inversión privada se está adueñando de las cuencas hidrográficas.

¿Es que este bien social, queda sujeto a la oferta y demanda como cualquier mercancía? ¿Por qué hacer contratos a futuro con el agua? ¿Es que su precio será por lucro especulativo, posición de dominio, monopolio, acaparamiento y demás vicios del mercado libre? ¿Por qué privatizar el agua? Porque el estado no cuenta con la eficiencia que solo la tiene la empresa privada nos dirán los neoliberales. De hecho, ya existen empresas en los países desarrollados que tienen concesiones de cuencas completas.

¿Se imaginan al valle Cañete, la cuenca del Titicaca o del Urubamba, entregadas a una empresa concesionaria como se hace con Machu Picchu, nuestros puertos, aeropuertos y otros negocios a 30, o más años? Peor aún, si el agua que consumimos se cotiza en bolsa, como producto transable, el futuro de la población es incierto. ¿Permitiremos eso en nuestro país? Ahora que tanto se habla de refundar la república, ¿no es esto, un asunto constitucional?

La globalización y el cambio climático nos están obligando a cambiar hasta nuestra moral y no advertimos los peligros, hasta que ya es tarde para reaccionar. Las condiciones de vida en el planeta se vienen deteriorando incesantemente y pese a las advertencias no hay reversión. La ecología planetaria está se está erosionando de manera sistémica afectando el aire, suelo, subsuelo y el agua que es la sustancia de la vida misma.

Los niveles de contaminación van en aumento y ningún rincón de la tierra está libre de ella, esparcida por la rotación planetaria y los grandes vientos encontrados. Vivimos dentro de una cápsula planetaria y el calentamiento global por efecto de gases de efecto invernadero derrite los glaciales que surten las lagunas de nuestra cordillera donde nacen las fuentes de agua superficial. La ecología es sistémica y lo que deteriora una de sus partes, afecta a la totalidad.

Consecuentemente, el deterioro climático trastorna muchos ciclos de vida terrestre desajustando la vida natural y la fisiología del sistema de vida humana, en todos los aspectos. La pandemia genocida es solo uno de los tantos resultados de este desbarajuste planetario, al que le seguirán otros desastres de mayor magnitud, sino le ponemos freno al deterioro generalizado.

La pureza del agua es fundamental para la conservación de la salud y de la vida, pero el aire, la está contaminando desde sus orígenes en la atmósfera y glaciales. Con agua contaminada se producen los alimentos. Por ejemplo, el cadmio es un metal pesado que daña riñones, esqueleto y pulmones. Está en el aire y la lluvia la lleva al suelo y ríos infectando organismos acuáticos, pero también las plantas lo absorben como el caso del cacao, base de los chocolates. También se le encuentra en cereales, tubérculos y otros sembríos.

Pero este, es solo un caso entre muchísimas vías de contaminación y deterioro ambiental. ¿La escasez de agua, será pronto un grave problema para el Perú? Esto es lo que nos advierte el experto en cambio climático, Jaime Llosa Larrabure, en el libro indicado. Transcribo algunos párrafos:

“El Cambio Climático Global es un fenómeno de orden natural pero acrecentado, en forma notable, por el hombre. Dicho cambio se expresa en el aumento progresivo y acelerado de la temperatura media del planeta y en su pluviometría. Esto tiene consecuencias sociales y económicas de diversa índole y naturaleza que afectan la vida en sus diferentes expresiones dando lugar a amplios fenómenos en su mayoría negativos de orden tanto biológico como socio económico.”

(…)

A. Fenómeno: aumento de la temperatura media

a1. Expresión: Pérdida de glaciares.

Efectos:

-- Pérdida acelerada de las importantes reservas de agua contenidas en los glaciares, afectándose la provisión de agua en tiempo de estiaje para los cursos de agua, los manantiales y los humedales (bofedales).

-- Disminución del efecto Albedo (se refiere a la reflexión de la luz solar).

-- Los ríos costeros de régimen regular, que vierten sus aguas a la Vertiente del Pacífico, perderán, en el corto plazo, su condición de tales.

Consecuencias:

-- Reducción de la superficie cubierta por bofedales, lo que produce en el corto plazo, en época de estiaje, sobrepastoreo de los pastizales (mayor carga animal, en una menor superficie de pasturas) y en el largo plazo, que los pecuaristas, en mayor número, miembros de Comunidades Campesinas, deban reducir sus hatos ganaderos, afectado con ello, sus ingresos, como el contar con el estiércol para abonar sus cultivos.

- Disminución del volumen de agua en los ríos y manantiales, afectando su disponibilidad para el consumo humano y animal, así como para los cultivos irrigados.

- Los valles costeros irrigados con aguas de ríos de régimen regular se ven obligados a replantear sus cédulas de cultivo, remplazándolos por aquellos menos exigentes en agua.

- Se afecta el turismo paisajista y el de aventura.

a2. Expresión: Elevación de piso altitudinal de los cultivos en la Sierra.

a3. Expresión: Se han generado nuevos espacios para la aparición y/o mayor proliferación de vectores portadores de enfermedades trasmisibles (insectos), así como de ambientes propicios para la mayor incidencia de enfermedades fungosas:

También nos advierte sobre la alteración del patrón de lluvias en periodicidad como en intensidad, heladas y friajes en forma inopinada, y el incremento de la evaporación, con las siguientes consecuencias:

Ø Según el grado de alteración de las lluvias puede ocurrir que: (i) se deje de sembrar; (ii) se siembre y se pierde la cosecha; o bien, (iii) se coseche bastante menos de lo usual. Con ello se verá afectada la seguridad y suficiencia alimentaria, así como la agrobiodiversidad (ocurrirá una erosión genética). Según los especialistas, la pequeña producción agrícola es responsable del 70% de los productos alimenticios que forman parte de la Canasta Nacional de Consumo Familiar (Cámara de Comercio de Lima, 2017).

Ø Que se incrementen los conflictos por el agua.

Ø Que aumente la migración definitiva.

Ø Que se incrementen los índices de pobreza, de desnutrición de morbilidad y mortalidad infantil.

Ø Que se incremente notablemente, la erosión de suelos de los Andes Centrales en su vertiente Oriental. Habiéndose estimado la apreciable cifra de 1,300 millones de toneladas por año, la

Ø producción sedimentaria de la Cadena Andina (IRD, 2014).

Ø Que haya un aumento de la evaporación del agua en cursos de agua, lagos y lagunas y suelos, obligando a mayor frecuencia entre riego y riego.

Prosigue el análisis exhaustivo con la pequeña producción agropecuaria en las actuales condiciones de desarrollo capitalista, aportando una serie de propuestas técnicas para una nueva ruralidad. Pero lo mostrado, nos plantea retos en las nuevas condiciones de vida planetaria, la preservación de la agricultura para la seguridad alimentaria y la biodiversidad.

El asunto es que, lo que pase con la agricultura nos afecta directamente a todos, aunque no tengamos consciencia de ello. Si ella pierde sus bondades, las consecuencias las sufriremos todos. Mucho dependerá de las decisiones políticas que se adopten y de la lucha de la población por salvarse de tales amenazas. Si no queremos que nuestra descendencia sea víctima del despiadado sistema que le pone precio al agua y al aire que respiramos, tendremos que cerrar ahora mismo, el camino a la fagocitosis capitalista. Dejar hacer y, dejar pasar, ha sido nuestro error histórico. ¿Hasta cuándo?

Diciembre 12/2020

 

MULTITUDES EN CALLES Y CARRETERAS:

UNA MIRADA DIALÉCTICA

Por Jorge Rendón Vásquez

Las multitudes en las calles de Lima y otras ciudades, que echaron abajo al gobierno de Merino (Acción Popular y sus iguales), protestaban contra la expulsión del presidente de la República Martín Vizcarra, perpetrada por parlamentarios que tuvieron el descaro de hablar en nombre de la moral.

Comenzaron siendo muy pocos, y, al terminar esa semana de noviembre, eran cientos de miles.

¿Qué motivaba, realmente, a esos ciudadanos, en su mayor parte jóvenes?

El repudio a la corrupción que, para ellos, se reflejaba en ese momento en los rostros de los parlamentarios que votaron por la vacancia de la presidencia, como si hubieran sido gotas de aguas servidas. Fue el episodio que siguió al referéndum de 2018 modificatorio de la Constitución y a la aprobación de la disolución del Congreso de la República en 2019, expresada en las encuestas.

Las raíces de esta indignación surgían del rechazo al modus operandi del poder empresarial que promovía la corrupción, financiando a los partidos políticos tradicionales y de aventureros para encaramarlos en los poderes del Estado. Era, por lo tanto, una expresión de la condena a la burguesía propietaria de los medios de producción y a la pequeña burguesía agrupada en esos partidos políticos, repudio cimentado, muy claramente para algunos y difusamente para otros, en los preceptos de la moral y en la noción de la democracia como un sistema de gobierno de ciudadanos iguales ante la ley y organizados como Estado de derecho. En el fondo fue una manifestación de la lucha de clases.

Dos semanas después, los trabajadores agrícolas comenzaron a salir a las carreteras, exigiendo la derogatoria de la ley que les había confiscado una parte de sus derechos sociales y alargado la jornada de trabajo hasta retrotraerla al siglo XIX. Eran trabajadores en su mayor parte jóvenes, niños aun cuando se dio esa ley. Fue una expresión ya más directa de la lucha de clases que abandonaba la mimetización tras los conceptos políticos de las protestas contra la vacancia.

Para limpiar sus rostros, los parlamentarios que habían votado por la vacancia, derogaron esa ley, quedando los trabajadores agrícolas sujetos al régimen laboral común. En más de veinte años de vigencia de esa ley, los propietarios de los fundos agrícolas que los habían comprado a los antiguos beneficiarios de la reforma agraria, se enriquecieron acumulando el valor no pagado por el trabajo de aquellos obreros y además las reducciones impositivas.

Luego vinieron las manifestaciones de los colectiveros interprovinciales a los que se les niega el acceso al mercado del servicio de transporte en beneficio de las compañías de autobuses y aéreas; se añadió el sordo rumor de los empleados públicos del inconstitucional régimen CAS y la presencia en los cerros de campesinos y trabajadores mineros disconformes con el tratamiento que les dan las empresas mineras. Fue como si las compuertas de la protesta social se hubieran abierto, dejando correr los huaycos laborales en las vías públicas.

Como la lucha de clases no es unilateral, el poder empresarial y sus delegados en el Estado contratacaron disponiendo que la policía disolviera por la fuerza las manifestaciones urbanas contra la vacancia y luego las de las carreteras, con el resultado de tres jóvenes abatidos y numerosos heridos. Esta medida fue complementada con una investigación por el ministerio del Interior, la policía y la fiscalía para determinar quiénes fueron los promotores de las manifestaciones y someterlos a la justicia.


Se extendió la represión a los militantes del Movadef para crear la impresión de que este grupo minoritario estaba tras las manifestaciones populares. Correlativamente, por ciertos medios de prensa y el runrún echado a correr se insistió en la idea de que cualquier manifestación de protesta social o política tiene origen “terruco”, epíteto que les viene muy bien como “cuco” para tratar de atemorizar a incautos. No tuvieron ningún reparo en calificar con este epíteto a parlamentarios opuestos a la vacancia que son total y evidentemente ajenos al Movadef. Los artífices de estos infundios no cayeron en la cuenta, para nada, de que con ellos relievaban indebidamente a ese movimiento que, verosímilmente, nada tuvo que ver con las protestas en las calles y carreteras.

Tratando de salvar de su naufragio lo que fuera, los grupos parlamentarios de los partidos tradicionales y aventureros comenzaron a aprobar ciertas leyes con las que, entendieron, daban satisfacción a los trabajadores en las calles, incluyendo una inconstitucional ley sobre la devolución de aportes al Sistema Nacional de Pensiones a los trabajadores que no alcanzasen los veinte años de aportación, sin ningún estudio legal ni matemático actuarial del asunto y sin fijarse que la situación de estos trabajadores estaba ya considerada en el Decreto Ley 19990 que les atribuía pensiones equivalentes a sus aportes, y que el gobierno de Fujimori suprimió en 1992.

Ante el embate de las multitudes y el desprestigio de los grupos políticos tradicionales y aventureros, el poder empresarial parece haberse replegado a una posición de espera, observando cuáles grupos políticos en decadencia que lo servían, o los nuevos, podrían recibir su cooperación económica e influencia y tener alguna posibilidad en las próximas elecciones.

Por el lado de la contraparte, dividida en una multitud de grupos sin ideología ni programas, el panorama es de un pesimismo irredimible.

Como no es posible que la mayor parte de la ciudadanía alcance una conciencia política más lúcida e informada, erradicando la alienación a la que se la ha sometido y, ante la inexistencia de partidos con ideologías de cambio, es posible que diriman los grupos de aventureros que ya se pavonean como el arma secreta del poder empresarial.

Por lo tanto, lo que salga de las elecciones de abril habrá de continuar la presente situación con un Poder Ejecutivo desprovisto de respaldo político, un Poder Legislativo conformado por representantes que ignoran la normativa del Estado de Derecho y las necesidades del país y de las clases sociales explotadas y un Poder Judicial burocratizado, lerdo y exento de toda responsabilidad por la emisión de sus decisiones contra la ley.

En el plano estructural, la economía capitalista seguirá su desarrollo, como ahora, ganando más con la astenia ideológica y organizativa de las clases trabajadoras.

Manuel Prado, un astuto político de la oligarquía financiera, dos veces presidente del Perú, decía: “En el Perú, los problemas no se resuelven nunca o se resuelven solos”, lo que podría leerse como que la antítesis está todavía lejos de disputarle el protagonismo a la tesis.

(13/12/2020)

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