LECTURAS
INTERESANTES Nº 765
LIMA
PERU 30 JUNIO
2017
QUE DIFICIL ES AMARTE
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” N° 354
30JUN17 p. 12
Los encerraban con candado y los obligaban a
orinar en envases y a no defecar. Les abrían el contenedor media hora para que
comieran algo que debían comprar con sus propios centavos. Su trabajo, de diez
horas continuas, consistía en borrar con una lija la marca china de los
fluorescentes y poner un cintillo que decía "Philips".
Es el Perú que reinventó Fujimori. Es el mundo de
los emprendedores elogiados por la gran prensa. Es el país donde no hay ley que
no pueda ser burlada ni canalla que no pueda encumbrarse ni autoridad que no
pueda ser seducida por la corrupción ni juez que no esté bajo sospecha.
-¡Qué horror! -dicen los que fingen recién
enterarse.
Como si no supieran que en el Perú el sueldo
mínimo es de hambre y que en la mayoría de las empresas medianas y pequeñas ni
siquiera pagan ese salario. Como si no supieran que para el grueso de los
peruanos el trabajo es una maldita condena que roza la esclavitud. Como si no
supieran que la informalidad abarca al 70% de nuestra PEA y que el Estado se
hace el de la vista gorda reduciendo aún más sus funciones fiscalizadoras.
Dos pobres muchachos esclavizados han muerto en
Las Malvinas. Qué bien que nos indignemos. Pero ¿qué hay de los peruanos que
mueren por falta de medicamentos en el sistema público de salud? ¿Y del 46% de
niños anémicos y, por tanto, propensos a enfermarse? ¿Y de los que venden
caramelos en los semáforos y, según el INEI, ya no son ni desempleados ni
pobres? ¿Y de los que siguen sin agua potable ni desagüe en sus casas? ¿Y de
los 200,000 jóvenes que buscan trabajo inútilmente cada año?
Nos sentimos en la gloria imaginaria de un país
"de ingresos medios camino al desarrollo" -huachafería dixit- y, de
pronto, una embarrar por encargo de los Crousillat al presidente Valentín
Paniagua, sale a defender, sintomáticamente, al contralor tiznado.
Y encima debo leer al director de "Perú21",
que escribe cosas como esta: "Esperemos que las fiestas venideras llenen
de patriotismo a todos los sectores políticos y nos demuestren que estamos
equivocados, nos inyecten de (sic) optimismo y veamos al país avanzando en el
corto plazo".
Qué difícil es ser peruano y no morir
(axiológicamente) en el intento. Qué difícil es amar al Perú. Qué difícil es no
despreciar su vanidad idiota, el salvajismo de sus hábitos sociales, su poco
respeto por el prójimo, su carencia de ciudadanía. Qué difícil es amarte, país
nuestro. Pero se te ama. Y esa es la fuente de todas las neurosis. ▒
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Notas como
la que sigue, que aparecen semanalmente en el
semanario,
algunos de cuyos artículos nos permitimos
reproducir,
son escritas con
Animus jocandi o “iocandi”, que es una locución latina
que
significa en español "ánimo de broma",
"con
intención jocosa", con ánimo o intención de jugar, de bromear.
En
derecho, Animus jocandi es un principio de Jurisprudencia que
significa
que lo que ha sido dicho o escrito en broma,
no debe
ser considerado del mismo modo que si hubiera
sido
afirmado en serio.
Así
sucedió -con gran escándalo- en el caso de unas caricaturas de
Mahoma que
publicó un diario danés en 2005, donde se lo representa
con una
bomba en la cabeza a modo de turbante.
Entre nosotros el caricaturista Carlin ha sido objeto
de acciones judiciales que , por fortuna, no prosperaron por aplicarse
el principio antes citado
Los
peruanos hemos inventado una denominación más directa y
mucho menos
teórica para referirnos esta laya de escritos:
“el estilo cachaciento”.
(Guillermo Vásquez Cuentas)
EN DEFENSA DE CASTAÑEDA LOSSIO
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de Asociaciones por el Trabajo y la Armonía social. RATAS
Publicado en “HILDEBRANDT EN SUS TRECE”
N° 350, 30JUN17 p. 14
El caviaraje quiere tumbarse al alcalde que más ha hecho por
Lima. Así son ellos, los dueños de la verdad, los policías de la corrección
política, los custodios del orden tal como lo entiende, por ejemplo, este
semanario.
¿Y por qué quieren desaparecer del mapa a Luis Castañeda
Lossio, el líder de Solidaridad Nacional? Dicen que es porque él sería el
responsable de lo sucedido en Las Malvinas.
Pero eso no es cierto.
Si hay un responsable de la tragedia de Las Malvinas, ese es
el Estado regulador y todopoderoso que acrecienta la informalidad, que obliga a
muchos a no estar dentro de la ley, que con la multitud de requisitos que
impone empuja a los emprendedores a situarse en un limbo legal que les permite
apenas subsistir.
El analista social Pedro José Zavala ha escrito estas sabias
palabras en "Correo", el diario de la familia Agois-Miró Quesada:
Carlin 24jun17
|
Nadie ha descrito mejor el panorama que hoy pretende negarse
a partir de una hipócrita indignación.
¿Es que acaso no sabemos que el reglamentarismo y la
tramitología son viejos males?
¿Es que acaso no sabíamos que el 70% de nuestra economía
está sumergida en la informalidad?
¿Es que recién nos enteramos que el Ministerio de Trabajo
tiene sólo 500 inspectores laborales, siendo que 400 de ellos están dedicados a
Lima y sólo 100 a provincias?
Todo proceso de crecimiento y desarrollo trae consigo una
serie de aparentes injusticias que, sin embargo, resultan imprescindibles en la
etapa de la primaria expansión capitalista. ¿No fueron duras las condiciones de
los trabajadores textiles de Inglaterra en el siglo XIX? ¿No fueron severísimas
las condición es trabajo de los obrero industriales de los Estados Unidos a
comienzos del siglo XX? ¿No fue acaso la esclavitud negra un elemento básico en
el desarrollo agrícola del sur estadounidense y de muchos de los países que las
grandes potencias colonizaron en el África?
Todos lamentamos las muertes ocurridas. Pero lo que no
podemos aceptar es que se diga ahora que los propietarios de esas empresas
informales son poco menos que criminales destinados a pasar largos años en la
cárcel. ¿Qué crimen cometieron, aparte de aquel de dar empleo a quienes más lo
necesitaban?
Y menos podemos permitir que el caviaraje intente asesinar
moralmente a Castañeda Lossio atribuyéndole casi el papel de pirómano en todo
este asunto. Ya ha explicado Castañeda Lossio que las autoridades municipales
cumplieron con amonestar, primero, y clausurar, después, dos de los pisos donde
funcionaban las galerías comerciales siniestradas. Ni siquiera sabemos a estas
alturas si fueron en aquellos pisos sujetos a clausura donde empezó el fuego.
Lo cierto es que algunos trabajadores, en su afán de seguir ganándose el pan,
incumplieron el mandato municipal y continuaron en el trabajo de reetiquetar
los fluorescentes importados de China. Nadie podía prever que podría desatarse
la tragedia que el destino tejió y produjo. ¿De eso es responsable el alcalde
de Lima? ¿Hasta dónele quieren llegar los amantes del escarnio y la
exageración? ¿Qué querían que hiciera Castañeda? ¿Que llamara al Ejército y
fulminara a quienes defendían su puesto de trabajo desacatando una clausura de
ámbito administrativo mas no penal?
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