LECTURAS
INTERESANTES Nº 757
LIMA
PERU 5 MAYO
2017
ASQUEADO
César
Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT
EN SUS TRECE” N° 346, 5MAY17 p. 12
S
|
i Lourdes Alcorta fuera la
expresión de la democracia, yo elegiría una dictadura camboyana como fórmula de
gobierno.
Si Óscar López Meneses fuera
la voz del análisis político y no el bramido de la zoocracia fujimorista, yo
haría todo lo posible por volver a mudarme de país.
Si Alan García fuera la
encarnación de la decencia indignada, yo dejaría el periodismo y me dedicaría a
alguna ciencia oculta. Yo conozco a este sujeto y sé que se hizo rico en el
poder y sé que mandó matar a gente rendida y sé que ha convertido al Apra en la
acequia que es ahora. Yo sé quién es Alan García y conozco de su poder entre
jueces y fiscales, pero eso no me impide decirle que él es parte importante de
las sobras de la partidocracia.
La palabra clave es
decadencia. La política peruana, por donde se la mire, está en ruinas.
Y es hora de pensar
seriamente en ello si no queremos que venga otro Fujimori a vendernos el
paraíso de las yucas precoces y el empleo veloz.
Los partidos políticos
tendrían que volver a ser escuelas y para eso tendrían que volver a sus fuentes
doctrinarias, convenientemente revisadas a partir de los grandes cambios
tecnológicos de estas últimas décadas. Partidos verdes con nuevas ideas de
alcance planetario: eso es lo que necesitamos.
Los ladrones impunes tendrían
que ser expulsados de la política (y el próximo congreso del Apra es una buena
oportunidad para apostar por la
Lourdes Alcorta y Alan García. Dos caras de lo mismo: Fracaso de la partidocracia |
refundación).
Y los empresarios privados deberían
estar prohibidos de financiar a los políticos.
Todo eso debería implicar un
retorno al mundo de las ideas. ¿Hace cuánto tiempo que no vemos un debate
ideológico en el escenario? La derecha ha establecido la verdad inmóvil y ha
decretado el fin de las discusiones. Allá los idiotas que acatan eso.
Es muy divertido leer cuánto
se indigna la derecha ante los sucesos de Madre Mía y el sucio proceso judicial
que fue su consecuencia. Si hay algo que a la derecha jamás le ha interesado es
precisamente el respeto a los derechos humanos. Todos recordamos su
indiferencia ante Los Cabitos, su desprecio procaz por las fosas comunes, sus
aplausos a las ejecuciones extrajudiciales. Todos sabemos que la derecha fue
aprista de alma podrida ante lo ocurrido en El Frontón y fujimorista de maletín
lleno de dólares frente al Grupo Colina y sus mentores. Si Humala hubiese sido un
Odría más pronunciado, ¿se habrían interesado por el asunto Madre Mía?
Escucho a la Alcorta gritonear
al ministro del Interior y al apenas alfabeto Becerril hacer lo mismo y me
pregunto: ¿A esto hemos llegado? ¿Este es el Congreso del Perú en el siglo XXI?
No es que el Perú no avance: es que va marcha atrás, es que involuciona, es que
organiza sus detritus y los convierte en acción, es que ama la deshonra. Es
como si los hermanos Gutiérrez hubiesen triunfado, como si Esparza Zañartu
fuese rector de San Marcos, como si Tatán presidiese el poder judicial. Como si
Alberto Fujimori volviese a gobernar para beneplácito de los Chlimper y la
Confiep. Y sí, estoy asqueado. ¡Como muchos de ustedes!
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