AMANTANÍ
la perla turística del Titicaca
Escribe: Liubomir Fernández, en LA REPUBLICA.
La isla de Amantaní, uno
de los destinos más visitados del Titicaca, dio un salto importante en el
turismo vivencial. Sus pobladores crearon mejores condiciones para recibir a
los turistas de todas partes del mundo.
Hace cinco años este
pueblo decidió uniformizar las casas del pueblo de color melón, empedrar
los caminos, y estandarizar servicios sin la necesidad de cambiar sus formas
ancestrales de vida. En la isla no hay policías ni perros, porque
no existen robos ni peleas entre los campesinos. Predomina el patriarcado y el
respeto hacia las mujeres.
Los isleños reciben a los
turistas para compartir sus formas de vida. Su actividad diaria es la
agricultura y crianza de animales menores. Pocos se dedican a la pesca. Su
mayor ingreso proviene del turismo.
Los isleños
acondicionaron sus casas para ofrecerle una apacible estadía además de
desayuno, almuerzo, cena, pero a base de productos andinos.
Amantaní, es un destino de turismo vivencial
en el lago Titicaca. La isla de Amantaní, uno de los
destinos más visitados del Titicaca, dio un salto importante en el
turismo vivencial.
Los isleños hicieron mejoras para
recibir en mejores condiciones a turistas para compartir sus
formas ancestrales y naturales de sus vidas. Los isleños reciben a los
turistas para compartir sus formas de vida. Su actividad diaria es la
agricultura y crianza de animales menores.
La isla ofrece paisajes y vistas que permiten transportarse hacia otros
mundos. Se llega después de cuatro horas de viaje por el Titicaca.
Sus pobladores crearon
mejores condiciones para recibir a los turistas de todas partes del
mundo. Les ofrecen casas y además alimentación a base de productos orgánicos.
Hace cinco años este
pueblo decidió uniformizar las casas del pueblo de color melón, empedrar los
caminos, y estandarizar servicios sin la necesidad de cambiar sus formas
ancestrales de vida.
“Nosotros no vamos a
cambiar nuestra forma de vida, pero es importante adecuarnos a los nuevos
tiempos”, precisó Bautista Mamani, del sector Pueblo.
Los isleños reciben a los
turistas para compartir sus formas de vida. Su actividad diaria es la
agricultura y crianza de animales menores. Pocos se dedican a la pesca. Su
mayor ingreso proviene del turismo.
En la isla no hay
policías ni perros, porque no existen robos ni peleas entre los campesinos.
Predomina el patriarcado y el respeto hacia las mujeres. “Si bien los varones
dirigen la familia, no podemos golpear a la mujer porque en nuestra cultura la
pareja tiene un papel fundamental. Predomina el respeto”, asegura Bautista.
Son diez comunidades que
integran Amantaní y sus más de cinco mil pobladores solo se alumbran en
la noche con paneles solares. “Acá podemos caminar toda la noche sin
problemas. Nuestra vida es acorde a la naturaleza. Acá nadie roba y a los
turistas se les respeta. Amantaní es un santuario natural y por eso
tratamos de vivir de forma natural”, precisó Juana Mamani, otra pobladora
de la zona.
Ubicada a cuatro horas de
viaje en bote desde el puerto de Puno, la isla está rodeada de
espectaculares paisajes que contrastan con el azul de lago Titicaca. El
lugar se ha convertido en destino de turistas en su mayoría franceses por ser
un lugar tranquilo.
Los isleños
acondicionaron sus casas para ofrecerle una apacible estadía además de
desayuno, almuerzo, cena, pero a base de productos andinos.
Isleños protegen su
cultura
Los isleños autoprotegen
su cultura comunal y societaria. Se ayudan y se protegen entre ellos. La
mayoría no mira televisión. Creen que les afecta ofreciéndoles modos
occidentales de vida. Sostienen que los medios de comunicación han desintegrado
a la sociedad.
Están convencidos que
el excesivo consumo de tecnología vuelve al hombre muy individual y malo,
porque busca sobrevivir explotando a otros. En la isla se practica el ayni.
Este método supone ayudarse entre ellos, cuando más lo necesitan.
El favor se devuelve,
cuando el otro requiere ayuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario