Jesús Santisteban Ávila
Tomado de Facebook
Sentados en una banca de la plaza de armas de Puno y muy
cerca al puesto de salteñas podemos recordar la amistad de algunos de mis
compañeros de estudios primarios. No ha sido fácil agregarlos al recuadro que
intentamos ofrecer. Para identificar tanta vida cumplida será necesaria la
participación de personas mayores pertenecientes a aquella época, lejana sí
pero rutilante cuando observamos en silencio el paso del tiempo.
Los primeros en acudir a la fotografía mental: aquellos
cuyos nombres hemos olvidado. El gordito Pinazo Flores y el flaco Simoni; los
hermanos Negrón y el hermano menor de Tomás Mendoza; Ríos fondista y atleta así
como Curazi atento servidor en Correos; el sapito Velásquez artífice y
caretero, loro Gómez sus películas y figuritas.
Se llegaba al primer peldaño de estudios en la Escuelita
Fiscal 883 después de un experiencia preliminar denominada kinder o
preparatoria. Estamos en 1940 y en nuestra localidad no existe la alternativa
de colegios particulares. El Centro 881 dirigido por el doctor José Antonio
Encinas Franco con profesores como Gustavo Rubina Burgos y los hermanos
Castillo. Luego el colegio 882 de niñas en la calle Cajamarca y finalmente el
nuestro, vecino de la calle de Los Puentes y del asfaltado donde los hermanos
Araujo cumplían sus competencias de patines.
Ubicados en carpetas bipersonales recordamos a Raúl
Zevallos, César Arévalo y Rufino Quilca Zirena. Presentes los pliegos de papel
marquilla para obtener doblados en aula. Más allá cuadernos de caligrafía y
textos de lectura distribuidos por el Ministerio de Educación.
Qué será del chino Marcelino Tovar, de César Sotomayor Pérez
y Humberto Núñez Murillo; de Rubén Ponce Alvarez y de Alejandro Ortega
Reyes. Dónde estará Raúl Sánchez Tresierra, Julio Bedoya Velasco, Edmundo
Eduardo Zapata, Alfredo Ayestas Vargas y Miguel Arenas Medina.
Los cuadernos con mejor caligrafía pertenecían a Julio
Guerra Gutiérrez y Javier Fuentes Arias; especialista en mapas y alto relieves
Antonio Toledo Vargas; los mejores trabajos manuales Juan Hinojosa Villanueva;
dueño de la única pelota de futbol número 5 Alfonso Pineda Herrera; siempre
inquietos y presentes en el futbol Jorge Bujanda Vigil y Jorge Chávez
Rodríguez; trabajadores en Vapores del Lago Sebastián Chaiña y Víctor Andrés
Aparicio Enríquez; docentes Víctor Castillo Cordero, Carlos Santander García y
Wilfredo Guevara Ortega; las composiciones más estimuladas presentadas por
Carlos Salas Salas.
No escapan a este recuerdo ni Rómulo Cusicanqui Peñaranda ni
Indalecio Cano; mucho menos Edgar Torres La Jara y Carlos Castro; Cristóbal
Terroba Sosa y José Tapia Aza. Una flor en el retablo de Laykakota en
memoria de Angel Mamani Mamani, Jorge Herrera, Ricardo Saavedra y Manuel
Villasante Apaza.
Gracias a ustedes hemos encontrado otra vertiente de
agradecer y honrar la labor de nuestros Profesores, el calor de nuestra escuela
y la alegría de vivir de nuestros compañeros. Lo que somos ahora también es el
resultado de mucho esfuerzo, dedicación y empeño. Y de eso se trata. Reciban
nuestra evocación enviada con afecto.
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