EL LITIO Y EL URANIO EN LA REGION PUNO
EL CAMBALACHE DE LAS
TRANSNACIONALES MINERAS
Revista
REPORTE N°128, Puno noviembre 2023
“El subdesarrollo
latinoamericano es una consecuencia del desarrollo ajeno, somos pobres porque
es rico el suelo que pisamos y que los lugares privilegiados por la naturaleza
han sido malditos por la historia”
Eduardo
Galeano
L |
a prensa continental especializada en minería
anunciaba durante el primer semestre del 2018 el descubrimiento de dos
importantes yacimientos de Litio en América Latina, uno en México y otro en las
alturas del altiplano puneño y ambos reclamaban para si la condición de ser los
más importantes yacimientos de Litio con las mayores reservas en el continente.
Estas esperanzadoras noticias como es normal convocaron la opinión de los
mayores expertos en comercio mundial y geopolítica y develaron también los
estragos de las políticas mineras emprendidas por los dictámenes neoliberales
de los organismos multilaterales del llamado “consenso de Washington” y avivó
la discusión si estas favorecían o no al país propietario de los recursos
naturales, los escenarios en cada país fueron absolutamente distintos.
El gobierno de México convocó a una amplia
deliberación sobre qué hacer ante esta nueva oportunidad de explotación de un
recurso altamente codiciado en el mundo y se llegó a la conclusión que debería
intervenir como Estado, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló “...la
decisión de que el litio es propiedad de la nación, de todos los mexicanos”
Para
ello, en abril del 2922 se aprobó en el
Congreso una reforma a la ley minera a través de la cual se nacionaliza la
explotación, beneficio y aprovechamiento del litio. En realidad, cualquier
mineral que se encuentra en subsuelo mexicano pertenece a la nación y esto está
estipulado en el artículo 27 de la Constitución promulgada en 1917. Lo que
queda en manos de la nación como asunto exclusivo es la explotación y
beneficios del litio. Es decir, que ninguna empresa extranjera puede intervenir
en ninguno de estos procesos.
Prospección en curso |
El caso del Congreso de la República como primer
poder del Estado fue de antología, no se dio por enterado, le convenía el mutis
cómplice con los intereses transnacionales y de la gran minería; su actuar en
favor del interés nacional es y fue una nulidad. La instancia regional no
estuvo lejos de este proceder de la capital, porque el Consejo Regional como
máxima instancia del gobierno regional, no tomó acuerdo alguno sobre tan
importante yacimiento de litio y uranio que se encuentra contenido en un lago
prehistórico cubierto de lava, localizado en los distritos de Corani y Macusani,
en la provincia de Carabaya a 150 kilómetros al norte del Lago Titicaca a 4,500
m.s.n.m. espacio geográfico de su competencia según ley.
El resultado de esta incompetencia trajo consigo un
enorme el descontento social de las comunidades, pobladores y la ciudadanía
en general y es que la región Puno y la provincia de Carabaya -donde están
localizadas las vetas de Litio- son los convidados de piedra de una operación
donde otros festinan y disponen sus recursos mineros. Veamos los hechos, luego
del anuncio de la existencia del litio en la provincia de Carabaya, la empresa
Macusani Yellowcake por medio de sus representantes y con el auspicio de la
Sociedad de Minería recorrieron todos los medios de prensa y las principales
universidades privadas, difundiendo una verdad a medias como “el Yacimiento de
Pajchani es la reserva más grande del mundo”, esta afirmación no buscaba
favorecer a la región ni al país, sino mejorar su posición para vender sus
acciones en la bolsa de Toronto a un mayor precio. Como que fue así.
La Compañía Macusani
Yellowcake -una empresa subsidiaria vale decir que es propiedad de una
empresa matriz canadiense denominada Plateau
Energy- ganó una fortuna mediante pura especulación financiera, sin contar
con licencia social ni autorización del Estado, pero eso sí, respaldados con el
aval de un recurso natural de propiedad del país, de la región y sus
pobladores, donde nadie -a excepción de los principales accionistas de la
empresa canadiense y sus operadores nacionales obtuvieron grande ganancias-
mientras todos los demás, estuvieron en calidad de simples espectadores viendo
cómo se ganaba plata con propiedad ajena. Y es que, la empresa canadiense
Plateau Energy transfirió sus acciones y activos del yacimiento de litio y
uranio en Pajchani mediante una operación en la Bolsa de Valores de Toronto, a
otra empresa del Canadá: Lithium
American Metals, a pesar de estar impedida de hacerlo por la existencia de
un litigio pendiente con el Estado Peruano.
Esta operación a favor Lithium American Metals permitió
el control de la empresa Plateau Energy a cambio de que sus accionistas
obtuvieran el 21% de American Lithium y un premium de 72%, es decir, no sólo
vendieron sus acciones a otra compañía más grande sino, que mantuvieron sus
puestos en el Directorio en la nueva compañía; además de continuar con las
operaciones de prospección y explotación de los yacimientos de Pajchani. Un
verdadero cambalache con el expreso fin de cambiar la titularidad y la razón
social de la concesionaria de prospección -la empresa Macusani Yellowcake- ya que se encontraba en contienda judicial con
el Estado peruano por el incumplimiento de las normas para la licencia de
exploración.
Macusani Yellowcake fue inicialmente una empresa
concesionaria para la exploración de uranio, pero que de manera fortuita
durante sus trabajos de prospección en busca de uranio se encontraron con la
presencia de litio en forma de roca dura; es así que el principal ejecutivo de
la empresa anuncio que "Grande fue nuestra sorpresa cuando hemos
encontrado litio de alto nivel. Nosotros íbamos por uranio, pero al ver los
resultados de las perforaciones a 80 metros de profundidad en el yacimiento,
nos abrieron los ojos” afirmó también, que el yacimiento de litio y uranio
tenía una aptitud de existencia de litio de aproximadamente 4.7 millones de TM
y uranio entre 130 a 132 millones de libras. Evidentemente, estos datos son de
parte y tienen un carácter prospectivo y no de reservas, son en principio
expectativas de la compañía minera.
La realización de actividades de exploración minera
está sujetas al cumplimiento de una serie de requisitos y obtención de
autorizaciones, como obtención de terrenos de uso superficial, autorización del
uso del agua, aprobación de instrumentos de gestión ambiental, uso de
sustancias contaminantes, uso de explosivos, etc. Yellowcake no cumplió con
ninguno de estos requisitos; efectuó trabajos exploratorios con minerales
radiactivos en áreas localizadas en la cabeceras de cuencas de cinco ríos que
pueden causar graves daños a la salud y el medio ambiente sin autorización de
la DGM, sin aprobación del estudio de impacto ambiental y sin proceso de
consulta previa a las comunidades afectadas como lo exige el convenio 169 de la
OIT y la ley de consulta previa que junto con su reglamento son de obligatorio
cumplimiento.
A raíz de estos incumplimientos de parte de la
empresa Macusani Yellowcake; la OEFA como organismo de fiscalización ambiental
del Ministerio del Medio Ambiente, a finales del 2018 inició un proceso
sancionador contra la empresa que corroboró la falta de autorización de la DGM,
el incumplimiento de los requisitos ambientales mínimos y la carencia de
licencia previa; sancionando la infracción de Yellowcake mediante Resolución
Directoral N° 1701-2019- OEFA- DFA imponiéndole una multa de 399.98 UIT. La
sanción de la OEFA dentro el ámbito de su competencia únicamente sancionó lo
referido al tema ambiental, las dos otras observaciones referidas a la falta
de autorización y consulta previa aún no han sido dirimidas por los organismos
competentes por lo que estarían pendientes los derechos mineros de la empresa concesionaria.
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