DOBLE MORAL
César Hildebrandt
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 657 13OCT23
“C |
ada hombre de Hamas es hombre muerto”, dice Benjamín
Netanyahu.
“El sistema de salud pública no tratará a los
malditos y despreciables terroristas de Hamas que sean capturados heridos”,
dice Moshe Arbel, ministro de salud de Israel.
“Luchamos contra bestias”, dice el ministro de
defensa Yoav Gallant.
“A los residentes de Gaza les digo: salgan de allí
ahora, porque vamos a actuar en todas partes y con todas las fuerzas”,
advierte el primer ministro de Israel.
Situación territorial |
La imbecilidad criminal de Hamas le ha dado el
pretexto perfecto a Israel. Occidente asistirá impasible a la desaparición de
Gaza, a la masacre de su población y a la incorporación de la franja al pleno
dominio israelí. Gaza se llenará de colonos que, como los de Cisjordania, borrarán,
armas en mano y topadoras a pedido, lo que quede de resistencia. Israel volverá
a crecer con un nuevo botín ensangrentado. No importa: son israelíes y el
holocausto perpetrado por los nazis los ha hecho invencibles, arrogantes e
impunes. No interesa: Estados Unidos, que ha matado a millones de civiles en
sus guerras genocidas, ha decretado que apoya incondicionalmente los desmanes
de Israel. Desde 1948 los palestinos no cuentan. Son una sobra demográfica, lo
que queda de un mal reparto. Gaza está muriendo y más de dos millones y
trescientas mil personas están sometidas a las bombas y al bloqueo inhumano
impuesto por el gobierno de coalición de Netanyahu: sin agua, sin electricidad,
sin alimentos, sin combustible y sin escape dado que Israel controla la
frontera terrestre y el mar.
Mientras tanto, 300,000 soldados israelíes se
preparan para entrar a Gaza. No quiero imaginar la magnitud de la matanza
anunciada. El consuelo trágico es que la muerte también acaba con la
desesperanza crónica.
Hamas fue financiado originalmente por Israel.
Convenía que Al Fatah, la entidad predominante en el gobierno palestino de
Cisjordania, tuviera un rival de fuste. Ya sabemos qué pasa con quiénes imitan
al doctor Frankenstein.
Nada, sin embargo, justifica lo que hizo Hamas. No
aludo a su ira, que es legítima y rancia, sino a sus métodos, que son tan
perversos como los de su adversario. Matar niños desde un avión caza de
fabricación estadounidense no es mejor que hacerlo con una metralleta. Es la
misma ruindad, la misma herencia simia de nuestra condición.
Fuentes confiables insisten en señalar que la
inteligencia egipcia le advirtió a Israel, tres días antes del ataque, que Hamas
preparaba algo importante. El Mossad, como se ve, no hizo nada.
¿Será, como muchos sospechan, que a Israel le
convenía que Hamas hiciera lo que hizo?
Quizá eso nunca se aclare, pero lo funestamente
cierto es que Hamas ha unido al desfalleciente gobierno de Netanyahu, ha
ampliado sus alianzas, ha puesto entre paréntesis el debate sobre las reformas
autocráticas del sistema judicial, ha desatado una ola de patriotismo vengador
y, sobre todo, ha abierto las puertas del infierno para los gazatíes. Israel ha
sido autorizado por Washington y su corte de escribanos europeos a borrar del
mapa a los palestinos de Gaza. Hay un genocidio en marcha y, a diferencia de lo
de Ruanda, esta vez todos estamos enterados.
El holocausto judío fue el horror que siempre avergonzará
a la humanidad. Nadie podía suponer que, años más tarde, el estado de Israel
adoptaría la crueldad de sus verdugos en su trato con los palestinos.
Hace 75 años que Israel gana guerras y obtiene
territorios. Pero parece que nada lo sacia, nada lo serena, nada le infunde la
generosidad que debiera ser propia del vencedor. Empleó el terrorismo contra
los británicos, expulsó de la peor manera a los palestinos desde 1948, se burló
de la resolución de Naciones Unidas al no abandonar los territorios conquistados
en 1967, incumplió sin rubor alguno sus promesas sucesivas de no continuar con
los asentamientos ilegales y bombardeó Gaza, de modo indiscriminado, cada vez
que se sintió amenazado. No sólo eso: violando normas básicas del derecho
internacional, Israel resolvió de modo unilateral que Jerusalén sería su
“capital irrenunciable”, añadiendo a su expansión conquistadora el vejamen religioso
que tal decisión suponía.
Es horrible lo que hizo Hamas en estos días. Pero es espantoso lo que hizo Israel, con Ariel Sharon a la cabeza, en los campos de refugiados libaneses de Sabra y Chatila. Y es aún más atroz convertir a Gaza, con el aplauso del occidente decadente, en una escombrera funeraria.
Milicias de Hamàs |
Para la prensa, en general, las lamentables muertes
israelíes demuestran el rasgo criminal de Hamas. Que los palestinos paguen
por ello: ese es el eslogan. Pero cuando Gaza desaparece en polvaredas de
edificios disueltos por las bombas y los niños palestinos mueren con sus padres
en la Gaza sin agua ni luz, eso es legítima defensa.
Mi asco por el llamado orden mundial no tiene
límites. Mi rechazo a la hipocresía de la prensa controlada por el dinero me
permite saber que todavía existo. <>
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