GUERRA SANGRIENTA CONTRA
EL PERÚ-TAWANTINSUYO
Carlos Angulo Rivas
E |
l
voto de confianza otorgado al primer ministro Alberto Otárola no sólo es una
burla a las enormes movilizaciones de protesta, insurgencia contra un gobierno
usurpador, sino sobre todo un desafío a ellas, a pesar de las 48 víctimas
mortales a nivel nacional desde que asumiera ilegalmente Dina Boluarte el
encargo de la presidencia de la república después del SECUESTRO de Pedro
Castillo Terrones. La mayoría Fuji-fascista del Congreso que dice “lamentar”
los muertos a balazos, de manera cínica e increíble obsequia su respaldo a un
gabinete ministerial criminal y asesino; esto significa un enfrentamiento
premeditado para seguir imponiéndose sobre un país sublevado por la rabia e
impotencia ante una dictadura congresal, cívico-militar, que a duras penas
alcanza 5% de apoyo ciudadano y está ciega creyendo poder gobernar de espaldas
a la ciudadanía.
Pedro Castillo soportó feroz campaña |
La
insurgencia popular, justificada, contra un gobierno usurpador en gran parte
del país tiene una explicación a mi entender nada sorpresiva, aunque sí
inesperada por quienes propiciaron el Golpe de Estado civico-militar desde el
Congreso, la oligarquía, los medios de comunicación mercenarios, la Fiscalía de
la Nación, el Poder Judicial, la Fuerza Armada y Policial; y por supuesto la
acusada de usurpación y traición Dina Boluarte. Los congresistas Fuji-fascistas
creyeron fácil una sucesión “constitucional” festinada con la anuencia de la
vice presidenta Boluarte apostando por un simple pase de posta al estilo de
Kuczynski a Vizcarra, luego a Merino y al final a Sagasti, pero patinaron de
cabo a rabo. Y es que el presidente Pedro Castillo no era una mera ficha de
recambio en el Estado Mafioso como los anteriormente citados; y no podía serlo,
a pesar de su yerros, porque las elecciones generales del año 2021 delimitaron
con toda nitidez los campos de la lucha de clases, subterránea en el Perú por
años de años, mientras la oligarquía, los grupos de poder, los militares,
fiscales, jueces y los políticos inmorales y corruptos, alimentaban sus arcas
con fortunas mal habidas y vendían los recursos naturales a las empresas
extranjeras en una racha de entreguismo sin nombre iniciado en 1992. La verdad,
siempre hubo entreguismo en el Perú, pero nunca tan descarado y persistente
como cuando el ciudadano japonés Alberto Fujimori se convirtió en dictador
supremo asesorado por el traidor a la patria Vladimiro Montesinos. Hoy en día,
debemos entender a plenitud que después de 200 años de los gobiernos del
“Nosotros” los únicos con derecho a gobernar, apareció en ese escenario el
partido Perú Libre y su candidato Pedro Castillo Terrones quien llega a la
presidencia de la república, por primera vez en la historia republicana, con el
apoyo de los “Otros” los marginados, los trabajadores y campesinos, los
llamados a NO gobernar nunca; y Castillo ganador indiscutible de la primera vuelta
con el programa de Perú Libre, llega con el despertar de un nuevo Perú con
miras a solucionar el “problema del indio” en palabras de José Carlos
Mariátegui; no por casualidad lanza la realización de la Segunda Reforma
Agraria ya en el gobierno.
Así
la situación, en defensa del Estado Mafioso vigente 30 años, creado por
Fujimori-Montesinos, se juntan todos los “Nosotros” desde el 28 de julio 2021
contra ese Poder Ejecutivo emanado del pueblo explotado y marginado, los ”Otros”.
La confrontación a muerte a Castillo tomó visos de discriminación clasista,
racismo, descalificación, desconocimiento e irrespeto a la figura presidencial
y acusaciones de corrupción sin base ciertas y sin pruebas en un ambiente
sensibilizado por la corrupción tácita descubierta en Fujimori, Toledo, García,
Humala, Vizcarra y Sagasti. Todo ello llegando al abuso “judicial” de varios
allanamientos a Palacio de Gobierno por primera vez en la historia. Los 17
meses de feroz campaña demoledora contra Castillo apuntaba siempre a la
destitución presidencial, hasta que el 7 de diciembre 2022 se alcanzó de manera
arbitraria, ILEGAL Y ANTIJURÍDICA, secuestrando a Pedro Castillo siendo todavía
presidente constitucional de la república. En este acto de irregular
destitución presidencial estuvieron todos los “Nosotros” confabulados y la
vice-presidente Dina Boluarte festinando trámites en el proyecto activo de
suplantar el voto popular mayoritario con un Golpe de Estado cívico-militar
desde el Congreso, nueva modalidad impuesta por el Departamento de Estado
estadounidense para América Latina en los países con gobiernos no “amigos” o
sospechosos de no serlos. Los ejemplos son notorios usando la “justicia”
politizada que deja de ser justicia, (Lawfare) o sea la repetición de los
golpes de estado contra Manuel Zelaya en Honduras, Dilma Rousseff en Brasil,
Fernando Lugo en Paraguay, Evo Morales en Bolivia.
En
toda crisis político-social existe un trasfondo económico de apetitos
inimaginables. En un país tan rico en recursos naturales como el Perú, por
supuesto, ese es el eje fundamental de la ambición siniestra de controlar el
poder del Estado por los malos peruanos, los apátridas de siempre, los
generales corruptos guardianes del saqueo de las empresas transnacionales.
Conste que nadie está en contra de la inversión extranjera ni de la alta
tecnología, sin embargo, no mediante los antijurídicos contratos ley del
fujimorismo cuya ignominia llegan a la inconcebible extracción de gas,
petróleo, minerales, cobre, oro y plata, con escasa o casi nula retribución al
Estado y sin pagar impuestos. Vencidos estos “contratos” el año 2023 luego de
treinta años de explotación inmisericorde, ahora sin Pedro Castillo están a
merced de los “Nosotros” y los Fuji-fascistas, es decir, de los más grandes
CORRUPTOS E INMORALES del país a fin de repetir la tradición entreguista;
mientras los “Otros” queríamos negociar los contratos y nuevas inversiones de
igual a igual como se hizo en Bolivia. El Estado Mafioso fortalecido desde
Alberto Fujimori hasta nuestros días no podía subsistir sin controlar el Poder
Ejecutivo, ese ha sido el principal motivo del Golpe de Estado en el Congreso
con apoyo de los generales amorales y anti-patria de la Fuerza Armada y
Policial.
Masacre ordenada por Boluarte-Otárola |
El
Congreso y la efímera Dina Boluarte siguen funcionando en dictadura sangrienta
sólo por el apoyo de la Fuerza Armada y Policial, totalmente de espaldas a la
realidad vibrante de la calle, las regiones, los pueblos, las comunidades, los
gremios y los trabajadores. Escuchen de nuevo el mensaje a la nación llamado
interesadamente, “autogolpe” de Castillo, por la prensa mercenaria y verán el
programa mínimo indispensable para llegar a una Nueva República tan necesaria
para el Perú así los “Nosotros” no admitan la derrota amparados sólo en la
Fuerza Armada y Policial; aquí sólo podríamos agregar: soldados y policías no
maten a sus iguales, 48 asesinatos recaen en vuestras espaldas. ■
Cusqueños descendientes del Tahuantinsuyo, que la derecha neocolonial quisiera desaparecer |
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