EL KELLUNCHO
Dante Nava
El kelluncho salvaje,
inquieto, tempranero,
que escapa de la noche por la
puerta del alba,
tiene un cauto cobrizo de
viento chacarero
que se posa en los árboles y
echa luz en las ramas.
Mojado en la kañahua del alma
de la pampa,
en la amarilla tinta de su
plumaje, lleva
el oro relamido de la
chillihua para
saberse fusionar con el sol y
la tierra.
Nadie entiende su canto por
ser canto del campo.
No le importa un silbido que
su canto no valga,
ni le importa el jilguero, ni
le importa el canario,
porque sabe que es libre como
es libre su lago
como es libre su sol, como es
libre su pampa,
¡cómo es libre la cuerda de su
andina garganta!
Kelluncho (avecilla popular en el Altiplano) deriva de la voz aimara "K'ello" = amarillo
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