AL FIN DE LA BATALLA
Por Gustavo Espinoza
M.
Diario UNO. 18 de abril 2021
Al fin
de la batalla,
y
muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le
dijo: “no mueras, te amo tánto! ”
César Vallejo
N |
o
podríamos los peruanos decir que estamos “al fin de la batalla”. Esta lucha
culminará –en este periodo- el 6 de junio, cuando seamos capaces de derrotar a
la variante nipona del “modelo” Neo Nazi que quiere imponer al modo que lo
hiciera en la última década del siglo pasado, y que pretendiera reeditar con
una mayoría ficticia en el parlamento disuelto a fin de septiembre del 2018.
De
todos modos, como en el poema de Vallejo, aquí también, y hasta nosotros, llegó
la voz del hombre peruano que nos exige mantenernos vivos para perseverar en
una lucha que se nutre de la sangre de los asesinados, del recuerdo de los
desaparecidos, del martirio de los torturados, del sacrificio de los
encarcelados, del grito de las mujeres esterilizadas; vale decir, de la memoria
viva que alimenta el corazón y la conciencia de los peruanos.
La
derecha en nuestro país tiene diversos voceros. Uno de ellos, ha dicho muy
orondo que si bien es cierto que la vertiente naranja posee una “pesada
mochila” de oprobio y vilezas; el profesor Castillo tendrá en su contra una
herramienta más poderosa: el anti comunismo.
Este,
ha sido alimentado en todos los países, y en el nuestro, para mantener
aterrorizada y esclavizada a la población entera.
Pero, además, vendrán para quedarse –añade Alfo M. desde su cómodo refugio en Madrid, donde comparte aires con el ínclito juez Hinostroza Pariachi, también protegido por la Keiko.
Y
para confirmar todo ello trucarán fotos, y nos pondrán una de Pedro Castillo no
montado en un caballo, sino en un coche bomba. Nos dirán que descubrieron
agendas que confirman que Castillo era el encargado de llevar las actas del
Comité Central de Sendero, y que redactaba las proclamas de Abimael. Nos dirán
también que con Castillo, Elena Iparraguirre, será la “Primera Dama” en Palacio
de Gobierno.
Y
encontrarán quien les crea eso porque ahí estarán, desde Milagros Leiva hasta
Rossana Cueva, pasando por Phillips Butters, José Barba, Guillermo Thordike y
Rafael Rey, repitiendo tarde, mañana y noche las mismas “primicias”.
Pero
sería maravilloso que esta vez el pueblo les diga ¡Basta!. Esas monumentales
mentiras, no engañan más. Hay que llamar a las cosas por su nombre y hablar de
lo que realmente interesa a los peruanos: el hambre, la miseria, las
enfermedades, la educación y el trabajo.
Y
demostrar cómo la clase dominante liderada por el Keikismo en los últimos
veinte años y antes por el padre; expolió al país y se robó todo, hasta
mimetizarse con una oligarquía envilecida y en derrota. Keiko Fujimori, con
pose angelical, asegura que ella, “no terruqueará” al profesor Castillo.
Para
eso tiene sus Pitbull que nos dirán que el Perú naufragará, que se quedará sin
créditos, sin recursos y sin dólar por culpa de una “política extremista”; y
que mejor era la otra, sin oxígeno, sin camas UCI, sin hospitales y sin
escuelas.
Desde
el anticomunismo se puede olvidar que el mejor poeta peruano –César Vallejo-
fue comunista; que el más ilustre pensador del siglo XX, José Carlos
Mariátegui, también lo fue. Y que lo fueron en el mundo hombres y mujeres del
valor de Henri Barbusse, Pablo Picasso, Nazim Hikmet, Paul Valery, Dolores
Ibarruri, los esposos Curié, Pablo Neruda y Saramago.
Con sus nombres en la memoria, ¿alguien podría decir que las ideas del socialismo son sinónimo de atraso o salvajismo, que el socialismo implica ignorancia y atraso espiritual?.
En
contraste, cabe evocar a los anticomunistas: Adolfo Hitler, Al Capone. Lucky
Luciano, Francisco Franco, Jorge Rafael Videla, Augusto Pinochet, Alberto
Fujimori.
En
los años 50 del siglo pasado, el Presidente de Guatemala, Juan José Arévalo,
escribió un libro que hoy tiene plena actualidad: “El antikomunismo en América
Latina”. En él se burlaba de las rabietas imperiales que buscan denigrar las
legítimas aspiraciones de los pueblos de nuestro continente.
Por
eso, premonitoriamente, escribía la palabra con “K”, que podría ser el símbolo
electoral de Keiko en nuestro tiempo. La “K” permitía incorporar todos los
males de la tierra, a las demandas legítimas de las poblaciones.
Hoy
se denigra a Cuba, pero la Patria de Martí tiene la mejor educación de América
Latina, confirmada por la UNESCO; la mejor política de salud de nuestro
continente, como lo acredita la OMS; los mejores programas de empleo, como lo
reconoce la OIT.
Y
ahora mismo tiene lo que ningún país del continente: sus propias vacunas para
enfrentar el COVID. Y contra ella dicen “no queremos ser como Cuba” ¿Le han
preguntado a los cubanos si ellos quisieran ser como el Perú, con sus miserias
y sus muertos?
En
nuestro tiempo, el anticomunismo no es sino un estropajo que sirve para
encubrir vilezas. A su sombra solo se puede cobijar la hez de la sociedad que
busca imponer a cualquier precio, el fascismo redivivo. ¡Hay que cerrarle el
paso! ▒▒
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