Por: Iván Reyna
Dicen que en Puno se ven
los amaneceres más preciosos. Dicen que sus islas no tienen nada que envidiarle
a las griegas. Dicen que Manco Cápac emergió del Titicaca para fundar el Cusco.
Dicen que su turismo rural es excelente. Y dicen bien.
Puno es una de las regiones más diversas, hermosas y
hospitalarias del Perú. Incluye majestuosos complejos arqueológicos, algunas de
las iglesias más bellas del país, una inmensa gamas de festividades populares
como la Candelaria, y paisajes de ensueño en el Titicaca, el
lago navegable más alto del mundo, y sus maravillosas islas.
Una buena manera de comenzar a intimar con la ciudad es
conociendo su plaza de armas, donde destaca la catedral, construida en piedra
en 1756, con espléndida una fachada de bellos relieves. Al interior posee
espléndidos altares cubiertos con pan de oro. No deje de apreciar pintura
de la escuela cusqueña y de contemplar al famoso “Cristo de la Bala”.
Se puede continuar trepando al pequeño cerro de
Huajsapata, ubicado a solo cuatro cuadras de la plaza de armas, y que luce
en su cima un enorme monumento a Manco Cápac: Este es el lugar
ideal para apreciar a la ciudad de Puno con el fondo del Lago Titicaca. O si
prefiere, puede ir al mirador de Kuntur Wasi (al
suroeste de la ciudad), en el que se llega a través de 620 gradas para
contemplar la estatua de un cóndor andino de 11 metros de altura.
Islas gloriosas
Uno de los destinos más codiciados se encuentra a sólo 5 Km.
del puerto de Puno, se trata del archipiélago de los uros, más de 50
islas flotantes. El sistema que usan para construir estas superficies flotantes,
y la creación de nuevas islas, además de su elaborada artesanía, son
argumentos que atraen cada vez más visitantes. Gracias a la totora siguen
manteniendo viva su cultura. La totora los alimenta a ellos y a sus animales,
los abriga, le sirve de combustible y para construir embarcaciones.
La isla más conocida y prestigiosa es Taquile,
enclavada en medio del azul profundo del Titicaca, exhibe andenes, arcos de
piedra, terrazas de cultivo y centros ceremoniales preincas. Es famosa
por sus finos textiles, al punto de haber sido categorizada por la
UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
A 30 minutos de navegación de Taquile se estira Amantaní, la
isla más extensa que tiene el Perú en el Titicaca. A diferencia de los
taquileños que hablan quechua, en Amantaní lo hacen en aymara. Después, las
semejanzas son abrumadoras: en textiles, andenes y arcos de piedra. Además son expertos
pulidores de piedras y edifican sus casas con tallados impresionantes.
Turismo rural
En el centro poblado de Ccotos, en la península
de Capachica, elaboran finos cojines, mantas, frazadas, binchas, y carteras,
que son muy apreciados por comerciantes y empresarios hoteleros. Los viajeros
que llegan a Ccotos no sólo
comparten vivienda y alimentación, también
costumbres, técnicas textiles y agrícolas, y algo de humor. Frente a Ccotos se
halla la isla Tikonata, a sólo 15 minutos de distancia, que tiene
la particularidad de tener casas circulares con techos cónicos. La vista de la
Cordillera Real Boliviana es deslumbrante.
También en Capachica, en la comunidad de Llachón, se
desarrolla un exitoso emprendimiento vivencial, que no sólo comparten
tradiciones y cordialidad, sino que brindan al visitante la oportunidad de
navegar sobre el lago sagrado en kayak o botes a vela.
A 34 Km. de Puno, se levantan las célebres chullpas
de Sillustani, con una vista espectacular del lago Umayo.
Algunos bloques de piedra desperdigados y chulpas inconclusas hacen pensar que
la obra se paralizó con la Conquista. La chullpa más alta tiene 12 metros de
alto. Varios de estos mausoleos han recibido descargas directas de rayos, pero
se mantienen en pie.
El alma de los templos
No se puede hablar de Puno sin mencionar sus impecables
iglesias. Están desperdigadas por todo el departamento, como la de Lampa, San
Gerónimo de Asillo en Azángaro, Tintiri, joya arquitectónica en el altiplano,
la catedral de Ayaviri, y muchas más. Sin embargo, las iglesias más
prestigiosas, son aquellas que se encuentran al sur de Puno, en el llamado
“corredor aymara”, especialmente en Juli conocida como "la pequeña
Roma de América" por sus cuatro notables templos y por ser el punto de
partida de los misioneros que iban a evangelizar a los chiquitanos en Bolivia,
y a los guaraníes de Paraguay. San Pedro Martir, San Juan de Letrán, Nuestra
Señora de la Asunción, y Santa Cruz de Jerusalén, son joyas del barroco
mestizo.
Todos los días llegan turistas a visitar el templo
de Santiago Apóstol de Pomata, uno de los templos mejor conservados del
Collao. Además se ve limpio y bien cuidado. Sin embargo, lo más valioso se
encuentra al exterior, en su elaborado frontis que exhibe iconografía
Tiahuanaco, además de siluetas y dibujos a ritmo incaico. Todo un deleite
visual.
Estos templos son los que guardan la verdadera alma de los
puneños, aymaras, quechuas, mestizos, pues es una institución que respetan y
allí sacan a relucir, aún sin palabras, su herencia cultural, el sentido de
grupo y solidaridad, sus expectativas, sus miedos y temores.
Son un pueblo orgulloso, una cultura milenaria, una nación,
y quieren mantenerse así.
Cutimbo: Las otras chullpas
de Puno
Mejor conservadas que Sillustani, las desconocidas chullpas
de Cutimbo esconden, además de un rico legado histórico, el corazón del sufrido
pueblo aimara.
En aimara me dice Teo, lluvia es Q'ayllo, cielo es Alaq
Pacha, alpaca es Alpaca, río es Jahuira, hombre es Llocalla, Dios es Tatito. No
sabía si existía una palabra para suicidio. Teo, Teodoro Velásquez en realidad,
tiene doce años, y está cuidando un rebaño de 37 alpacas en la meseta
sobre la que se asientan las chullpas de Cutimbo. La vista es apabullante
desde esta meseta que corona un cerro trunco, es como un isla, solo que a
diferencia de agua en los alrededores hay extensas planicies alto andinas y
nevados en lontananza.
Estas chullpas, algunas de ellas cuadradas y gigantescas, estaban
en proceso de construcción como Sillustani. Esto se nota por las rampas al
costado de algunas edificaciones y por la gran cantidad de piedras (esculpidas
a la perfección) en los alrededores. Se ven grabados de monitos,
culebras y felinos. Cutimbo, mejor conservado que Sillustani, está ubicado
a media hora por carretera asfaltada de Puno, en el poblado de Collacachi.
El cielo adquiere un rostro cruel por momentos, las
espesas nubes empiezan a oscurecerse. Teo se queda hasta las cuatro de la
tarde con sus alpacas, para cuidarlas de los abigeos, porque pumas ya no hay,
durante el día solo come papa con chuño, ahora esta en quinto de primaria, pero
no sabe si va a seguir estudiando porque en el pueblo no hay secundaria.
'Quiero conocer el mar', me dice y me da pena y empieza a llover y empezamos a
bajar lentamente el cerro de Cutimbo.
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