LA MINA DE SAN ANTONIO DE ESQUILACHE EN EL SIGLO XVII
Nicanor Domínguez Faura
NOTICIASSER 15/07/2015
La mina de plata de San Antonio de Esquilache fue
descubierta en 1620. Se le dio el nombre del virrey de la época, don Francisco
de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache (1615-1621). Desde entonces y hasta
la década de 1990 inclusive, siguió siendo una zona minera, aunque en el siglo
XX producía principalmente zinc.
Da la impresión que la producción inicial de San Antonio fue
bastante irregular. El propio virrey Esquilache, en su Relación de mando
de 1621, no menciona específicamente esta mina. Dos décadas después, hacia
1641-1642, el licenciado Fernando de Montesinos describía la mina en los
siguientes términos: “Son los metales
pacos de á quarenta marcos; en sus prinçipios [h]ubo bolsas riquísimas; de
presente se hallan algunas; [h]ai un ingenio de maços de Diego de la Torre y
otras çinco moliendas; no [h]ai [h]oy muchos mineros” (Montesinos 1642
ms./1906, t. II, p. 217, año 1620).
La zona donde se ubicaban los ingenios para moler y refinar
metales era llamada, en la época colonial, "la ribera de Arnedo"
(nombre de una ciudad al N.O. de Castilla la Vieja, hoy en la Autonomía de La
Rioja). El río que formaba esta “ribera” no es parte de la cuenca del Lago
Titicaca sino de la cuenca del río Tambo (que desciende hasta el Océano
Pacífico, entre las actuales regiones-departamentos de Moquegua y Arequipa).
Así, las descripciones coloniales coinciden en señalar que, para ir de la
ciudad de Chucuito al asiento de minas de San Antonio, había que “cruzar la
cordillera”, es decir, la divisoria entre las cuencas del Titicaca y del
Pacífico. Además, la proximidad entre San Antonio y el pueblo de Ichuña,
río abajo, ya en la provincia de Moquegua, explica que muchos de los mineros
que trabajaron en la zona tuvieran intereses en ambas localidades.
La producción de plata parece haberse incrementado
nuevamente a finales de la década de 1640, aunque un informe de mediados del
año 1649 todavía presenta una imagen de relativo estancamiento: “El Gobierno de Chuquito [= Chucuito] [...]
Tiene un mineral llamado San Antonio de Esquilache fundado en una cordillera
larga, cuyos metales se benefician en quatro ingenios; las piñas [= plata
refinada] cassi todas las estrabían [= contrabandean] los mercaderes
pasageros. Tres leguas más abajo, jurisdición de Moquegua, [h]ay un
trapiche de agua, que muele tanto como un ingenio; trae el dueño labor en San
Antonio por ser de [buena] ley los metales. Las piñas que procede[n] de
éste, como las de otro cerro que está al pie del trapiche, todas se extrabían
[= contrabandean]” (Álvarez 1649 ms./1906, p. 214).
Cabe destacarse aquí --además de la insistencia en que la
plata refinada no pagaba impuestos-- la referencia algo imprecisa al trapiche y
cerro mineral de Ichuña, en la jurisdicción de Moquegua, ubicado corriente
abajo de San Antonio, en la cuenca alta del río Tambo. Como se ve, Ichuña
formaba una sola unidad productiva con la mina de San Antonio de Esquilache.
En realidad, la zona más alta de la cuenca del río Tambo,
donde se ubica San Antonio, había sido originalmente jurisdicción del
corregimiento de “Colesuyo y Villa de Moquegua”, y sólo debido a la creciente
producción de la mina, que debía ser registrada en la Caja Real de Chucuito, es
que la jurisdicción sobre el centro minero se transfirió al gobernador de
Chucuito en los años 1620-1649; pero especialmente después de 1653, cuando el
virrey Conde de Salvatierra (1648-1655) ordenó el traslado de la Caja Real a
San Antonio. Sin embargo, 15 años después, tras la llamada “Rebelión de
Laicacota”, el virrey Conde de Lemos (1667-1672) decidió clausurar esta
tesorería en San Antonio y volver a establecerla en Chucuito.
Una significativa recuperación de la producción de plata
ocurrió a partir del año 1650. En la descripción del obispado de La Paz, de
1651, se indica que San Antonio era un próspero “mineral de plata con nueve
yngenios de moler metales y mucha cantidad de yndios que asisten en él para el
beneficio de ellos, y un cura Vicario, clérigo, que los doctrina y dice misa en
dos parroquias del dicho mineral [la antigua de indios y la nueva de
españoles], del qual de algunos años á esta parte se ha sacado mucha suma de
piñas de plata, por ser las minas ricas” (Salinas 1651 ms./1906, p. 198).
Foto: Carlos Escobar/ Geoview |
Luego se detalla que era un “gran cerro de minas [...], muy antiguo, y tan fundado, que [h]oy en el
reyno no se muelen mejores metales; tiene seis ingenios corrientes, y [h]abía
dos, y otro se va haciendo, y además algunos trapiches, que hoy muele en todos
estos molinos” (Salinas 1651 ms./1906, p. 203).
En una carta al rey, fechada en Lima el 3 de julio de 1660
--tras una década de sostenida reactivación productiva--, el virrey Conde de
Alba de Liste (1655-1661) calculaba que la producción de plata de San Antonio
bien podía alcanzar un valor de hasta 400 mil pesos anuales (el documento
original está en AGI, Sevilla, Aud. de Charcas, leg. 267; citado en Vargas
Ugarte 1935-1957, t. 5, pp. 111-12).
Hay muy poca información sobre San Antonio durante las
décadas de 1670-1680. En la visita eclesiástica de 1690-1691, el entonces
obispo de La Paz, don Juan Queipo de Llano y Valdés, escribía: “[en el] asiento de San Antonio de
Esquilache [...] La doctrina de dicho asiento tiene de largo tres leguas y de
ancho un quarto de legua. Tiene dos vice parrochias y algunos oratorios”
(Queipo de Llano 1691-1696 ms./1906, p. 259). Por desgracia, éste informe no
detalla la situación de la mina, pues el obispo no pudo llegar hasta San
Antonio debido a una fuerte nevada que se lo impidió.
Así, desde mediados del siglo XVII y durante el XVIII, San
Antonio de Esquilache formó parte de la provincia colonial de Chucuito,
ubicándose en su extremo noroeste. Cuando, por decreto del 2 de mayo de
1854, se reorganizó la división administrativa del departamento de Puno, y se
creó la provincia del Cercado de Puno, los pueblos del sector Oeste de la
provincia de Chucuito, incluyendo San Antonio de Esquilache, Pichacani (ambos
antiguos centros mineros coloniales), Acora y Chucuito mismo fueron asignados a
esta nueva jurisdicción. Desde 1854 hasta hoy es un distrito de la provincia de
Puno. Por Ley 12301, del 3 de mayo de 1955, San Antonio de Esquilache, así como
numerosas otras capitales distritales puneñas, recibió el reconocimiento legal
de “pueblo”.
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