EL VOTO EN
BLANCO Y NULO
GANADOR DE LAS
ELECCIONES
LA REPÚBLICA 14 Oct 2018 .- Consecuencias.
La clase política peruana vive en el descrédito. Eso se
reflejó el 8 de octubre, donde el escepticismo se refugió en el voto
blanco y viciado. Autoridades con escaso apoyo popular están expuestas a
las revocatorias, protestas y vacancias. Por eso urge plantear consensos.
El
ganador de esta elección fue el voto en blanco y nulo. En la
mayoría de regiones del sur, ningún candidato pudo superarlo, salvo en las elecciones
regionales de Moquegua y Puno, donde el resultado
fue casi contundente.
Esa
apatía y desconfianza ciudadana puede generar dificultades en la gobernabilidad
regional. Las nuevas autoridades, desde el saque, podrían ser jaqueadas por las
protestas sociales y procesos de revocatoria.
En los
comicios del último domingo, el voto blanco y nulo,
en Arequipa, obtuvo las preferencias sobre cualquiera de los
42 candidatos que tentaron el cargo de gobernador regional o
alcalde provincial de Arequipa.
El caso
más agudo, la elección del alcalde de Arequipa. El ganador no
superará el 12% de apoyo. Es decir, el 88% de arequipeños votaron contra él. El
sufragio por el blanco y nulo casi lo duplica con 22.36%. En la elección
para gobernador regional, Elmer Cáceres Llica quedó primero
con 14.47% de votos emitidos, seguido por Javier Ísmodes con
10.30%. Ambos disputarán la segunda vuelta. Un 21.81% optó por el blanco o
nulo.
Los
analistas políticos Gonzalo Banda, Alipio Montes y José Luis Ramos coinciden en
que parte del descontento con la clase política se tradujo en el voto
blanco y nulo. Las figuras del último proceso electoral están desgastadas y
no dan confianza. “Son políticos que compitieron hace diez años, ya fueron
sometidos a la lupa de la opinión pública y son resistidos”, señala Gonzalo
Banda. Por su parte, Alipio Montes afirma que estos resultados plantean una
renovación en la política: “Tiene que ver con ese estado de ánimo que se
presenta en el país de no confiar en nadie, de no creer en nadie, de que se
vayan todos”.
Mientras
que José Luis Ramos opina que el descontento apuntó contra los no políticos, candidatos que
en cada elección cambian de organización para postular: “La gente se hartó de
gente advenediza, oportunista, sin ningún principio político”. Apoya su tesis
en que Lima eligió a un político de formación como Jorge Muñoz, con
un respaldo del 36%. José Luis Ramos añade que la expresión de rechazo se puede
traducir como un ejercicio de ciudadanía. Pone como ejemplo la baja aprobación
del Congreso.
Peligros
de gobernabilidad
La falta
de legitimidad, sustentada en la carencia de apoyo popular, se traduce en
peligro para la gobernabilidad. Para Gonzalo Banda, un alcalde con
11% de respaldo en las urnas será fácilmente sometido a procesos de vacancia o
revocatoria. Además, la oposición no tendría mucha paciencia con la nueva
autoridad. Urge que el próximo alcalde de Arequipa muestre
gestos de apertura y transparencia, casi al instante de asumir.
Alipio
Montes aclara que el proceso electoral da legalidad a la
autoridad, pero no legitimidad. Su carencia se traduce en una gestión débil,
con protestas en contra. Tampoco habría respaldo masivo ante iniciativas. Por
ejemplo, Alfredo Zegarra, en julio del 2016, convocó a una marcha
para exigir el pago de regalías a Cerro Verde, pero no obtuvo
convocatoria. De la misma forma, esa falta de legitimidad ocasionó su derrota
en las últimas elecciones regionales.
Sin
embargo, las nuevas autoridades pueden construir legitimidad.
José Luis Ramos señala que una forma sería convocando a organizaciones de la
sociedad civil. También sugiere que los sectores que no votaron por el
próximo alcalde hagan respetar su opinión mediante la
actividad política, generando un diálogo con el próximo burgomaestre: “Si no
hacen política, la próxima autoridad se convertirá en rey con el 11% de aceptación,
lo que sería terrible”.
Banda y
Montes coinciden en que el próximo alcalde debe dar signos de transparencia,
como no designar funcionarios cuestionados. En el caso de la elección regional,
Gonzalo Banda estima que la segunda vuelta dará cierta legitimidad al sucesor
de Yamila Osorio, aunque el nivel del voto blanco y nulo podría
seguir en las mismas proporciones. “La segunda vuelta permite legitimar un
gobierno, está pensada para eso, para que el actor político no se quede con tan
poca aceptación ciudadana”, afirmó.
Urge
construir consensos
Omar
Candia considera
que, frente a la baja aceptación, se requiere dar señales de confianza a la
gente, con buenas decisiones que no generen confrontación. Indica que una
carencia de legitimidad en las urnas se puede suplir con una legitimidad por
gestión.
Por su
parte, el contendiente para la segunda vuelta regional, Javier Ísmodes,
no quiere ahondar en los problemas de respaldo popular, se ciñe a lo que digan
las urnas: “La ley electoral dice que se gana con lo que se
gana, no con menos ni con más”.
Alrededor de 440 mil piuranos no votaron
por ningún candidato a la región. Por otra parte, 230 mil 823 no acudieron
a emitir su voto.
LA REPÚBLICA 11 Oct 2018 .- Debido al nivel de
descontento de la población por los hechos de corrupción, a lo
largo del territorio nacional se popularizó el voto viciado o simplemente no
acudir a las urnas. Por ejemplo, en la región Piura, alrededor de
medio millón de personas siguieron esta tónica. La Oficina Nacional de
Procesos Electorales (ONPE), a través de su página web, dejó entrever que
209 248 piuranos viciaron su voto y otros 230 823 no acudieron a votar.
De esto se deriva que 440 071 piuranos no
eligieron a ningún candidato a la gobernación regional. Si la decisión es
consistente, los aspirantes a la región que se mantienen para la segunda
vuelta, Santiago Paz López (Región Para Todos) y Servando García Correa (Fuerza
Regional), tendrán una ardua labor para captar electores para
el próximo 9 de diciembre.
Según los resultados, al 99,87%, Paz
López y García Correa obtienen 175 654 y 154 313 votos, respectivamente. Esto
los coloca por debajo de los 209 248 votos viciados, entre blancos y
nulos.
Sobre el ausentismo en las urnas, la ONPE
arroja como resultados que, de 1 millón 225 mil 953 electores hábiles que
debieron acudir a las urnas a nivel regional, 230 823 piuranos
y piuranas no fueron a votar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario