Q´ARAPULI
Y K´USILLO
Luperio David Onofre
Mamani
Tomado de JULI ETERNO N° 3
La intención del presente es demostrar la importancia
cultural de la danza “Q´arapuli” o “Qena-Qena” en la dinámica cultural de la
Festividad del Señor de la Exaltación., describiendo la vestimenta,
coreografía, rituales, interpretación musical, personajes, funciones, origen e
instrumentos que se utilizan en la ejecución de la danza . Tambièn describir e
interpretar el “K´usillo”, personaje que participa en la danza cada 14 de
setiembre. El trabajo de campo, la entrevista y la observación participante,
fueron los mejores aliados para profundizar el conocimiento de la danza del
“Q´arapuli” o “QenaQena” y el “K´usillo”.
Introducción
El Q`arapuli o Quena-Quena (persona que interpreta una
flauta) y el “K´usillo” que se luce año tras año en la Festividad del Señor de
la Exaltación (14 de setiembre), realizada en la ciudad de Juli, es el motivo
de la presente. El objetivo es acercarnos a comprender a través del proceso
etnográfico al origen, la dinámica, el ritmo, los personajes, la coreografía,
el traje, y otros elementos de la danza del Q´arapuli o Quena-Quena. De igual
manera, a la comprensión, el rol y la función artística del personaje conocido
como “K´usillo” (bufón andino) o “Matiku Yuqalla” (muchacho gracioso de la
fiesta)
La investigación de esta danza, permitirá avanzar en la
comprensión e interpretación teórica como un factor de conocimiento de la realidad
sociocultural . Así como la importancia que tiene el significado coreográfico y
sus personajes en la cultura andina. Finalmente, advertir que los principales
puntos abordados en esta investigación son, en primer lugar, una descripción de
la danza del “Q´arapuli” o Quena-Quena, en segundo lugar, se expone acerca del
“K´usillo” o “Matiku Yuqalla”..
Metodología
El enfoque utilizado en la presente investigación es el de
ttipo antropológico. . El procedimiento metodológico es el trabajo de campo,
con sus técnicas de investigación antropológica como es la entrevista, la
observación participante, la recolección y el procesamiento de datos, que tuvo
duración de varios años. A ello se complementó con registro visual y
fotográfico de las distintas facetas de la festividad.
Este trabajo es el resultado del diálogo permanente con
informantes claves de Juli, así como de las comunidades campesinas de Moya
Pampa e Inca Pucara, quienes proporcionaron informaciones muy valiosas. Por
último, el trabajo en cuestión, sirve a los investigadores, puesto que aportará
para profundizar los conocimientos sobre las manifestaciones populares de la
región Puno. La danza “Q´arapuli” o “Qinachu” (quena-quena) El término
“Q´arapuli”, según el Vocabulario de la Lengua Aymara de (1613, Pág. 356)
resultaría de la composición de dos términos (Kara y Pula) tal como indica,
Ludovico Bertonio, “Kara” significaría pelado y “Pula” según Portugal, sería
racimo o espiga de quinua. Inclusive en el diccionario aimara actual la
categoría “Q´ara” significa “pelado”, sin embargo, advertimos que no se
encuentra registrada la palabra “puli” o “pula” en el diccionario antes
mencionado.
Entonces, José Portugal, basándose con estas referencias
bibliográficas y los testimonios orales que obtuvo de los pobladores aimaras,
llega a la conclusión de que la danza estaría relacionada con la actividad
agrícola y particularmente con la crianza de la quinua, para corroborar esta
afirmación aquí una cita textual del autor: “La danza de los pulis se presenta en cinco formas, que son: puli-puli,
chatripulis, qarapulis, auquipulis y llipipulis… Cuando la quinua ha madurado
se arrancan las plantas y golpeándolas con palos curvos especiales sobre la
tierra recubierta de barro apisonado o sobre cueros de vaca en algunos casos,
se quita la quinua de los pulis o racimos. Entonces quedan los palos de quinua
desnudos o Qaras como se diría en la lengua nativa aymara; por eso se les
dedica la danza de los Qara-pulis, desnudos o desquinuados; pero que tuvieron
la virtud de producir el preciado grano” (pág. 138)
En cambio, para José Paniagua la danza del “Q´arapuli” está
relacionada con la actividad guerrera y totémica, en sus palabras señala así: “Danza guerrera y totémica del sector
aymara, de la provincia de Chucuito, Puno. De origen colonial, se ejecutan la
coreografía con pasos elegantes y vigoroso, expresando serenidad y calma”
(pág. 62). En cambio "Qinachu" proviene de la lengua aimara y
traducido al castellano significa “quena” (qina) o “quena-quena”. Por
extensión, éste término, también es utilizado para calificar al grupo de
músicos que interpretan las quenas grandes.
Según la versión de los protagonistas, antiguamente se
danzaba el "Q´arapuli" y el "Chuqila". Se trataba de grupos
étnicos que probablemente se dedicaron a la caza de animales: el primer grupo
referido estaba dedicado a la caza de tigres, pumas y gatos monteses, y el
segundo a la caza de vicuñas. Gracias a estos antecedentes se cree que la danza
"Qinachu" deriva de estos atávicos bailes y es originario del contexto
cultural altiplánico. Aunque, en la actualidad pueden usarse el disfraz del
“Qinachu” o “Q´arapuli”. Esclareciendo, se puede señalar que antiguamente en la
ciudad de Juli se bailaba las danzas del “Ararara”, “Cunti”, “Pichi chiwchi”,
“Cinta K´ana”, “chatri puli”, “Tinti Wacas” y “Chuqila”. El último de los
señalados era tradicionalmente protagonizado por los habitantes del barrio San
Pedro Cañuparqui (cuya escritura etimológica es “Q´añu Parqi”); posteriormente,
se animarían a bailar la danza del “Qinachu” y otras veces el “Q´arapuli”.
Según Juan Palao, “Chuqila” es un grupo étnico de las
primeras culturas que se desarrollaron en el área cultural de la Cuenca del
Lago Titicaca, cuya actividad principal era la caza de auquénidos, aquí una
cita textual del autor: “En las cercanías de las cordilleras, donde existìan el
guanaco, la vicuña y la llama, se habría formado la etnia Chuquila, sociedad de
cazadores y pastores con gran desarrollo textil, y que se mantuvieron en
relativo aislamiento de las sociedades que desarrollaron la agricultura. Esta
etnia habría realizado con los Pukara, Tiwanacu, Kollas y Lupakas, actividades
de trueque de alimentos y textiles” (2005, pág. 17).
La diferencia entre la danza de los “Qinachu” y “Q’arapuli”
es la vestimenta, el primero no incluye la montura; en cambio, el segundo sí,
pero ambos utilizan la quena como principal elemento para interpretar
cadenciosos huayños de la región. Un
rasgo importante en la danza “Q’arapuli” es la vestimenta. Entre El
"q’awa" o “tigre”, conocido en castellano como “montura” (ver Figura
6), lo llevan en los hombros a manera de poncho y que está elaborada con piel
de uturunco (animal selvático similar al tigre). Esta llamada montura, en sus
bordes se puede apreciar lujosos adornos de perlas y diamantes. Es muy
llamativo y constituye un símbolo de identidad étnica. Completa el atuendo una
peluca blanca, un "ch’ullo" (gorro) de variados colores donde
predominan los rojos y anaranjados, un sombrero negro, chaqueta bordada, Camisa
o “almilla” blanca, faja multicolor, pantalones ajustados y adornados con unas
cintas llamadas "ch’utas" (nombre de una danza carnavalesca). Algunos
adornan el sombrero con plumas de ave, y las zapatillas blancas completan el
vestuario del varón. Las mujeres, llevan un sombrero negro de marca “borsalino”
(Tipo de sombrero de calidad del fieltro de pelo de conejo, por norma general
es de color gris o negro y tiene una cinta anudada al lado izquierdo.), una
blusa de bayeta o chaqueta color verde bordada con distintas figuras o símbolos
geométricos, otra pieza es el rebozo ( producto derivado del mestizaje
producido por la Conquista Española), además cinco o seis polleras de
diferentes colores, en la mano llevan una "inkuña" (lienzo pequeño) y
en la otra, una quena, y por último, calzan zapatos planos. Para concluir la
descripción, acompañan con tarareos melódicos al culminar cada trozo musical.
En resumen, la mujer está vestida de variados colores lo que simboliza y
asemeja a las flores del campo. Precisar, los colores utilizados en el
vestuario de los danzarines, representan a la flor de la oca, isaño, papa y
habas. Dentro de esta danza, resalta la presencia de un personaje sui generis
denominado "yungueño". Sin duda, la vestimenta es muy similar a los
antiguos habitantes del valle de los Yungas. Su atuendo consta de un sombrero
de copa alta con cintas de color que caen hasta la cintura; chullo y peluca;
chaleco multicolor ceñida al cuerpo; una camisa blanca o “almilla”; faja
multicolor; pantalón corto hasta la rodilla que puede ser de color negro,
fucsia u otro color; y ojotas. En la mano derecha sostiene un cántaro largo
propio de la zona de Yungas; y en la espalada, lleva cargado una
"lliqlla" (lienzo tejido) multicolor de estilo juleño.
El “Yungueño” en la danza del “Qinachu”. Hace recordar la
relación étnica entre los antiguos habitantes de la cultura Lupaqa y el control
étnico y económico que ejercían a través de "colonias periféricas" en
la zona de las Yungas (región de los valles interandinos de Bolivia destinados mayormente
al cultivo de cocales). Es necesaria una breve pero importante cita de Jhon
Murra en esta parte de la exposición: “Según
el informe de Garci Diez, los lupaqa cultivaban cocales y explotaban bosques en
Larecaxa, en territorio hoy boliviano” (pág. 77). Los instrumentos
musicales utilizados en el q’arapuli, son: quenas pentafónicas (generalmente
elaborados de caña), un silbato y un bombo pequeño. La música que se interpreta
es el huayño, pero, al final de la estructura musical se agrega un pequeño
estribillo propio o característico de la danza “Qinachu”. Las sabias manos se
encargan de interpretar y modular la música que podría calificarse de alegre y
sentimental. .
La coreografía está en estricta correspondencia con el ritmo
de la melodía (huayño) interpretada por el "Qinachu". El
desplazamiento va en una sola hilera o fila intercalados entre varones y
mujeres. En esta posición, avanzan con movimientos zigzagueantes, luego se
desplazan con movimientos hacia la izquierda y a la derecha. Para terminar,
forman un círculo como parte de la coreografía, lo que se entiende que es una
representación del Inti (padre sol). El guía de la danza necesariamente debe
llevar un silbato a fin de dirigir el cambio de pasos y la secuencia de la
coreografía. La coreografía varía entre el varón y la mujer. Las mujeres
habitualmente, buscan representar movimientos de estilos delicados, refinados,
femeninos y complejos. Los varones, en cambio, desarrollan movimientos más
simples y libres.
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