jueves, 17 de marzo de 2011
Proyecto minero Santa Ana buscará plata a más de 4 mil metros de altura
Escribe: VÍCTOR ORTEGA VARGAS | LOS ANDES, Puno 17MAR2011
El proyecto Santa Ana, ubicado en la provincia de Chucuito, Juli, en el distrito de Huacullani se encuentra sobre los 4 mil 200 metros sobre el nivel del mar, y cuya zona de influencia se encuentra en los centros poblados de Ingenio, Cóndor Ancocahua y Ancomarca, lugar donde se pretende extraer plata.
Este yacimiento de argento cuyas reservas son de 63.2 millones de onzas de plata, tiene, según los estudios de exploración que realiza la minera canadiense responsable del proyecto Bear Creek Company, una vida útil de once años.
Anualmente estima una producción de 4.6 millones de onzas de plata al año. Según estimaciones de la propia empresa el promedio anual de canon y regalías mineras que produciría esta producción superarían los 15 millones de soles, que beneficiarían al municipio distrital de la zona, al provincial y al gobierno regional.
Dinero que serviría además para poder mejorar las condiciones de vida de las cinco comunidades aledañas al entorno del proyecto, y que desde el año 2002 están trabajando mancomunadamente en trabajos de generación de empleo, mejoramiento ganadero, agrícola y de salud en las poblaciones junto a la empresa.
Wilfredo Gómez Arias, jefe de Relaciones Comunitarias del proyecto, señala que el proyecto generaría además miles de puestos de trabajos directos e indirectos. Los más beneficiados serían los pobladores de la propia zona, a quienes desde ya se les brinda capacitaciones en caso entre en operación la mina.
CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE
Otro aspecto importante y que más preocupa a la población del lugar, es el mantenimiento y cuidado del medio ambiente. La región Puno y en especial sus poblaciones indígenas siempre se han mostrado recelosas del uso de sus recursos y sus tierras para proyectos de gran magnitud, temiendo que las aguas de sus ríos sean contaminadas y que sus pastos nunca más puedan ser cultivados.
Sin embargo, los especialistas del proyecto realizan monitoreos constantes a las aguas de los ríos que discurren por la zona, cuentan con más de 50 puestos de control de aguas, y cuentan además de ello con su propio centro meteorológico con el cual dan cuenta de los cambios del clima.
El proyecto minero usaría en caso de concretarse su construcción agua que bajo un moderno sistema de minería responsable evitaría el uso desmedido del recurso, y que reciclaría el agua para todos sus procesos.
Francisco Tamayo Ángeles, jefe del área de Relaciones Públicas y Comunicaciones del proyecto indica que la población fue oportunamente informada respecto al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto y que no generará ningún inconveniente en la naturaleza.
Recalca además que el proyecto se encuentra apenas en su etapa de exploración, razón por la que hasta ahora no se puede hablar de una minera. De concretarse finalmente la aprobación del proyecto este se ubicaría en la parte más alta del distrito de Huacullani, sobre los 4 mil 200 metros sobre el nivel del mar.
CONOCIENDO SANTA ANA
Los Andes viajó hasta la zona para conocer el sitio exacto donde operaría la mina Santa Ana. Del campamento minero, ubicado a 2 kilómetros del distrito de Huacullani, se recorre un largo trajín en camioneta.
Cerca de quince minutos dura el recorrido, donde las únicas que pueden sortear las vallas de la naturaleza escarpada de la zona, son las camioneras doble tracción. Empinadas subidas que luego se convierten en páramos eriazos.
Al llegar a la zona donde se pretende construir el yacimiento minero que a propósito será a tajo abierto, se percibe un frío que cala los huesos y fulmina el organismo. El ingeniero encargado de guiar el grupo señala que nos encontramos sobre los 4 mil 200 metros sobre el nivel del mar.
En este punto es casi imposible respirar, el intenso frío y el viento de la cordillera lo hace imposible. En el lugar se han registrado socavones que fueron aprovechados por los españoles durante la Colonia.
Brear Creek, la compañía que pretende asentarse en esta zona no fue la primera en descubrir estos yacimientos de plata, antaño los primeros españoles que llegaron a Puno cavaron más de 170 pequeños y rústicos socavones en donde explotaban la tierra de manera artesanal.
Hoy la tecnología de punta de la minería del siglo XXI, usa perforadores que penetran la tierra hasta 200 metros. Con esos estudios de suelos los especialistas pueden conocer que clase de metales se encuentran en la zona para poder explotarlos.
De pronto el guía apunta una loma en medio de la nada, y dice que en ese sector se pretende asentar el yacimiento. Su construcción tardaría unos seis meses y de concretarse el proyecto, éste entraría en funcionamiento a mediados del año 2012.
Juan Pérez Mamani, poblador de la zona señala que el proyecto los ayuda en las tareas de agricultura y ganadería. Incluso hasta han creado una academia preuniversitaria en el lugar, tres estudiantes de la zona, hijos de los pobladores han ingresado a la universidad.
Pese a ello, algunos pobladores se mantienen reacios a aceptar el proyecto. Aluden la poca falta de información de parte del proyecto y que las comunidades son las que deben aprobar el asentamiento de esta en la zona. Finalmente ellas tienen la palabra.
Por otro lado, cinco comunidades se benefician con los trabajos que les dan el proyecto minero. 89 familias de Ancocahua, 40 de Ingenio y otro tanto de Ancomarca trabajan en tareas de limpieza, cuidado de vías, entre otras áreas.
La empresa ha asegurado a gran parte de estos trabajadores, les provee de alimentación, medidas de seguridad y pagos puntuales. Son casi las 12 del medio día y una densa capa de nubes cubre de pronto el cielo.
Y de pronto comienza a caer la lluvia, mientras que el guía explica los procesos que llevaría a cabo la mina de asentarse en el lugar. La lluvia es insoportable y cobijados apenas por los cascos que debemos usar por medidas de seguridad, retornamos a las camionetas para enrumbarnos nuevamente al campamento minero.
En el lugar se encuentra el consejero por la provincia de Chucuito Juli, José Cormillumi Quispe, quien dice que en caso la empresa minera inicie sus operaciones, espera que lo hagan con la máxima responsabilidad.
“Mientras se ejecute una minería responsable y sin contaminación para el beneficio de las poblaciones, creemos que esta puede operar”, sin embargo dice que la decisión final se conocerá el próximo 22 de marzo, fecha en la que se reunirán los pobladores de las cinco comunidades aledañas al proyecto, y quienes decidirán en una asamblea comunal si finalmente permiten que la minera opere en la zona.
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