LA
COMUNIDAD DE FUTURO COMPARTIDO PARA LA HUMANIDAD (CFC).
Desde hace una década, China convirtió su visión de mundo en un concepto que guía su política exterior y que es una propuesta concreta de construir en conjunto un mundo distinto: la Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad (CFC).
De
aplicarse a cabalidad, significaría una revolución del orden mundial, de las
formas de relacionarse entre países y si en Occidente lo desean, se podría
lograr sin disparar una sola bala. En medio de la desesperanza, es importante
conocerla para no perder la perspectiva.
Los
principios de la CFC
Con
el desarrollo de la República Popular China (RPC), los chinos llegaron a la
conclusión de que, sin su apertura al mundo, no hubiesen alcanzado los niveles
de desarrollo actuales y que mientras el mundo entero no prospere con ellos,
siempre estarán limitados. La Comunidad
de Futuro Compartido para la Humanidad (CFC) parte de este contexto.
El
principio fundamental de la CFC es
que todos vivimos en un mismo mundo en
crisis y debemos encontrar soluciones en conjunto para vivir en armonía. La manera de lograrlo es a través de
construir mayor conectividad.
La
CFC aspira a cinco objetivos:
1.
Priorizar
la paz y el diálogo antes de si quiera pensar en las armas.
2.
Construir
un sistema de seguridad común. Esto parte del principio de que la seguridad es
indivisible.
3.
Que
la cooperación ganar-ganar sea la norma. [todos ganan]
4.
Aprendizaje
mutuo. Esto implica entendernos todos como iguales y que el intercambio siempre
nos va a beneficiar.
5.
Construir
una comunidad que conviva en armonía con la naturaleza, pero que contemple los
diferentes procesos de desarrollo de los países y sus necesidades para el
desarrollo.
El
concepto fue acuñado por Xi Jinping y mencionado por primera vez durante su
visita a Moscú en 2013; sin embargo, tiene raíces históricas. La idea de una
sola comunidad viene del concepto de tianxia,
todos bajo el cielo.
En
la China imperial, el emperador tenía el derecho divino a gobernar sobre
el tianxia que era entendido como un sólo mundo sin la noción
actual de fronteras. Cabe aclarar que esto no implicaba que todos sean iguales.
A diferencia de los occidentales, los chinos no tienen valores universalistas y
pueden convivir muy bien con las diferencias.
Un
segundo referente de la CFC es el internacionalismo del Partido Comunista de China (PCCh). La búsqueda de soberanía
sobre los recursos naturales para poder usarlos para el desarrollo nacional
unió a muchos países y se tradujo en un paradigma que marcó las relaciones
internacionales, en especial a mediados del siglo XX.
El
Movimiento de Países No Alineados, el Grupo de los 77 y China y las propuestas
del Nuevo Orden Económico Internacional en 1974 fueron expresiones de un
proyecto de formar una comunidad
global de pueblos en desarrollo.
La
RPC se entendía como parte de este proyecto y propuso los Cinco Principios de
Coexistencia Pacífica como guía para interrelacionarse. Estos incluyen el
de no intervención en asuntos internos de otros países, lo que
implica que cada pueblo es responsable de sí mismo. La propuesta china fue
bienvenida en la histórica Cumbre de Bandung de 1955 y siguen siendo los
principios de la política exterior china hasta el día de hoy.
Se
puede decir que la Comunidad de Futuro
Compartido para la Humanidad (CFC) es la expresión del internacionalismo
del PCCh en el siglo XXI. Es el multilateralismo en acción. El concepto fue
incluido en la Constitución del PCCh en 2017 y en la de la RPC en 2018.
La
puesta en práctica de la CFC
La
más importante expresión de la Comunidad
de Futuro Compartido para la Humanidad CFC es la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) que merece un texto aparte. Además, en los últimos años, la
IFR ha trascendido la infraestructura. Actualmente, también existen otras como
la IFR digital, de la salud, ecológica, entre otras.
Una
segunda expresión, que para algunos es el punto débil de la propuesta, es el apoyo al sistema ONU. Para encontrar
soluciones en conjunto a problemas globales, se necesita un sistema internacional.
El actual ha sido
capturado por países occidentales y no refleja las dinámicas del mundo.
Los chinos creen que no se tiene que construir uno nuevo, sino reestructurarlo de
acuerdo con los principios con los que fue fundado.
Una
de las luchas más importantes en el seno de la ONU es la reestructuración del Consejo de Seguridad para la inclusión de
nuevos miembros permanentes. El gobierno chino ha apoyado públicamente la
inclusión de un miembro del continente africano.
Una
tercera estrategia de acción es la diplomacia de la paz. En años
recientes, los chinos se han embarcado en una diplomacia más activa, pero
concentrada en solucionar conflictos pacíficamente. Así se dieron
la propuesta de paz para Ucrania, la reapertura de relaciones diplomáticas entre
Arabia Saudita e Irán y el acuerdo de las 14 facciones palestinas.
En
realidad, se podría decir que cada acción de China, por muy aislada que
parezca, parte de la idea de contribuir a la construcción de la Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad
CFC: condonar deudas, envío de tropas a las fuerzas de paz de la ONU, apoyo a
través de la Iniciativa de Desarrollo Global, donaciones de equipos a ejércitos
en el marco de la Iniciativa Global de Seguridad, establecimientos de
Institutos Confucio y un largo etcétera.
Muchos
de estos principios no son propiedad de la civilización china. Es más, la
mayoría de las civilizaciones del mundo tienen alguna versión. El ser humano
sobrevivió como especie debido a la conciencia de colectividad.
Lo
que han hecho los chinos es convertirlo en un principio de relaciones internacionales. Ahora,
invitan al mundo adoptarlo. Muchos ya lo hicieron. Cabe recordar que los
principios de la Comunidad de Futuro
Compartido para la Humanidad CFC, están incluidos en la Declaración de la
Cumbre de Kazán.
El
proceso será largo y difícil. Por un lado, EE. UU. no dejará su
hegemonía fácilmente. Por otro, implica un proceso de maduración política
de cada pueblo para asegurarse de tener autoridades que representen sus
intereses y no los de la minoría. La no
intervención es también uno de sus pilares fundamentales. Nadie reemplazará a los pueblos en
sus luchas políticas internas.
No
obstante, la Comunidad de Futuro
Compartido para la Humanidad CFC nos recuerda constantemente que el
"dividir para reinar" no es un comportamiento natural e inevitable.
Además, que existe una propuesta
concreta de un nuevo tipo de globalización y de relaciones internacionales
que pueden garantizar la sostenibilidad de los seres humanos como especie y el
progreso universal.
Mientras más personas lo tengan claro, más fácil será movilizar esfuerzos para revolucionar el actual orden mundial. <:>
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