sábado, 22 de noviembre de 2025

OIPINION: ELECCIONES EN CHILE.

 LA VICTORIA DE JEANNETTE JARA

 Por Gustavo Espinoza M.

E

l domingo pasado tuvieron lugar las elecciones presidenciales y parlamentarias chilenas. Ellas arrojaron resultados contradictorios, algunos de los cuales alegaron sobremanera a la ultra derecha latinoamericana, que ahora mismo canta victoria segura que el próximo 19 de diciembre proclamará un triunfo sobre el pueblo de Chile.

 No obstante, aún es prematuro arriesgar un pronóstico definitivo. Se ha dicho -y es verdad- que en cualquier país, una “segunda ronda electoral” es una nueva elección, sólo que circunscrita a dos candidatos. La polarización que confronta esa realidad torna ciertamente especulativa cualquier apreciación precipitada referida a probables resultados.

 Por lo pronto, ya en Chile se avanza en pronósticos: un 64% se atribuye a la candidatura ultraderechista del señor Kast y un 36% a la abanderada del movimiento popular. Pero los hechos nos inducen a desconfiar de las “encuestas” que más que “resultados” parecen maneras de orientar a electores colocándolos ante lo que juzgan “hechos consumados”.

 Las encuestadoras en Chile han cometido clamorosos errores al pretender “pronosticar” la votación registrada el domingo 16 de noviembre. Para comenzar, le daban entre el 31 y el 33% a la candidatura de Jara y sólo registró un 26.8%, Podría suponerse que le adjudicaban un porcentaje mayor para luego decir que “cayó más de lo previsto”, la antesala de una probable derrota. Pero, buscando “levantar” la imagen fascista de Makario, le daba un empate a 16% con Kast; en tanto que ignoraban olímpicamente a Franco Parisi, que finalmente obtuvo el tercer lugar con un 19.4%. Para los “sondeos de opinión” el señor Parisi y su Partido el PdG, simplemente no existía, por lo que el resultado final les golpeó severamente el rostro.

 En otro país, hace poco, ocurrió lo mismo: en Bolivia ignoraron al candidato Demócrata Cristiano, el señor Paz, para “levantar” la imagen de un indiscutido vencedor: el ultra derechista “Tuto” Quiroga. También allí el tiro “les salió por la culata”.

 Hoy, como una manera de “limpiarse” por lo ocurrido en el país Mapuche, optan apenas por sumar los votos de la derecha más recalcitrante y adjudicarlos todos -como por un embudo- a la candidatura de Kast. Así, no tienen pierde.

Pero como en el fútbol, en política no se puede pronosticar tan fácilmente antes del Partido. Hay que jugar los 90 minutos para saber cómo terminó un encuentro que resultaba arduamente disputado. Hacerlo antes, es desconfiar de la capacidad de los ciudadanos para definir la suerte de su país.

 Por lo pronto, hay que juzgar los hechos ya ocurridos. Y a la luz de ellos, subrayar que la victoria de Jeannette Jara en primera vuelta fue un triunfo legítimo del pueblo de Chile que enfrenta esta contienda en condiciones particularmente difíciles.

 Como se sabe, el contorno externo resulta altamente desfavorable. Milei, desde la frontera argentina; Paz, desde el lindero con Bolivia; y la administración peruana, desde Dina Boluarte hasta José Jerí; en suma la tenaza del Imperio,  juega desde todas las esquinas.

El gobierno de Gabriel Boric perdió fuerza por su actitud contradictoria y su conducta ambigua. Tuvo, en general una correcta política al interior del país salvo en el caso de los Mapuches, con los que no pudo, ni quiso, entenderse nunca; pero sostuvo en el plano externo una línea general confusa y ambivalente que en mucho lo acercó a las pautas Washington y los gobiernos más oscilantes de nuestro continente.

 En el caso de Gabriel Boric -como también en el de los gobiernos reformistas del progresismo latinoamericano- la política amorfa, indefinida y finalmente contradictoria, no la ayuda en el diálogo con un pueblo, orgulloso del legado de Lautaro, recogido por hombres de acero hasta Salvador Allende.

 Al contrario, ese rumbo, genera confusión y abandono de principios valores porque opta por asumir lo que, puntualmente, se juzga como lo que “conviene más”, en lugar de lo que resulta más justo.

 El otro gran tema que sin duda influye en los procesos de nuestro continente agobiado por dictaduras siniestras, es la actitud hacia el pasado. Para la derecha en todas sus variantes, lo importante es “olvidar” lo ocurrido, juzgar las cosas como algo que “sucedió en el pasado” y que “no vale la pena recordar”; ahora -dicen- “hay que mirar al futuro”. “ver hacia adelante”. Y en eso caen algunos izquierdistas que no sufrieron en el pasado los golpes más directos. “no hay que acumular odio” , suelen decir para echar un poco de tierra a lo vivido.

 Pero este no es, sin duda, un buen consejo al pueblo en ningún país. Siempre hay que mirar el pasado, no por deleitarse ni abominarlo, sino para examinarlo críticamente y extraer las lecciones que habrán de permitirnos avanzar. Y es que no hay manera de avizorar la ruta del futuro, sin mirar el camino que seguimos para llegar aquí.

 Y en esta materia, los comunistas chilenos tienen para dar cátedra. No solamente porque sufrieron los daños más intensos, sino también porque vivieron y afrontaron las jornadas más heroicas. Fueron actores y protagonistas de ella. Y dieron lecciones de valor y de coraje cada día.

 Sin hombres como Víctor Jara o “el chino” Diaz; o sin mujeres como Martha Ugarte o Gladys Marín; no hubiera sido posible escribir la historia del pueblo de Chile ni derrotar al fascismo, tal como ocurrió.

 Ahora, en la antesala de la segunda vuelta, Chile está frente a una nueva polarización que, en el fondo, es la misma que golpea el corazón de los chilenos desde hace más de 50 años. Deben optar por el fascismo -es una de sus variantes- o preferir la alternativa popular que encarna inequívocamente Jeannette Jara y que recoge la más rica tradición de lucha del pueblo de Chile. <>

viernes, 21 de noviembre de 2025

PROCESOS ELECTORALES EN MARCHA

 En Chile y en Venceremos (Perú)

VICTORIAS PIRRICAS

Carlos León Moya

En HILDEBRAQNDT EN SUS TRECE Nº 759, 21NOV25

L

a izquierda en Chile obtuvo una victoria pírrica en la elec­ción presidencial del domingo último: ganó la primera vuel­ta, pero perdió la segunda.

Jeannette Jara, candidata de la Uni­dad por Chile y miembro del Partido Comunista, consiguió el primer lugar con el 27% de los votos. Sin embar­go, todos los sondeos mostraban que perdería la segunda vuelta con José Antonio Kast o Evelyn Matthei, sus contrincantes de derecha. Por eso, su gran objetivo era conseguir un 36% (el histórico tercio de la izquierda en Chile) para poder remar así con es­peranza la segunda vuelta. Pero no: lejísimos.

Jeannette Jara
Es más, José Antonio Kast -cuyo padre fue un oficial nazi, así que lo ultraderechista viene de familia- quedó segundo con 24%, apenas 3% menos que ella. Esos 380 mil votos de diferen­cia son tan pocos que en el Perú, con un electorado más grande, equivaldrían al 0,9%.

Las críticas y autocríticas de la iz­quierda en Chile han sido durísimas y públicas. Por ejemplo, su lejanía a las principales demandas de la gente, como seguridad (especialmente en sectores de ingresos bajos, capturado por Kast); la percepción de que son la continuación del gobierno actual de Gabriel Boric, pese a que buena parte de electores lo rechazan (los partidos de gobierno en Chile no consiguen ser reelectos desde el 2010); y no haber empatado con un ánimo de rechazo ya no hacia el gobierno, sino hacia todo el establishment político en general y a la tradicional dicotomía izquierda-de­recha, representada por Franco Parisi y su 20% de votos (un candidato muy extraño para Chile, pero que en Perú sería parte de lo cotidiano).

Todo esto ha convertido la elección en una gran crisis para la izquierda chi­lena. Jara no ganará, pero es igual de importante detener la sangría y que la derrota no sea tan abultada.

P

ero si ellos comparasen su “gran crisis” con la minicrisis de la miniizquierda peruana, tendrían entre alivio y espanto.

La izquierda peruana aún ni empieza la campaña y ya casi perdió la primera vuelta.

La alianza VENCEREMOS, una de las tres opciones de izquierda para el 2026, realizó el domingo unas prima­rias burdas, innecesarias y mal hechas. A pesar de su prédica democrática, la elección no fue abierta ni directa sino a través de delegados, justamente la forma más manipulable. Como si ellos fuesen muchísima gente, como si fue­sen el Partido Comunista de la Unión Soviética y no 500 gatos peleándose por un atún.

Al final, esa primaria la ganó una plancha presidencial aparecida a última hora. Vicente Alanoca, el precandida­to del Nuevo Perú que ya hacía gira en los medios como si fuese el oficial, perdió frente a Ronald Atencio. De seguro usted no sabe quién es, y está bien: es el algo de alguien. Es el abogado de Guillermo Bermejo, y postuló en su reemplazo porque él fue sentenciado a prisión hace un mes.

Vicente Alanoca
Bien pudo Atencio no reemplazarlo -total, el candidato era Bermejo-, pero lo hizo y hasta incluyó en su plancha a un dirigente de Puno y miembro del Nuevo Perú: no, no Alanoca, sino el excongresista Alberto Quintanilla. Y así derrotaron a Alanoca: con olor a traición y componenda, pero también de apañado al más lorna del salón, del niño al que le roban la lonchera. Por un lado, sea por oportunismo, racismo o angurria, Quintanilla le cortó la cabeza al pitufo que quería disputarle el lide­razgo de Puno, como diciéndole: “aquí mando yo”. Por otro, el Nuevo Perú, que prometía cambiar el Perú de raíz y derrotar a la derecha más mañosa, se dejó avasallar y humillar por 39 dele­gados ancianos con olor a naftalina.

El costo de esta “victoria” no ha sido electoral. De hecho, el perfil “castillista”, conservador y autoritario de Atencio empata bien con las actuales demandas de un sector del país, y podría conseguir un buen resultado. Sin embargo, su vic­toria ha destruido la confianza entre los dos grupos que componen la alianza Venceremos, la cual -a su vez- es una de las tres opciones de izquierda. Es decir, el 33% del 1% de la intención de voto se ha sacado los ojos y se acusan entre sí. Parece ser una victoria pírrica. Sí, como la de Chile. Cada uno con sus victorias pírricas: unos en la cima, otros en el subsuelo. <>

jueves, 20 de noviembre de 2025

ELECCIONES 2026: DEBATE SOBRE CANDIDATURAS

 EL INDIO Y LAS IZQUIERDAS

Por: Alejandro Yucra Hancco

G

erman Choquehuanca escribió alguna vez, “Entre izquierda y derecha son iguales, pero prefiero a la derecha, porque ellos te dicen indio de mierda de manera abierta y directa, pero la izquierda, por fuera te dice hermano campesino, indígena y para sus adentros nos escupe”. Yo siempre sostuve esta posición, aun cuando muchos académicos, colegas, o intelectuales me invitaban a acércame a sectores progresistas de la izquierda u otros directamente me confundían con esta postura política. Recientemente se dio el hecho de la exclusión de Vicente Alanoca de la lista electoral por el partido que lo había anunciado con anterioridad para las elecciones presidenciales del año 2026, el denuncio racismo en su publicación redes digitales, pero por lo menos por mi parte, he leído mucho mas en este simple gesto que pasaría desapercibido para la mayoría de los analistas políticos.

Anteriormente había escrito un ensayo hablando sobre la inviabilidad de su candidatura y su eventual llegada a la presidencia, ahora me reafirmo, pero, en otros términos. Para empezar, debemos entender la trayectoria política de este personaje, de formación académica bastante sólida (Doctor en Derechos Humanos y Desarrollo y doctor en Historia de América Latina y Mundos Indígenas por la Universidad Pablo de Olavide Sevilla-España.), formado en la línea progresista ideológica del progresismo de izquierda, un prototipo de lo que sería un buen progre. Pero con una salvedad, es indio, un indio letrado, pero indio a fin de cuentas, indio en un partido de criollos, que claramente lo pensaban utilizar como instrumento político, como ha sucedido muchas veces, como lo ha sido Evo Morales en su tiempo, pero aquí entra a tallar la contradicción, Alanoca era un personaje mas afín a hablar con voz propia que repetir el libreto Woke, no quiero decir que Alanoca era un indio de voz propia, de hecho su formación misma es progresista, sino que era lo suficientemente autónomo para que se volviera un instrumento incomodo. Ya repasado los hechos, quiero entra a tallar de manera breve y resumida acerca de la historicidad de las relaciones entre indios y criollos de izquierda.

Para comenzar, debemos tener presente que la izquierda como la conocemos (Marxista y progresista) y sus variedades (Anarquistas, Trotskistas, ecologistas, feministas, etc.) surgen en Europa a inicios del siglo XX, llegan a Sudamérica en esos años también, pero ya hallados en los países andinos, se topan con una contradicción de proporciones existenciales, en los andes apenas había proletarios, es más, la gran mayoría de la población ni siquiera eran ciudadanos ni entendían la concepción liberal humanista bajo la cual había surgido el Marxismo. Entonces los personajes de izquierda tomaron la difícil tarea de convertir sus paradigmas ideológicos al contexto social o buscar convertir el contexto social a su paradigma ideológico, en ambos casos podemos afirmar que fracasaron estrepitosamente, y se quedaron a medio camino. Pero esta tarea política no obedecía a proyectos políticos nuestros sino orientadas a la toma del poder por parte de la izquierda utilizando el voto de la masa india para ello.

Las tres olas de instrumentalización

1. La izquierda romántica (1920–1960): El indio como metáfora de la nación. En este contexto surge la idea de que el indio es “el espíritu de la nación”, no un sujeto político con voz propia, sino una masa ignorante a la cual orientar y redimir, a la cual civilizar de manera civilizada. Aquí surgen voces como Gonzales Prada y sus postulados del indio como reserva moral, Mariátegui con su postulado de “El problema del indio es el problema de la tierra”, pero la tierra no para el indio, sino para la producción nacional, además de su concepción de indio creada desde el escritorio orientado a justificar la vinculación entre comunismo y civilización andina, “Socialismo primitivo”.

Resultado de estos primeros acercamientos es que se le dio un lugar en el mural de los discursos políticos, en el lugar de lo exótico, pero no en el comité central.

2. La izquierda guerrillera (1960–1990): El indio como masa de choque. Este contexto surge de la frustración de la izquierda frente a sus fracasos políticos. En esta etapa se considera al indio no como tal, sino como campesino y proletario, una masa de choque, destinada a servir como carne de cañón frente al estado. Aquí surgen actores como las guerrillas de MIR, PCP, y actores terroristas como Sendero Luminoso, MRTA: buscando reclutar en zonas rurales andinas, con promesas de justicia y salvación, pero con desprecio por nuestras cosmovisiones (“supersticiones feudales”) y etnicidad.

3. La izquierda progresista (2000–2025): El indio como capital simbólico verde y multicultural. En este contexto, el indio es convertido en indígena, anticapitalista y postmodernista, vinculado a los feminismos, los multiculturalismos, los ecologismos y demás ismos de la postmodernidad. Aquí surgen personajes como Evo Morales, Correa, incluso Castillo: que se empacan en discursos de celebración de la diversidad, de la multiculturalidad y decolonialidad y anticapitalismo, pero sin amenazar el orden social jerárquico ni la dominación de los criollos, personajes orientados a obedecer las directrices de la cooperación europea y recibir el financiamiento y el aplauso de las ONGs.

Surge la imagen del indio “bueno”: el que danza en el desfile, habla de Pachamama en discursos climáticos y no piensa por sí mismo, se convierte en un instrumento eficaz, que es imagen política y voto asegurado.

Un mecanismo clave, para esta dinámica ha sido la cooptación mediante la inclusión — dar puestos, premios, ministerio y reconocimientos vacíos, pero sin ceder control político, distraer con pachamamadas para silenciar todo reclamo.

¿Por qué funciona esta instrumentalización? Esta pregunta es vital, en tanto que necesitamos responderla, para idear mecanismos para contrarrestarla. En este apartado he reconocido 2 causales principales, que seguro deben existir más:

• Falta de estructuras de poder propias: El indio carece de herramientas y estrategias propias o en su poder para articular una opción política viable, el principal es creo la ausencia de una realidad intersubjetiva capaz de articular la acción social y política, además de discursos políticos propios y a veces hasta la ausencia de una conciencia colectiva que nos vincule.

Sin medios de comunicación propios, sin universidades con capacidad de formar cuadros técnicos, sin diplomacia paralela, sin la conciencia de existir como un ente autónomo y diferente al criollo y su estado, el indio depende de los canales de la izquierda para existir políticamente y lograr incidencia política relevante.

• Asimetría de lenguaje: El indio al carecer de una realidad intersubjetiva propia, se ve obligado a traducir sus demandas, reclamos y opiniones a términos de izquierda o derecha. Además, el hecho de no tener un mecanismo de actuar en conjunto obliga que cada grupo étnico actúe por separado y, es más, dentro de cada grupo, existan sectores distanciados que optan más por la fragmentación que por la cooperación.

El indio debe traducir su reclamo a términos marxistas, ambientalistas o derechos-humanistas para ser escuchado — y en esa traducción, pierde su núcleo político: la soberanía étnica como fin en sí mismo.

Ya reconocido la historicidad de las relaciones entre la izquierda y el indio, y la instrumentalización del cual ha sido objeto, queda entonces plantear mecanismo para contrarrestarlo, pero lo dejo para otro ensayo, que el presente ya se alargó demasiado. Pero como cierre, puedo afirmar “La izquierda latinoamericana no liberó al indio; lo reclutó”. No se trata de “traición” moral, sino de una racionalidad política: para llegar al poder político, la izquierda necesitaba una base popular movilizable y mayoritaria, y el indio era abundante, marginado, fácil de simbolizar, y difícil de escuchar.

Queda entonces para el lector escuchar mi conclusión, en forma de premisa dura: Mientras el indio hable el lenguaje de la izquierda, no podrá decir lo que realmente necesita. <♦>


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COMENTOS

E Hilda Gutierrez Muñoz

ALANOCA DEBE SEGUIR. El racismo está en todos lados y más en los partidos políticos que ahora se escudan en "elecciones democráticas" cuando se sabe que aquí se elige por conveniencia, por contuberrnios y por afinidades ideológico-raciales. Y los "burros blancos" alimeñados nunca van a permitir que un aymara los lidere, no obstante que hay 50 (cincuenta) pueblos originarios, siguen con la cantaleta de que el más preparado siempre va a ser un limeño o alguien que ve a Lima como "estado superior". Alanoca debe seguir y tiene que luchar primero contra esos que aparentemente lo apoyan, pero a la hora de los loros le dan las espaldas. Alanoca tiene que actuar como Uchcu Pedro que al ser derrotado Atusparia en 1885, dijo que solo iba a aceptar a quechuahablantes indígenas en sus filas porque a los demás los veía como traidores. Sí, suena "racista", pero mejor un "racismo indígena" inverso antisupremacista que un racismo de los "burros blancos" que vienen cojudeando por más de 200 años a todo un país y nos han llevado a la bancarrota en diversas ocasiones. Alanoca tiene que aprender que aquí se enfrenta a la hez putrefacta político-narco-militar, se enfrenta a Roque Benavidez y los capos de la Confiep, se enfrenta a los sicarios y broadcaster de la radio-prensa-televisión y se enfrenta a los felipillos que se vendieron y se siguen vendiendo al mejor postor. No hay bandera. No hay cuartel. Y se enfrenta también a esos que se dicen "marxistas-leninistas", pero que no le han ganado a nadie. Solo cháchara vacía para cerebros indigestos. Puras babas para las tribunas de cuatro gatos. Aquí lo que se trata es de mirar al Perú del sur y desde ahí irradiar el cambio que el país necesita. Lo resto son estupideces como lo que hace Verito poetastra leyendo versitos mientras el Perú se va por el desagüe o lo que hacen los sachacandidatos hambrientos de poder, pero que no representan a nadie. Alanoca tiene la antorcha, solo no tiene que rendirse ni aceptar falsas elecciones internas donde los votantes son unos cuervos y manganzones que están pensando en réditos políticos, en cuánta tajada se va a sacar cada uno. No se olviden que Pedro Castillo solo unos meses antes de las elecciones tenía 0.001% y nadie lo quería. Es el pueblo quien votará por quien se le parece, por quien ha sufrido en carne propia las miserias coloniales de nacer pobre, de ser cholo, indio, quechuahablante. "Similia similibus curantur", "lo similar cura lo similar". Lo siento, limeños migrantes que esconden detrás de la puerta a sus padres y abuelos y se blanquean con los filtros del celular. Vicente Alanoca perdió a dos hijos, uno de ellos murió por falta de médicos. También mataron a su padre. Ha tenido que trabajar la tierra y accedió a la educación casi por milagro. Él es el Paco Yunque de la política, el Oliver Twist, huérfano que lucha contra su entorno de oprobio, el Jean Valjean que podría levantar esta carreta pesada llamada Perú. No olviden el asunto simbólico. Cuando ocurrió La toma de la Bastilla solo habían cinco personas ahí, pero eso significó el derrumbe del estado despótico francés. No pierdan la fe. ("La fe es la esperanza del cambio", Mariátegui dixit). Y si la pierdan, voten por el cerdo Aliaga y cuando tengan las cadenas en el cuello muerdan cianuro o tírense al río. Nadie se acordará de ustedes porque la historia se preocupa de temas importantes y no de la mrd. +

Víctor R. Cadenas Velásquez:

De acuerdo con el cometario de HILDA. Considero que es importante el aporte de Aníbal Quijano cuando propone la Colonialidad del Poder que se sustenta en la idea de raza para justificar la dominación europea. El racismo existe, sigue vigente, existe en las relaciones intersubjetivas de la mayoría de nosotros. Los europeos, desde la conquista, el colonialismo y hasta ahora siempre nos han considerado inferiores, esa ha sido y es su episteme (forma de entender e interpretar el mundo), tenemos que luchar y trabajar para erradicar el racismo interpretando nuestra historia y realidad actual desde nuestra propia existencia. Esta es una tarea bastante difícil, pero no imposible. Desde algunos años existe una cátedra sobre la Colonialidad del Poder en la universidad Ricardo Palma en Lima, recomiendo la lectura de la publicación que ha realizado dicha universidad sobre este asunto. También se puede consultar la página sobre Aníbal Quijano Obregon en internet. <>


miércoles, 19 de noviembre de 2025

DANZAS DEL ALTO PERU

 LLAMERADA

Origen, historia y formas coreográficas de una de nuestras danzas, que en febrero pasado fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, como ha ocurrido con otros bailes de pueblos andinos.

José Carlos Vilcapoma

C

uando el Inca Túpac Inca Yupanqui alineaba su escuadrón en el Aucaypata, la plaza central de la alegría, en el Cusco, aprestán­dose a la conquista del Chinchaysuyo, recibía miles de guerreros que eran enviados desde todas las provincias del incásico, quienes se alineaban en escuadras en torno de la gran piedra de la guerra, el Usno. Se dice que llegaron a sumar cerca de cincuenta mil guerreros que se alistaban a la conquista más allá donde había dejado su pa­dre Pachacútec. Pero los guerreros no venían solos, cada escuadrón traía sus llamas, sus nobles anima­les; unas con manchas de colores y otras de color entero, blancas o negras. Las primeras eran los cargueros de vituallas, y las otras eran para el culto, el sacrificio y los ritos de agradecimiento a cuanta deidad se encontraba en el cami­no. Las blancas eran los presentes que debían de ser entregadas a los reyezuelos en el largo camino de Qapac Ñan.

Cada grupo militar se diferen­ciaba unos de otros por sus vesti­mentas, algunos por sus prestigio­sos cráneos deformados, como de los lóbulos de las orejas ensancha­dos con incrustación de oro, otros por las armas y llantos que usaban; banderas, adornos y guardas identificaban sus pertenencias locales, pero, sobre todo, por las llamas con que se acompañaban. Las más famosas venían del Qollao, del alti­plano cerca del gran lago Titicaca. Desde allí venían con sus criadores, especialistas del cuidado para la gran marcha. De mucho antes que los incas, data la fama de las llamas y sus llameros. Sin embar­go, eso no significaba que el animal solo era de altura, también podía vivir en los valles e incluso a nivel del mar. Eran animales sagrados para las apachetas del camino, para las montañas más altas, ríos y lagos de importancia, entre otros santuarios, como el medio de sub­sistencia de tamaño ejército por su bondadosa carne.

La noble llama (Lama glama), agrupadas con "delanteros" o jefes de tropa que se distinguen entre sí, por la campanilla de cobre que lle­van y sus atuendos de tejidos de co­lores en el pecho, conducían miles de llamas, y algunas transportaban materiales de guerra y vituallas, de 30 kilos aproximadamente, mien­tras las negras y blancas, sin carga, estaban especialmente destinados para los sacrificios religiosos y para las donaciones a los jefes de señoríos. Los llameros conducían sus hatos en estricto orden; llevaban adornos y algunos estaban "vestidos" flameando wífalas blancas. Solo marchaban los machos; las hembras se quedaban en las cañ­eras. También había los que trans­portaban los objetos básicos de los mitmas, forzados o voluntarios que iban a poblar las zonas vírge­nes conquistadas, o a reemplazar a otros que habían muerto o tenían trabajo ineficiente. Pero también, el noble animal, proporcionaba la carne para tan magnífico ejército.

Los que venían del Qolllao, te­nían sus propios criadores, famo­sos porque viajaban hasta el norte de Argentina o Chile, e incluso a las costas el Atlántico, para reali­zar el trueque y la mejora genética del propio animal. Eran arrieros famosos por sus largos recorridos. Estos criadores eran la herencia de las antiguas culturas del Tihuanaku, de los Pucara, o de los Chiri­pas, prominentes culturas que ha­bían heredado para la posteridad este arte de la crianza de la llama.

Cuando irrumpe España sobre nuestras tierras, no puede dejar de admirar este noble animal que pronto será confundido con los camellos tan comunes de otras la­titudes, de allí su denominación colonial de camélidos sudamericanos.

Como la labor en el prehispá­nico, no rígida y unilineal, como en Europa, aquí se combinaba esta ardua tarea con la danza, el baile, el canto, el lamento y el rito propi­ciatorio; su crianza estaba asocia­da a la danza que con el tiempo se conoció como la llamerada.


Esta danza ha superado la prueba del tiempo. La llamerada, como culto festivo a esta tarea, las hay en todos lados, sin embargo, la del altiplano puneño tiene su propio matiz y encanto. Se asocia a la concepción mágico religiosa de quechuas y aimaras, a la par que se  manifiesta en sus principales fes­tividades como los que se hace en honor a la virgen de la Candelaria, a la Inmaculada Concepción, o en tiempo de carnavales, entre otras. De allí que con cariño se le llama, los Llameritos.

La danza de pastores es prac­ticada en distintas zonas de la región con una variedad de ca­racterísticas y nombres. En las comunidades andinas, se le cono­ce como danza de los "Llameritos", mientras que en las zonas urbana rural se le conoce como "Danza de Llameros". Asimismo, la danza de la llamerada constituye un baile festivo tradicional con una forma musical y coreográfica especial. La simbología refleja una práctica del hombre en permanente diá­logo con su animal. Se representa en casi todas las provincias de la región de Puno. Son famosos los llameritos que llegan a la festividad de la Virgen de la Candelaria, sea para mostrar de­voción y agradecimiento a la vir­gen, como para participar de los concursos de danzas que tienen lugar en el estadio Torres Belón. Recorren sus calles indistintamen­te, los puede haber de varios lados. Son famosos los de Carabaya, en especial los llarmeros de Macusani, donde los paneles de pintura ru­pestre los han impregnado para la posteridad, como los de Paratía, los de Cantería, de San Román, Juliaca, entre tantos pueblos puneños. Como el baile se asocia al rito, se hace previo a sus representacio­nes la Llama t'inka como en sus pueblos, donde se realiza en el mes de agosto, en el que las montañas están abiertas y pueden recibir las ofrendas de propiciación.

La llamerada es a la vez, un agradecimiento al noble animal, por ser utilitario y compañero de viajes, como de culto, reconocién­dose su uso como transporte de carga, producción de fibra y carne, fuente de alimento. En el sistema de creencia, la llama propicia la prosperidad y la reciprocidad con la Pachamama, estando presente en las mesas de pagos del altiplano, sin contradecir que; en carnavales se les dedique espacios para el conteo y su marcación festiva.

La danza es elocuente, los va­rones llevan pantalones cortos de bayeta de color generalmente negro. Se cruzan una manta a las espaldas haciéndose el nudo en el pecho, en el que llevan sus vituallas o comidas de auxilio, mientras las mujeres de faldas rojas, con mantas más pequeñas, con mon­teras de color que se distinguen de los varones, danzan con velocidad que recuerda la ágil labor al lado de sus llamas. Giran sus liwis, sus hondas ante la atenta mirada del caporal o mayordomo, el patrón de los hatos de ganado, que bien se acompaña con quena, pinkullo o tarkas dependiendo del pue­blo que la ejecuta. Se adornan de monteras generalmente de tres puntas, tanto el varón o las mu­jeres. Sus chuspas son bolsitas tejidas por ellos mismos donde se lleva la infaltable coca ritual, que anima la labor del pastoreo. El lá­tigo o zurriago es el wichi wichi. Otras tropas de llameros usan mascarillas, dando importancia a la fuerza de la careta que genera una fuerza misteriosa hacia den­tro como hacia afuera.

Muchas comunidades de alti­plano representan este complejo proceso de la crianza de la llama a través de la danza, en coreografía rígida, como son las danzas: zigzagueante, acompaña­do de hondas rituales. Sus mujeres son animadas en la danza por el bombo, mientras ellas bailan alrededor de los va­rones, buscando trenzar sus hon­das para luego desamarrarlas ante el júbilo del público. Una forzada analogía con la tropa de las llamas, hace que en la re­presentación se imite al Jañacho, al líder de las llamas, al delante­ro, pues un personaje conduce la danza como si fuera su hato. Muchos llameros llevan su llamerito, su réplica, su doble, en miniatura. Es su camaquen, su alter ego. En­tre sus mantos pueden llevar las illas, una reproducción mágica del animal que sirve para buscar su fertilidad. El awatiri o mayordo­mo representa la mayor jerarquía de los danzantes en la compañía. Su coreografía refleja el largo tra­jinar de estos hombres de altura, hacia lugares inhóspitos.

Ejecutan esta danza en luga­res abiertos como cerrados. Su música es ágil, alegre y de complementariedad de género, de allí la importancia del diálogo coreo­gráfico entre hombres y mujeres, muchas veces en diálogo de amor a través de sus hondas. Hay cánticos de loas a las llamitas, como a la misma labor de los llameros. Con el tiempo se impregnó los instrumentos cordófonos y no es extraño ver que en algunas co­munidades sean estudiantinas las que acompañan la danza.

Es deslumbrante verlos en la fiesta en honor a la virgen Candelaria, al lado de diabla­das, morenadas, cullahuadas, tuntunas, sayas y caporales, en honor a la virgen de la Candela. Con justicia ha sido declarada Pa­trimonio Cultural Inmaterial de la Nación. <♦>

martes, 18 de noviembre de 2025

HAY QUE SALVAR AL LAGO TITIKAKA

TITICACA: ¿INICIOS DE UNA CATÀSTROFE?

Víctor Alvarado

En revista BRISAS, diciembre 2023 

E

l Lago Titicaca (en Puno a 3,812 msnm), el mítico “lago de los pumas de piedra", según traduc­ción de sus vocablos aymara y quechua (Titi: gato montés y kaka: montaña o roca), enfrenta advertencias de una calamidad climática o, más drásticamente hablando, de un terrible desastre ambiental.

Sus causas: el calentamiento global, determinante de la dis­minución del nivel de sus aguas de hasta 2.2 metros desde el año 2001, y que iría peligrosamen­te en aumento en los próximos años hasta poner en riesgo su existencia milenaria de 6 millo­nes de años.

Esta advertencia no es un alarmismo ni una ligera ocu­rrencia, pues en el mundo te­nemos hasta 5 grandes lagos, como el Titicaca, en proceso de desaparición principalmente de­bido a 1) fenómenos climáticos, como el llamado calentamiento global que está incidiendo sobre el Titicaca y 2) el mal manejo de las fuentes de agua que lo abas­tecen, como lo han hecho los go­biernos centrales en el caso del lago puneño.

Un precedente

A estos cinco lagos habría que añadir un sexto, el antiquí­simo lago salado Poopó, ubicado a 3,686 msnm, en territorio hoy boliviano, en el departamento de Oruro, unos 200 metros más abajo que el Titicaca, conocido durante la Colonia como lago Aullagas o lago Paria, consi­derado el segundo más grande de Bolivia (después del Titica­ca que lo compartimos los dos países), ahora convertido en desierto.

El lago Poopó se secó una vez en 1994 a causa de una sequía prolongada, y ahora 30 años des­pués, todo indica que la desapari­ción de sus fuentes hídricas sub­terráneas que le suministraban aguas, es irreversible.

Esta constatación llevó al gobierno boliviano, el pasado 16 de diciembre de 2015, a darlo oficialmente por desaparecido y con él, la eliminación de una fauna de 200 especies silvestres entre aves, mamíferos, peces y reptiles.

El trágico final del Poopó amenaza a decenas de lagos en el mundo, entre ellos a cinco gi­gantes que por milenios eran el orgullo de las naciones donde estaban enclavados.

Arqueo fatal

Hagamos aquí un breve repa­so de ellos:

1) El lago conocido como Mar de Aral (Uzbequistán), del que queda solo un 5% de su ex­tensión original, debido a que en los años 60 durante el gobierno de la ex URSS, al que perteneció Uzbequistán, derivó los caudales de sus ríos afluentes Amu Darya y el Syr Darya, para la irrigación de las tierras destinadas al culti­vo intensivo de algodón y otros cultivos, que lo convirtieron en uno de los mayores productores de algodón del mundo.

La desviación de esos sus ríos evitó que el agua llegara hasta el ‘Mar de Aral” y este ahora es un remedo de lago y, para colmo de males, sufre la concentración de sales, pesticidas y fertilizantes, y la desaparición de la fauna, obli­gando a sus pobladores a emigrar a otros lugares. El panorama que ha quedado es el de un completo desierto.

2) Lago Urmia, en Irán, uno de •los lagos de agua salina más grandes del mundo, desaparece lentamente, y en la actualidad solo el 5% de su superficie tiene agua.

3) Lago Chad, que se extendía a lo largo de los países afri­canos de Chad, Camerún, Níger v Nigeria, ha perdido desde la década de 1960 el 90% de su extensión lagar.

4) Lago Cachet II (Chile), de origen glaciar, desapareció definitivamente en marzo de 2012, luego de las desapariciones de los glaciares andinos que le surtían de agua.

5) Lago Sagrado Waiau (Hawái, EE.UU), empezó reducir el nivel de sus aguas en el 2,010 y no hay señales de que el proceso de desaparición se de­tenga.

Sustracción de aguas

Según una valiente denuncia del escritor puneño Ornar Aramayo, varios ríos, de los más de 25 que aportan sus aguas al Lago, entre ellos los ríos Ramis e llave, han experimentado descensos de sus cauces, entre otras razo­nes, porque habrían sido objeto de sustracciones de sus caudales, pero no en sus propios cursos, lo cual hubiera sido detectable y es­candaloso, sino en las partes altas, en los lugares de nacimiento de estos ríos, donde las aguas esta­rían siendo recogidas por tubos y llevados a Moquegua, Tacna y tal vez también al vecino Chile.

Aramayo no lo dice, pero uno de los artífices de la sus­tracción clandestina de las aguas en los propios orígenes de los cauces de los ríos que alimentan al Titicaca, sería el expresidente Vizcarra, uno de los impulsores a rajatabla de la Represa de Pasto Grande (Moquegua) y aunque este embalse aparece como el represamiento de las aguas del Río Vizcachas para irrigar tierras en Moque­gua y Tambo, cabría investigar si también, como dice Aramayo “están chupando” las aguas en los orígenes de los ríos que abas­tecen al Titicaca.

Tendencia grave

De otro lado, resulta claro que mientras continúe este dé­ficit hídrico derivado del calen­tamiento global y la presencia del fenómeno El Niño (léase la llegada de corrientes cálidas al mar frente a las costas de Perú y Ecuador), se mantendrá la dismi­nución de los caudales de unos ríos y la sequedad de otros, así como del nivel de las aguas del Titicaca.

Necesaria movilización

Se trataría de motivar y/o emplazar a los gobiernos regio­nal y central a desarrollar una cruzada para asegurar: la in­tangibilidad de los caudales de los ríos que desembocan en el Titicaca, y la descontaminación de sus aguas a través de la eje­cución del proyecto de creación de 10 plantas de tratamiento de aguas residuales, una para cada provincia, que camina a paso de tortuga.[1]

De la existencia del Lago de­pende la vida de cerca de 3 mi­llones de peruanos y bolivianos, de los cuáles 1.3 millones residen en Puno.

Este fenómeno tiende a agra­varse, según Sixto Flores Sancho, jefe regional del SENAMHI en Puno; desde que se declararon las altas temperaturas, las aguas del Titicaca disminuyeron 59 centímetros, que deberán aña­dirse a los 2.2 metros de dismi­nución registrados desde el 2001.

«A pesar de que se tienen pre­cipitaciones ligeras estas no compensan la fuerte evaporación de­bido a las temperaturas”, explicó Sixto Flores, luego de adelantar que a fin de año el nivel del agua del lago Titicaca podría bajar en 90 centímetros.

Respecto al caudal de los ríos más representativos de la región, como el Ramis, Huancané, Coata y otros, advirtió que están 63 % por debajo de su estado normal en comparación de los años an­teriores, debido, reiteró, a la pre­sencia de las altas temperaturas.

Sobre cuernos, palos

Esta situación mantiene cris­pados a los puneños y de manera particular a los nativos Uros que residen en las islas flotantes del lago por la caída del turismo. El descenso del nivel de las aguas del Titicaca ha causado que los em­barcaderos estén ahora sobre lodo y no sobre agua y lógicamente los turistas rehúsan embarcarse.

Las altas temperatura han provocado también que se haya secado el 86% de los totorales en un área de 37,180 has., con lo cual los Uros perderán un nu­triente que les facilita su diges­tión y evita el estreñimiento.

La desaparición de los totora­les, además dejaría sin alimento a una amplia fauna silvestre y sin forraje al ganado doméstico y también sin materia prima a miles de artesanos que lo usan para fabricar canastas y objetos turísticos. <+>

[1] NOTA DEL DIFUSOR. Gustavo Flores Flores califica certeramente como un gran engaño a las proyectadas PTAR (Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales) Se sabe que la empresa española que ganó la licitación para construirlas, ha dejado abandonados los trabajos iniciales al no haber sido atendidas como ella pretendía las inaceptables adendas al contrato respectivo. La indiferencia de las autoridades competentes para buscar una salida efectiva a los impases y la increíble indolencia y pasividad de los pueblos de las localidades en las que se tiene prevista la construcción de las PTAR en mención, agravan el problema día a día, convirtiendo paulatinamente al lago en un vaso hídrico cloacal.

En cuanto a la reducción del caudal del lago, recientes temporadas lluviosas han generado el incremento del nivel de las aguas, aunque sin llegar a los anteriores, La tendencia, infortunadamente, continúa. (GVC) 

domingo, 16 de noviembre de 2025

PINTORES PUNEÑOS: RAUL SUCAPUKA

 

Phusiris

Kajelo

Ch'alla

Yatiri

Sikuphusas


AGRESIÒN INTERVENCIONISTA EN CONTRA EL DERECHO INTERNACIONAL, EN MARCHA

 LA HORA DE LA PATRIA GRANDE

 Por Gustavo Espinoza M.

C

asi sin sentir, está llegando la hora de América Latina. Y el reloj de la historia suena con similar intensidad en distintos países tomando diferentes v variables pero un solo contenido: ante el ascenso combativo de los pueblos que anhelan la liberación nacional y social de sus países, asoma una vez más el Amo del Norte con sus bravuconadas, prepotencia secular e inmenso poderío económico, político y militar; y acciona vigorosamente en el empeño de avasallar la voluntad de millones de hombres y mujeres en todo el continente.

 En cada rincón de América, la fuerza del Imperio tiene un nombre ante sus ojos.  En Venezuela, su tarea es derribar a Maduro y escarmentar al pueblo bolivariano. En Colombia, tomar por asalto el Palacio de gobierno y acabar con la figura de Gustavo Petro.  En el Caribe, hundir a Cuba en el mar ahogando de una vez y para siempre a millones. En Nicaragua, matar nuevamente a Sandino y cortarle el cuello a Daniel Ortega.

 En México, acabar con Morena y, de una vez y para siempre, liquidar el legado de López Obrador y la sencilla firmeza de Claudia Sheinbaum. En Ecuador, sepultar la memoria de Correa apagando su luz para que no prenda nunca más.  Y hasta en Honduras, ese pequeño y martirizado país que preocupa a Donald Trump tanto como Nigeria asoma como señuelo Xiomara Castro, a la que busca desaparecer. Para todos ellos tiene un mismo mensaje: guerra, muerte, renuncia, fin del régimen. No hay más.  

 Por ahora, en las costas del Caribe navega el Gerald Ford, el Portaaviones más poderoso y mejor artillado del mundo. Se dedica a cazar pequeñas lanchas y matar pescadores, acusándolos de narcotraficantes. Pero sus conductores no han presentado -hasta hoy- ni siquiera una bolsita con un mate de coca, como para decir que es droga. 

 Usan el tema como entretenimiento fugaz, pero su voracidad no tiene límite. Y pronto querrá devorar países enteros.  Por ahora, estas ejecuciones extrajudiciales que constituyen delitos de Lesa humanidad espantan incluso a la Corona Británica.

 El caso de Venezuela es emblemático. Frente a Caracas, en las aguas del Caribe, aúlla un lobo con la voz de Donald Trump. Y le exige al Palacio de Miraflores que se rinda y que se entregue. Y a la Fuerza Armada Bolivariana y al pueblo llanero, le plantea un ukase: derriben a Maduro y entreguen su cadáver. Si no, bombardearemos el país y mataremos a todos. Y claro, restauraremos la democracia occidental y cristiana para que allí reine Corina Machado y los sobrevivientes.

 Pero el Imperio hoy toca también las puertas de Chile, donde este domingo 16 de noviembre tendrá lugar el proceso electoral 2025.

 Allí, en la Araucanía, el pueblo fue capaz de construir la unidad más amplia de la que se tenga noticia a través de su historia, y enarboló con ella la candidatura de Jeanette Jara, una aguerrida militante comunista dispuesta a tomar el cielo por asalto.

 Por lo pronto, el imperio se ha dado maña para rodear a la patria de Lautaro de enemigos crecientemente hostiles: la Argentina de Milei, la Bolivia de Paz y el Perú de Jerí.

  Con esos nombres pequeños, se pretende intimidar a un pueblo grande. Si Chile no se asusta, el Gerald Ford vendrá también de visita por las costas de Pacífico mirando al sur y con sus bombas listas.

 Y porque piensa en todo eso, en el Perú se aferra a lo que tiene en la mano. El presidente ha cambiado de estilo, pero no de esencia. Tiene distintas formas, pero un mismo contenido.   Es como la leche de magnesia, solo que en un frasco de Yogurt

 En lo que se suele llamar “la gran política” Jeri busca cerrar filas con la Casa Blanca. Por eso la campaña anti comunista, las aviesas maniobras contra Cuba. La persecución contra los que se oponen a sus manejos turbios, y el afán enfermizo de vincular la actividad delictiva con el accionar de quienes enarbolan la bandera de la Revolución Social y el Socialismo.   

 Por ahora aquí, y en este barrio, le interesa impresionar al “gran público” y empedrar el futuro para su organización partidista, y para él mismo. Podría ser que más adelante, por segunda vez, la suerte toque su puerta. Y como Boys Scout, hay que estar siempre listo.

 Para algunos voceros del Imperio, ha llegado la hora para los pueblos. Les suena eso, como la hora de la caída, de la derrota. O aún de la muerte; en todo caso, la caída de la esperanza y el fin de los derechos de las masas oprimidas.

 Para otros, en cambio, es la hora de la solidaridad y de la lucha, del combate esencial por la dignidad y la justicia, por el respeto a la Independencia y la Soberanía de los Estados; por la defensa de los recursos naturales que no son patrimonio de Imperio sino de los pueblos.

 Por eso, por las venas de nuestro continente, de esta nuestra Patria Grande, corre la sangre de Túpac Amaru, de San Martín y de Bolívar, al lado de su espada. Y el ejemplo de Juan Santos Atahualpa, de Túpac Catari. y Tiradentes, de Hidalgo y de Martí; pero también el de Juan Velasco, Fidel Castro, Ernesto Guevara y Hugo Chávez. Todos ellos enarbolan el mismo estandarte que se alzará victorioso. <+>