sábado, 2 de agosto de 2025

OPINION: SOBRE LOS SIMBOLOS PATRIOS

 ACERCA DE LA BANDERA 

Y EL ESCUDO DEL PERÚ

Escribe: José Luis Ayala Olazával

L

a bandera del Perú es uno de los símbolos patrios con forma rectangular y tres bandas verticales de igual dimensión de color rojo en los laterales y, blanco en el centro. Es un símbolo patrio. El Estado Peruano ha creado el Pabellón Nacional y la Bandera de Guerra, que incluyen al escudo nacional.

La primera bandera fue presentada el 28 de julio de 1821, cuando se proclamó la independencia del Perú. El día 7 de junio se celebra el Día de la Bandera en reminiscencia a la Batalla de Arica y, el 28 de agosto es la Procesión de la Bandera en Tacna.

La primera bandera fue creada por el protector José de San Martín mediante un decreto del 21 de octubre de 1820.

Los colores rojo y blanco fueron adoptados en  razón a que en el viaje a Lima, vio en el camino las banderas que usaban esos colores las guerrillas que apoyaban la guerra contra España. La primera bandera tenía en el centro una corona ovalada de laurel y varios cerros o pakarinas. El sol de los incas y el mar. Hasta que finalmente la bandera del Perú se convirtió en símbolo de una permanente lucha contra las injusticias y necesidad de diseñar un proyecto social para el futuro.

Los colores rojo y blanco de la bandera del Perú encarnan la identidad y permanente lucha por la dignidad y honor de un pueblo que merece respeto.

Representan la inmarcesible presencia de Huamán Poma de Ayala, Garcilaso  de la Vega, José Gabriel Túpac Amaru II, Micaela Bastidas, de sus hijos mártires Hipólito, Mariano y Fernando Túpac Amaru Bastidas, de Juan Bautista Túpac Amaru Monxarras, Pedro Vilca Apasa, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Mariano Melgar, José Fermín de Sata y Busy. El escudo del Perú es el símbolo heráldico usado oficialmente por el Estado e instituciones públicas. Las imágenes que alberga fueron aprobadas por el Congreso Constituyente de 1825.

La bandera bicolor del Perú, es la que defendió en el morro de Arica Francisco Bolognesi, en el mar Miguel Grau, en la guerra Leoncio Prado. Es la bicolor con la que voló a la inmortalidad Alfonso Ugarte. Es la bandera de los ideales libertarios de Mariano Melgar, Juan Bustamante, Teodomiro Gutiérrez Cuevas. Es la bandera que cubrió el ataúd de José Carlos Mariátegui, la bandera de la intelectualidad y héroes culturales como Gamaliel Churata, José María Arguedas, Carlos Oquendo de Amat, Manuel Scorza, Alejandro Romualdo, César Moro, Javier Heraud. De mujeres como Bartolina Sisa, Juana Azurduy, Yma Sumac, María Elena Moyano, etc.

En el fútbol Teodoro “Lolo” Fernández, Alberto “Toto” Terry, Juan Valdivieso, Norberto Claudio Pizarro, Julio Meléndez, José Velásquez, Cesar Cueto, Jefferson Farfán, Teófilo “El nene” Cubillas, Hugo Sotil, Roberto Palacios, Paolo Guerrero. También Alberto Rossel gran boxeador. Inés Melchor en atletismo, fondista que en varios certámenes ha sido campeona sudamericana y panamericana de atletismo. Sandra Collantes ha ganado el Campeonato Sudamericano de Santiago y consiguió su mayor título. Ángela Leyva destaca en voleibol. Nicolás Fuchs piloto de rally. Delfina Cuglievan destaca en el esquí acuático. Alexander Zimmermann, en vela. Benoit Clemente consiguió el oro en los Bolivarianos el Mundial de Longboard en China, campeón del mundo por equipos en los ISA World Surfing Games. Nicolás Pacheco en tiro. Diego Elías en squash.

Cualquier persona no puede usar los sagrados colores rojo y blanco, menos el escudo nacional para fines personales en una campaña política. Nadie tiene derecho a ponerse una camiseta de la selección de fútbol que simbolizan los colores patrios, para realizar una acción personal destinada a eludir una carcelería de 30 años. ¿Hasta cuándo usará los colores que son sagrados? ¿Por qué usa el escudo nacional? ¿Por qué no dicen nada los colegios profesionales? ¿Por qué no se pronuncia la Federación Peruana de Fútbol? ¿Por qué se callan los historiadores? ¿Qué temor tienen los docentes y académicos de Historia del Perú? ¿En qué mundo viven los periodistas asalariados por el poder mediático? ¿No saben acaso que nadie cree? ¿Por qué todos los días repiten el mismo patrón desinformativo?

Entonces las otras preguntas que llegan por su propio son:

¿Dónde está la palabra oficial de los escritores? ¿Por qué se callan en todos los idiomas los ensayistas? ¿Qué dicen los científicos sociales? ¿Por qué no se pronuncia el Colegio de Abogados? ¿Qué temor tienen los congresistas? ¿No son acaso los padres de la plata? ¿No se oye padre?

Sin embargo, la gran mayoría de ciudadanos no morderá el anzuelo, no confundirán la imagen del Escudo Nacional y la significación de la Patria Peruana, con los colores de los dólares de Odebrech. Menos con los signos de esterilizaciones forzadas, crímenes de La Cantuta y Barrios Altos. Ni con la farsa de los cocteles, las barras de oro que deben estar en algún Banco del Japón. En fin, nade dice nada. ¿Por qué?

Un temor soterrado, un miedo subterráneo recorre las calles, avenidas, plazas, caminos y villorrios del Perú. Es un silencio cómplice, horrendo y terrible. El síndrome de la colonia está más vigente que nunca. El miedo a protestar y reclamar ha calado profundamente. Las dictaduras han dejado grandes temores en la memoria social del pueblo peruano. Sin embargo, habrá que insistir en que nadie tiene derecho a denigrar los sagrados colores del Perú: Rojo y blanco, inmortales. <:>




viernes, 1 de agosto de 2025

ENFOQUE DE COYUNTURA POLITICA PERUANA

 FUTURO PERFECTO

César Hildebrandt

En: HIDELBRANDT EN SUS TRECE Nº 743 1AGO25

N

o le deseo ningún infortunio a la señora que va a Palacio, Pero me temo que apenas deje el cargo que no cesa de manchar le van a llover papeles, audios comprometedores, mensajería de nuevos cuellos blancos, óbolos de waykis, porcentajes.

Y la traición hará, como siempre sucede, el viaje de vuelta. Bajo presión, los Quero y los Santiváñez colaborarán eficazmente mientras personajes de menor rango, que ahora ni imaginamos, saldrán a contar lo suyo.

La señora vive en la mugre de la poIítica porque así lo decidió. Nadie le dijo que sucediera a Castillo, esa farsa con sombrero, para aliarse con quienes perdieron las elecciones. Nadie le puso un revólver en la cabeza para que se acostara con el hampa y se levantara convertida en la amante de los Soprano del Congreso. Nadie le dijo que se suicidara moralmente y saliera a defender la ley de Fernando Rospigliosi que arnnistía a asesinos uniformados.

No le deseo nada malo a la señora que Ya a Palacio, pero me temo que a ella le va a suceder lo peor. Y lo peor que puede pasarle a alguien de su calaña es que se quiera más cada día y que a cada hora Ie crezca, corno hierba salvaje, la autoestima. Eso ya está ocurriendo.

En su maratón de lectura del 28 se la vio más empoderada que nunca y alcanzando cumbres del cinismo. Y ahora que desafía el orden internacional achoràdose con la Corte Interamericana de Derechos Humanos o enemistándonos inútilmente con Bolivia, uno percibe que Ia señora ha decidido cavar su tumba con más energía que nunca`.

¿De qué sonríe?

Las cosas no son como se las han descrito sus asesores, señora Boluarte. Se siente usted la reina Victoria de un reino tan poderoso como imaginario que hasta se atreve a dar lecciones a sus vecinos, pero lo cierto, señora, es que usted preside ilegalmente un país atravesado por eI crimen organizado. Y usted no es Victoria, sino la pantalla de un Congreso dominado por la oscuridad. Victoria se casó con su primo Alberto de Sajonia y con él tuvo nueve hijos. Usted se ha casado con Keiko Fujimori y César Acuña y de esa unión sólo nacerán gárgolas de adobe.

Cuando el artículo 117 de la Constitución no la proteja acudirán a su casa los fiscales, señora Boluarte. Que sus abogados la protejan, que los jueces sean justos, Y en ese trance, tendrá usted que probar que no merece la consagrada figura de la autoría mediata en el caso de los asesinatos de diciembre del 2O22 y enero del 2023.

Pero tendrá que defenderse también del cargo inminente de encabezar una organización criminal que, en combinación con eI Congreso dominado por el hampa, favoreció el delito con leyes que parecían tener nombre propio.

Usted es de las peores cosas que le podían pasar al país. Y la gente la desprecia no porque usted sea una mujer andina -ya quisiera tener usted la modesta sabiduría de muchísimas mujeres andinas- sino porque usted ha demostrado que Io único que le importa es eI cargo, los ritos, el oropel, los húsares, el dinero, la apariencia insolente de un éxito que necesita de policías y soplones.

A partir de agosto del 2026, señora, usted tendrá lo que ha hecho tanto por merecer. No me complaceré viéndola en esos trances, pero tampoco diré que el destino ha sido cruel. La verdad es que fui educado en el respeto especial a las mujeres. Viví en una casa en la que mi madre tenía el rol protagónico y donde mis tres hermanas la secundaban. Me habría gustado ver en usted a una mujer con la que se podía discrepar pero a quien debíamos, por su cargo, rendir honores, Pero usted, señora, se ha escudado en la infamia y ha envilecido aún más Ia política de este país que dice representar. La historia ya la juzgó, señora Boluarte. Ahora falta que Ia juzguen los rnagistrados de alguna sala penal. Eso será inevitable. <:>

miércoles, 30 de julio de 2025

OPINION: CONSIDERACIONES AL REDEDOR DE UN TEMA POLEMICO SIEMPRE ACTUAL

 ¿CUÁL INDEPENDENCIA?

Angel Gabriel Apaza

A

 pesar de haber proclamado la independencia en 1821, el Perú sigue sometido a formas estructurales de dominación que impiden una verdadera soberanía nacional. Como lo señaló el sociólogo peruano Aníbal Quijano, la independencia formal no implicó la superación del poder colonial, sino su reconfiguración a través de lo que denominó la colonialidad del poder: un patrón global que articula el racismo, el eurocentrismo y el capitalismo como formas persistentes de subordinación (Quijano, 2000). En ese sentido, el país continúa siendo funcional a los intereses del gran capital transnacional y del imperialismo, particularmente el norteamericano, que mantiene a América Latina bajo la lógica de su patio trasero.

Esta situación se agrava en contextos de autoritarismo, como el que actualmente vive el Perú, donde el poder político ha sido capturado por una oligarquía que perpetúa un modelo excluyente. Este régimen no solo administra el Estado, sino que representa un orden heredado del pasado colonial, impidiendo la construcción de un proyecto verdaderamente democrático y plural.

Ante ello, urge la necesidad de pensar en una nueva república, una que rompa con la tradición aristocrática, burguesa y limeñocéntrica que ha caracterizado al Estado peruano desde su fundación. Como ya lo advertía José Carlos Mariátegui, el Perú no puede ser interpretado ni transformado desde moldes ajenos, sino desde sus propias realidades históricas, sociales y culturales (Mariátegui, 1928). En esa línea, lo que se reclama hoy es una república construida desde abajo, plebeya y popular, que reconozca la pluralidad de naciones, culturas, lenguas y formas de vida que existen en el país.

Esta demanda por una república de los pueblos no es un simple deseo utópico, sino una exigencia histórica que se ha ido gestando desde las resistencias indígenas, campesinas y populares. Como señala Boaventura de Sousa Santos (2010), no puede haber democracia sin epistemologías del sur, sin una reconstrucción del Estado que se nutra de las memorias, saberes y cosmovisiones de los pueblos históricamente subalternizados. Asimismo, Enrique Dussel plantea que toda república verdaderamente democrática debe emerger desde los márgenes y no desde el centro del poder imperial (Dussel, 2007).

Por ello, las luchas actuales en el Perú —que incluyen vigilias, protestas y movilizaciones sostenidas por amplios sectores sociales— no son hechos aislados, sino parte de un proceso más amplio de disputa por una segunda independencia. Una independencia no solo simbólica o jurídica, sino real, integral, descolonizadora y radicalmente democratizadora. <:>
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Referencias

• Dussel, E. (2007). 20 tesis de política. México: Siglo XXI.
• Mariátegui, J. C. (1928). Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: Editorial Minerva.
• Quijano, A. (2000). "Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina". Revista Internacional de Ciencias Sociales, 49(153), 93–107.
• Sousa Santos, B. de. (2010). Refundación del Estado en América Latina: Perspectivas desde una epistemología del sur. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.

REBELDES AIMARAS DURANTE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

ISIDRO MAMANI:

Por: Néstor Pilco Contreras

En: PUQINA QUTA 28JUL25 

La independencia de nuestro país fue un proceso complejo, marcado por una prolongada guerra civil en la que diversos sectores sociales actuaron según sus intereses personales y de grupo. Durante quince años, el país vivió en un estado de guerra que demandó grandes recursos humanos y económicos. En este contexto, Puno desempeñó un papel fundamental. No fue sino hasta diciembre de 1824 que en esta región se proclamó y juró oficialmente la independencia. 

L

a independencia del Perú fue un proceso largo y complejo, marcado por una guerra civil en la que muchos acontecimientos fueron ampliamente visibilizados, mientras que otros quedaron relegados al olvido o silenciados. En esta ocasión, presentamos la figura del rebelde aimara Isidro Mamani, quien, junto a Pascual Alarapita, Julián Apaza, Andrés Wara y otros líderes, encabezó un ejército insurgente que avanzó sobre los pueblos de Desaguadero, Zepita, Pomata, Juli, Ilave y Chucuito, con el objetivo de tomar por asalto la ciudad de Puno durante la gran rebelión de Túpac Amaru (1780 – 1781).

El valiente revolucionario Isidro Mamani nació en 1747, en la jurisdicción del actual distrito de Zepita, provincia de Chucuito. Fue uno de los principales líderes aimaras y lugarteniente de Julián Apaza (Túpac Katari) y Pascual Alarapita. Según la documentación de la época, fue denominado con diversos títulos que reflejan su carácter e influencia: “el temible”, “el Katari”, “el Virrey” y, para algunos, “Puma Katari”. Estuvo casado con Andrea Choque, una mujer valiente y comprometida con la causa de la libertad.

En 1781, a la edad de 34 años, Isidro Mamani se unió con energía y convicción al ejército patriota liderado por Túpac Katari y Túpac Amaru II. En una declaración ante las autoridades hispanas ese mismo año, respecto a su origen, ocupación y estado civil, manifestó: “Natural del pueblo de Zepita, provincia de Chucuito; de oficio chacarero; de estado casado con Andrea Choque; que es de edad de treinta y cuatro años”.

Durante los primeros meses de 1781, Isidro Mamani participó en la toma y asalto de su pueblo natal, Zepita, donde fueron ejecutadas más de 30 personas, entre ellas Juliana Chipana de Gutiérrez, esposa del cacique don Francisco Gutiérrez, así como sus dos hijos. En Pomata, las fuerzas rebeldes dieron muerte al cacique José Toribio Castilla. Posteriormente, en Juli, se perpetró la ejecución de 71 personas, en su mayoría españoles y líderes indígenas realistas. Entre los que padecieron castigo se encuentran los caciques Rafael Paca y Fermín García Llaclla.

Al conocerse las gloriosas victorias de los rebeldes, muchas personas se sumaron a la causa insurgente. En los pueblos de Yunguyo, Desaguadero, Zepita y Pomata ya no quedaba ni un cacique ni un español. El ejército realista, junto con algunos indígenas leales a la Corona, huyó de Ilave y se replegó hacia los cerros de Acora. En el pueblo de San Juan de Acora, "se apostaron 500 indios armados bajo las órdenes de la cacica Isidora Catacora para defender el paso contra los traidores" (Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú NCDIP, 2017). Sin embargo, ni los refuerzos de indígenas fieles provenientes de Acora ni el respaldo de los caciques de Chucuito pudieron contener la fuerza arrolladora de los rebeldes comandados por Isidro Mamani. La batalla de Marka Esqueña fue una victoria contundente para los insurgentes, lo que provocó la retirada y el temor del ejército realista.

El siguiente pueblo en caer ante los rebeldes fue Chucuito. Según el testimonio del contador de las Cajas Reales, Félix Claveran Rendón, “fue totalmente destruida y entregada al saqueo por el vil y sanguinario Isidro Mamani y su tropa de rebeldes”. En un informe de la época se lee:

Se sabe de positivo que el día 3 de abril murieron en Chucuito y Pampa del Barco al canto de la Ciudad, más de mil personas de todo sexo y edad, entre ellos el Cura de Juli Dn. Josef Matías Arrescurrenaga, el coronel de Milicias de Chucuito Dn. Nicolas de Mendiolaza que murió quemado, y el Sargento Mayor Dn. Josef Rosello: y en toda la Provincia se consideran más de dos mil personas. Este es el infeliz, y deplorable estado en que ha quedado la provincia de Chucuyto, que siendo una de las más floridas del Collao, se halla actualmente la más arruinada, pues sus Pueblos y Capital está todo reducido a cenizas (NCDIP, 2017).

Este hecho generó un profundo desconcierto entre los hispanos, quienes huyeron en distintas direcciones según sus posibilidades: algunos se dirigieron a la Villa de Puno, mientras que otros emprendieron camino hacia Moquegua y Arequipa. Finalmente, los rebeldes intentaron tomar la ciudad de Puno en dos ocasiones, sin lograr su objetivo. Sin embargo, estas ofensivas provocaron el abandono de los pueblos de Puno, Chucuito y localidades vecinas por parte de los fidelistas.

La mayoría de las autoridades virreinales consideraron a Isidro Mamani como uno de los líderes aimaras más influyentes de la provincia colonial de Chucuito. El corregidor de Paucarcolla, Antonio de Orellana, en su testimonio sobre Mamani, afirma que fue “comisionado de Pascual Alarapita, jefe del partido de Katari, habiendo pasado a cuchillo a todos los vecinos y habitantes españoles de la provincia de Chucuito e incendiado su población” (NCDIP-6, 2017, p. 548). Isidro Mamani fue capturado en Acora por traición de algunos indios fidelistas.

El líder zepiteño Isidro Mamani fue trasladado a la ciudad del Cusco, donde fue sometido a un juicio sumario que comenzó el 7 de julio de 1781. Se le acusó de haberse proclamado “capitán de los alzados en la provincia de Chucuito”, de autonombrarse virrey, y de haber cometido diversos actos violentos, entre ellos asesinatos, robos y otros agravios en dicha provincia y sus alrededores.

Luego, se procedió con la declaración de los testigos. Uno de los primeros fue Manuel Linares, vecino del pueblo de Acora, quien afirmó conocer a Isidro Mamani, natural de Zepita, y declaró haberlo visto en Chucuito dirigiendo a los indígenas, a quienes ordenó rodear y quemar el lugar. Añadió además que Mamani también lideró a la población indígena durante la expedición a Juli, donde era reconocido por los suyos como "Virrey". Por su parte, Ventura Carbajal declaró que Isidro Mamani, originario del pueblo de Zepita, comandaba las tropas del rebelde Túpac Catari y que había dado órdenes a los indígenas para exterminar a todos los españoles y mestizos de la provincia de Chucuito (NCDIP, 2017, p. 543).

Isidro Mamani fue condenado a la pena de horca por el visitador Antonio de Areche. La ejecución se llevó a cabo el 18 de julio de 1781, a las diez de la mañana. Fue sacado de la cárcel pública atado de pies y manos, con una soga al cuello, y arrastrado por un caballo hasta la Plaza Mayor del Cusco. Allí fue ahorcado, su cuerpo incinerado y sus cenizas esparcidas al viento. Así desapareció físicamente el gran líder aimara, pero su legado, su ejemplo de lucha y coraje, permanecen vivos en la memoria y el corazón del pueblo aimara. <:> 

lunes, 28 de julio de 2025

PARA LA HISTORIA DE LA EDUCACION EN PUNO

SAN CARLOS DE PUNO

José Luis Velásquez Garambel

E

n reciente publicación de San Carlos de Puno – Glosario Carolino, del destacado Dr. Emilio Vásquez, texto inédito, que lleva además el prólogo del Dr. Emilio Romero [padre de los estudios económicos y geográficos del Perú], ambos condiscípulos del maestro Encinas y ex alumnos del Colegio San Carlos, se vislumbra la memoria del autor, quien como testigo excepcional reconstruye, con un lenguaje ameno y lúcido, la memoria histórica de un periodo muy fecundo de la inteligencia puneña, unificando los acontecimientos del colegio con los hechos históricos de Puno.

El Colegio de Ciencias y Artes de Puno fue creado por decreto del libertador Simón Bolívar el 7 de agosto de 1825, como uno de los primeros bastiones educativos de la joven república peruana (Bolívar, Decreto Nº 025/1825). Este acto inaugura un espacio de poder discursivo: la educación se erige como tecnología del poder moderno; tempranamente concebido de esa forma por Simón Rodríguez [a la sazón maestro de Bolívar] visionario en el rol que debía cumplir la educación en la liberación espiritual del ser humano. Es penosa la forma cómo luego de la salida de Bolivar del Perú y la muerte del mismo Simón Rodríguez es perseguido y vejado [en el fondo de intendencia del ARP existen documentos en los cuales se le alude vendiendo velas en el pueblo de Taraco], auxiliado por las familias indígenas y salvado de la muerte por inanición.

"Instruir no es educar. Enseñar no es formar. La educación es un acto político." Esta afirmación, que bien podría haber sido escrita por Paulo Freire, tiene eco en el ideario fundacional de Simón Rodríguez, uno de los pensadores pedagógicos más originales y radicales del continente latinoamericano.

Simón Rodríguez concebía la educación no como instrucción utilitaria, sino como una herramienta de transformación radical de las estructuras sociales. Para él, no se trataba de adaptar al pueblo a un sistema impuesto, sino de formar ciudadanos capaces de pensar y gobernarse por sí mismos. Su consigna más famosa lo resume todo: “O inventamos o erramos”. En una América recién liberada de la dominación española, Rodríguez veía la pedagogía como un arte de invención social, no de repetición colonial.

Emilio Vásquez Chamorro
La escuela, según Rodríguez, debía ser un espacio de igualdad real. Por eso defendía la educación pública, gratuita, obligatoria y laica, Rodríguez era enemigo de la tendencia dogmática con la cual la iglesia efectuaba su rol evangelizador a través de la escuela. Décadas antes de que estos principios se instituyeran en Europa. Su modelo educativo se basaba en la experiencia, el trabajo manual y el conocimiento aplicado, rechazando el memorismo y el elitismo escolástico heredado de la Colonia.

Cuando Bolívar tenía 12 años, Rodríguez fue su maestro en Caracas. Pero no fue un preceptor tradicional, sino un mentor que introdujo al joven Bolivar en las ideas de la Ilustración europea: Rousseau, Locke, Montesquieu. No sólo lo instruyó en las letras y la ciencia, sino que lo formó en la ética de la emancipación y el pensamiento crítico.

La influencia de Rodríguez en Bolívar fue decisiva. Ambos viajaron juntos a Europa en 1799. Allí, presenciaron la transformación política del Viejo Mundo, y Rodríguez profundizó en su lectura crítica del despotismo, el clero y las desigualdades. Aunque sus caminos se separaron por años, Bolívar lo buscaría en 1824 para encomendarle el diseño del sistema educativo en el Perú y en el Alto Perú, hoy Bolivia.

El ideario pedagógico de Bolívar, expresado en textos como el Discurso de Angostura (1819) y su propuesta constitucional para Bolivia (1826), es inseparable de Rodríguez. Bolívar soñaba con una educación para una américa latina “en la virtud de la libertad y las ciencias”, por ello que los nombres de los colegios creados por él llevan los nombres de: “Ciencias, Ciencias y Artes, Independencia Americana, etc”, y en esa visión, la educación era la garantía de su sostenibilidad. “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”, escribió Bolívar. Esta frase, frecuentemente citada, no es sino la proyección de lo que su maestro Simón Rodríguez le había inculcado.

Rodríguez diseñó para Bolívar un sistema educativo jerarquizado pero popular, que comenzaba en escuelas de primeras letras, pasaba por escuelas técnicas y culminaba en universidades formadoras de ciudadanos. Propuso además la fundación de escuelas rurales, industrias escolares y bibliotecas públicas. En su obra "Sociedades Americanas", defendió la idea que la educación debe adecuarse a la realidad social americana, no imitar modelos europeos que desconocen la historia y cultura del continente.

Uno de los aportes más visionarios de Rodríguez fue su crítica al colonialismo epistémico. Rechazó la copia mecánica de las instituciones europeas, e insistió en la necesidad de crear formas propias de educar, legislar y gobernar. Esta posición anticipa debates contemporáneos sobre la descolonización del saber.

En “El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social” (1830), Rodríguez defendió a Bolívar de sus críticos tras su renuncia, y reivindicó el papel que la educación debía jugar para consolidar los frutos de la independencia. No bastaba con derrotar a España militarmente, había que vencerla cultural y mentalmente, mientras propugnaba estas ideas Rodríguez era perseguido y denunciado constantemente en el sur del Perú, específicamente en Puno.

Simón Rodríguez fue incomprendido en su tiempo. Murió en la pobreza, errante por los Andes, con una lucidez intacta. Sin embargo, su legado pedagógico ha resurgido con fuerza en el pensamiento educativo latinoamericano del siglo XX y XXI. Freire, Martí, Mariátegui, y más recientemente Boaventura de Sousa Santos, lo reconocen como precursor de la pedagogía crítica y popular.

Su papel en el proyecto bolivariano no fue el de un simple asesor: fue el arquitecto intelectual de un modelo de sociedad donde la educación era el cimiento de la república y la libertad. Don Simón no formó solo a Bolívar, sino a generaciones enteras de soñadores que vieron en la escuela una trinchera contra la opresión, una de esas trincheras es el colegio de Ciencias y Artes de Puno, hoy San Carlos.

San Carlos, durante los años convulsos, [el colegio] cambió de nombre —entre ellos “Mineralógico de Socabaya” bajo Santa Cruz y su Confederación Peruano-Boliviana— y se cerró y reabrió múltiples veces, reflejo de la lucha por el dominio ideológico sobre la formación intelectual puneña, que por la beligerancia del carácter fue siempre rebelde, anticlerical hasta el hartazgo y sin embargo, en medio de esas luchas ideológicas la iglesia logró imponer el nombre y hasta advocarlo a “San Carlos Borromeo”.

Desde su apertura la iglesia trató de tener siempre el control, por ello desde el estado central se impuso como su primer rector a Mariano Andía, un fraile franciscano, que luego de sopesar con el carácter de los puneños dejó el rectorado en manos de Francisco de Rivero, quien impartió pedagogía hostil a los saberes clásicos: geometría, gramática, latín, mineralogía y matemáticas.

Arquitectura Simbólica (1850 – 1900)

En 1851, bajo el mandato del prefecto Alejandro Deustua, se inauguró el actual edificio en el hoy Parque Manuel Pino [en ese entonces plaza San Juan] —la célebre “vieja casona”— con rasgos establecidos de simetría neoclásica, arco rebajado, carpintería de madera tallada y claustro conventual, consolidando un espacio disciplinario visible, manifiesto del poder estatal simbólico, compartiendo sus claustros con la universidad de Puno, que pasaría luego a llamarse Universidad de San Carlos.

Un carolinooooo...
Sin embargo, las revueltas civiles y la Guerra del Pacífico forzaron varias clausuras entre 1856 y 1883; durante la ocupación chilena, el colegio fue usado como cuartel y sufrió saqueos, incluidos archivos documentales, destrucción e incendios, período rico en el que los estudiantes de San Carlos se habían unido [románticamente] a las montoneras y participaban en una suerte de guerrillas contra los Chilenos, produciéndose un enfrentamiento en el Cerro Blanco, motivo por el que hoy esa zona de la ciudad lleva el nombre de “Barrio Miraflores”, en alusión al enfrentamiento limeño donde perecieron puneños insignes como el ya citado Manuel Pino y un batallón de puneños, entre ellos también alumnos de San Carlos, a quienes los estudiantes de cuarto año emularon en este enfrentamiento.

La reapertura en 1888 fue testimonio de resistencia local: en 1895, el director Alberto L. Gadea impulsó una reforma metodológica científica y la inclusión de educación física, marcando transición hacia un modelo moderno de enseñanza, impulsado por la “Sociedad liberal”, regentada por el masón Isaac Deza.

Modernidad Educativa

El siglo XX fue testigo del florecimiento institucional. En 1905 se fundó el Club Deportivo Unión Carolina, entre cuyos fundadores aparecen Nicolas Oquendo Álvarez, Carlos Belisario Oquendo, Adrián Cáceres Olazo, luego fusionado en 1922 como lo conocemos actualmente. En 1910, el historiador Horacio Urteaga asumió la dirección e introdujo equipamiento científico y servicios urbanos como observatorio meteorológico, agua potable y el [para entonces] reconocido museo.

Múltiples innovaciones culturales surgieron entre 1916 1925: Juegos florales, banda sinfónica, revista “El Carolino” y el Himno Carolino, compuesto por Víctor Villar Chamorro (letra) y Prudencio Soto López (música), con arreglo musical de Carlos Rubina Burgos. La llegada formal de mujeres se hizo posible en los años veinte, gracias al Dr. Humberto Luna, destacado maestro condiscípulo de José Antonio Encinas, Telesforo Catacora y Moisés Yuychud, aunque luego fue restringida y reabierta parcialmente en 1976.

En 1934, el director Neptalí Zavala del Valle acuñó el lema "Un Carolino, un Caballero", frase central del ethos disciplinario y moral carolino.

Durante el régimen de Manuel A. Odría en 1953, la institución fue reclasificada como Gran Unidad Escolar y trasladada en 1957 a una ubicación en la Av. El Puerto, separándola de la “Vieja Casona”. Este acto produjo lo que Foucault nombraría una “heterotopía del encierro educativo”: el colegio pierde su centro simbólico, dispersándose, sin embargo debe entenderse que tanto la GUE y muchas de las instituciones nacieron en el seno de San Carlos.

En 1963 el presidente Fernando Belaunde Terry, tras la presión de exalumnos carolinos, firmó el Decreto Supremo Nº 48 que restauró el colegio Nacional en su sede original, nombrándolo “Glorioso Colegio Nacional de Varones San Carlos de Puno”. El retorno efectivo ocurrió el 20 de mayo de 1964.

San Carlos es más que un edificio o un colegio de los comunes; es una heterotopía cultural, un registro de tensiones políticas, una forja de identidades regionales y una cantera de intelectuales puneños. Su trayectoria de clausuras y reaperturas revela cómo el poder estatal y la comunidad carolina dialogan constantemente por el control simbólico del saber y la memoria.

En su centuria bicentenaria, San Carlos sigue siendo un lugar de enunciación para la provincia de Puno: un heraldo de la era bolivariana, faro de cultura y resistencia frente al olvido institucional y frente al abuso del clero. Pese a ser ex alumno de San Carlos mi relación en estos 30 últimos años ha sido de las más ásperas para con sus antiguas autoridades educativas, dadas mis denuncias por la forma cómo se ha echado a perder su patrimonio material y simbólico, hecho que no lleva a menoscabo a mis queridos camaradas del colegio y de promoción, con quienes aún mantengo estrecha comunicación, juntos recordamos nuestras anécdotas, nuestras viejas disputas y alegrías.

El IPC [Instituto Puneño de Cultura] desapareció en 1970, fue el sueño de Alejandro Peralta, Luis de Rodrigo, Emilio Romero, Ricardo Arbulú, Ernesto More, Emilio Vásquez, debía, esta institución recuperar todo espectro de lo que era Puno, recuperar textos, memorias, patrimonio de nuestra región. Al leer Antología y Valoración de Gamaliel Churata, texto en homenaje póstumo impulsado por don Alejandro Peralta y luego de la desaparición de éste y de la publicación de Iniciación Poética de Alejandro Peralta, publicado por Emilio Vásquez un 28 de julio de 1976 y que conmemora además la aparición de la Voz del Obrero, también en un 28 de julio de 1914 y como obrero puneño lanzamos hoy la edición limitada en 200 ejemplares el libro San Carlos de Puno-Glosas Carolinas y le otorgamos nuevo aliento al IPC, que hoy vuelve con la energía y entusiasmo de los puneños de siempre, con la fuerza del lago, paqarina sagrada.

Bibliografía

• Ministerio de Cultura del Perú. (2007, abril 28). Resolución Directoral Nacional Nº 392/INC sobre protección del Colegio Nacional San Carlos.

• Neira Contreras, J. (2018). La historia no miente 1964 2014: Bodas de oro de reapertura del Glorioso Colegio Nacional San Carlos. Puno: Autor.

• Pilco Contreras, N. (2025). Historia del Colegio Nacional San Carlos. Puno.

• Romero Padilla, E. (1928). Monografía del Departamento de Puno. Lima: SEP.

• Zavala del Valle, N. (1934). “Un Carolino — un Caballero”: discurso inaugural. Revista El Carolino.

• Taller editorial de archivo municipal de Puno. (1925). Himno Carolino. Víctor Villar Chamorro / Prudencio Soto López.

• Velásquez Garambel, J.L y Calsin Hanco, René. (2005). Historia de un pasado Carolino. Edición de Hernán Salas.

(Para adquirir el texto comunicarse con el 951461119 o https://www.facebook.com/danitza.churatabarreda)


REFLEXIONES EN EL ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

 LA PROMESA INCUMPLIDA 

Por: Jorge Luis Choque

Perú, 18/07/2025

C

ada 28 de julio, el Perú se viste de gala para conmemorar un año más de su independencia, un hito que marcó el fin de tres siglos de dominio colonial y el inicio de una nación soberana. Conmemoramos el día en que dejamos de ser colonia y comenzamos a construir nuestra propia historia como nación libre. Pero, en medio de los desfiles y las palabras oficiales, muchos de nosotros miramos alrededor y nos preguntamos: ¿qué tan libre somos realmente? ¿Qué pasó con la promesa de una patria justa, digna y para todos?

El gran historiador Jorge Basadre nos habló de “la promesa de la vida peruana”, esa esperanza de un país donde la justicia, la igualdad y la dignidad fueran más que palabras. Hoy, más de dos siglos después, esa promesa sigue esperando. Y muchos de nosotros, desde cada rincón del país, sentimos que se nos ha negado lo que debió ser nuestro por derecho: un Estado transparente, gobernantes honestos y oportunidades verdaderas para vivir con dignidad.

Reparar en nuestras raíces para no perder el rumbo

En medio de tanta desilusión, hay algo que no podemos dejar que nos quiten: nuestra identidad. Somos un pueblo milenario, fuerte, resiliente. Venimos de culturas que levantaron imperios, que resistieron la conquista y que no dejaron morir su espíritu. Nuestra historia, nuestras lenguas, nuestras costumbres no son solo recuerdos del pasado: son el alma viva de un Perú que se niega a rendirse.

Recordar a Túpac Amaru II no es solo rememorar una rebelión: es sentir la voz de los pueblos olvidados que siguen luchando por justicia. Su grito “Volveré y seré millones” no fue una amenaza, fue una promesa que hoy retumba en cada marcha, en cada protesta, en cada ciudadano que se levanta contra la corrupción y el abandono.

Pensamos en Mariano Melgar, joven y valiente, que no solo escribió poesía, sino que dio su vida por la libertad. En Miguel Grau, que enfrentó con honor a un enemigo superior sin perder nunca su humanidad. En Francisco Bolognesi, que con entereza escribió: “Nunca reclames nada, para que no se crea que mi deber tuvo precio”. ¡Cuánto nos enseñaron esos hombres que jamás buscaron un cargo, ni un beneficio, sino que lucharon por un país mejor!

Una política que le falló al pueblo

Frente a tan hermoso legado, ¿qué vemos hoy? Una clase política que ha traicionado la confianza del pueblo. Gobiernos que prometen, pero no cumplen. Que hablan de democracia mientras negocian entre sombras. Que hablan de crecimiento económico mientras millones siguen sin acceso a salud, educación o trabajo digno. La corrupción ha dejado cicatrices profundas. Y lo más grave es que ha sembrado desesperanza.

Pero no estamos condenados a esta realidad. No podemos aceptar que la mentira, el robo y la impunidad sean parte del destino nacional. No. Somos más grandes que eso. Somos un pueblo que ha resistido terremotos, pandemias, dictaduras. Y podemos resistir y superar también esta crisis moral.

El Perú nos necesita unidos y comprometidos

Hoy, más que celebrar, este aniversario patrio debe ser un momento de compromiso. Compromiso con la memoria de quienes dieron su vida por un Perú mejor. Compromiso con los que hoy sufren las consecuencias de una mala gestión. Compromiso con las nuevas generaciones, que merecen crecer en un país donde la honestidad no sea una excepción, sino la regla.

No podemos seguir permitiendo que unos pocos se apropien de lo que es de todos. Es hora de alzar la voz. De organizarnos. De exigir transparencia, justicia, y una verdadera rendición de cuentas. Y también, de construir juntos un país donde la promesa de la vida peruana se vuelva realidad.

Porque el Perú no solo está hecho de historia y héroes. El Perú está hecho de su gente. Y mientras haya peruanos y peruanas que no se resignan, que luchan con dignidad y esperanza, esa promesa seguirá viva. <:>




domingo, 27 de julio de 2025

LECTURAS INTERESANTES. TEMATICA HISTORICA PERUANA

 PEDRO SERRANO,

EL NÁUFRAGO

En Garcilaso de la Vega, Inca, COMENTARIOS REALES, Ed. Purrúa S.A. México 1990, Libro I, Cap. 8, pp. 18-21.

 

… Adelantándose casi dos siglos a Daniel Defoe y su Robinson Crusoe, el Inca (Garcilaso de la Vega) nos regala un náufrago pasmoso, un solitario que depende de su humano ingenio para sobrevivir. La historia del náufrago español (Pedro Serrano) es la lucha eterna del hombre con el medio, la capacidad humana de vencer a los elementos y al miedo. Y la esperanza, que no lo abandona. Cuando lo rescata un buque ballenero, su cuerpo se había cubierto de pelo y semejaba una cabra salvaje. Tan salvaje, que los marineros que reman hacia él huyen despavoridos creyendo que es el diablo. Pero él entró en el mar como un descabalado, gritando a voz en cuello el Credo en un castellano macarrónico y gutural hasta convencerlos de que era un cristiano y, más encima, español. Entonces retrocedieron a buscarlo y lo llevaron de regreso a Europa, donde tuvo que viajar hasta Alemania a ver al rey Carlos V. Hasta no verlo rehusó cortarse la barba, en la que dormía completamente envuelto. Si intentamos reflexionar sobre un escritor en el mundo, es saludable descifrar el proceso de identificación de sí mismo que llevó a cabo, pues este ejercicio de sensibilidad y memoria, de razonamiento, está vinculado a la obra de todo escritor. (Marta Blanco en EL INCA GARCILASO, UN INDIO ANTÁRTICO 1569-1616)

 

… Pedro Serrano salió a nado a aquella isla desierta que antes de él no tenía nombre, la cual, como él decía, tenía dos leguas en contorno; casi lo mismo dice la carta de marea, porque pinta tres islas muy pequeñas, con muchos bajíos a la redonda, y la misma figura le da a la que llaman Serranilla, que son cinco isletas pequeñas con muchos más bajíos que la Serrana, y en todo aquel paraje los hay, por lo cual huyen los navíos de ellos, por caer en peligro.

A Pedro Serrano le cupo en suerte perderse en ellos y llegar nadando a la isla, donde se halló desconsoladísimo, porque no halló en ella agua ni leña ni aun yerba que poder pacer, ni otra cosa alguna con que entretener la vida mientras pasase algún navío que de allí lo sacase, para que no pereciese de hambre y de sed, que le parecían muerte más cruel que haber muerto ahogado, porque es más breve.

Así pasó la primera noche llorando su desventura, tan afligido como se puede imaginar que estaría un hombre puesto en tal extremo. Luego que amaneció, volvió a pasear la isla; halló algún marisco que salía de la mar, como son cangrejos, camarones y otras sabandijas, de las cuales cogió las que pudo y se las comió crudas porque no había candela donde asarlas o cocerlas. Así se entretuvo hasta que vio salir tortugas; viéndolas lejos de la mar, arremetió con una de ellas y la volvió de espaldas; lo mismo hizo de todas las que pudo, que para volverse a enderezar son torpes, y sacando un cuchillo que de ordinario solía traer en la cinta, que fue el medio para escapar de la muerte, degolló y bebió la sangre en lugar de agua; lo mismo hizo de las demás; la carne puso al sol para comerla hecha tasajos y para desembarazar las conchas, para coger agua en ellas de la llovediza, porque toda aquella región, como es notorio, es muy lluviosa.

De esta manera se sustentó los primeros días con matar todas las tortugas que podía, y algunas había tan grandes y mayores que las mayores adargas, y otras como rodelas y como broqueles, de manera que había de todos tamaños. Con las muy grandes no se podía valer para volverlas de espaldas porque le vencían de fuerzas, y aunque subía sobre ellas para cansarlas y sujetarlas, no le aprovechaba nada, porque con él a cuestas se iban a la mar, de manera que la experiencia le decía a cuáles tortugas había de someter y a cuáles se había de rendir. En las conchas recogió mucha agua, porque algunas había que cabían a dos arrobas y de allí abajo.

Viéndose Pedro Serrano con bastante recaudo para comer y beber, le pareció que si pudiese sacar fuego para siquiera asar la comida, y para hacer ahumadas cuando viese pasar algún navío, que no le faltaría nada. Con esta imaginación, como hombre que había andado por la mar, que cierto los tales en cualquier trabajo hacen mucha ventaja a los demás, dio en buscar un par de guijarros que le sirviesen de pedernal, porque del cuchillo pensaba hacer eslabón, para lo cual, no hallándolos en la isla porque toda ella estaba cubierta de arena muerta, entraba en la mar nadando y se zambullía y en el suelo, con gran diligencia, buscaba ya en unas partes, ya en otras lo que pretendía, y tanto porfió en su trabajo que halló guijarros y sacó los que pudo, y de ellos escogió los mejores, y quebrando los unos con los otros, para que tuviesen esquinas donde dar con el cuchillo, tentó su artificio y, viendo que sacaba fuego, hizo hilas de un pedazo de la camisa, muy desmenuzadas, que parecían algodón carmenado, que le sirvieron de yesca, y, con su industria y buena maña, habiéndolo porfiado muchas veces, sacó fuego. Cuando se vio con él, se dio por bienandante, y, para sustentarlo, recogió las horruras que la mar echaba en tierra, y por horas las recogía, donde hallaba mucha yerba que llaman ovas marinas y madera de navíos que por la mar se perdían y conchas y huesos de pescados y otras cosas con que alimentaba el fuego. Y para que los aguaceros no se lo apagasen, hizo una choza de las mayores conchas que tenía de las tortugas que había muerto, y con grandísima vigilancia cebaba el fuego por que no se le fuese de las manos.

Dentro de dos meses, y aun antes, se vio como nació, porque con las muchas aguas, calor y humedad de la región, se le pudrió la poca ropa que tenía. El Sol, con su gran calor, le fatigaba mucho, porque ni tenía ropa con qué defenderse ni había sombra a qué ponerse; cuando se veía muy fatigado se entraba en el agua para cubrirse con ella. Con este trabajo y cuidado vivió tres años, y en este tiempo vio pasar algunos navíos, mas aunque él hacía su ahumada, que en la mar es señal de gente perdida, no echaban de ver en ella, o por el temor de los bajíos no osaban llegar donde él estaba y se pasaban de largo, de lo cual Pedro Serrano quedaba tan desconsolado que tomara por partido el morirse y acabar ya. }

Con las inclemencias del cielo le creció el vello de todo el cuerpo tan excesivamente que parecía pellejo de animal, y no cualquiera, sino el de un jabalí; el cabello y la barba le pasaba de la cinta. Al cabo de los tres años, una tarde, sin pensarlo, vio Pedro Serrano un hombre en su isla, que la noche antes se había perdido en los bajíos de ella y se había sustentado en una tabla del navío y, como luego que amaneció viese el humo del fuego de Pedro Serrano, sospechando lo que fue, se había ido a él, ayudado de la tabla y de su buen nadar. Cuando se vieron ambos, no se puede certificar cuál quedó más asombrado de cuál. Serrano imaginó que era el demonio que venía en figura de hombre para tentarle en alguna desesperación. El huésped entendió que Serrano era el demonio en su propia figura, según lo vio cubierto de cabellos, barbas y pelaje. Cada uno huyó del otro, y Pedro Serrano fue diciendo: “¡Jesús, Jesús, líbrame, Señor, del demonio!” Oyendo esto se aseguró el otro, y volviendo a él, le dijo: “No huyáis hermano de mí, que soy cristiano como vos”, y para que se certificase, porque todavía huía, dijo a voces el Credo, lo cual oído por Pedro Serrano, volvió a él, y se abrazaron con grandísima ternura y muchas lágrimas y gemidos, viéndose ambos en una misma desventura, sin esperanza de salir de ella.

Cada uno de ellos brevemente contó al otro su vida pasada. Pedro Serrano, sospechando la necesidad del huésped, le dio de comer y de beber de lo que tenía, con que quedó algún tanto consolado, y hablaron de nuevo en su desventura. Acomodaron su vida como mejor supieron, repartiendo las horas del día y de la noche en sus menesteres de buscar mariscos para comer y ovas de leña y huesos de pescado y cualquier otra cosa que la mar echase para sustentar el fuego, y sobre todo la perpetua vigilia que sobre él habían de tener, velando por horas, porque no se les apagase. Así vivieron algunos días, mas no pasaron muchos que no riñeron, y de manera que apartaron rancho, que no faltó sino llegar a las manos (porque se vea cuán grande es la miseria de nuestras pasiones). La causa de la pendencia fue decir el uno al otro que no cuidaba como convenía de lo que era menester; y este enojo y las palabras que con él se dijeron los descompusieron y apartaron. Mas ellos mismos, cayendo en su disparate, se pidieron perdón y se hicieron amigos y volvieron a su compañía, y en ella vivieron otros cuatro años.

En este tiempo vieron pasar algunos navíos y hacían sus ahumadas, mas no les aprovechaba, de que ellos quedaban tan desconsolados que no les faltaba sino morir. Al cabo de este largo tiempo, acertó a pasar un navío tan cerca de ellos que vio la ahumada y les echó el batel para recogerlos. Pedro Serrano y su compañero, que se había puesto de su mismo pelaje, viendo el batel cerca, porque los marineros que iban por ellos no entendiesen que eran demonios y huyesen de ellos, dieron en decir el Credo y llamar el nombre de Nuestro Redentor a voces, y valióles el aviso, que de otra manera sin duda huyeran los marineros, porque no tenían figura de hombres humanos. Así los llevaron al navío, donde admiraron a cuántos los vieron y oyeron sus trabajos pasados.

El compañero murió en la mar viniendo a España. Pedro Serrano llegó acá y pasó a Alemania, donde el Emperador estaba entonces: llevó su pelaje como lo traía, para que fuese prueba de su naufragio y de lo que en él había pasado. Por todos los pueblos que pasaba a la ida (si quisiera mostrarse) ganara muchos dineros. Algunos señores y caballeros principales, que gustaron de ver su figura, le dieron ayudas de costa para el camino, y la Majestad Imperial, habiéndolo visto y oído, le hizo merced de cuatro mil pesos de renta, que son cuatro mil y ochocientos ducados en el Perú. Yendo a gozarlos, murió en Panamá, que no llegó a verlos.

 

Garcilaso: Todo este cuento, como se ha dicho, contaba un caballero que se decía Garci Sánchez de Figueroa, a quien yo se lo oí, que conoció a Pedro Serrano y certificaba que se lo había oído a él mismo, y que después de haber visto al Emperador se había quitado el cabello y la barba y dejándola poco más corta que hasta la cinta, y para dormir de noche se la entrenzaba, porque, no entrenzándola, se tendía por toda la cama y le estorbaba el sueño. <:>

SIGUEN GOBERNANDO SIN VERGUENZA ALGUNA, PESE A LA CASI UNANIME REPULSA POPULAR


 

FUJI-ROSPIGLOSI Y CERRÓN ...

¡UN SOLO CORAZÓN!

Isaac Bigio

L

a coalición oficialista ya ha sido nominada. La presidencia recae en José Jerí de Somos Perú (partido que reemplaza a Alianza Para el progreso, quien en 3 ocasiones ha detentado dicho puesto), la primera vicepresidencia sigue en manos de Fuerza Popular, quien es representada por Fernando Rospigliosi, la segunda vicepresidencia se mantiene por tercera vez consecutiva con Waldemar Cerrón y la tercera vicepresidencia fuel electo Ilich López de Acción Popular.

APP parece haber decidió dejar el comando del congreso en esta época electoral para no seguirse deteriorando con el desprestigio de esta institución y de Dina, quienes apenas cuentan con un 2% de aprobación. Sin embargo, Acuña ha de seguir apoyando al continuismo.

Waldemar Cerrón piensa convertirse en el único directivo congresal que ha sido electo para 3 gestiones consecutivas. Todos los demás partidos rotan a sus representantes en la junta que lidera al congreso, pero el cerronismo  solo quiere imponer siempre a alguien de la familia que es propietaria de la sigla.

Ahora, Waldemar Cerrón va a estar junto a Rospiglosi. Dos renegados de la izquierda "marxista leninista" se juntan tras la egida fujimorista. Rospiglosi fue militante de Vanguardia Revolucionaria en los setentas y ochentas, el partido de Letts y Diez Canseco que llevaba como símbolo un fusil junto con la hoz y el martillo y postulaba la toma del poder mediante una revolución popular violenta. Luego Rospiglosi pasó por la Izquierda Unida y otras variantes de la izquierda "moderada" para pasarse luego a la derecha antifujimorisra y acabar como un vocero incondicional de Keiko. A fin de tapar su pasado radical, él se esfuerza en apuntalar las leyes más condescendientes con los violadores de derechos humanos, incluyendo la amnistía a asesinos de luchadores sociales y manifestantes.

Los Cerrón son otros renegados. Han pasado de "comunistas" a ser sostenedores de Dina y su golpe, y aliados del fujimorismo con su Tribunal Konstitucional y de todas las fuerzas pro-corrupción y de ultraderecha con las cuales andan amarrados. Por el momento, Perú Libre sigue reivindicándose como "marxista", tal y cuál lo sigue haciendo el APRA. Todo ello para confundir mejor. Tal como Del Castillo los Cerrón defienden a la fiscal Benavides.

El servilismo del cerronismo ante el ultraderechismo va a terminar llevándolo al ostracismo. <:>