viernes, 2 de octubre de 2020

OPINA CESAR HILDEBRANDT

 LECTURAS INTERESANTES Nº 984 

LIMA - PUNO, PERÚ              2 OCTUBRE 2020

UN ASCO

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 509 2OCT20

L

legué a amar a los Estados Unidos por sus escritores. Leer a Faulkner, a Dos Passos, a Kerouac, a Capote, a Carver, a Hemingway por ratos, a Vidal casi siempre, a Carson McCullers, a Sontag, a Mailer desde el asombro (“Los desnudos y los muertos” es una de las grandes cinco novelas del siglo XX), me marcó para siempre.

Y pensaba: el imperialismo de la United Fruit, la grosería de la discriminación racial, la inter­vención en Guatemala, la agresión a Cuba y hasta el ruido del chicle mascado son la oscuridad del paisaje estadounidense. Su literatura, su empuje científico y tecnológico, su inventiva compensan en gran parte esos males.



Además, ¿no fueron los Es­tados Unidos decisivos en la derrota del enfermo experi­mento pangermano creado por Hitler y sus secuaces? ¿No fue­ron los que llegaron a la Luna?

¿No produjeron el Google glo­bal que reemplazó a la Enciclopedia Británica y al Tesoro de la Juventud de nuestra infan­cia? ¿No habían sido ellos -sus padres fundadores- los que se habían separado de la Inglate­rra hipócrita y creado una re­pública inspirada en los valores de la ilustración francesa?

El martes pasado, sin em­bargo, vi el debate entre Trump y Biden. Y lo que vi fue un asco.

Algún día sabrán los estadou­nidenses el daño que les ha hecho el hampón que hoy detenta el poder en Washington. Algún día se enterarán. Algún día tendrán que coser esas heridas y reconstruir la reputación del país.

¿Cómo fue que la nación de John Adams y Thomas Paine pudo parir a un monstruo como Trump?

Richard Nixon parece un estadista a su lado. Watergate es una bicoca si se lo compara con lo que Trump hizo con el presidente de Ucrania o alentando la intervención cibernética de Rusia en las elecciones del 2016.

Trump no sólo es un traidor al permitir que el trolismo ruso contribuyera a su causa. Es el jefe de una organización criminal en la que han brilla­do delincuentes como Roger Stone y Paul Manafort. Fue ese equipo de cabilderos los que difun­dieron la noticia de que Seth Rich, que trabajaba en el comité electoral del Partido Demócrata, fue asesinado por órdenes de Hillary Clinton en julio del 2016. Lo cierto es que Rich fue víctima de un intento de robo en Washington y que la versión de una conspiración en su contra provino originalmente de activistas virtuales pro Trump que trabajaban desde San Petersburgo. Lo cierto tam­bién es que Julián Assange se prestó a este sucio juego creyendo ingenuamente que Trump cesaría la persecución en su contra.       

Trump es una desdicha para Estados Unidos y una amenaza generalizada para el mundo. Su patriotismo de opereta ha sumergido a su país en un periodo de neoaislacionismo que lo aparta del Acuerdo de París, de las metas de la Organización Mundial de la Salud y aun de las reglas de la Organización Mundial del Comercio. Estados Unidos es un paria moral que tiene el mayor ejército y el comandante en jefe con menos escrúpulos del mundo. La América Latina que vive de rodillas lo sabe muy bien. Pregúntenles a los de Torre Tagle qué pasó con la elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.

TRUMP

Trump se siente el sicario de su bandera, el rompehuesos encargado de los cobros, el matón del barrio.     

Y la noche del debate demostró ser eso y mucho más. En tantos años de asistir a espectáculos de la política nacional e internacional jamás vi bajeza tan abyecta como la de Trump cuando, por ejemplo, habló de los problemas con las drogas que tuvo uno de los hijos de Biden. Esa intervención sólo es comparable a esa otra en la que avaló a los supremacistas blancos y les dio a entender que esperaran un mejor momento para volver a actuar.  Estados Unidos parece estar en los preparativos de una nueva guerra civil. Los republicanos son ahora un culto que sigue a su jefe con la sonámbula convicción de que lo importante es ganar y que la ética es, sencillamente, una intrusa a la que hay que echar de la política. Los demócratas han perdido el rumbo y la iniciativa y están asus­tados ante la extorsión populista que emana del electorado blanco y encrespado. Durante años, todo asomo de política redistributiva fue calum­niado como “socialista” por las élites. El resultado fue que hasta el tibio “obamacare” despertó la ra­bia de quienes se sienten herederos del sur derro­tado por Lincoln. La tibieza demócrata la expresa ejemplarmente Biden, que no atinó a enfrentar a Trump como este se lo hubiera merecido. Per­mitió el candidato de los demócratas que Trump hablara de millones llegados de Rusia cuando él tiene en sus planes, todavía, la construcción de una de sus torres en Moscú. Y fue pálido contrincante cuan­do de hablar de los impuestos no pagados se trató. Dable hu­biese sido que Biden llamara a su rival como lo que es: un cri­minal recién descubierto en ma­teria fiscal.

Estados Unidos padece de una crisis de liderazgo pero

BIDEN
sus problemas no se circunscriben a eso. Las minorías en expansión, el empoderamiento negro, el sentimiento de una identidad anglosajona amenazada y de una ética protestante igualmen­te acosada por nuevos paradig­mas, la expatriación del capital y la crisis del empleo industrial han sido parte de la desatendida agenda del país.

El mundo no debería permanecer indiferente ante esta situación. La continuidad de Trump es la garantía de que no contaremos con Estados Uni­dos para hacer frente al calentamiento global, que ya es una urgencia planetaria. La permanencia de este personaje en la Casa Blanca consolidará a China -vaya paradoja- como el gran rival capitalista de la escena mundial, en la que el gigante asiático ya es inversor decisivo para África y Amé­rica Latina.

Medio Estados Unidos aplaude a Trump, cele­bra su maldad, festeja su carácter rapaz. Sólo el fracaso de un proyecto nacional, la rabia chauvi­nista que surge de la percepción de la propia de­cadencia y la entronización de un modo violento de entender la vida y romper con el contrato social vigente pueden explicar ese respaldo masoquista. La polarización de los Estados Unidos es un asunto que compromete la paz mundial. Trump no quiere ser presidente en su país por segunda vez. Lo que quiere es desafiar al mundo otros cuatro años. A lo que aspira es a hacer del globo un reality show donde él pueda despedir a quien lo contradiga. ■

jueves, 1 de octubre de 2020

HISTORIA POLITICA EN EL MUNDO Y EN EL PERU

 O P I N O N

OCTUBRE REVOLUCIONARIO

“Yo creo que la guerrilla le hizo mucho bien al Perú.

Nos hizo pensar en que debían venir soluciones.

Una guerrilla, es una guerra interna, entre peruanos.

Un país no está seguro cuando está dividido.

Por eso yo quise unir a peruanos,

unir a la fuerza armada con el pueblo”. 

Gral. Juan Velasco Alvarado1

 

Escribe: Milcíades Ruiz

Octubre 1/2020

Siempre es un deber de consciencia evocar los actos heroicos de quienes lo dieron todo por la causa del pueblo y expresar nuestra gratitud por lo que hicieron por nosotros. Pensando en ello, traigo a la memoria cuatro acontecimientos históricos ocurridos todos ellos en este mes.

“La revolución de octubre”, que hoy nadie menciona, se entendía en el siglo pasado, como el triunfo más grande del socialismo contra el capitalismo, en referencia a la revolución bolchevique de 1917, liderada por Vladimir I. Lenin y que dio nacimiento a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Fue un faro que irradió la esperanza de los revolucionarios de todo el mundo, estimulando la lucha popular.

En Latinoamérica, sus logros y heroicidades, provocaron un hervidero de ideales sobre todo entre los jóvenes universitarios y los obreros. Surgieron muchos movimientos revolucionarios contra las dictaduras, y los partidos comunistas emergieron masivamente. Para frenar este avance, el capitalismo tomó toda clase de medidas preventivas incluyendo la propaganda anticomunista. 

Se inició entonces una gran persecución de líderes populares, aunque no fueran comunistas. Redadas policiales, torturas, desapariciones forzadas, encarcelamiento, deportaciones, asesinatos, masacres, ilegalización de partidos políticos y muchos más, eran prácticas gubernamentales para frenar el espíritu revolucionario. No obstante, el pueblo siguió luchando sindicalmente, reorganizando sus filas, y adoctrinándose.

En Perú, fueron muchas las jornadas de combate y heroísmo inspirados en la “revolución de octubre”. Surgieron los líderes doctrinarios que hasta ahora recordamos como forjadores del socialismo peruano. Paros y huelgas por la jornada de las ocho horas, pasaje universitario, derechos sindicales, seguro social, jubilación, vacaciones, derecho de voto a los analfabetos y otras conquistas sociales, que hoy disponemos, tuvieron esa fuente revolucionaria. Sería una ingratitud histórica de parte nuestra, olvidar lo que significó la “revolución de octubre”.

La oligarquía terrateniente gobernaba nuestro país, acaparando los diversos rubros de negocios en todos los sectores económicos. Los oligarcas, presidían la Cámara de Diputados, la de Senadores y todos los altos cargos de administración estatal, claves para los negocios turbios. Se clamaba por una reforma agraria, que devolviera las tierras arrebatadas por la dominación feudal, pero los oligarcas controlaban el poder legislativo que eludía todo clamor. Tenían comprados a los partidos políticos representados en el Parlamento.

El país exigía la recuperación de los yacimientos de petróleo en poder de empresas norteamericanas que los explotaban onerosamente. Se llevaban la riqueza petrolera sin dejar nada para el Perú, ni pagar los debidos impuestos. Había complicidad con los políticos entreguistas y corruptos. La oligarquía manejaba la prensa manipulando la opinión pública a su favor. Las movilizaciones populares de protesta eran reprimidas sangrientamente.

El triunfo de la revolución cubana y sus medidas de confiscación de empresas extranjeras, reforma agraria, reforma en salud, educación y su incorporación al bloque socialista, hizo brotar entre los revolucionarios, la opción de la lucha armada como alternativa para lograr justicia social y cambiar las estructuras del país. Los revolucionarios de esa época consideraban que no había otra salida.

Los menores de 60 años, no saben lo que es vivir en un país dominado por la oligarquía latifundista que tenía a su servicio todo el aparato estatal, el poder judicial, y el poder electoral. El sufrimiento era inmenso para el pueblo, porque policía, juez y sacerdote estaban coludidos con el hacendado latifundista. Las violaciones de las hijas y esposas de los vasallos quedaban impunes. Hasta tenían su propia cárcel en la casa hacienda.

Contra esta situación se alzaron en armas los movimientos guerrilleros de la década de 1960. En 1965, se combatió en diversos frentes de la ciudad y el campo, enarbolando las banderas de la revolución socialista con un gobierno popular obrero campesino. Precisamente en octubre 23 de 1965, se cumple un aniversario más del acto heroico de Luis de la Puente Uceda, líder del MIR que combatió hasta morir, en la montaña de “Mesa Pelada”, La Convención- Cusco.

Con él, también cayeron combatiendo Paul Escobar, Rubén Tupayachi, Edmundo Cuzquén, Agustín Marín, Carlos Valderrama y otros guerrilleros socialistas. También sería una ingratitud histórica de parte nuestra, olvidar el sacrificio de estos luchadores sociales que lo arriesgaron todo por una causa noble. Va en esta nota mi reconocimiento y homenaje a los combatientes del MIR, como seguramente lo harán muchos peruanos.

La gesta de los heroicos guerrilleros de 1965, no fue en vano. El impacto de esa heroicidad caló profundamente en la sensibilidad del provinciano que, en ese entonces era Jefe del Comando Conjunto de la Fuerza Armada, Gral. Juan Velasco Alvarado, quien tomó el mismo camino de rebelarse contra la oligarquía gobernante. El 3 de octubre de 1968, lideró a un grupo de oficiales del ejército que tomaron el poder con la fuerza de la razón y la razón de la fuerza, para emprender una revolución socialista con ideales similares a las de los guerrilleros.

Fue un acontecimiento insólito que desconcertó a toda la población peruana. Se pensó que se trataba de un golpe militar más, como era frecuente en Latinoamérica y en el Perú, con fines personalistas y pro imperialistas. Pero nadie sabía de lo que había en los planes del gobierno revolucionario del Fuerza Armada que, al día siguiente de tomar el poder anuló el “Acta de Talara”, con el que el gobierno tramaba mantener el petróleo en manos de la empresa norteamericana, International Petroleun Company, filial de la Stándar Oil.

El 9 de octubre las tropas ocuparon los yacimientos de La Brea y Pariñas, así como también, la refinería de Talara, expropiándolas a dicha empresa, dando a este acto el nombre de “Día de la Dignidad Nacional”. Luego vendría la reforma agraria que resultó ser más radical que la de Cuba, pues no solamente los grandes latifundios fueron expropiados, sino cayeron también medianos terratenientes y hasta los dueños de fundos que no cumplían con los derechos laborales a sus trabajadores.

El objetivo del proceso revolucionario emprendido por el Gral. Velasco era, edificar una nueva sociedad supuestamente “ni comunista ni capitalista” en el que regiría una democracia de participación plena y una economía de autogestión. Sorprendentemente, dio amnistía a los movimientos guerrilleros, liberando a los presos. Acto seguido, los invitó a participar en el proceso. Nadie lo podía creer.

JUAN VELASCO ALVARADO
Como sabemos, el proceso se truncó al ser desplazado Velasco, con la salud disminuida, por su compañero de gobierno Gral. Francisco Morales Bermúdez, ganado por la Central de Inteligencia Americana, CIA y otros traidores castrenses, con el cuento de que lo hacían para profundizar la revolución. Años más tarde, Velasco diría1“Yo estoy seguro que la CIA tuvo que ver con mi salida. El imperialismo nos la juró. Morales tiene que llevar ese pecado en la frente, haber terminado con la soberanía, con la dignidad, con todo lo bueno que le dimos a nuestro pueblo”.

Pero también, octubre es de una alta recordación para los revolucionarios, porque el 9 de octubre de 1967, se puso fin a la vida de uno de los más grandes paradigmas de la heroicidad revolucionaria mundial: Nuestro compañero, Ernesto “Che” Guevara. Y también en el mismo escenario histórico, acabaron con la vida de nuestro compañero del ELN, compatriota Juan Pablo Chang “Francisco”, que participaba en esa gesta guerrillera con el propósito de liberar a Sudamérica desde las montañas de Bolivia.

El día anterior habían combatido en la quebrada del “Churo”. Eran 17 guerrilleros contra varias unidades del ejército enemigo, que descargaron sobre ellos sus ametralladoras y granadas de mortero. Los guerrilleros respondieron con todo lo que les quedaba de municiones. Los disparos enemigos dañaron el fusil del Che, quien siguió combatiendo hasta agotar las cacerinas de su pistola. Un proyectil impactó su pantorrilla derecha sin orificio de salida, quedando solo son una pierna para caminar.

No obstante, ayudado por su compañero “Willy” (Simeón Cuba- minero boliviano), trató de romper el cerco, pero era inútil. Prisionero ya, fue llevado al pueblo La Higuera, donde lo interrogaron y maltrataron. Pasado el mediodía del 9 de octubre, escuchó la ráfaga con la que apagaron la vida de Juan P. Chang. Se preparó entonces para morir con dignidad y pasó a la inmortalidad histórica.

EL CHE GUEVARA
Pese a su fortaleza de convicción para asumir tan grande misión a costa de perder lo obtenido con la revolución cubana, era muy humano y amoroso. Presintiendo lo peor, dejó a sus hijos el siguiente escrito2:

“A mis hijos queridos Hildita, Camilo, Celia y Ernesto:

“Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque ya no esté entre ustedes. Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada. Su padre ha sido siempre un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.

“Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que, cada uno de nosotros solo, no vale nada.

“Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo, cualquier injusticia cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de

Papá.

_____________________________

Notas.

1.      “Los últimos días del general Velasco”- A. Zimmermann Z. -1078

2.      Juventud Rebelde. La Habana- Cuba/ “El Gran Rebelde”. – Luis J. Gonzales- Gustavo Sánchez-Bolivia, 2007

 

 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

EN DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL PUNEÑO

NUESTRA BALSA DE TOTORA
Guillermo Vásquez Cuentas
Con mucha probabilidad, la balsa de totora en el Lago Titicaca la inventaron los primeros pobladores de la meseta del Collao, que conforme a la mayoría de las investigaciones históricas fueron los Uros, etnia que desde muy antiguo habitaba los totorales.
El cronista R.P. Murúa dice que “los uros eran los más primitivos, comían pescado crudo, fabricaban balsas de junco...”. El Licenciado Matienzo anota: “Los uros son pescadores que están poblados alrededor de la laguna y éstos son maestros en hacer ropa de la tierra, petacas, esteras, balsasy chucos que son sus bonetes...”. En la Relación de los Pacajes al tratarse de los uros, se lee “...El modo de pescar de estos urus es una balsa de enea, que es el junco, con redes de paja, a manera de esparto de Castilla...”. En la Relación de Repartimiento de Los Lipes, se describe a los uros como “gente pobre que no siembran ni cogen y se sustentan...de pescados y de raíces que hay en ciénagas, que llaman Coroma” (totora). El Padre Calancha, citando a Ramos Gavilán autor de su Historia de la Virgen de Copacabana, dice refiriéndose a los uros u Ochozomas: “...los cuales señores desde totoral...juncia y junco que cría el agua...le tienen todo contaminado y hechas calles y ocultas sendas por él, por donde con sus balsas le navegan, con grandísima destreza sin ser vistos y arman peligrosísimas celadas al que ignorando el puesto se atreve a entrar en el totoral”. Cieza de León refiere en su Señorío de los Incas, que el Lupacca chucuiteño Cari, para eliminar a sus enemigos refugiados en las islas del Titicaca “entró a ellas en balsas de enea”. Gracilazo, al relatar el viaje de Mayta Capac al Collao dice que este “llegando al desaguadero mandó a hacer muchas balsasen que pasó su exército...”. La totora de las que se hacían y hacen las balsas del Titicaca, recibió diversos nombres de los cronistas: Juncia, junco, enea, espadaña, matara.
No hay testimonios gráficos de la forma de las antiguas balsas lacustres, pero suponemos que no fueron muy distintas a aquellas cuya figura o apariencia habíamos fijado los puneños en la retina desde niños. Estábamos acostumbrados a contemplar su característica silueta tantísimas veces, en directo y a través de su representación en los óleos, acuarelas y dibujos de muchos artistas plásticos: Desde Vinatea Reynoso hasta Pinazo, pasando por Rubina, Montoya, Talavera, Landaeta, Valencia, De la Riva, Morales, Castillo, Turpo y tantos otros. Era común identificar su forma familiar a la vista, a través de miles de fotografías e ilustraciones aparecidas en cientos de publicaciones de diverso tipo, nacionales y extranjeras. A ese reconocimiento concurrió también variadísima artesanía que reprodujo sus líneas y su aspecto en muchos objetos.
La balsa típicamente puneña resulta de la conjunción de cuatro manojos, haces o atados de totora. Dos de ellos son bastante gruesos respecto a los otros y forman el cuerpo principal de la balsa, apto para la flotación en contacto con el agua. Los otros dos son mucho más delgados y hacen de baranda o guardalado. Los cuatro atados son abultados en la parte central de su longitud y van adelgazando progresivamente hasta llegar a sus extremos, en donde terminan juntos, abruptamente cortados y doblados en orientación casi contraria (fig. 1). Ese remate en las balsas de totora del lado de Bolivia no tiene la terminación descrita, sino que todos los haces se prolongan elevándose de su trayectoria horizontal hasta terminar casi en punta (fig. 2).
Ocurre que, en el caso de la balsa de totora peruana, concretamente puneña, la forma, figura o apariencia tradicional que ella mostraba, corre peligro de ser totalmente desvirtuada por los atentados que vienen perpetrando propios y/o extraños que tienen influencia en los actuales pobladores de las llamadas “islas de los uros”, en la Bahía de Puno. Si no, véase en la ilustración 3 la huachafería misma navegando por nuestro lago, tal vez a gusto de intonsos turistas.
¿Qué tiene que ver con la cultura andina, altiplánica, puneña o lacustre, esa esperpéntica cabeza de monstruo de evidente corte occidental, europeo?. ¿Quiénes y con qué fines están buscando desnaturalizar nuestra balsa de totora, emblemático producto cultural altiplánico?. ¿Son tal vez nuestros mismos paisanos vinculados a la actividad turística o son extranjeros que han querido plasmar sus reminiscencias vikingas en nuestro suelo?.
De lo que sí estamos seguros, es de se trata sin duda, bien de una típica “gringada” o bien de una inocentada alentada por el coloniaje cultural. En ambos casos las autoridades en cultura y en turismo tienen que hacer frente cuanto antes, si es que desean cumplir aunque sea mínimamente sus obligaciones.

Figura 1
















Figura 2

Figura 3


domingo, 27 de septiembre de 2020

HISTORIA POLITICA DEL PERU

 BELAÚNDE Y ACCIÓN POPULAR:

¿NUNCA TOCARON LAS PUERTAS DE LOS CUARTELES?

Nicanor Domínguez

Noticias SER.PE 2020-09-18

En estos días tragicómicos de mitad de setiembre, días de intento de vacancia presidencial por parte del nuevo Congreso --parlamento elegido e instalado en los mismos momentos en que se iniciaba en el país la expansión de la pandemia del Covid-19--, se habla mucho de la supuesta “tradición democrática” de los parlamentarios acciopopulistas.  Sería el “argumento histórico” para defenderse de las más que fundadas acusaciones de haber estado tramando un golpe de Estado que, inevitablemente, pondría al Presid AP.  El líder aprista, Víctor Raúl Haya de la Torre [1895-1979] regresó del exilio y esperaba ser, al terminar el mandato de Prado en 1962, candidato presidencial.  Su objetivo era lograr, por fin, el poder que venía buscando desde, al menos, las elecciones de 1931.  Su derrota ante Sánchez Cerro en esas elecciones había sido rechazada por el APRA como producto de un fraude, acusación que nunca ha podido ser probada.  Para las elecciones de 1962 los principales candidatos eran Haya, Belaúnde y el ex presidente Odría. 

* * *

El lunes último, 14 de setiembre, el diario ‘La República’ publicó una entrevista a Raúl Diez Canseco Terry, conocido “líder histórico” de Acción Popular: sobrino carnal del arquitecto Belaúnde; diputado acciopopulista en 1990-1992, en el Congreso cerrado por el “auto golpe” de Fujimori; secretario general del partido en 1993-1995; fallido candidato presidencial en 1995, cuando obtuvo el 1.7% de la votación nacional.  Fue elegido en 2001 primer vicepresidente de Alejandro Toledo (cuando se llegó a hablar de un “tercer belaundismo”), cargo al que tuvo que renunciar en diciembre de 2004, tras conocerse y confirmarse el escándalo de haber beneficiado a familiares y allegados cuando se desempeñaba como Ministro de Comercio Exterior y Turismo (2001-2003).

El periodista David Pereda le pregunta: “¿Qué le parece que el presidente del Congreso, Manuel Merino, haya llamado a los jefes de las Fuerzas Armadas antes de presentarse la moción de vacancia?”

Raúl Diez Canseco contesta: “Yo pertenezco a un partido que ha sufrido golpes, que jamás los vamos a promover.  Tajantemente, jamás Acción Popular ha propiciado, promovido ni secundado un golpe ni nada que pueda dañar la democracia que tanto nos ha costado defender y por la cual hemos sido perseguidos, deportados, encarcelados, de modo que estoy indignado de que nos traten de meter una cosa absurda que Acción Popular jamás ha propiciado.”

Minutos después, el periodista insiste: “¿Pero qué puede significar llamar a jefes militares cuando se alista esa moción?”

A lo que Diez Canseco responde: “Solo puedo decir lo que hubiera hecho Raúl Diez Canseco.  Por la transparencia, mejor es abstenerse a hacer cualquier situación que pueda ser malinterpretado.  Nadie de mi partido, con las enseñanzas de Belaúnde puede estar tocando la puerta de los cuarteles.”

Poco después, Diez Canseco reitera: “Acción Popular nunca ha sido golpista ni tocó [las puertas de] los cuarteles, fue perseguido y no persiguió.  Y ese es el partido que Merino representa.”

* * *

En las elecciones generales del 10 de junio de 1962 el primer lugar, con el 32.98% de los votos, lo obtuvo Víctor Raúl Haya de la Torre, candidato de la “Alianza Democrática” entre el Partido Aprista Peruano (PAP) y el Movimiento Democrático Peruano (MDP), del presidente Prado.  Fernando Belaúnde Terry, de Acción Popular (AP), obtuvo el 32.2% (544,180 votos), quedando en segundo lugar.  Manuel Odría, de la Unión Nacional Odriísta (UNO), quedó en tercer lugar con el 28.4%; y Héctor Cornejo Chávez, del Partido Demócrata Cristiano (DC), en cuarto lugar con el 2.9%.  Sin embargo, Haya no alcanzó el 36% de los votos exigidos constitucionalmente para ser proclamado presidente, por lo que la decisión quedaba en manos del nuevo Congreso, a instalarse el 28 de julio.

Las negociaciones para lograr la elección de Haya en el nuevo Congreso eran inciertas, pues se temía al veto militar a su posible presidencia.  Las complicadas relaciones entre el aprismo y las fuerzas armadas venían de 30 años atrás, desde la turbulenta década de 1930.  Comenzaron con la derrota electoral de 1931, y continuaron con la represión de la insurrección aprista de Trujillo en 1932, el asesinato de Sánchez Cerro en 1933, la clandestinidad de Haya entre 1934-1945, la fallida sublevación de la marinería aprista en el Callao en 1948, la persecución del gobierno militar de Odría (1948-1956), y los cinco años del asilo de Haya de la Torre en la embajada de Colombia en Lima (1949-1954).  Con estos antecedentes, no es sorprendente que el 4 de julio de 1962 las Fuerzas Armadas comunican al presidente Prado que no aceptarían a Haya de la Torre como Presidente del Perú.

Tres días después, el 7 de julio, Fernando Belaúnde, desde Arequipa, desconocía públicamente los resultados electorales, calificándolos de fraudulentos.  En ese momento llamó a la intervención de las Fuerzas Armadas, y prohibió a sus partidarios que se incorporasen al nuevo Congreso, que debía reunirse en tres semanas, el 28 de julio.  La acusación de fraude electoral fue sustentada por su hermano menor, el abogado Francisco Belaúnde Terry [1923-2020], quien acaba de fallecer hace menos de un mes, el pasado 25 de agosto, a los 96 años.  Hace 58 años, Francisco Belaúnde era dirigente de las Secretarías Nacionales de Asuntos Electorales y de Prensa del Partido Acción Popular, y publicó el libro de denuncia ‘Así se hizo el fraude’ (Lima: Imprenta ‘Minerva’, 1962).  El único problema es que nadie ha podido probar esa acusación, ni entonces ni después.

Sin embargo, la acusación sirvió para que, poco más de una semana después, el 16 de julio, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas exigiera al Jurado Nacional de Elecciones que declare la nulidad de los comicios.  Dos días después, el 18 de julio de 1962, se produjo el golpe de Estado.  La Junta Militar de Gobierno estaba presidida por el general EP Ricardo Pérez Godoy, y conformada por el general de división EP Nicolás Lindley López, el almirante AP Juan Francisco Torres Matos y el teniente general FAP Pedro Vargas Prada.   Faltando 10 días para terminar su mandato constitucional, enviaron al exilio al presidente Prado, y anunciaron nuevas elecciones para 1963.

El 28 de julio, día en que debía reunirse el nuevo Congreso y proceder a la elección presidencial, el Partido Aprista hizo pública su condena al golpe, pero aseguró su participación en las elecciones convocadas para el año siguiente.  En las elecciones generales del 9 de junio de 1963, Fernando Belaúnde, de Acción Popular en alianza con la Democracia Cristiana, obtuvo el 39.1% (708,662 votos); en segundo lugar quedó Haya de la Torre del PAP, y en tercer lugar Odría de la UNO.  Después de haberlo intentado dos veces, en 1956 y en 1962, el arquitecto Belaúnde se convirtió por primera vez en Presidente del Perú.

* * *

En la versión oficial del “Calendario Acciopopulista”, el 10 de junio de 1962 es recordado de la siguiente manera: “A pesar de enfrentarse al fraude oficialista de la Alianza Democrática, A.P. queda a escasas décimas porcentuales en 2º lugar obteniendo el 32,2% de los votos en las elecciones presidenciales”.

El periodista César Hildebrandt acaba de recordarnos todo esto: “Belaúnde Terry promovió abiertamente el golpe militar de 1962 que desconoció el triunfo electoral de Haya de la Torre aduciendo un fraude que jamás se probó… fue golpista y su servicio al veto militar en contra de Haya originó la venganza aprista de la coalición Apra-UNO, un capítulo que terminó con el Apra y desnaturalizó la política parlamentaria”.

ente del Congreso, Manuel Merino de Lama, en el sillón presidencial.  Esto debido a que la Segunda Vicepresidenta, Mercedes Aráoz, renunció a su cargo (renuncia formalmente aceptada por este Congreso el 7 de mayo último), tras la clausura del congreso que dominaba la alianza fuji-aprista (30 de setiembre de 2019), enfrentada desde julio del 2016 con Kuczynski y desde marzo del 2018 con Vizcarra.


Acción Popular es, como se sabe, el partido político creado en 1956 por el arquitecto Fernando Belaúnde Terry [1912-2002].  Acababa entonces de perder las elecciones presidenciales convocadas por el dictador Manuel Odría (1948-1956), que llevaron nuevamente al poder al oligarca Manuel Prado Ugarteche (1939-1945 y 1956-1962).  Esta vez, Prado ganó con el apoyo del partido aprista (PAP), perseguido por Odría.  Tras las elecciones, Prado legalizó al PAP. 

---------------------------

< Raúl Diez Canseco: “Hablé con congresistas de AP sobre la vacancia, pero no fui escuchado”, entrevista de David Pereda, diario ‘La República’, Lima, lunes 14 de setiembre de 2020.

https://larepublica.pe/politica/2020/09/14/manuel-merino-raul-diez-canseco-hable-con-congresistas-de-accion-popular-sobre-la-vacancia-pero-no-fui-escuchado/ >

< Calendario Acciopopulista (2010)

http://accionpopular-afiliacionap.blogspot.com/2010/11/calendario-acciopopulista-fechas.html >

< César Hildebrandt, “No se lo crea, señor Presidente”, editorial en ‘Hildebrandt en sus Trece’, no. 507, Lima, viernes 18 de setiembre de 2020




PUEBLOS PUNEÑOS Y SUS SANTOS PATRONOS

 SAN MIGUEL DE ILAVE

 Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas

 I. Las festividades de Santos Patronos 

L

a veneración de los santos es práctica tradicional de la Iglesia Católica. Esta vino al Perú y a toda América con los invasores armados, portando esa tradición europea e hispánica y la implantó en el “nuevo continente” durante ese discutido proceso de la “evangelización”. 

Uno de los infaltables actos que formaban parte de la práctica “evangelizadora” consistía en asignar, a un colectivo humano asentado en un determinado centro urbano preexistente o recién fundado, o a una congregación, una deidad católica (Cristo, la Virgen o algún miembro del amplio santoral) como su “Santo Patrono”, bajo cuya advocación se desenvolvería la vida de ese pueblo, de ahí para siempre. La gran mayoría de los centros urbanos del Perú rinden homenaje y festejan a un “santo patrono” 

Según la creencia católica, el santo patrón es el protector de un pueblo, el cual “intercede en nombre de este ante Dios”. Por ello, es merecedor de homenajes que se traducen por lo general en festividades religiosas en su honor conocidas como “fiestas patronales”, por lo menos una vez al año. 

En esa tradición se inscribe la festividad en honor al Arcángel San Miguel, en Ilave, capital de la provincia de El Collao, departamento de Puno, la misma que se reedita cada 29 de setiembre de todos los años. Si bien tal festividad es organizada y conducida por los representantes locales de la jerarquía católica y los creyentes católicos, el pueblo en general participa de los festejos, así como de la muy concurrida feria comercial que se realiza en tal ocasión. 

Después de actos religiosos conocidos como “novenas” que se inician a mediados de setiembre, en la madrugada del día 28 tiene lugar y tiempo el recurrente “albazo” que marca un importante aspecto de la identidad ilaveña, en el que compiten los conjuntos de sicuris que ganaron justa fama como ganadores de varios concursos departamentales. En la tarde de ese mismo día se lleva a cabo la Misa de Vísperas seguida de quema de castillos y juegos artificiales. El 29, día central de la festividad, se da curso a una fastuosa misa, una multitudinaria procesión y un desfile de danzas regionales y costumbristas que cada día gana mayor nombradía. 

San Miguel es también Santo Patrono de Conima distrito de la provincia de Moho.

II. San Miguel 

Según las creencias religiosas católicas, con el término genérico de “ángeles” se conocen a aquellos “mensajeros de Dios”. Un subtipo de ángeles que pertenecen al coro del Espíritu Santo son los Arcángeles. Uno de los arcángeles es San Miguel. 

En la literatura cristiana católica, San Miguel Arcángel es tradicionalmente conocido como el “guardián de los ejércitos cristianos, como el vencedor del maligno, del mentiroso, del Príncipe de este mundo”. Se dice que San Miguel se enfrentó con su espada a Luzbel, arcángel rebelde que devino en el diablo, satanás, satán o como se opte en unas de las múltiples denominaciones en uso.

San Miguel es pues –siempre desde el enfoque católico- uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los otros dos son Gabriel y Rafael. La Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la milicia celestial". Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento.

Muy apropiadamente, es representado en el arte como el ángel guerrero, el conquistador de Lucifer, poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo infernal, amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, o presto para encadenarlo para siempre en el abismo del infierno.

III. El templo

Alrededor de 1540 los primeros misioneros dominicos, erigieron primero la Iglesia de la Purificación de Nuestra Señora, hoy totalmente desaparecida, y luego, con Fray Agustín de Formicedo, el templo principal de San Miguel que a lo largo del tiempo fue cambiando su fisonomía, gracias a sucesivas refacciones y ampliaciones, algunas de ellas sufragadas a costa de perder la mayor parte de los terrenos que lo circundaban.

Es muy posible que en ese año el Arcángel San Miguel fuera entronizado como patrono del pueblo de Ilave, precisamente a instancias del religioso dominico Fray Agustín de Formicedo, que fue quien con sacrificada dedicación dirigió la construcción del templo llamado por eso, de San Miguel.

Como se anota en el documento que recoge Visita de Garci Diez de San Miguel, en 1563 el Mallcu Vilcacutipa junto con los ilaveños Martín Huancacutipa, Carlos Chura Guanaco, Cristóbal Maquera, Pablo Pilco y Carlos Alasaya, firmaron una escritura en la que deciden dar como obsequio al templo “ornamentos, cálices, cruces y todas las otras cosas necesarias para la  iglesia y sacristía y también las imágenes de los altares”, además de la donación de un terreno, para que se haga “la casa y monasterio del Señor Santo Domingo”. 

Dos campanas que hoy lucen en su blanca torre, llevan la inscripción que atestigua haber sido obsequiadas por el Gran Mariscal Santa Cruz, durante sus afanes por crear la Confederación Perú-boliviana.

Se han efectuado trabajos de restauración integral, interior y exterior, del templo de San Miguel. Sin embargo, los resultados están en cuestión por la opinión pública local que mantiene su aspiración de que el proyecto encuentre viabilidad, especialmente económica. Así podrá ser preservado una edificación arquitectónica que forma parte del patrimonio cultural puneño ><

FIESTA CÍVICA COLLAVINA