viernes, 31 de julio de 2020

PUNO EN CUARENTENA


LA COYUNTURA POLÍTICA EN EL PERÚ



LECTURAS INTERESANTES Nº 975
 LIMA - PUNO, PERÚ              31 JULIO 2020
DECEPCIÓN
César Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 500, 31JUL20
A
lguien le dijo que no debía admitir haber cometido errores, que para eso estaba la oposición, la prensa crítica, los antipáticos profesionales.
De modo que, entonces, el señor presidente se apareció como el gobernante de una isla fantástica donde una plaga había causado al­gunos estragos y donde todo, sin embargo, seguía su curso gracias a la hombría impertérrita de sus habitantes.
Pero en Cajamarca se morían. Y se morían en Junín y se morían en Lima. Faltaba el oxígeno en todas partes y las cifras de la muerte no descendían mientras la ministra de Salud admitía, por fin, que podían ser 43,000 los difuntos. Se quedaba corta: a estas alturas debemos andar por los 49,000.


El presidente Vizcarra tiene conseje­ros que lindan con la idiotez. Sólo una persona con insuficiencia neuronal puede haberle dicho que las crisis se combaten con optimismo, con cifras fantasiosas, con propósitos enormes y grandezas teatrales.
No, señor Vizcarra. No siga hacién­dole caso a la taradez que ha reunido en torno suyo.
Las crisis se combaten diciendo, antes que nada, la verdad. Después de des­cribir los hechos tal como son -y no tal como los inventan sus asesores- adqui­rirá usted el derecho a la esperanza y al mensaje cargado de propósitos y en­miendas. Pero si usted miente hablando de un país que no existe, si usted falta a la verdad construyendo una realidad voluntarista y encubridora, todo lo que diga después será materia de sospecha.
Nadie le creerá, en suma, si usted dice que el presupuesto de salud será novedosamente alto cuando ni siquiera se ha atrevido a decir de cuántas bajas fatales hablamos en esta pandemia que usted mismo calificó alguna vez como “una guerra”.
¿No nos debía un parte de esa guerra que esta­mos librando y, por ahora, perdiendo? ¿No debió ser usted quien nos dijera de qué tamaño era la mortandad? ¿No merecía la gente un recuento fáctico de lo sucedido?
Hubiera sido tan fácil decir al comienzo algo como esto: “compatriotas, estamos en serios pro­blemas, la situación es esta... Pero confío que, entre todos, saldremos de esto”.
Después de esas palabras, dichas desde el cargo privilegiado que le dimos, todos habríamos pues­to atención preferencial a sus cifras, sus metas, su fe, su optimismo. Y hubiéramos dicho: si este hombre tuvo el coraje de decimos la verdad cruda y fea, quizá tenga el carácter de cumplir con sus promesas, démosle una oportunidad.
Lo cierto es que su mensaje fue una invitación a la fantasía, un intento fallido de evadir el funeral que estamos viviendo.
Señor presidente: estamos en una crisis eco­nómica comparable con la que padecimos tras la guerra que Chile preparó para aniquilamos como rivales del Pacífico y usted sale a hablar del “go­bierno digital” y la “digitalización de las regiones”, mientras que su MINEDU no es capaz de comprar ni siquiera las tablets prometidas. ¿Quién dirigirá el pomposamente anunciado Sistema Nacional de Transformación Digital? Es difícil saber si es hora de llorar o reír.
Señor presidente: usted habló del daño que causa la minería informal y de cómo ha lucha­do contra ella, al mismo tiempo que anuncia la consagración de las invasiones auspiciadas por los traficantes de terrenos. Sí, señor: eso es lo que significa la titulación anunciada para todos aquellos que, guiados por los mercaderes de la usurpación y del despojo, se convirtieron en “posesionarios” hasta el 2014. ¿Se puede hablar así de planeamiento urbano, de futuro vivible para una megalópolis torturada como es Lima? ¿Se puede hablar de civilización en esos términos? ¿Les volveremos a poner un caño común (como hizo García) a quienes han sido condenados a vivir entre esteras, hojalata y triplay en la ladera de un cerro? ¿Son los traficantes de terrenos los que deciden el crecimiento de las ciudades y el costo  horizontal de los servicios sanitarios? ¿Ese es el Perú que usted fomenta?      
Habló usted de “educación de calidad para los jóvenes” pero no dijo una sola palabra sobre las agresiones del actual Congreso contra la SUNEDU, que es el sostén de la reforma universitaria. ¿Alguien le dijo que no se metiera con una comisión congresal orientada por algunos lobistas de universidades como Telesup?
Se refirió usted a 129,000 puestos de trabajo creados tras la reactivación económica pero no dijo nada de los 2’700,000 empleos perdidos por la necesaria cuarentena.
Anunció que a cada huérfano de la pandemia se le dará 200 soles mensuales hasta la mayoría de edad y, simultáneamente, reconoció que la anemia infantil ha bajado de 43% a 40%. Citó esa cifra cómo si de un triunfo se tratara. Qué bueno sería vivir en un país donde los presidentes no tuvieran que ofrecer 200 soles mensuales a nadie porque la salud y la educación están garantizadas.
¿Garantizadas? Usted prometió que ahora sí el SIS alcanzaría a todos los peruanos y anunció un presuntamente nuevo presupuesto de salud de veinte mil millones de soles. Pero resulta, como se ha dicho, que el presupuesto de Salud ya era de dieciocho mil quinientos millones de soles, lo que significa que el aumento será sólo de mil quinientos millones. ¿Y con mil quinientos millones de soles piensa usted financiar un SIS “para todos”?
Después estuvo el festival del dinero y los presupuestos mágicos que financia­rán obras deseadas por todos. ¿Con qué Estado las haremos? ¿Con qué capacidad de gasto contaremos? ¿Con qué gestión de proyectos tropezaremos? Eso sí: las lí­neas 3 y 4 del Metro, la carretera central, las grandes obras de saneamiento y los hospitales y colegios “emblemáticos” los haremos a través de convenios de gobier­no a gobierno, lo que seguramente que­rrá decir que tendremos a los británicos haciéndose cargo de tan arduos asuntos. Hasta eso podría haberlo explicado, señor presidente, si su vocación hubiese sido la de tender un puente de comunicación con el pueblo, especialmente con la gente que aplaudió su gestión cuando se deshizo del podrido Congreso anterior. 

¿Y qué es el Pacto Perú sino una lista de la vieja intendencia del Perú abortivo que padecemos? ¿A quién se pretende convencer cuando se ha­bla de consensos básicos sobre salud, educación, economía, sistema de justicia y lucha contra la pobreza? Sabemos de esa agenda envejecida desde los tiempos de Ramón Castilla y ese saber no nos ha servido de mucho. El problema no son las metas redundantes sino la voluntad corajuda de cumplirlas más allá de las presiones y periodicazos de la derecha y del autismo tribal de la izquierda de raíces leninistas. Cambiar de rumbo: ese es el imperativo. Y jamás cambiaremos con los parámetros que el conservadorismo dicta desde los medios de comunicación a su servicio.
No se miente, señor presidente. Y usted ha mentido como un fanático el día de su último mensaje presidencial.
Eso no sólo decepciona. Eso confirma que la política, entendida malamente, puede transformar al que fuera exitoso gobernador de Moquegua en un parlanchín suspendido perfectamente en una nube. ▒▒




jueves, 30 de julio de 2020

SITUACION DE LA CULTURA PERUANA Y PUNEÑA


UN DEBATE SOBRE EL SECTOR CULTURA
CADA VEZ MÁS URGENTE
Carlos Herz Sáenz, NOTICIAS SER.PE, 29JUL20
El Presidente de la República ha dado su último Mensaje a la Nación, convocando a un pacto nacional de los partidos políticos en torno a 5 puntos que él mismo considera ambicioso lograr. Mas aún, si lo que está de por medio es un escenario de crisis no solo sanitaria sino de gobernabilidad considerando la fragilidad institucional del aparato estatal, de las organizaciones de la sociedad civil y del sector empresarial, debilidad que se extiende a la imposibilidad de construir consensos para encarar siquiera los aspectos más perentorios de la agenda nacional. La pandemia por cierto no ha afectado por igual a toda la población, y hay sectores que han sabido aprovechar la crisis para continuar obteniendo beneficios económicos desde sus espacios de poder.
En este contexto un componente esencial para construir gobernabilidad y que no ha merecido mayor preocupación ni interés por parte de las autoridades políticas es el de la Cultura. El sector ha vivido 10 cambios de ministros solo durante el actual gobierno, sin mayores logros. Recién en esta gestión se ha aprobado una política nacional de cultura que espera ponerse en práctica para contribuir a la superación del marcado déficit en ciudadanía, democracia y educación que afecta severamente al país.
Lo primero que podría impulsarse desde el Ministerio de Cultura, convocando a diversas organizaciones e instancias a un debate nacional sobre la política nacional recientemente aprobada. La existencia de una política formal es un aporte, pero es insuficiente si no cuenta con los instrumentos que permitan su aplicación: normas, procedimientos, institucionalidad, proyectos y financiamiento, y menos aún, si no se movilizan hombres y mujeres que la pongan en práctica. La elemental acción de poner en discusión social colectiva la Política Nacional de Cultura significaría una oportunidad de cambio de la situación actual en que se encuentra este Sector. Permitiría crear condiciones para entender la Cultura como factor sustancial en el desarrollo de los pueblos. Al respecto se puede identificar varios desafíos:


1.  Fortalecer el Ministerio de Cultura, superando su situación marginal en cuanto a recursos económicos, personal y capacidad de decisión. Basta señalar la lamentable situación de deterioro de muchos bienes materiales arqueológicos e históricos, debido a las limitaciones presupuestales, que hacen evidente la escasa atención gubernamental para la conservación y aprovechamiento sostenible del patrimonio cultural. Asimismo, las actuales normas que simplifican los procedimientos de las evaluaciones arqueológicas acotando plazos a manera de trámites de silencio administrativo muestran una valoración devaluada del patrimonio cultural frente a las prioridades del modelo de crecimiento económico. Este desafío incluye la promoción de alianzas estratégicas con la cooperación internacional, el sector privado, las universidades, entre otros, desde una agenda pública concertada y generada desde el Sector. Asimismo, se debe promover la descentralización del Sector Cultura, fortaleciendo las direcciones desconcentradas de cultura en coordinación con los gobiernos regionales y municipales, como un proceso gradual, aprendiendo de los errores cometidos de las anteriores experiencias fallidas y burocráticas de transferencias de competencias y funciones del gobierno central, sin una comprensión cabal sobre la descentralización como una trascendental reforma de Estado que debiera comprometer a los diversos niveles de gobierno, mayormente a las autoridades nacionales.
​​​​​​​2.  Priorizar la comprensión de la realidad multicultural y pluricultural que caracteriza nuestro país, que debiera estar fuertemente presente en la agenda y en los procesos de planificación del desarrollo, propiciando una participación más protagónica del sector Cultura en las orientaciones del CEPLAN. Basta con reconocer la existencia de 77 etnias locales, 7 de las cuales se encuentran en situación de aislamiento voluntario, así como la identificación de 68 lenguas pertenecientes a 16 familias etnolingüísticas. La defensa suprema de los derechos y los beneficios de las poblaciones nativas, la construcción de mecanismos equitativos de diálogo intercultural, incluyendo el respeto y el uso de las lenguas locales, la promoción territorial del bilingüismo donde corresponde (como en el sur andino), entre otros, son roles que debieran promoverse desde el Sector Cultura. Cabe resaltar que una de sus competencias es la de diseñar, establecer, ejecutar y supervisar la política nacional y sectorial de la interculturalidad en el país.
​​​​​​​3.  Modificar drásticamente el enfoque que subordina la Cultura a las demandas de actividades turísticas basadas en prácticas rentistas y extractivistas, para las cuales la Cultura solo tiene sentido si genera ingresos económicos sin importar los impactos sobre el patrimonio ni el destino de los beneficios que se producen. Beneficios que no necesariamente contribuyen a mejorar calidad de vida de las poblaciones ni a promover un desarrollo de los territorios con equidad e inclusión. Es claro que existe una apreciación política y económica de la Cultura, pero ésta posee un valor sustancial sobre la economía y la política, concepto que aún no se entiende en nuestro país. Se debería trascender del enfoque tradicional y burocrático de puesta en valor del patrimonio cultural al de apropiación social y sostenible por la población y los agentes económicos locales. La Cultura debe ser considerada como parte de la vida de las personas en toda su magnitud incluyendo la económica. Solo así se la puede valorar, proteger y aprovechar responsablemente. Es un desafío que debiera comprometer también a otros ministerios como Educación, a gobiernos Regionales y locales, y a las organizaciones de la sociedad civil.
​​​​​​​4.  Promover el concepto de gestión del patrimonio cultural como aspecto sustancial en los procesos de planificación participativa del desarrollo territorial. No se trata de encasillar las supuestas bondades de cada territorio en cuanto a sus potenciales recursos, sino de un aprovechamiento sostenible y adecuado de los mismos. Sin embargo, el papel de la Cultura trasciende el de su uso como un bien económico y, una vez más, se ubica en la dimensión humana y lo que ello implica en cuanto a la búsqueda y el ejercicio de libertades, de tolerancia, de equidad de género, de eliminación de racismo y homofobia, de afectos, de creatividad, de orgullo histórico, de identidad con los espacios de vida. De allí la importancia de estimular planes de gestión cultural como instrumentos de movilización social y económica en cada territorio, formando capacidades para estos fines.
Los desafíos propuestos no solo implican tareas de los gobernantes, sino que debieran corresponder a las diversas organizaciones, movimientos y plataformas de la sociedad, las universidades y los emprendimientos empresariales comprometidas con la valoración de la Cultura para fortalecer democracia, ciudadanía, desarrollo inclusivo.



PLAZA MAYOR DE PUNO DESDE LO ALTO


miércoles, 29 de julio de 2020

PROYECTO PARA PRESERVAR RARA ESPECIE LACUSTRE


LA RANA GIGANTE DEL LAGO TITICACA
MISIÓN CIENTÍFICA PARA SALVAR ESTA ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Redacción BBC News Mundo 28 julio 2020


Cinco instituciones científicas están uniendo sus esfuerzos en un (Telmatobius culeus).
El anfibio es uno de los más grandes del mundo y solo vive en las aguas del lago Titicaca, que se extiende a ambos lados de la frontera entre Perú y Bolivia.
El increíble hallazgo en el Lago Titicaca que revela una antigua religión anterior a los incas
El equipo de rescate estará compuesto por expertos del Museo de Ciencias y el Museo de Historia Natural, ambos de Bolivia; la Universidad Cayetano Heredia, de Perú; la Pontificia Universidad Católica de Ecuador; el Zoológico de Denver, Estados Unidos, y la organización sin fines de lucro NaturalWay.
Cuenta con el respaldo de los gobiernos peruano y boliviano, así como del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La especie está amenazada por la contaminación generada por la minería y también por su uso en la medicina tradicional de ambos países.
Los científicos estudiarán el hábitat de la rana gigante y también llevarán a cabo análisis genéticos para descubrir cómo proteger mejor la especie.
La rana vive toda su vida en las aguas del lago Titicaca y en algunas lagunas cercanas. Tiene una piel holgada que se ondula alrededor de su cuerpo en pliegues, lo que le valió el apodo de "rana escroto".


La batalla oculta por dominar el negocio de las islas flotantes del legendario lago Titicaca
Los científicos piensan que las protuberancias de la piel ayudan a las ranas a absorber más oxígeno en el agua del lago, que se encuentra a una altura de 3.800 m sobre el nivel medio del mar.
En 2016, miles de ranas fueron encontradas muertas a orillas de un afluente del lago Titicaca. Se pensó que la contaminación generada por la agricultura y los plásticos causó la muerte masiva.
Pero las ranas también son cazadas, pues se cree erróneamente que son afrodisíacas.
Son usadas en una bebida llamada "jugo de rana" que se vende en algunos mercados locales y algunas partes de su cuerpo también se usan como amuletos.
La inusual piel a veces es empleada para fabricar pequeñas bolsas artesanales, mientras que las piernas se comen asadas o a la parrilla.
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DECOMISAN 2,517 RANAS GIGANTES DE PUNO QUE TENÍAN COMO DESTINO LIMA
EJEMPLARES SON USADOS PARA PREPARACIÓN DE BREBAJES
ANDINA/ Lima, jun. 24.
Personal del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y miembros de la Policía Nacional del Perú (PNP) y Aduanas del puesto de control de Pucusana decomisaron 2,517 ranas gigantes del Titicaca (Telmatobius culeus) en un bus de Perú Bus que se dirigía a Lima, procedente de Ica.
Los anfibios extraídos de manera ilegal de Puno eran transportados apiñados en tres cajas medianas de madera cerradas con pequeños agujeros, distribuidos en varios compartimentos y se encontraban deshidratados y sin alimentos, en la bodega del bus como si fueran encomiendas.
Según el Serfor, por la cantidad de ejemplares encontrados se presume que iban a ser distribuidos en los mercados de Lima para ser usado como insumo en la preparación de extractos de ranas, ante la creencia infundada que estos brebajes curan enfermedades respiratorias, que son tonificantes o afrodisiacos.
Debido a esta situación, miles de ranas son extraídas de su hábitat natural para ser transportadas en cajas, donde viajan hacinadas y bajo pésimas condiciones de salubridad.
El Serfor informó que realizó pruebas con ranas rescatas de anteriores intervenciones, los estudios determinaron que estos anfibios poseían el hongo denominado Batrachochytrium dendrobatidis, organismo que enferma a su especie y los pone en situación de amenaza.
Por este motivo, el Serfor hace un llamado a la población a no consumir jugos y otros preparados de rana, porque no solo afecta a nuestra biodiversidad, sino también pone en riesgo la salud humana.
La Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, establece como infracciones muy graves “cazar, poseer, adquirir, comercializar, exportar, transportar recursos de fauna silvestre sin la autorización de la autoridad competente o, que provengan de centros no autorizados”; además, estos actos ilícitos son considerados como delito en el Código Penal y son sancionados con la cárcel.
La Rana Gigante del Titicaca está categorizada como en Peligro Crítico (CR) de extinción y como su nombre lo indica, solo se le encuentra exclusivamente en el lago altiplánico. 
Las ranas fueron trasladadas a los centros de investigación de la Universidades Ricardo Palma y Cayetano Heredia para determinar su estado sanitario.
Más información
El Puesto de Control y Vigilancia Forestal y de Fauna Silvestre (PCVFFS) de Pucusana es uno de los cinco que tiene el Serfor y está ubicado en el kilómetro 56 de la carretera Panamericana Sur, constituye la entrada a la ciudad capital de los buses y autos procedentes de la zona sur del país





martes, 28 de julio de 2020

EN ESTE 28 DE JULIO



PARA MEDITAR EN
“FIESTAS PATRIAS”
Escribe: Milcíades Ruiz
Todas las voces de izquierda y derecha se aprestan a celebrar un año más de la independencia del virreinato del Perú y abogan por el boato celebratorio de su bicentenario. Lo hacen de buena fe sin pensar en la enorme injustica de este acontecimiento. Independencia del virreinato no es lo mismo que emancipación del Tahuantinsuyo, menos de la población nativa. Todo se ha tergiversado y ha hecho perder de vista el derecho de la población autóctona de recuperar su territorio arrebatado por la dominación colonialista. La población nativa ancestral perdió su patria siendo suplantada por los invasores y sus descendientes que se apoderaron de ella.
Es otra la historia y este es otro asunto pendiente de recuperar velando por su autenticidad y reivindicando la lucha heroica por la independencia desde la perspectiva de la población nativa. Esto tiene que ver con nuestra consciencia y honestidad. Reconocemos o no, los derechos de la población ancestral, estamos dispuestos o no, a reparar el daño histórico. Disculpen que insista. Estamos indignados por la delincuencia en el poder judicial pero el fraude también estuvo presente desde el inicio de la república. Todo fue arreglado a espaldas de los herederos de la patria nativa.
Muchos prefieren no tocar esta temática que resulta molestosa para quienes no llevan sangre autóctona. Mucho menos en “Fiestas Patrias” donde unos reciben gratificación y aguinaldos mientras muchos peruanos ancestrales de las alturas andinas pasan hambre y sufren las inclemencias de la estación invernal. Otros países de Asia, África y Europa también fueron invadidos y colonizados pero recuperaron su territorio, su autonomía y su derecho de gobernarse a sí mismos. Vietnam, China, Rusia, países árabes, africanos y hasta la misma España son gobernados por descendientes autóctonos. En Sudamérica sucede todo lo contrario.
Revisar la cara oculta de la historia desde una perspectiva diferente quizá nos haga reflexionar y actuar de otra manera. La Revolución Francesa de 1879, cambió la historia y su radicalismo generó espanto en todas las monarquías que tuvieron que aceptar nerviosamente la necesidad de reformar su modelo de gobierno para sobrevivir antes que el contagio revolucionario las arrase. Una nueva Constitución republicana como en Francia, era una consigna que recorría toda Europa. Carlos IV era del rey de España, de la misma dinastía del derrocado rey francés Luis XV y Luis XVI guillotinado por la revolución.
La monarquía española trató de recuperar la corona francesa aliándose con su enemiga Gran Bretaña pero fue derrotada desastrosamente y las tropas francesas ocuparon gran parte del territorio español, teniendo que ceder la colonia de Santo Domingo a cambio de la paz. No obstante, en 1796, España hizo alianza con el gobierno francés, desatando la ira de Gran Bretaña que le declaró la guerra. Las guerras causaron la ruina de España haciéndola insostenible. En estas condiciones surgen las ideas independentistas de los virreinatos.
El rey enfermo y desalentado fue tentado a refugiarse en sus colonias de Sudamérica pero optó por abdicar en favor de su hijo Fernando VII en 1808. Esta medida fue desactivada por Napoleón Bonaparte para entonces ya emperador francés. Carlos IV se exilió en Francia y cedió todos sus derechos a Napoleón, que nombró emperador a su hermano José. El pueblo español, no aceptó lo dispuesto por Carlos IV y emprendió la lucha por la independencia de España.
Mientras este desastre sucedía en España, las colonias en Sudamérica quedaron al abandono sostenidas solo por la lealtad de los virreyes que enviaban dinero para socorrer al imperio sumido en el desastre. Ante la incertidumbre, los españoles instalaron Juntas de Gobierno y lo mismo se hizo en las colonias aunque tropezaron con la oposición del virrey pues amenazaba su autoridad. En este intento fracasaron y fueron ejecutados los hermanos Angulo, Pumacahua, Melgar y otros.
Mientras tanto, las ideas de la independencia de las colonias habían calado en los españoles sudamericanos resentidos por la discriminación que sufrían ante los españoles peninsulares que ocupaban los mejores cargos y privilegios en los negocios. Los subversivos independentistas siguiendo las ideas de la Revolución francesa y el ejemplo de las colonias de Norteamérica independizadas de Gran Bretaña, ya se habían organizado y estaban operando con el apoyo británico a condición de romper el monopolio español del comercio con las colonias.
Los grupos revolucionarios independentistas se organizaron militarmente, retornaron a las colonias y entraron en acción primeramente en los virreinatos de Granada y Buenos Aires. En este proceso, Chile juró su independencia el 12 de febrero de 1,818 pero quedaba el riesgo de perderla si no se aseguraba la caída del gobierno realista del Perú, donde no había líderes luchando por la independencia del virreinato.
Con tal fin, haciendo gran esfuerzo económico Chile organizó y financió, una Expedición Libertadora que tenía la misión liberar el virreinato del Perú. Esta expedición estaba conformada fundamentalmente por argentinos, al mando del general José de San Martín y se contrató los servicios mercenarios del Almirante inglés Tomás Cochrane al mando de la armada en las operaciones marítimas.
Fue así como, los subversivos extranjeros llegaron al Perú y el 15 de julio de 1821 se firmó el Acta de independencia. Firmaron esta acta: El Conde San Isidro, el Conde de la Vega del Ren, el Conde de Las lagunas, el Marqués de Villafuerte, el Marqués de Monte Alegre, el Conde de Torreblanca, el Conde de Vista Florida, el Conde de San Juan de Lurigancho, el Marqués de Corpa, el Marqués de Casa Dávila.

Y también, otros miembros del entorno aristocrático y terratenientes tales como: Xavier de Luna Pizarro, José de la Riva Agüero, Manuel Agustín de la Torre, Tomás e Ignacio Ortiz de Cevallos, Antonio Boza, Hipólito Unanue, José y Miguel de la Puente, Manuel A. Colmenares, Luis A. Naranjo, Mateo de Pro, Lorenzo Zárate, Francisco Moreyra y Matute, Manuel y José Ferreyros, Francisco Xavier Mariátegui, Antonio de Bedoya, José Pezet, Pedro Olaechea, Manuel Tudela, Agustín de Vivanco, Toribio de Alarco y otros cuyos apellidos que aún hoy resuenan en nuestros oídos, porque siempre estuvieron en el gobierno republicano. Aun hoy se conservan muchos de esos nombres en los terrenos urbanizados del conde de San Isidro, San Juan de Lurigancho, Zárate, Pro, Matute, Monte Alegre, etc.
La representación de la población nativa, verdaderos dueños del territorio fue omitida totalmente, a pesar de haber derramado su sangre en la lucha por la independencia de su patria durante todo el coloniaje. El primer Congreso Constituyente de la República de 1822 estuvo conformado inicialmente por 53 representantes, llegando hasta 91 diputados en 1825, de los cuales 78 eran nacidos en el Perú y todos económicamente pudientes, conforme a las normas eleccionarias. 28 diputados eran abogados aristócratas y 26 sacerdotes del alto clero. Presidente de la Junta Gubernativa fue designado el ex general realista José La Mar, que tampoco era peruano.
Es así que, declarada la independencia se comisionó la búsqueda de un rey para el Perú para traerlo de Europa y se estableció la nobleza para la corte del emperador con el nombre de la “Orden del Sol”. Como miembros de esta nobleza fueron considerados: Bernardo O`Higgins, Juan García del Río, Bernardo Monteagudo, Hipólito Unanue, Tomás Guido, Gran Mariscal Gregorio de las Heras, Gran Mariscal Juan Antonio Alvarez de Arenales, Toribio de Luzuriaga, el Marqués de Torre Tagle, el Conde del Valle Oselle y algunos militares más de alta graduación.
De la aristocrática “Orden del Sol” salieron los primeros gobernantes de la nueva república. El predilecto de virreyes, Dr. Hipólito Unanue, terrateniente de Cañete y fundador de la Orden del Sol, que había estado en el campo enemigo pasó a ser Ministro de Hacienda llegando a ser presidente del Consejo de Gobierno. Otros miembros de la aristocracia colonial también pasaron a dirigir la naciente república y han pasado a la historia como próceres de la independencia.
El hijo del Conde de San Juan de Lurigancho, Diego Aliaga, quien fuera teniente del regimiento de la nobleza colonial, capitán de la Guardia del Virrey Abascal y del virrey Joaquín de la Pezuela, regidor del cabildo de Lima, pasó a ser Consejero de Estado y en 1823 Vicepresidente de la República. El Dr. Manuel Pérez de Tudela, regidor realista, pasó a ser congresista constituyente en 1922 y, ministro vocal de la Corte Suprema. El Conde de Torre Velarde, que había sido regidor del Cabildo realista en 1813, gobernador del Cercado en 1821, pasó a ser Vocal de la Corte Suprema de Justicia. El Conde de la Vega del Ren, José M. Vásquez de Acuña, pasó a ser Consejero de Estado.
Así también, la oficialidad de la fuerza armada realista ligada a la aristocracia colonial copó los altos mandos de la nueva fuerza armada de la naciente república. De ser militares realistas, defensores del régimen virreinal y enemigos de la causa libertadora, se convirtieron de pronto en militares “patriotas”. El Mariscal de Campo, Marqués de Montemira, que al proclamarse la independencia ejercía el cargo de gobernador, designado por La Serna, pasó con el grado de teniente General, siendo más tarde Vicepresidente del Consejo de Estado.

Sobre esta base social se fue erigiendo el nuevo poder dominante de la República del Perú. Ellos coparon el Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder judicial y la nueva Fuerza Armada Republicana. El virreinato del Perú tenía 8 intendencias y 56 partidos (zonas). Cada ciudad tenía un Cabildo o Ayuntamiento con sus alcaldes y regidores. La finalidad de este ordenamiento territorial era controlar mejor el régimen de expoliación y recaudación de los tributos impuestos a la población nativa.
Al crearse la República del Perú, las intendencias tomaron el nombre de Departamentos geográficos y el intendente pasó a llamarse Prefecto. El intendente había sido el representante del virrey en cada intendencia pero continuaron como prefectos representando al presidente de la república en cada departamento. En las provincias era el sub prefecto y en los distritos eran los gobernadores. Los ayuntamientos tomaron el nombre de municipalidades pero mantuvieron los cargos de Alcalde y regidores, que eran ejercidos por los “notables” de cada ciudad, que en la práctica eran los mismos colonialistas aristócratas del virreinato.
Como es fácil deducir, el mismo ordenamiento territorial del virreinato, cuya finalidad era el sometimiento de la población colonizada, siguió rigiendo en la República. Y los mismos colonialistas y sus descendientes siguieron manejando este sistema administrativo. Sin embargo, el proceso de alienación nos ha hecho perder de vista esta situación y tenemos otro concepto de lo que ha venido sucediendo en nuestro país.

Ahora que la cloaca del régimen vigente nos muestra la podredumbre generalizada de la república que fundaron los descendientes de conquistadores y colonialistas, quizá sea buen momento para meditar sobre esta temática y tal vez los peruanos ancestrales luchen por recuperar la conducción de su heredad. Lo que viene sucediendo con gran escándalo en la administración de justicia y en la administración política no es pasajero. Es un producto social estructural. Actuar sobre el producto terminado no resolverá el problema estructural. Mucho más que las simples reformas institucionales lo que se necesita es remover los cimientos para construir una nueva república, libre de virus sociales, con una nueva democracia equitativa.
Salvo mejor parecer.

VELASCO ALVARADO
Y LA SEGUNDA EMANCIPACIÓN

La idea de que se estaba luchando por una “nueva” o ”segunda” emancipación se convertiría en una presencia constante en el discurso oficial del régimen velasquista: una y otra vez los peruanos escuchaban o leían que el gobierno revolucionario estaba conquistando la «segunda independencia» de la patria: la primera había sido proclamada el 28 de julio de 1821 y consolidada el 9 de diciembre de 1824, luego de la batalla de Ayacucho contra las tropas leales a España. El corolario era, naturalmente, que la «primera» independencia no había sido completa, que no había satisfecho las expectativas y necesidades de la mayoría de peruanos y que para conseguir una auténtica y definitiva liberación nacional hacía falta ejecutar una serie de cambios estructurales radicales.

La independencia, sugirió Velasco, fue una «gesta heroica que nos hizo libres» y la «culminación parcial de un viejo proceso liberador hondamente enraizado en el sentir de nuestro pueblo». Esa «primera independencia», sin embargo, fue «una gran conquista histórica inconclusa», puesto que las condiciones vida de la mayoría de los peruanos no cambiaron:
“El pueblo auténtico del Perú, en mucho gestor del aliento que hizo posible la liquidación de la colonia, no fue el verdadero beneficiario de la victoria independentista. Continuó siendo un pueblo explotado y misérrimo, cuya pobreza fue el sustento final de la inmensa fortuna de quienes, en realidad, fueron los herederos de la riqueza y del poder que antes en gran parte estuvieron en manos extranjeras”.
El pueblo peruano, agregó, «fue el triunfador silencioso, olvidado y anónimo, de una batalla histórica dada en su nombre». Velasco, en suma, veía la independencia como una obra trunca y una promesa no cumplida.

En el discurso pronunciado con ocasión de la nacionalización del petróleo, el general Velasco habló fuerte y claro: «El Gobierno Revolucionario, enarbolando la bandera de la nueva emancipación, ahora y para siempre, pone en los labios de cada peruano la vibrante expresión de nuestro himno: Somos libres, seámoslo siempre»

(Extractos del artículo ¿La segunda liberación? El nacionalismo militar y la conmemoración del sesquicentenario de la independencia peruana.
En el libro LA REVOLUCIÓN PECULIAR. REPENSANDO EL GOBIERNO MILITAR DE VELASCO. Ed. IEP, Lima, 2018 pp, 41 y ss.

LA REVOLUCIÓN OLVIDADA
“El ritual cívico más olvidado ha sido la propia jura de la independencia”.
Por: Cecilia Méndez G. LA REPUBLICA 28JUL20
Cada 28 de julio la prensa acude a los historiadores para que ofrezcan una perspectiva histórica del momento conmemorativo, casi como un rito, o una tarea que les toca hacer. Las diarios se visten de banderas, de figuritas de héroes, de anécdotas, los locutores de los noticieros lucen escarapelas, izamos la bandera. Ojalá, me digo, que esas banderitas de ocasión sirvan al menos para poner algo
La ritualización colectiva da sentido e identidad a una colectividad. Como lo estudian la antropología y la sociología, las sociedades se cohesionan con ritos. Pero la ritualización irreflexiva de la nación puede llevar a que estos sentidos se pierdan. O, peor, que se olviden y distorsionen los propios hechos que son materia de conmemoración, y que se instalen otros que nada tienen que ver con aquellos.
En el caso nuestra independencia, el hecho más olvidado es también el más importante: que fue una revolución. Así la experimentaron y la llamaron quienes vivieron el momento, y hasta años después. Así llaman otros países del continente a sus procesos de independencia. ¿Por qué nosotros no? Las revoluciones subvierten ideas y conceptos, rebautizan lugares, cuentan el tiempo nuevo en calendarios revolucionarios. Así lo hicieron los revolucionarios del Cuzco en 1814, una de las revoluciones más olvidadas de nuestro proceso de independencia. Ellos proclamaron 1814 como "el año primero de la libertad", y así lo siguieron llamando, veinte años después, los campesinos de San Miguel, en Ayacucho, que pedían exoneración tributaria en medio de la guerra civil que devastaba sus campos en 1834, diciendo que habían dado su sangre por la patria "desde el año 14". En Lima, el 15 de julio de 1821, después de la firma de la declaración de independencia por el cabildo, una multitud "destrozó el busto y armas del rey a la plaza, […] a patadas", como cita el historiador Pablo Ortenberg de una fuente de la época. Años antes, en 1813, y como reacción a un decreto de las Cortes de Cádiz que abolía el Tribunal de Inquisición, una multitud saqueó dicho local en Lima, y se dedicaron sátiras, y un hasta "epitafio", a ese centro de torturas oficial.
Con los años, los actos irreverentes dieron paso a ceremonias acartonadas, misas solemnes, y un desfile militar que poco tiene que ver con el ejército que consiguió la independencia. Lima, rebautizada como "La Ciudad de los Libres" volvió a ser "La Ciudad de los Reyes". Y una parte de "El Pueblo los Libres" revirtió a su antiguo nombre de hacienda, Magdalena. La Plaza Independencia volvió a ser la Plaza de Armas.
Pero el ritual cívico más olvidado ha sido la propia jura de la independencia. Esta tuvo lugar en Lima el 29 de julio de 1821, al día siguiente de la proclama de San Martín, y luego en muchas otras ciudades y pueblos. San Martín sabía que, sin la jura, su proclama de independencia no podía tener legitimidad, porque ella se hacía "en nombre de la voluntad de los pueblos"; por la jura, el pueblo se comprometía activamente a defender la independencia. Como lo dice la Gaceta del Gobierno de Lima Independiente: "cada individuo de las corporaciones, así eclesiásticas como civiles" se comprometía a "sostener y defender con su opinión, persona y propiedades, la INDEPENDENCIA DEL PERU del gobierno español y de qualquiera otra dominación extrangera" (mayúsculas del original).
Tal vez defender la independencia de la dominación extranjera suene muy radical para estos tiempos. Pero igualmente radical fue el nuevo lenguaje político republicano que se inauguró con dicha revolución, y que incluye ideas que ocasionaron, y siguen ocasionando, resistencia, como lo es la igualdad ante la ley. Pero, si alguna responsabilidad cívica tenemos los historiadores, es una tarea de memoria de cara al presente.
de comida en algunas mesas, necesidad apremiante para tantos en esta pandemia.