sábado, 11 de enero de 2025

MITOS Y LEYENDAS EN MINAS PERUANAS

CHINCHILICOS o MUQUIS

HISTORIAS DE TIEMPOS ANCESTRALES Y QUE SE CUENTAN DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

Por: Héctor Mayhuire Rodríguez

En revista TODO MINERIA DIGITAL, 5ENE2025

L

a actividad minera en Perú no solo se asocia con la extracción de minerales, sino que también está impregnada de mitos y leyendas que fueron transmitidos de generación en generación. Entre estos relatos, los muquis o chinchilicos son personajes fantásticos que capturaron la imaginación de quienes viven y vivieron en asentamientos mineros. Estas criaturas,descritas como pequeños duendes, son parte del folklore andino como latinoamericano y representan tanto la riqueza cultural como las creencias ancestrales de las comunidades que habitan en torno a las minas.

Los muquis son conocidos por sus travesuras y su conexión con el mundo subterráneo. En Arequipa y Puno, se les llama chinchilicos, mientras que en otras regiones como Cajamarca se les conoce como jusshi. Se dice que estos duendecillos miden menos de un metro de altura, tienen una apariencia robusta y suelen ser descritos con cabello rubio y barba larga. Los relatos sobre ellos varían, pero comúnmente se cree que pueden interferir en el trabajo de los mineros, ocultando herramientas o incluso haciendo desaparecer vetas de minerales preciosos como el oro y la plata.

HISTORIA

Una de las historias más populares sobre los chinchilicos cuenta cómo un grupo de mineros, al intentar trabajar en un socavón, comenzó a escuchar ruidos extraños.

Al investigar y al inicio de sus turnos, a menudo encontraron sus herramientas en lugares inesperados, lo que los lleva a sospechar que un muqui estuvo jugando con ellas. Para recuperar sus implementos, los mineros debían ofrecer tributos o riquezas a cambio.

Algunos relatos afirman que, si un trabajador logra atrapar a uno de estos duendes, este puede ofrecerle riquezas a cambio de su libertad. Sin embargo, se advierte que intentar capturarlos puede traer mala suerte, ya que los chinchilicos son conocidos por su carácter caprichoso.

Otra historia popular involucra a un minero que, tras haber trabajado arduamente durante semanas sin éxito en encontrar una veta rica, decidió hacer una ofrenda a los chinchilicos para apaciguar su ira. Al día siguiente, ubicó una veta impresionante de plata y oro. Desde entonces, muchos mineros siguen esta tradición de dejar pequeñas ofrendas —como comida o tabaco— en sus lugares de trabajo con la esperanza de atraer la buena fortuna.

Esta narrativa no solo refleja la relación entre los mineros y su entorno, sino que también ilustra la importancia de respetar a los espíritus de la tierra. El origen de estos mitos se remonta a tiempos preincaicos, cuando las comunidades andinas adoraban a diversas deidades relacionadas con la naturaleza. La figura del muqui o chinchilico puede verse como una manifestación de estas creencias, donde lo sobrenatural se entrelaza con la vida cotidiana.

El escritor peruano José María Arguedas menciona en su obra que el folklore tiene el poder de educar y transmitir valores morales a través de relatos fantásticos. En este sentido, las historias sobre los muquis cumplen un papel similar al advertir sobre las consecuencias de la avaricia y la falta de respeto hacia la naturaleza.

Además, estas leyendas contribuyen a crear un sentido de identidad cultural entre los trabajadores mineros. En un en-torno donde el riesgo es constante y las condiciones laborales pueden ser difíciles, las historias sobre los muquis ofrecen una forma de cohesión social. Los obreros comparten estas narraciones durante sus descansos, creando un ambiente comunitario basado en tradiciones compartidas.

En otras regiones del continente, como Chile y Bolivia, existen relatos similares sobre duendes o espíritus relacionados con la minería. Aunque los nombres cambian —como el “Pañuelo” en Chile— las características fundamentales son similares: seres traviesos que protegen los secretos del subsuelo. Esto sugiere una conexión cultural más amplia entre las comunidades mineras andinas.

A medida que avanzamos hacia un futuro más tecnológico en la minería, es esencial no olvidar estas tradiciones orales que forman parte del tejido cultural peruano.

La preservación de estas leyendas puede contribuir no solo a mantener viva la identidad cultural, sino también a fomentar una minería más respetuosa con el medio ambiente y las comunidades locales.

IMPACTO EN LA PSICOLOGÍA DE LOS MINEROS PERUANOS

Las historias de los chinchilicos en las minas peruanas tienen un impacto significativo en la psicología de los mineros, influyendo en su comportamiento, creencias y la manera en que enfrentan el trabajo diario en condiciones a menudo difíciles.

CREENCIAS Y COMPORTAMIENTOS

Los chinchilicos son percibidos como guardianes del mineral, lo que genera una mezcla de respeto y temor entre los mineros. Las historias sobre estos seres fantásticos suelen advertir sobre las consecuencias de la avaricia y la falta de respeto hacia la tierra. Por ejemplo, se dice que aquellos que intentan extraer minerales sin hacer ofrendas a los chinchilicos pueden enfrentar desgracias, como accidentes o pérdidas significativas en su trabajo. Este tipo de creencias puede influir en el comportamiento de los mineros, quienes pueden optar por realizar rituales o dejar ofrendas para apaciguar a estos espíritus antes de comenzar su jornada laboral.

COHESIÓN SOCIAL

Además, las leyendas sobre los chinchilicos fomentan un sentido de comunidad entre los trabajadores. Compartir historias sobre estos duendes durante los descansos o en reuniones familiares crea un vínculo social que fortalece la identidad cultural de los mineros. Este sentido de pertenencia es crucial en un entorno laboral donde el riesgo y la incertidumbre son constantes. Las narraciones sobre chinchilicos permiten a los mineros encontrar consuelo y apoyo emocional entre sus pares, al tiempo que refuerzan valores compartidos sobre el respeto por la naturaleza y la importancia de trabajar juntos.

ESTRÉS Y MIEDO

Por otro lado, las historias también pueden contribuir al estrés y al miedo. La idea de que un chinchilico puede ocultar herramientas o hacer desaparecer vetas de mineral puede generar ansiedad entre los trabajadores, especialmente si enfrentan dificultades en su labor diaria. Este tipo de presión psicológica puede afectar su rendimiento y bienestar emocional. Sin embargo, muchos mineros encuentran formas de canalizar este miedo a través del humor o la camaradería, utilizando las historias como una forma de aliviar la tensión. <:>




No hay comentarios:

Publicar un comentario