sábado, 19 de julio de 2025

OPINION: COMPARANDO MODALIDADES NO FORMALIZADAS DE EXPLOTACION MINERA EN EL PERU

 MINERÍA INFORMAL, MINERÍA ILEGAL Y MINERÍA CRIMINAL.

Por: Aldo Santos y Paulo Vilca

Tomado de FACEBOOK

1/ ¿Qué es minería informal? ¿Y qué la diferencia de la ilegal? ¿Por qué no toda minería es criminal? En el siguiente hilo explicamos algunos elementos para entender el fenómeno, más allá de prejuicios.

2/ Minería informal ≠ ilegal. La informal opera en zonas permitidas (se acogieron a proceso ofrecido x el Estado), sin cumplir todos los trámites. La ilegal opera en áreas prohibidas (ríos, bosques de producción, ANP's) o equipos prohibidos.

3/ Tipos de minería informal en Perú: Filoniana o socavón (Andes): se excava el cerro y se hacen túneles buscando vetas. Aluvial (Amazonía): se extrae oro con dragas o motores de lechos fluviales. Los impactos, técnicas y actores cambian según el tipo de explotación.

4/ Dinámicas regionales: La Libertad, Apurímac, Puno, Arequipa y otras: mayoritariamente minería de socavón, en comunidades altoandinas o montañas costeñas. Madre de Dios, Amazonas y otras: minería aluvial en bosques y riberas de ríos utilizando dragas o "carrancheras".

5/ ¿Quiénes la ejercen? a) Migrantes: dueños de labor u obreros. b) Comunidades: tradición minera, subsistencia c) Mafias criminales: capital, armas, rutas de exportación. Son ilegales en la ley, pero solo uno actúa con violencia y redes ilícitas.

6/ ¿Por qué crece la minería informal/ilegal?

- Altos precios del oro

- Desempleo rural

- Abandono del agro

- Débil presencia estatal

- Trámites lentos y concesiones concentradas

- Tradición minera local

- Escasez de alternativas económicas

7/ Un punto clave: La mayoría no entra a la minería porque “le guste”. Lo hacen porque es la única opción rentable. Las condiciones laborales son duras: frío o calor extremo, inseguridad, exposición a químicos, cero derechos laborales. Pero, aun así, deja dinero.

8/ Como el transporte informal o la tala de madera, la minería informal es una actividad económica antes que un delito. Cuando el Estado falla, otras formas de economía crecen. No es crimen por sí misma. Pero sí puede ser capturada por mafias si no se regula.

9/ Hay criminalidad, sí: En La Pampa (Madre de Dios), ríos amazónicos de Amazonas y Loreto, investigaciones indican q mafias controlan dragas y rutas ilegales. Lo mismo ocurre en los últimos años en Pataz.

10/ Pero no todo es criminalidad. En Puno, Cusco, Apurímac o Arequipa, muchas veces se trata de mineros comuneros u obreros, sin nexos criminales. Sin acción eficaz del Estado, también podrían acabar bajo control de las organizaciones criminales.

11/ ¿Y la formalización? De más de 82,000 mineros inscritos en REINFO solo 26,713 siguen activos (50,565 fueron excluidos). Trámites engorrosos, trabas legales, concesiones en manos ajenas y el Estado ha cambiado las reglas tantas veces q muchos ya no creen en el proceso.

12/ El gran obstáculo a la formalización, sobre todo en los Andes, es: La mayoría de mineros opera en concesiones que no les pertenecen. No pueden formalizarse sin un contrato con el titular. Pero muchos titulares no quieren firmar. Así de simple.

13/ ¿Por qué no firman los titulares?

- Algunas grandes empresas tienen operaciones d largo plazo (Las Bambas).

- Otros especulan con la concesión (ni explotan ni ceden).

- Otros no quieren asumir riesgos legales si algo sale mal.

Resultado: bloqueo total del proceso

14/ En Amazonía, el problema principal (no único) es otro: superposición de derechos. Muchas concesiones mineras están encima de concesiones forestales, territorios indígenas o bosques de protección. Legalmente existe, pero ambiental y socialmente es insostenible.

Criminal
15/ A diferencia de la minería de socavón en los Andes, la minería amazónica (aluvial):

- Requiere destruir bosque

- Usa maquinaria pesada

- Contamina con mercurio ríos y peces

- Genera deforestación

Sus impactos son mucho más severos.

16/ La minería informal en el Perú ya no se limita al oro. En varias regiones también se extraen cobre (Cusco), hierro y otros minerales. El fenómeno se ha diversificado y plantea nuevos retos para la regulación, trazabilidad y la gestión del subsuelo.

17/ Aunque Ley MAPE no se aprobó, mineros informales tienen poder político real: alcaldes, congresistas, e incluso un presidente del Congreso viene de sus filas o le responden. La informalidad también se organiza, moviliza, incide y hoy, también puede legislar.

18/ Si seguimos tratando a toda la minería informal únicamente como crimen organizado, fallamos. Hay que diferenciar actores, técnicas, territorios y causas. También es necesario entender que en muchos lugares los mineros informales ostentan legitimidad social y discurso político.

19/ Es necesario debatir sin prejuicios: minería informal diferente de mafia. La respuesta no puede quedarse en la represión: hace falta desarrollo rural, empleo y Estado presente. Por lo tanto, comprender las diferencias es el primer paso para políticas públicas eficaces. <:>

SIN PRECEDENTES: RECHAZO POPULAR CASI UNANIME A LA PRESIDENTA BOLUARTE

 POR QUÉ LA ODIAN TANTO

¿POR QUÉ RESULTA TAN REPULSIVA ESTA SEÑORA?

Américo Zambrano

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 742 18JUL25

(…)

El rechazo a su figura es hoy casi unánime: la desaprueban en todas las regiones, en todos los ni­veles socioeconómicos, en todas las encuestas. Es la presidenta más repudiada de toda América Latina. Y probablemente del planeta.

La población no la reci­be con aplausos. La esperan para pifiarla. Eso no ocurrió con ninguno de sus predece­sores, ni siquiera con Pedro Castillo, su ex aliado. El mar­tes 15, en Iquitos, casi mil manifestantes, entre obre­ros, dirigentes de la CGTP y ciudadanos en general, se concentraron en la Villa FAP para mostrar su rechazo a la presidenta, que había lle­gado para participar en el VIII Consejo Regional del Estado. Lo dejaron claro con gritos, pancartas y legítima furia. La Policía respondió con gases lacrimógenos y hubo disturbios.

La mandataria no ofre­ció diálogo. Respondió que los manifestantes estaban siendo manipulados por intereses políticos. “No se dejen utilizar”, dijo.

El 21 de junio, en Huancavelica, la presidenta fue abucheada y pifiada en plena ceremonia oficial por el ani­versario de Angaraes.

Cuando la ministra Leslie Urteaga recibía un obsequio del alcalde para entregárselo a la presidenta, varias perso­nas irrumpieron con silbidos y gritos de desaprobación. Sus viajes y presentaciones públicas se han convertido en una rutina previsible: la mandataria aparece y el ri­tual del abucheo se repite.

Su impopularidad, sin embargo, no es gratuita. Según la socióloga Noelia Chávez, el rechazo a Boluar­te representa la expresión más extrema del desencanto político del país.

“El 85 % de los peruanos considera que los políticos no se preocupan por ellos” -señala- citando el último sondeo de Ipsos sobre po­pulismo.

En ese contexto de har­tazgo general -dice Chávez-, Boluarte “encama el peor de los rechazos que un presidente ha tenido”. Y no por accidente: “Ese rechazo se lo ha ganado a pulso desde el inicio de su gestión”, ad­vierte.

Chávez identifica al me­nos seis razones concretas para explicar el repudio: el uso indiscriminado de la fuerza contra los manifes­tantes durante el inicio de su gestión, que proyectó una imagen autoritaria y cruel; el deterioro acelerado de las instituciones públicas, el incremento del crimen organizado y el retroceso en las reformas educativas.

Otro factor clave es el pacto con el Congreso, que le permitió quedarse con el poder “a costa de su auto­nomía y su popularidad” y finalmente -señala- el uso personal del poder. “Boluarte utiliza el poder con­seguido no para imponer un modelo, como haría un líder autoritario, sino para hacerse cirugías estéticas, viajar por el mundo y ad­quirir accesorios lujosos”, afirma Chávez.

Según la socióloga, Boluarte representa el cinismo. “Aunque los peruanos so­lemos encontrar goce en la transgresión, lo que repre­senta Boluarte es distinto: es la transgresión que gene­ra daño, que rompe el pacto social y se vuelve cruel”. En su opinión, la presidenta actúa con “una torpeza elo­cuente y un egoísmo visible” que aleja cualquier forma de empatia social. El rechazo,entonces, no es político. Es visceral.

Para Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, el rechazo a Boluarte no es una reacción emocional ni un fenómeno espontáneo. Es, más bien, el resultado de una acumulación constan­te de errores, desconexión y falta de criterio político.

HILDEBRANDT EN SUS TRECE

“Con un nivel de apro­bación del 2 %, pensar que puedes llegar a una ciudad y que te van a recibir con los brazos abiertos es una muestra absoluta de falta de sentido común”, asegura. Según el experto, la mandataria, y quienes la rodean, actúan como si vivieran en una “realidad paralela” con­vencidos de que el rechazo solo existe en los medios y no en las calles que recorre.

Saavedra, con cinco déca­das de experiencia en medi­ción de opinión pública, no duda en calificar esta como la gestión más impopular de la historia del país. “Nun­ca hemos visto una desa­probación así”, subraya. El diagnóstico es amplio: una gestión incapaz de enfrentar la inseguridad ciudadana, el problema que más preocupa a la población; una presiden­ta que disfraza la realidad con mentiras, como en el caso de las cirugías que negó y luego fueron confirmadas por su propio cirujano; y una clase política completamen­te desprestigiada.

En ese escenario -dice Saavedra-, cada aparición pública de Boluarte no co­rrige nada, solo amplifica el hartazgo. “Ya no son visitas de trabajo, son actos de pro­vocación”, apunta.

De acuerdo con el director de CPI, lo más preocupante no es solo el presente sino lo que se avecina. “Esta desa­probación masiva puede em­pujar al país hacia un voto de castigo aún más radical que el de 2021”, advierte.

La figura de Boluarte no solo concentra el rechazo a su gestión sino que perso­nifica el fracaso de toda la clase política. “Hay decep­ción en todos los frentes: el Congreso, los gobiernos regionales, las fuerzas del orden. La ciudadanía no confía en nadie”, resume. El peligro -dice- es que ese hartazgo termine por abrirle las puertas del poder a un nuevo outsider, alguien que canalice ese desencanto con promesas vacías o autorita­rismo envuelto en un dis­curso de cambio.

El legado de Dina Boluar­te, si algo queda de él, no se escribirá en obras públicas ni en cifras macroeconómicas. Se escribirá en silbidos, abucheos, en el recuerdo de una presidenta que, en me­dio del colapso general, optó por beneficiarse mientras todo a su alrededor se dete­rioraba, según los expertos consultados por esta revista.

Al final, no fueron sus palabras las que definieron su relación con el país sino sus decisiones. La presiden­ta que niega mejoras a su entorno mientras se premia a sí misma ha construido sola su propio descrédito. Boluarte ha mostrado un rostro hacia la ciudadanía y otro hacia el poder. Esa doble cara es hoy su verda­dero legado. <:>

REPUDIO EN LORETO

Sonia Suyón

Parapetada en una villa militar, Dina Boluarte se dio un baño de desprecio en la región con mayor desabastecimiento de luz y agua potable, con más muertes maternas, con record de niños fallecidos por tos ferina, malaria y fiebre amarilla en el Perú.

Creyó que con en­claustrarse en la Villa de la Fuer­za Aérea del Perú (FAP), junto a algunos de sus ministros y no dar la cara a la población, evita­ría el rechazo, pero la jefa de Estado no lo consiguió. Como ocurrió hace unos días en Huancayo y en Arequipa y en todas las regiones a donde acude, esta vez, en Loreto, Dina Boluarte volvió a ser re­pudiada apenas pisó suelo selvático. Cerca de mil per­sonas se autoconvocaron cerca de la Villa FAP de Iquitos tras enterarse de que la mandataria llegaría a clausurar el octavo Con­sejo Regional de Estado. La multitud llegó hasta ahí para expresarle su rechazo y reclamar por el abandono de esa región en relación a asistencia sanitaria y ser­vicios de electrificación, agua y desagüe. Desde dos cuadras antes, un cordón policial rodeaba el recinto de la Fuerza Aérea donde se llevaba a cabo el evento y la Unidad de Servicios Especiales (USE) impedía el avance de los manifes­tantes que se resistían a re­troceder. Y como siempre ocurre, la Policía entonces procedió a disparar per­digones y lanzar bombas lacrimógenas directamen­te contra los que protes­taban. La Defensoría del Pueblo reportó 16 civiles heridos, dos de ellos por balas de perdigones disparadas por miembros de la PNP. También contabilizó dos policías heridos.

Demasiado riesgo corrió la población por el capricho de una jefa de Estado de acudir a regiones donde su aprobación tiene la mínima expresión de 3% y su pre­sencia genera malestar y disturbios.

“Ya sabemos que Dina Boluarte no está por el pueblo sino por las Fuer­zas Armadas que la prote­gen. Siempre se corre, no da la cara. Nosotros pedimos servicios básicos como agua, luz, que sí tienen en Lima, también un mejor servicio de internet, para poder trabajar. Nosotros los loretanos no somos de otro planeta, somos también del Perú”, declaró un ciudadano que había acudido a protes­tar cerca de la Villa FAP de Iquitos.

(…)

viernes, 18 de julio de 2025

IMPORTANTE EVENTO ARQUEOLOGICO. PUKARA BAJO LUPA ESPECIALIZADA

 






OPINION: HILDEBRANDT SOBRE HECHOS DE LA ACTUALIDAD PERUANA

 JHON (sic) PULPO A LA PRESIDENCIA

Cesar Hildebrandt

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 742 18JUL25

P

ropongo a Jhon (sic) Pulpo como candidato presidencial. Creo que tiene todos los méritos para ser el jefe de un Estado que ha hecho del Congreso un vertedero, del Ejecutivo una casa de citas, del Tribunal Constitucional un colon descendente, de la Defensoría del Pueblo una impostura, de la Junta Nacional de Justicia una mafia aprofujimorista y de Patricia Benavides, alias Vane, la protodelincuente con más altas aspiraciones en estos años de necrosis constitucional.

Jhon (sic) Pulpo saliendo esta semana del penal de Challapalca
Jhon (sic) Pulpo es de abolen­go. Pertenece a una familia que tiene dos generaciones dedicadas a los emprendimientos fuera de la ley y a la que la policía adjudi­ca un número enorme, aunque todavía impreciso, de asesinatos. Su padre, que se hacía llamar anglofilamente “Father”, fundó una organización que al principio se ciñó al ámbito familiar pero que, dadas las extensas responsabili­dades adquiridas, fue sumando miembros, colaboradores arma­dos y abogados listos para desen­fundar sus recursos y apelaciones.

“Father” Cruz creó su empresa de múltiples fines en el distrito de El Porvenir, Trujillo. En los inicios de las operaciones, sus accionis­tas principales fueron sus hijos: Jhon, Milton y Miller Cruz Arce. La expansión de las actividades llevó a que “Father” Cruz esco­giera el nombre de “Los Pulpos” como la marca de la organización. Y el abanico de tareas que “Los Pulpos” cumplían era amplio.

Empezaron ocupando terrenos que el Estado tenía abando­nados, lotizándolos, vendiéndolos y castigando severamente a quienes no cumplían con pagar las cuotas mensuales. A “Father” Cruz se le ocurrió después que las ventas no debían cumplirse jamás y las transformó en alquileres perpetuos, aunque tuvo a bien, en un rasgo de amplitud financiera, rebajar los montos que se abonaban cada mes. Quienes se negaron a ese nuevo trato se tropezaron con un incendio inexplicable, un desahu­cio con quebrantamientos, un apaleamiento preventivo o un abogado de temo azul citando algún parágrafo. Era la mano dura que tantos reclamaban.

“Los Pulpos” crecían y estiraban su agenda. En un momento dado se dieron cuenta de que la blandu­ra policial y las necesidades del mercado les permitían dedicarse limpiamente al comercio de las drogas. Entonces se hi­cieron expendedores de cocaína, para los que podían, y de pasta básica, para los que apenas podían. Eso los hizo más ricos y poderosos. Y aún más temibles si se considera que en ningún momento dejaron de prestar el servicio fulminante del sicariato.

Según el diario “El Comercio”, la cartera de tareas los inclinó a asociarse eventual­mente con otra organización empresarial dedicada al delito: “Los plataneros de El Milagro”. Pero sea porque “Father” Cruz aspiraba a otras cosas o porque el nombre de ese socio le sonaba vulgar, esa alianza empresarial duró en ese poco. Descubrieron entonces una variante elegantísima de la acumulación de activos inmobiliarios: la usurpación agravada. Detectaban la casa apropiada, los ocu­pantes propicios, los papeles borrosos y un día, previo registro público en la entidad pertinente, perpetraban su desalojo. El resto era una cuestión de apelaciones, pericias y conversacio­nes con los cuellos sucios de cualquier puerto. Fueron los profetas de Orellana.

Rospi, sería adecuado premier
En un episodio de errática ofuscación, Jhon (sic) Pulpo mató a su expareja, Marilyn Teresa Angulo, y a Benjamín Salinas Ferrel, a quien consi­deraba su enemigo jurado. Por eso fue condenado a 25 años de cárcel en el año 2008. Sin embargo, acaba de salir del encierro después de que funcio­narios del INPE, debidamente alentados por el ideal liberta­rio, le permitieran el 2x1, con lo que Jhon (sic) Pulpo se ha ahorrado ocho años de prisión.

Eso no significa que haya es­tado alejado de sus empresas. La policía especializada sabe que, a pesar de los muros de Challapalca, Jhon (sic) Pulpo no ha dejado de acometer di­versas iniciativas comerciales. Además, el grupo “Los Pulpos” ha resistido a la competencia y a los acosos fiscales. Su sobri­no Jhonsson (sic) Pulpo, hijo de su hermano Miller, conti­núa en libertad a pesar de la recompensa de medio millón de soles que se ofrece por su paradero. Miller, como se sabe, cosió a balazos al suboficial de la policía Mervin Colchado Pinto. Como se ve, Jhon (sic) Pulpo tiene todos los merecimientos para postular a la presidencia de mi amado e incomprendido país.
Fernando Rospigliosi podría ser su primer presidente de la PCM.
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lunes, 14 de julio de 2025

EXAMINANDO LA COYUNTURA MUNDIAL, MR. TRUMP Y SUS ARANCELES INTIMIDANTES

 DESESPERACIÓN ARANCELARIA

DE EE.UU.

Escribe: Milciades Ruiz

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a decisión de subir los impuestos a los productos importados (Aranceles) que, EE UU ha adoptado para proteger su mercado interno, tiene su razón de ser. Esto es lo que no se divulga y los análisis se centran más en los efectos que ocasiona. Pero en el trasfondo, están razones de estado, que se omiten para no dar explicaciones. Elevar 50% los aranceles a la importación de cobre, afecta al Perú. Pero no es por castigar a nuestro país, sino por otros motivos. Veamos.

Desde inicios del siglo en curso, EE UU se viene quedando sin fondos disponibles para afrontar una guerra mundial. Han bajado sus ingresos estatales y tiene creciente déficit fiscal y déficit comercial. Esta falta de fondos lo ha llevado a un endeudamiento descomunal que se duda que pueda pagar. De los 36,2 billones de dólares que adeuda, 9,2 billones de dólares vencen en 2025. Es urgente entonces, reunir fondos para salvar del hundimiento de su economía. ¿Cómo hacerlo?

Trump, piensa que hay que tomar medidas radicales de recorte de gastos, protección de la producción nacional, combatir la migración, otras medidas de shock económico (no solo arancelarias). No importa si este shock afecte a sus aliados. Salvar del hundimiento a EE UU es una necesidad perentoria. De lo contrario, será inevitable. La guerra en Ucrania es un desgaste que va contra este plan de emergencia. Busca un arreglo con Rusia, no porque esté contra la guerra, sino, porque le quita fondos. Los pretextos podrán ser diversos, pero es la dura realidad.

De manera que, directa, o indirectamente, estas medidas afectan a muchos países en que las relaciones comerciales con EE UU gravitan en sus economías. A ningún país le gusta esto, pero la necesidad de fondos es tan grande que obliga. O te hundes o, te salvas. Sin embargo, no es solo un problema de caja monetaria. El problema es mucho más amplio y, no ver sus implicancias podría conducir a errores de enfoque.

Capitalismo es mercado. No puede haber capitalismo sin mercado. Las empresas capitalistas necesitan vender lo que producen y para eso, capturan poblaciones compradoras (mercado). El capitalismo inglés en el siglo XVI, apoyó a los subversivos (logias) que buscaban la independencia de las colonias españolas. No lo hacía por compartir ideales, sino, para romper el monopolio español. Bajo esta condición se financió por cuenta de Chile, la “Expedición Libertadora” que llegó al Perú, al mando de San Martín.

Esto mismo, es lo que sucede ahora en otras condiciones. EE UU ha perdido gran parte de su mercado y eso ocasiona pérdidas económicas. Perder mercado es perder poder. La corriente capitalista del neoliberalismo, basado en la competitividad en el mercado (precio y calidad), ha sido fatal para EE UU. Tenía hegemonía sobre el mundo. A China le cayó esto como “anillo al dedo” que trazó una estrategia de captura de mercados, penetrando incluso al mercado interno norteamericano, con sus precios bajos.

De esta manera, EE UU fue perdiendo mercado y poder, tanto nacional, como internacional. Hasta su patio trasero latinoamericano fue ganado por China. Actualmente el mercado peruano está capturado por China, no solo en materia comercial, sino también por concesiones eléctricas, mineras, hidrocarburos, tecnologías y otros. El cobre que se extrae del Perú es mayormente de propiedad china, lo que se exporta a EE UU es muy poco. Pero también, ha capturado los mercados de Venezuela, Nicaragua, Argentina, Panamá, etc. Rusia capturó el mercado petrolero europeo, como también ha penetrado en el mercado africano.

EE UU desea recuperar sus mercados, pero no está en condiciones de lograrlo a corto plazo. Ante esta desesperación, no le queda otra que, proceder drásticamente decretando reajustes en los gastos nacionales e internacionales y aplicar aranceles para captar fondos y estimular los capitales nacionales. Los migrantes ocasionan una serie de gastos públicos, hay que acabar con ellos; los programas sociales aumentan los gastos, hay que reducirlos. Los programas de ayuda internacional y las cuotas de organismos internacionales restan fondos, hay que recortarlos. Se necesitan fondos para el sector defensa que viene perdiendo potencia militar. Hace faltan fondos para contratar empresas proveedoras de material bélico de alta tecnología. El dólar está perdiendo valor de cambio en el mundo y, muchas otras necesidades.

Lo dicho quizá baste para comprender que, en esta lucha por el mercado mundial EE UU ha perdido considerablemente repercutiendo en pérdidas económicas de diversa índole. Peor aún, el neoliberalismo ha hecho migrar capitales de EE UU ha otros países que ofrecen costos menores y mayor rentabilidad, en la competitividad neoliberal. La mayor cantidad de vehículos son fabricados en México y muchos artefactos son importados por EE UU, lo que antes era producción nacional.

Bajo los preceptos del neoliberalismo, nuestro país, ofrece hasta subsidios a los inversionistas norteamericanos, europeos, australianos y asiáticos. Las corporaciones de empresas oligopólicas, prefieren producir aquí antes que, en su propio país, porque acá, se les subsidia la compra de tierras de las irrigaciones estatales subvaluando costos, se les subsidia los tributos, reduciendo la tasa impositiva, se les subsidia los costos laborales recortado beneficios sociales a los trabajadores, se les subsidia los aranceles (Drawback) devolviéndoles los tributos a los insumos y bienes que forman parte de la producción y, muchas otras concesiones.

Entonces pues, no es nada fácil recuperar el terreno perdido en la supremacía mundial, en la que China ha ganado mucho terreno. Lo que estamos viendo son manotazos de ahogado y no creo que, EE UU recupere la hegemonía de poder que tenía sobre el mundo. Ya es muy tarde para eso. Abiertamente, va contra sus principios de libre comercio que enarboló después de la II guerra mundial y que, le trajo muchos beneficios hegemónicos.

El nivel de desarrollo alcanzado por EE UU se ha levantado quitándole desarrollo a los demás países. El nivel de vida de su población ha sido a costa de reducir el nivel de vida de los pueblos del mundo. Todo esto, está en peligro de perderlo. En su desesperación por evitar la caída podrá obrar a la mala, pero la decadencia de su ciclo histórico es inexorable. Todo en el universo tiene su ciclo. Nace, prospera, decae y finaliza.

En todo esto, ¿Qué es lo que nos conviene? Indudablemente, a todo pueblo oprimido conviene el fin de la opresión y libertad para obrar autónomamente. Cuba podrá librarse de las represalias, del bloqueo general a los suministros de vida. Muchos otros pueblos latinoamericanos abrigan la esperanza de lograr su libertad. Pero cuidado. No se trata de salir de una dependencia para caer en otra, como sucedió con la independencia del Perú que se desligó de España, pero cayó en otra dependencia.

En todo caso, dejo tema para la reflexión. El intercambio de ideas siempre es saludable.

Julio 14/ 2025

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OPINION: PARA TENER EN CUENTA EN LAS ESTRATEGIAS DE DESARROLLO DE PUNO

 PUNO-JULIACA:

EJE ESTRATÉGICO Y GEOPOLÍTICO DEL ALTIPLANO

por Darío Enríquez

El Montonero, 27 de junio del 2025 

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a articulación urbana entre Juliaca y Puno se perfila como un eje estratégico para el desarrollo del sur del Perú. Su cercanía geográfica y complementariedad funcional proyectan la conformación de una metrópoli con más de 750,000 habitantes hacia 2030, superando el umbral demográfico que define a las grandes ciudades. Esta masa crítica no solo fortalece la posición regional del eje Puno-Juliaca, sino que habilita su transformación en un nodo de influencia territorial y económica crucial para la región Puno.

El contexto geopolítico acentúa su relevancia. Al situarse en una frontera viva con Bolivia, el corredor Juliaca-Puno-Desaguadero se inserta en un espacio transfronterizo donde la movilidad humana, el comercio y la cultura fluyen constantemente. Desaguadero, ciudad binacional, registra una población combinada cercana a los 20,000 habitantes, lo que la convierte en un punto clave de interrelación. A esto se suma la proximidad con la macrorregión urbana boliviana, conformada por La Paz y El Alto, con una población conjunta cercana a los 1.8 millones, situada a poco más de 100 km de distancia.

Este escenario transfronterizo impone desafíos y oportunidades. Desde la perspectiva peruana, consolidar la conurbación Juliaca-Puno permite generar un contrapeso urbano que refuerce la presencia estatal, dinamice las economías locales y proyecte un mayor control del territorio andino.

La conurbación y metropolización también se proyecta como una bisagra entre el Altiplano y la Amazonía. La conexión con Puerto Maldonado, ciudad amazónica en expansión y punto neurálgico en la triple frontera Perú-Bolivia-Brasil, se realiza a través del corredor interoceánico sur. Esta vía no solo facilita el tránsito de mercancías y personas, sino que articula la región andina con los mercados brasileños y el Atlántico, ampliando el radio de influencia de la futura metrópoli.

A este entramado se suma la conexión con Tacna, ciudad en notable proceso de crecimiento y región fronteriza con Chile y Bolivia, que alberga el recientemente inaugurado Puesto de Control Fronterizo Tripartito en Palca. Esta infraestructura fortalece la presencia del Estado en esta otra triple frontera y dinamiza un corredor económico emergente que conecta Tacna con La Paz a través de un proyecto vial binacional en desarrollo. La conurbación Juliaca-Puno se integra necesariamente a este otro proyecto.

Finalmente, la funcionalidad de la conurbación se potencia al articularse con otras ciudades estratégicas del sur andino. Cusco, con casi medio millón de habitantes, y Arequipa, cercana al millón, configuran un triángulo urbano que, junto al futuro Puerto de Corío, consolidarían un corredor logístico de alto impacto. Este sistema permitiría canalizar exportaciones, fortalecer cadenas productivas y dinamizar las economías regionales. Así, la conurbación Puno-Juliaca no constituye una mera aspiración urbana, sino una necesidad estratégica en el marco de una política de integración territorial que responda a las exigencias de un contexto fronterizo dinámico y competitivo.

¿Se animan a darle nombre a la futura metrópoli altiplánica? Abonando formalmente a su conurbación, el proceso mejorará sustancialmente. La unión de ambas ciudades sucederá, participemos o no del proceso desde las instituciones del Estado, los sectores productivos y la Sociedad Civil. Hacia 2050, debe superar con creces el millón de habitantes. Para entonces, ya debería contar con infraestructura adecuada. En el plano sociocultural, la conurbación enfrenta el desafío simbólico de su denominación. Puno, con su legado cultural y colonial, y Juliaca, con su dinamismo comercial, representan identidades distintas pero complementarias. La elección del nombre de la futura metrópoli no es trivial; refleja la necesidad de construir una identidad compartida sin diluir las particularidades locales. Una solución creativa e integradora podría simbolizar esta unión, reconociendo la riqueza de ambas ciudades e identidades. <:>


domingo, 13 de julio de 2025

HISTORIA DE LOS PUEBLOS DE MI TIERRA

 LA FERIA DE VILQUE

Jaime Urrutia Cerruti. Extractos de su ensayo corto LA FERIA DE VILQUE: ENTRE MULAS, LANAS Y TIMBA, en Revista HISTORIA Y CULTURA Nº 30, Lima 2019 pp 139-143

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a feria de Vilque fue la más famosa de las ferias del sur peruano desde las primeras décadas del siglo XIX hasta la llegada del ferrocarril a Puno en 1874 que impulsó el crecimiento de Juliaca y condicionó la paulatina decadencia de la feria.

Ubicado en el altiplano puneño, a una altura de 3,860 metros sobre el nivel del mar, a pocos kilómetros de la ciudad de Puno, Vilque es hoy un humilde pueblo con algunas centenas de habitantes. Hoy, el nombre de Vilque no evoca la importancia de su pasado, durante el cual tuvo lugar la principal gran feria del ámbito sureño del Perú desde las primeras décadas de 1800.

Dicha feria tenía lugar por dos semanas, durante la celebración de Pentecostés, a fines del mes de mayo o inicios de junio cuando las ocupaciones agrícolas/pastoriles no son tan demandantes de trabajo.

La feria de Vilque se estableció en los linderos de la hacienda Yanarico, que fuera propiedad de los jesuitas. No tenemos información precisa sobre la feria a fines del siglo XVIII e inicios del XIX, período en el cual la peregrinación original al Señor de Vilque, posiblemente impulsada por los jesuitas—como señala Jacobsen—fue derivando en un evento básicamente comercial.

Diversos viajeros del siglo XIX han perennizado, con sus vívidas descripciones, las características de la feria de Vilque, además de informes oficiales de funcionarios ingleses y franceses destacados a la región.

Markham la describe en 1860:

“Fuera del pueblo había miles de mulas de Tucumán esperando que los arrieros peruanos las compraran. En la plaza había puestos de todo tipo de productos de Manchester y Birmingham; en lugares más apartados había polvo de oro y café de Carabaya, plata de las minas, corteza y chocolates de Bolivia alemanes con cristalería y prendas de lana de punto, modistos franceses, italianos, indios quechuas y aimaras en sus diversos trajes pintorescos; de hecho, todas las naciones y lenguas...El camino estaba repleto de personas que venían de Arequipa a la feria de Vilque: tenderos nativos, comerciantes ingleses  llegados  a  concertar sus suministros de lana, y una ruidosa compañía de arrieros en camino a comprar mulas, y armados hasta los dientes con pistolones, viejas armas e inmensas dagas, para defender sus bolsas de dinero”.[1]

En 1838, Eugene de Sartigues da cuenta de la importancia de Vilque:

“Vilque tiene cierta importancia en el país a causa de la feria de mulas que tiene lugar allí una vez al año. Se traen las mulas de Tucumán, provincia de la República del Plata y se emplea cuatro meses en realizar el viaje. De Vilque se distribuyen a todo el Perú. Esa gran población está edificada a orillas de una llanura pantanosa que parece haber sido el lecho de un lago y termina en un vasto estanque”.[2]

De la misma época es la opinión de otro viajero:

“A algunas leguas del gran lago Titicaca, que duerme como un mar interior entre la meseta del Collao y las montañas de Bolivia, se levanta el villorrio de Vilque. Es allí donde se celebra esa feria, la más considerable del Perú y quizás de toda la América del Sur y a la que afluyen las poblaciones, no solo de los departamentos vecinos, Arequipa, Moquegua y el Cusco, sino también de Bolivia y de las provincias argentinas, en particular del Tucumán.  Durante quince días Vilque, que apenas cuenta con algunos centenares de habitantes, ve elevarse su población hasta diez o doce mil almas”.[3]

La feria de Vilque fue originalmente una gran “tablada” de comercialización de miles de mulas llegadas desde la región de Tucumán, luego de un largo periplo que se iniciaba más al sur de esa región hasta llegar, luego de varios meses, a Vilque.

En efecto, el negocio de mulas traídas desde el territorio del antiguo Virreinato de La Plata representó la continuidad de un gran  intercambio iniciado en la época colonial, y sostenido hasta la segunda mitad del siglo XIX, que generó en el Bajo Perú un circuito de ferias que, por rebotes sucesivos, llegaba algunas veces hasta Cerro de Pasco. Aún hoy existe en el lenguaje popular la frase “más terco que mula tucumana”.

Hasta la segunda mitad del siglo XVIII, la gran feria de mulas del sur peruano se realizaba en Paucarcolla, a pocos kilómetros de Vilque:

“A las dos leguas de Puno, camino algo escabroso sin riesgo y de trotar, está el pueblo de Paucarcolla, que fue la capital de la provincia y que actualmente está arruinado, pero sin vestigios de haber sido de alguna consideración. En él se proveen de mulas correos y pasajeros con mucha prontitud, porque hay abundancia”.[4]

Antigua Feria de Vilque
En su minuciosa propuesta para la reforma de los correos coloniales en el Virreinato del Perú, Alonso Carrió de la Vandera “Concolorcorvo”, administrador del correo real, en su Lazarillo de ciegos y caminantes desde Buenos Aires hasta Lima (editado en Lima en 1776), no menciona a Vilque, tal como si hace con Paucarcolla, Coporaque y Tucle, citando estas dos últimas como dos grandes ferias de mulas, en Cusco y Jauja respectivamente. Sin embargo, describe con minuciosidad la “industria” de crianza y venta de mulas desde Tucumán al Perú. En recuerdo de ese pasado existe actualmente una danza en Vilque llamada “los Tucumanos”, inspirada en los arrieros que confluían en Vilque. Y en Salta, Argentina, se rinde culto al Señor de Vilque, en el pequeño pueblo de Sumalao, la gran “tablada” de mulas en Salta de donde partían las recuas hacia el altiplano y el Perú.

En el valle de Lerma, donde se halla ubicado, el pueblo de Sumalao, dice una leyenda popular que “fue una terca mula la que trajo la imagen desde Puno”.

Paucarcolla, además de ser cabecera de un corregimiento del cual dependía la parroquia de Vilque, era el lugar, como dijimos, donde se realizaba a fines del siglo XVIII la feria de mulas más importante del altiplano; pero también fue un lugar importante durante el levantamiento de Túpac Amaru. Luego de este suceso, según parece, la feria se trasladó a la cercana localidad de Vilque, convirtiéndose este poblado en el principal lugar de venta de mulas traídas desde las provincias argentinas, así como en un centro de acopio de lana, vendida por indígenas a agentes intermediarios, y exportada a través de Islay por compañías surgidas en la primera mitad del siglo XIX, cuya sede central estaba en la ciudad de Arequipa.

La feria de Vilque era sometida a remate púbico anual, adjudicando al mejor postor el control y manejo del espacio ferial. Casi no existe información sobre la feria en el Archivo Regional de Puno y nuestros esfuerzos apenas han sido gratificados con un par de documentos relacionados precisamente a dicho remate. El primero está fechado en agosto de 1820:

“El barbero Eustaquio Murillo en quien se remató la plaza de la feria de Vilque en cantidad de ciento quince pesos; hasta ahora no lo ha exivido sin embargo de ntras. repetidas recombenciones. Por lo q. lo hacemos presente a VS. para que se sirva librar las providencias conducentes al pago y afin de q. no se carezca mas tiempo de esta cantidad q. debio haber ingresado en Arcas desde aquel tpo. A los ocho días como VS. lo dispuso. Dios guarde a VS. Contad. Pral. de Puno y Agosto 8 de 1820. Victorino de la Riva y Pablo Man. de Egrena. P. S. Gobernador Inte. D. Tadeo Garate”.[5]

El otro documento, que data de 1823, señala que “la subasta de la feria será por 158.3 1/2 reales”. Los agentes consulares ingleses  instalados en Islay eran los primeros interesados en adquirir información sobre la feria, convertida en un espacio crucial tanto para conocer el precio de la fibra de camélido como para sondear la potencial adquisición de productos ingleses:

“Vilque es un pequeño pueblo en el Departamento de Puno, distante a unas cinco leguas de la ciudad de ese nombre, y a unas cuarenticinco leguas de Arequipa. En la feria realizada allí, se llevan a cabo un número considerable de transacciones comerciales; gran cantidad de mercadería es enviada allí por los comerciantes de Arequipa, y llegan compradores desde Cuzco, Bolivia, y las provincias argentinas. Aquellos de este último país traen consigo gran cantidad de mulas para la venta; allí también se hacen cuantiosos contratos para la entrega de lana, la materia prima que constituye la exportación principal del distrito; así, se verá que el éxito o fracaso de esta feria es un asunto de no poca importancia para la comunidad comercial.[6]

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Templo de Vilque en la actualidad
[1]  Nils Jacobsen, Ilusiones de la transición. El altiplano peruano, 1780-1930 (Lima Banco Central de Reserva del Perú / Instituto de Estudios Peruanos, 2013), 129-130.

[2]  Eugène de Sartigues, “Viaje a las repúblicas de América del Sur (1834)”, en Dos viajeros franceses en el Perú republicano, por E. de Sartigues y A. de Botmiliau, Emilia Romero, trad. (Lima: Cultura Antártica, 1947 [1848]).

[3]  Adolphe de Botmiliau, “La republica peruana”, en Sartigues y Botmiliau, Dos viajeros,204.

[4] Alonso Carrió de la Vandera “Concolorcorvo”, El  Lazarillo  de  Ciegos  Caminantes,  desde  Buenos Ayres, hasta Lima (Buenos Aires: Ediciones Argentinas Solar, 1942 [1773]), 247.

[5] Archivo Regional de Puno

[6] Informe del Sr. Wilthew, Cónsul británico en Islay, sobre el comercio de su distrito consular durante el año 1859, en Bonilla, Gran Bretaña y el Perú, 1826-1919. Informes de los cónsules británicos, tomo IV (Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1977), 109