ORO SANGRIENTO
Escribe: Milciades Ruiz
L |
a
tragedia sucedida en Pataz, con el asesinato múltiple de 13 trabajadores en un
socavón minero, nos ha consternado. Pero las miradas van más sobre los autores
del crimen que, sobre el móvil. Es el oro, que atrae a mucha gente extraña
codiciosa. Su precio record ya está por los US$ 3,500 dólares la onza y
estimula las ambiciones hasta el nivel criminal.
No
es un problema local solamente. El oro es un artículo de necesidad mundial ante
los riesgos económicos de los conflictos internacionales. El repunte del precio
del oro es por la desconfianza en el manejo de la economía de EE UU en
situación de declive. Por seguridad económica, el mundo prefiere el oro antes
que el dólar.
Es pues, la situación de la economía mundial la que repercute llegando hasta Pataz. La globalización capitalista nos atrapa, aunque estemos en los rincones más alejados. No somos culpables de esto, pero pagamos las consecuencias. En la misma condición y riesgo están los centros de producción artesanal de oro desde la frontera norte a la del sur, donde la fiebre por este metal transforma las actividades normales en anormales.
Donde
hay riqueza de oro disponible, la zona se convierte en un gran atractivo para
mucha gente que, ve una oportunidad para enriquecerse y de desempleados que
buscan salir de la pobreza. Por un lado, la codicia moviliza empresarios
inversionistas, comerciantes, aventureros, rameras, delincuentes, etc. Por
otro, improvisados mineros artesanales que buscan ingresos familiares, al no
poder obtenerlos de otro modo, por la segregación que sufren.
En
la cadena económica del oro, los mineros artesanales, son los que más trabajan
y ganan menos. No extraen el oro puro sino, piedras que contienen oro. Los que
menos trabajan, son los que más ganan, al comprar estos minerales, fundirlos
para extraer el oro y exportarlo, o contrabandearlo. El oro extraído no se
queda en el país, para engrandecerlo. No. Se va al extranjero para enriquecer a
otros países.
La
minería informal es foco de lavado de activos, tráfico de insumos químicos y,
explosivos, extorsiones, explotación sexual y laboral. Las plantas procesadoras
no necesitan tener minas para hacerse del oro extraído. En Pataz hay 12 plantas
de minerales, y en Trujillo, más de 50, pasibles de penetración mafiosa. No hay
control ni supervisión en toda la cadena del oro. No solo hay evasión
tributaria, sino también, tráfico clandestino al extranjero.
Desde
la conquista española del Tahuantinsuyo, hasta la actualidad, es la codicia por
el oro la que trae muchos ambiciosos a nuestra patria. Desde entonces, son
millones de toneladas de oro que se han sacado del Perú para beneficiar a sus
depredadores extranjeros. Otra sería la situación de nuestro país, si ese oro
se hubiera quedado en provecho propio.
Con
la república, este proceder ha pasado a ser política de estado. Ofrecen
nuestros recursos naturales a inversionistas extranjeros, brindándoles
beneficios atractivos, en perjuicio nacional. Todo el Perú está concesionado a
capitales extranjeros que depredan nuestros recursos naturales. Pero el oro,
como los demás minerales sustraídos al Perú, se acabará. No quedará nada para
el futuro de nuevas generaciones.
Pero,
así como la globalización llega con sus daños hasta la lejanía de nuestra
patria, más condenable es el sistema de gobierno que tenemos por más de dos
siglos de vida republicana. La ineptitud de los organismos del estado es muy
sospechosa en el caso de Pataz. Tenemos gobiernos paralelos con funciones de
seguridad ciudadana y protección, pero “se hacen de la vista gorda” cuando el
oro corrompe.
Estos
gobiernos son:
1. Gobierno de
prefectos, subprefectos y tenientes gobernadores.
2. Gobierno Nacional,
regional, provincial y Local.
3. Gobierno del
Ministerio del Interior y policía nacional regional, provincial y local.
4. Gobierno del
Ministerio de Energía y Minas y Gerencias regionales.
5. Gobierno del poder
judicial, Ministerio Público y fiscalías.
Todos
estos organismos, con sus burocracias respectivas, tienen funciones y
presupuesto, en relación con el caso Pataz y de otros lugares en los que operan
para brindarnos tranquilidad. Pero todos se hacen los que no ven, antelas
irregularidades y control de la situación. Hasta participan del descontrol
porque el oro tiene poder de corrupción.
La
corrupción e inconducta funcional en toda la administración pública es tan
grande que, la propia contraloría general de la república, ha calculado que el
costo de la corrupción e inconducta funcional en pérdidas para el estado,
habría alcanzado los S/ 24,267.8 millones en el 2023. De esta suma, el 85% de
los daños al patrimonio nacional son perpetrados por el Poder Ejecutivo, siendo
el Ministerio de Economía y Finanzas, que maneja los fondos del estado, el
organismo más corrupto. (Fuente; Contraloría: INCO 2023/2024)
Pero
tan alta como la corrupción e inconducta funcional de las entidades
gubernamentales, es también la impunidad que la alienta. Al respecto, ¿Dicen
algo los partidos políticos? Ojalá los movimientos políticos populares,
incluyan esta problemática en sus plataformas, para no ser cómplices por
omisión. Ustedes qué dicen.
Mayo,
11/ 2025
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