martes, 13 de mayo de 2025

NUEVOS LIBROS PUNEÑOS

 MENSAJERO DEL SIGLO XXI.

JAIME ARDILES FRANCO

 José Luis Ayala Olazával.

 El día 1 de enero de 1948, al asumir el cargo de presidente la Corte Suprema de la República, el Dr. José Frisancho Macedo, dijo: “Señores magistrados: En el Perú nunca un indio ha ganado un juicio. Y ese hecho vergonzoso no debe continuar. La justicia en el Perú no es que una injusticia”. El presidente de la República Dr. José Luis Bustamante y Rivero, que era también abogado, estuvo presente, sabía que Frisancho era un magistrado probo, culto y honesto.

Jaime Ardiles Franco
Al final de la ceremonia, el Dr. Bustamante se acercó a Frisancho y lo felicitó por haber denunciado un hecho grave. Todo empezó con la invasión de España al sistema político de los incas. Nadie esperaba que José Frisancho Macedo, hiciera una denuncia tan grave, con ocasión de la apertura del año judicial. Todavía no hay una biografía ni compilación de los discursos de tan importante magistrado puneño.   

Cuando se iban a producir cambios políticos sustantivos en las estructurales sociales, para acabar con coloniedad del siglo XX, especialmente en el poder político, así como en otros ámbitos sociales, el ignaro y servil de la derecha política, general E.P. Manuel A. Odría, dio un golpe de Estado, el 29 de octubre de ese año. De ese modo truncó un proyecto histórico destinado a modernizar una sociedad feudalizada.

El libro titulado “Mensajeros. Aimaras y quechuas por la libertad. 1902”,  escrito por Jaime Ardiles Franco, es un estudio analítico largamente esperado. Pablo Macera alentó a sus discípulos para que trabajaran el valioso documento llamado “El informe Maguiña”, pero no pudieron hacerlo porque no conocían el medio, sobre todo no hablaban aymara, ni tenían una visión cabal de la realidad, al que refiere un documento tan importante, ahora sí ha revalorado plenamente por Jaime Ardiles Franco.  

Fue durante la presidencia de Manuel Candamo, que Maguiña fue comisionado para que se constituyera en Juli y constatara los hechos referentes a las denuncias de campesinos. En Juli recibió memoriales y tuvo varias entrevistas con dirigentes, quienes demostraron que tenían razón. Las quejas se centraron en abusos y despojos de tierras, cometidos por subprefectos, curas y gamonales.

Con razón Jaime Ardiles Franco dice: “En el informe de la comisión Maguiña se puede leer que, entre las formas de explotación y abuso se encontraban: Los servicios gratuitos y forzosos que incluían alferados en fiestas religiosas, postillones, exacciones, repartos (quintales de lana, carneros), exigencias del gobernador en servicio de pongos, mit´anis, trabajos de adobes,  contribuciones forzosas de dinero, especies, animales (ovejas, vacas), embargos, multas, cuotas, despojo violento, faenas, pongueaje en casa de las autoridades como el gobernador y en la casa cural, labores de servicio obligatorio como carcelero, muleros, portapliegos, sisa, tasa. Si las labores no se cumplían la cárcel era el destino final. Demás está decir que no había ningún tipo de contrato ni remuneración por estos trabajos”.  1

Se ha venido a llamar Mensajeros, a campesinos líderes que portaban  denuncias contra las autoridades y entregarlas especialmente a Manuel Candamo como a Augusto B. Leguía. Recibieron no solo a los Mensajeros y las delegaciones, sino a personas que se quejaron y denunciaron a las atrocidades cometidas por gamonales y autoridades venales. Ambos presidentes de carácter colonial, nunca hicieron nada por los campesinos expoliados.

¿Pero, quiénes fueron estos mensajeros del altiplano? -pregunta- Jaime Ardiles Franco y responde: “Fueron líderes orgánicos que llevaron la comunicación de un pueblo oprimido y abusado en su condición de servidumbre semifeudal, como expresión de una situación desesperada de denuncia, rechazo y exigencia para que la máxima autoridad del país se informe de esta realidad y, disponga lo conveniente para erradicarla. Fueron actores directos de denuncias de abusos y de la humillación. Entre los que se cuenta a José Antonio Callamullo de Pasiri, distrito de Juli, Cipriano Apasa de Pomata, Sebastián Ninaja de Pisacoma, Cipriano Apaza de Pomata, Buenaventura Ayunta de Ilave, Mariano Istalla,  Paulino Lope y Carlos Chipana de Ácora, entre otros.        

Un aspecto importante es la metodología y análisis de los hechos. Se trata de una visión de la realidad y la historia. De una adecuada lectura del pasado y uso de una reflexión dialéctica. El análisis sirve para preservar y renovar la memoria. La reflexión dialéctica corresponde a la nueva visión de las ciencias sociales. La metodología se encuadra en las nuevas corrientes intelectuales destinadas a descolonizar la idea dominante.

Lamentablemente el archivo de la Corte suprema de Puno, ha sido sistemáticamente saqueado y hay quienes tienen en sus casas documentos valiosos. Un archivo que ojalá no se pierda es de Adrián Cáceres Olazo así como el de Eduardo Founier.  

Ahora hace falta escribir las biografías de ilustres magistrados como José Frisancho Macedo, Manuel A. Quiroga, Manuel Catacora Gonzáles y Andrés Espinoza Cordero. Sin embargo, el compromiso ineludible de Jaime Ardiles Franco, es escribir la biografía del ilustre y siempre recordado intelectual, lingüista y humanista Mario Franco Inojoza. ¿Quién va ser sino es él? 

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 1.- Jaime Ardiles Franco. Mensajeros. Aimaras y quechuas por la libertad. 1902 Pág, 22. Acierto gráfico E,I,R,L, 2025. Lima.    

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