“LOS COJUDOS” DE SOFOCLETO
UN LIBRO PARA ENTENDER AL PERÚ DE HOY
Luis Felipe
Angell de Lama, Sofocleto, fue uno de los escritores peruanos
más leídos del siglo XX. Dejó una obra copiosa y de ella, su obra maestra: “Los
cojudos”. Este jueves 14 de mayo, al mediodía, se llevará a cabo un
homenaje a Sofocleto en Cancillería (jr. Ucayali 391, Cercado de Lima).
Participan: Rafo León, Allan Angell y Gabriel Ruiz Ortega.
Gabriel Ruiz
Ortega LA REPUBLICA, 11MAY25
Por las actuales e inevitables circunstancias
políticas, el libro Los cojudos de Sofocleto se
impone como uno de lectura más que obligatoria. Ese es, pues, el poder que
tienen los verdaderos clásicos, y este de Sofocleto, seudónimo de
Luis Felipe Angell de Lama (1926 – 2004), lo es bajo todo punto de vista.
Como todo clásico, el destino de Los
cojudos es la relectura y el descubrimiento/asombro para todo aquel
que aún no lo haya leído. Al respecto, durante mucho tiempo, este título estuvo
oculto editorialmente, pero muy presente en el imaginario peruano. No es para
menos, Sofocleto fue un prolífico autor peruano (50 mil
sinlogismos, 12 mil so(fo)netos y más de 30 libros) que destacó en cada género
que cultivó. No dejemos de tener en cuenta que fue un periodista febril y, en
tal condición, no menos polémico.
Dicho esto, puede deducirse que Sofocleto fue uno de los autores peruanos más leídos del siglo XX. Sus columnas periodísticas (por ejemplo, a fines de los 70 fundó el diario Don Sofo) eran devoradas por cientos de miles de peruanos, tanto por los temas que trataba como por la manera en que los abordaba, proyectando en cada uno de ellos no solo una sabiduría letrada, sino también una actitud desenfadada (humor corrosivo). Basta revisar esos artículos para constatar que Sofocleto no le temía a nada y esta postura le trajo no pocos detractores a los no que no dudaba en responder.
¿Qué es en realidad Los cojudos (el
primer tomo del proyecto que Sofocleto llamó Enciclopedia
de la conducta humana) más allá de la evidente provocación que suscita este
título?, se preguntará el potencial interesado. Pues bien, no es lo que parece,
pero es lo que es: es el tratado antropológico-social- psicológico más completo
que se haya escrito sobre la identidad peruana.
Por ejemplo, cuando Sofocleto quiere definir a los
“Cojudos por contagio circunstancial”, dice lo siguiente, como para que el
lector tenga una noción inicial de qué va esta obra maestra:
“Contraen su dolencia en mérito a factores
inevitables de mala suerte: tener una discusión callejera con un cojudo y hacer
las paces con un apretón de manos; chocar el automóvil contra la casa de un
cojudo y ser llevado, herido, al interior de la misma; atascarse con un cojudo
en el ascensor y permanecer allí el tiempo suficiente como para salir
contaminado… Y así, hasta el infinito. Lo circunstancial está más allá de
nuestras previsiones, precauciones y medidas para evitar ser víctimas de la
cojudez. Por lo tanto, solo nos queda procurar que el contagio, al presentarse,
tenga carácter benigno, que es perfectamente curable si uno se aísla quince o
veinte días en cualquier ambiente donde no haya un solo cojudo (un banco, una
tribu de gitanos, una casa de préstamos, un club de vendedores ambulantes,
etc.) para buscar que una sobrecarga del “pendexus peruviannis” –único antídoto
eficaz contra el “coxudum” de la misma nacionalidad- nos deje limpios de cuerpo
y de alma y nos dé una nueva oportunidad de seguir invictos. Ir a un concierto
y escuchar una cojudez entraña tanto peligro como asistir a la exposición de un
pintor cojudo y caer bajo la acción mortífera de sus cuadros”.
Tras varias décadas sin presencia en el circuito
peruano, Los cojudos regresó por todo lo alto a
mediados de diciembre de 2019, vía Planeta y bajo la edición de quien escribe
esta nota. Y a fines de febrero de 2020, el libro pasaba a una primera
reimpresión. Sin embargo, vino la pandemia (quincena de marzo de dicho año),
que detuvo no solo la circulación de esta publicación, sino también la de todas
las publicaciones peruanas, para volver al ruedo una vez levantadas las
restricciones. Señalemos que después de Los cojudos,
salieron igualmente Los conchudos y El virus
matrimonial. Los tres títulos fueron presentados, en la Fil de 2023,
por Nicolás Yerovi.
Como indicamos al inicio, Los cojudos es
un clásico y los clásicos tienen ese mágico poder de la interpelación. Como
libros no dejan de venderse, pero su radiación se hace fuerte cuando nos
preguntamos, costumbre ya establecida en nuestro imaginario nacional, por qué
nos pasa lo que nos pasa, a qué se debe la existencia de sucesos que pudimos
evitar y que no evitamos. Estas son algunas de las inquietudes que los peruanos
y las peruanas cargamos en silencio, no lo comentamos y si lo hacemos es solo
con nuestro círculo más cercano.
Sofocleto fue un hombre muy conectado con el Perú. Leído, culto, viajero, provocador, seguro de sí mismo (había que estarlo porque sus artículos sacaban roncha y un dato a subrayar: cuando tenía que criticar, nunca lo hacía contra el más débil, siempre hacia el más fuerte, a quien le tenía respuesta preparada más el chaplín de rigor, porque, en sus coordenadas, Sofocleto fue un inigualable chaplinero) y tuvo la mejor estrategia para desgranar su obsesión más grande: la única forma de entender al Perú era mediante el humor.
En el segundo capítulo de esta obra maestra, sobre
el cojudo en general, Sofocleto dice:
“Para hacer un estudio serio de la Cojudez Peruana
debemos comenzar por establecer la diferencia que existe entre “el” cojudo y
“lo” cojudo. Lo cojudo es la institución, el cojudo es la persona (si se puede
llamar persona a un cojudo). Lo cojudo responde a realidades socioeconómicas
concretas, mientras que el cojudo hace las cojudeces por su cuenta, pese a que
el riesgo lo corren los demás. Lo cojudo es permanente, pero el cojudo es
transitorio. Lo cojudo está por encima de la vida, mientras el cojudo se acaba
con la muerte. Lo cojudo pertenece a la esquemática nacional, frente al cojudo
que es problema familiar. Lo cojudo necesita un sociólogo; el cojudo necesita
un médico. Mientras lo cojudo es el arquetipo, el cojudo es la variante. Lo
cojudo está, el cojudo es. Lo cojudo es un concepto, pero el cojudo es una
vaina. Son, en consecuencia, dos mundos diferentes, aunque paralelos, que
necesitan estudio aparte para llegar al fondo, a la esencia misma de sus
respectivas naturalezas”.
El año pasado, se cumplieron 20 años de la muerte
de Luis Felipe Angell de Lama y también 50 años de Los Cojudos (1974).
El nombre de Sofocleto figura en la historia de la literatura satírica.
Es también un escritor universal y que tiene mucho que decir de nosotros en
estos tiempos de atolondramiento. Maravillosamente incorrecto. <+>
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Este
jueves 14 de mayo, al mediodía, se llevará a cabo un homenaje a Sofocleto en
Cancillería (jr. Ucayali 391, Cercado de Lima). Participan: Rafo León, Allan Angell y Gabriel Ruiz Ortega.
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