jueves, 15 de mayo de 2025

TORITOS DE PUCARÁ TIENE IMITADORES

 ¿QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DE ELABORAR ESTOS ANIMALITOS PROTECTORES QUE CONECTAN LAS CULTURAS ANDINA Y ESPAÑOLA?

La semana pasada, Pacífico Seguros organizó una exitosa subasta silenciosa donde se vendió la totalidad de toritos elaborados por la Federación Única de Artesanos de Pucará. Las ganancias irán directamente a sus integrantes. Conozcamos a los puneños que están detrás de estas obras de arte, símbolo de protección, felicidad y prosperidad.

Diana Gonzales Obando

EDITORES FOTO > RICHARD HIRANO

EL COMERCIO 13/05/2025

L

os toritos de Pucará se colocan en pares sobre los techos de las casas para que las protejan y a todos los que habiten en ella. Esta dualidad instaurada por el pensamiento andino se ha mantenido por siglos y, en Pucará (Puno), los artesanos se han preocupado por representar en estos animalitos toda la tradición, cargada del sincretismo de un pasado indígena y colonial que aún se mantiene vivo.

Gabriela Germana seleccionó toritos subastados
Pucará se ubica a una hora y media en auto desde Juliaca. Antes, los toritos se solían vender en la estación de tren de Pucará, de ahí nació su nombre. Es imposible no reconocer el lugar, pues un torito de grandes dimensiones le da la bienvenida a todos los visitantes. Mucha gente solo está de paso: compran sus toritos en los quioscos que la Federación Única de Artesanos de Pucará (integrada por 15 asociaciones) ha colocado al ingreso del pueblo, y se van. El lugar todavía es poco turístico y es algo que la federación quiere cambiar implementando, por ejemplo, iluminación, mejores baños o una zona gastronómica. Algunos turistas sí se quedan, pero son pocos. Llegan a la plaza y visitan la antigua iglesia de Santa Isabel, así como los talleres donde se encuentran familias de artesanos que, por generaciones, han heredado el arte de moldear en cerámica estos coloridos y elegantes toritos de postura imponente.

Pero no siempre lucieron como los conocemos hoy. Hay mucha historia registrada sobre su piel, como la que ha ido estudiando el maestro Leonardo Huargaya Apancho (67). Desde los 6 años ha tenido cerámica entre las manos. Como jugando, aprendió a darle forma y así fue creando sus propios toritos de Pucará. Además, es historiador y nos cuenta en su taller que antes de los toritos existían las conopas (figuras sagradas con forma de camélidos), pues en esa época ni los españoles ni el ganado vacuno habían llegado a América. “Los españoles nos prohibieron todas las manifestaciones culturales. Según ellos era idolatría”, comenta Leonardo. Al ser prohibidas las conopas, los ceramistas pucareños decidieron cambiarlas por los toros. Leonardo nos muestra una mesa donde tiene las piezas que explican la evolución de la figura del torito.

Antes, no tenían patas, eran de uso utilitario (como una cantimplora) y se solían usar como moneda de intercambio en los trueques. Leonardo nos explica que el toro representa a la corona española. Su pechito colgante o con aros es así porque en las haciendas lo agujereaban cuando era becerrito y sangraba. Tenían que cicatrizarlo con hollín. También representaba el camisón de los españoles. La lengua salida es porque en las fiestas rituales les ponían alcohol en la nariz y ají bajo la cola. Eso les ardía y provocaba su furia. Sobre el lomo se ve la enjalma (capa ligera de color rojo) o la capa del torero. Sobre su cuerpo lleva pétalos, espirales y flores como símbolo de abundancia. “Entonces el torito en su representación tiene la fusión de dos culturas, andina y española”, afirma Leonardo.

Artesana Lidia León
Volúmenes coloridos

En el taller de Lidia León Ccapa (37), los toritos tienen su propio estilo y ella los confecciona durante todo el año. Creció con esta tradición y rodeada de cerámicas cuya materia prima se extrae de las canteras cercanas a su pueblo. Al igual que su mamá, Lidia se dedica a la creación de estas piezas y espera que sus hijos sigan sus pasos. “Puedo decir que nos diferenciamos de otros talleres por el acabado final, son personalizados. Una vez un cliente soñó con un torito de dos cabezas y me lo pidió así. Lo tuve que hacer”, comenta la artista. Lo que más aprecia de este trabajo es no moverse de su casa y estar rodeada de sus padres y sus hijos. “Uso mi creatividad, lo que se me ocurra hacer lo puedo vender. Pero no vendo un torito que es especial para mí porque me cumplió con mi matrimonio y vivo feliz”.

La producción es amplia: con sus moldes, en 15 días pueden obtener unos 700 toritos de los más pequeños. La cifra varía según el tamaño. Si son más grandes, como de 30 cm, solo sacan unos 12. Después, los pinta a mano con colores intensos.

Del mismo modo, en el taller de Hermelinda Aguilar Lope (53) la tradición viene por el lado materno. Hermelinda aprendió a trabajar en alto relieve las flores de los toritos, es lo que más le fascina. “Aprecio las hojas de coca y las flores porque representan la vida, la felicidad, la fortuna”. Junto a su esposo, trabajan las cerámicas y con su horno en casa pueden dedicarse a darle continuidad a esta tradición.

Torito "Pacifico"
En su taller se ven piezas de gran tamaño y diferentes coloraciones, con la técnica del vidriado, así como más rústicas con el color natural de la cerámica y otras dejadas al capricho del calor de los hornos. Tiene un asombroso torito de unos 50 cm con un nacimiento en el vientre, pieza que fue expuesta y vendida en Lima años atrás. Su jarrón con un torito en alto relieve rodeado de las flores y hojitas de coca —que adora confeccionar—, es de sus tesoros más preciados.

Las piezas de Leonardo, Lidia, Hermelinda y más artesanos de la federación fueron subastadas en Lima en un evento organizado por Pacífico Seguros. Los 29 toritos ofrecidos fueron vendidos y cautivaron con sus variados estilos al público limeño. Ahora, estas obras de arte elaboradas en los hornos a más de 3.800 m.s.n.m., están en las colecciones más importantes del país y sus ventas llevarán beneficios a los artesanos de la federación.

El embajador de Pacífico Seguros

Artesano Leonardo Huaygaya
 Seguramente has visto a este torito azul, es el torito de Pacífico, el primo del torito de Pucará. Su diseño estuvo inspirado en la transmisión de protección que cargan los toritos, y su elaboración estuvo bajo el asesoramiento de la Federación Única de Artesanos de Pucará. Jorge Lazo Arias, gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Pacífico Seguros, nos detalla que están asesorando a la federación con “capacitaciones, buscando mejorar sus talleres y que progresen sus finanzas. Muchos se dieron cuenta de que estaban perdiendo dinero”, dice. Con la subasta, se apunta a la mejora de las condiciones en que ofrecen sus productos en los stands y lograr mayor exposición e ingresos. Pacífico Seguros tiene un compromiso a largo plazo con la educación financiera de la comunidad artesanal de Pucará. <:>

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