viernes, 16 de mayo de 2025

HILDEBRANDT ENFOCA EL MOMENTO POLTICO PERUANO

 COMANDANTE CERO EN RPP

César Hildebrandt

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 733, 16MAY25

L

a Comandante Cero, o sea la popularmente conoci­da como Dina Asesina, le encarga a su abogánster de turno que salga en RPP, que la conexión ya fue pedida.

Entonces el abogánster se despacha a su gusto y dice que la Fiscalía ha hecho muy mal reabriendo el caso de las muertes de fines del 2022 y comienzos del 2023, que en esos epi­sodios no hubo víctimas sino hombres violentos justamente reprimidos, que la policía y el ejérci­to tienen todo el derecho de usar pistolas y fusiles cuando se les amenaza con armas letales, que la única muerte injusta y violenta fue la del po­licía al que terminaron quemando. Dice todo eso y la locutora de RPP no re­pregunta, no interrumpe, no interviene para decir que en aquellas jornadas de sangre y miedo hubo gente que pasaba cerca del tumulto y que perdió la vida por el fuego indiscriminado y errático de policías y militares que habían recibido la orden de disparar porque estaban enfrentando “una conspiración terro­rista”, que quien mató de una pedrada al suboficial PNP José Luis Soncco fue un expolicía dado de baja por mala conducta, que gente que prestaba primeros auxilios fue blanco de las balas de las fuerzas del orden. La locutora no locuta, la comunicadora guarda silencio ante la infamia y el abogánster continúa calumniando a los muertos y haciéndonos recordar que fue la mujer de los Rolex quien habló de aquellos “ponchos rojos” presuntamente bolivianos y notoriamente inexistentes. La se­ñora que mandó matar ahora manda agraviar a sus víctimas.

Entonces pienso: es la misma RPP gubernamental del fujimorismo en todo su esplendor. Era RPP cuando Manuel Delgado Parker iba al SIN a recibir instrucciones y concertar campañas para la reelección ilegal del año 2000. Ahora permite que un pirata de la abogacía, pagado con recursos públicos, enlode tumbas y reputaciones. ¡Y es la radio más importante del país!

Lo que pasa es que Boluarte, aconsejada por su equipo más guerrero, está ajustando cuentas. Y una de las cosas que ha hecho es cortar el flujo publicitario del gobierno si no se dan ciertas señales. RPP las está dando. Sus silencios programados, sus entrevistas oficialistas, las omisiones de su información son el SOS de su billetera. Ya no es que vaya Chlimper con un maletín lleno de más de 200,000 dólares para hacerle campaña a Keiko. Ahora la prioridad es la pauta oficial dictada por la señora que dio la orden de matar gente para demostrarle a la derecha que era capaz de todo.

Esto sucede en la semana en que la presidenta sostenida por el congreso del hampa ha hecho cambios que nada significan y que han encumbrado como jefe de la PCM, al hombre en quien más confía (sospechoso de ser todo un cuello blanco, cómo no). Quienes esperaban que el régimen cambiara de actitud pecaron otra vez de ingenuos: nada sustantivo puede cambiar cuando no hay metas ni propósitos. Este gobierno no tiene ideas ni horizonte sino un mamífero instinto de durar.

Lo que nos espera es lo que ya tenemos: un país acéfalo que funciona en piloto automático. Por eso nos llaman anarcocapitalistas: la política está en manos de los forajidos y la economía marcha con un grado admirable de autonomía. ¿Será posible que esto resista hasta el 2026? Nadie lo sabe.


A veces me pongo a pensar si estos 16 años de semanario valieron la pena. Más allá de nubes grises, mi respuesta siempre es sí. Valió la pena enfren­tarse a García y sus viejas avideces, a Humala y su corte, al frívolo Kuczynski, al decepcionante Vizcarra, al Castillo negado que terminó en un charco. Y siempre al fujimorismo, el cáncer del Perú, el re­sumen de todas nuestras taras, el fracaso de nuestra república.

Valió la pena seguir lu­chando. Hay momentos, es cierto, que nos senti­mos una minoría en el des­tierro, emisarios de una causa perdida, forasteros en un país que hace todo lo posible por ser desagrada­ble. Pero siempre llegamos a la misma conclusión: aunque terminásemos siendo un puñado de suicidas, siempre será bueno pelear por una prensa decente, unos políticos que amen el orden tanto como la justicia social, unos partidos que no sean siglas inventadas por ladrones o psicópatas, un país de buen hablar y mejor pensar, un mundo donde condenar el genocidio en Gaza sea el eco espontáneo de una sublevada indignación. <:>

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