domingo, 30 de julio de 2023

INVITACION A REFLEXIONAR SOBRE LA INDEPENDENCIA DEL PERU

INDEPENDENCIA CONSEGUIDA

O CONCEDIDA

Héctor Vargas Haya

El título es una frase que pertenece al historiador Heraclio Bonilla, autor de la obra “Metáfora y realidad der la Independencia” Entre otras consideraciones históricas, concluye que la Independencia del Perú no fue conseguida, sino, concedida, es decir, lograda por terceros y contra la voluntad de los peruanos. Su afirmación versada en hechos tangibles, coincide con la del historiador Raúl Porras Barrenechea, quien en el texto “Mitos, tradición e Historia del Perú” sostiene, entras cosas que “La Guerra de la Emancipación” abundan las Memorias de los generales y auxiliares extranjeros, que vinieron al Perú a luchar por la Independencia, como Cócrane, Miller, O´Learry, Arenales, Brandsen, O´Connor, López, Guido, Heres, y otros, que la contribución peruana es mínima.

En la Batalla de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824, fueron, mayoritariamente, ejércitos extranjeros procedentes de Venezuela, Colombia, Ecuador y el escuadrón de Granaderos argentinos, los guerreros que mayoritariamente lucharon contra el ejército realista integrado por españoles y criollos peruanos adictos a la Corona Española. Era innegable demostración la tendencia peruana, que desde 1821, se adhirió a la instalación de una Monarquía Constitucional, que el propio San Martín se había visto obligado a proponer, ante la anarquía protagonizada por los peruanos y comprobar que no se daban las condiciones libertarias en la Declaración de la Independencia que él lideró. Esta realidad se patentiza en las Memorias de Andrés García Gamba, quien sostiene que en Lima no era ardoroso el entusiasmo emancipador, revelados en los documentos del Libertador, creador de la Sociedad Patriótica, cuyo fin era el de actuar a favor de la Monarquía y alimentada contra la Independencia por todos los sectores.

Con tenida de masón
De dichas Memorias aparece que el presidente de la Sociedad Patriótica y vocero de la monarquía era el general Bernardo Monteagudo, el del levantamiento del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca; que la nobleza peruana poseía enormes haciendas y casonas solariegas reveladoras de holgura, vida, perezosa y tranquila, renuente a la Independencia había notificado no dar ni un peso para secundarla. Que Pezuela organizó la conferencia de Miraflores, en septiembre de 1820, en la que fue planteada la coronación de un príncipe de España, con las firmas de Hipólito Unanue, Justo Figuerola, el Conde de Vista Florida, Salazar y Baquíjano y otros.

Basadre, en su libro “Sultanismo, Corrupción y Dependencia”, afirma “salvo excepciones, los peruanos se inclinaron a favor de la fórmula monárquica hispano-peruana, que Bolívar luchó no sólo contra los españoles, también, contra los peruanos.

El Perú no tiene un héroe nacional de esa época. La Independencia y las guerras que inmediatamente siguieron, crearon un vacío social, cosa que no ocurrió en otros países como Chile, donde hubo una esencial continuidad”

La resistencia hacia la Independencia ya había sido conocida por Bolívar, quien en su Carta escrita en Jamaica, el 6 de septiembre de 1816, al exaltar a otras naciones suramericanas, lanzó estas severas frases:

“El Perú, por el contrario, encierra dos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos, el primero lo corrompe todo, el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo, rara vez alcanza a apreciar la sana libertad y se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas”……”supongo que en Lima no tolerarán los ricos la democracia, ni los esclavos y pardos libertos la aristocracia, los primeros preferirán la tiranía de uno solo…….”El Virreinato del Perú, cuya población es de un millón y medio de habitantes, es, sin duda, el más sumiso”.

Son, sin duda, expresiones drásticas, muy severas y despiadadas, pero, sin duda una realidad. Hasta el Himno Nacional del Perú fue rectificado en tres oportunidades. La última y reciente letra es una suerte de demostración de arrepentimiento contra las duras frases y al mismo tiempo, humillantes, que en nada enaltecían al honor nacional.

Pues bien, desde entonces transcurrieron 198 años y la anarquía peruana no concluye, lo que nos demuestra que, quizá no fue deseable la transferencia del Virreinato a La República, y quizá se perdió la oportunidad de que el Perú fuese una Monarquía Constitucional, tal como el propio San Martín llegó a proponer, convencido de que habían estado dadas las condiciones libertarias.

Es otro tema que siempre merecerá ser analizado. 

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