viernes, 10 de febrero de 2017

COYUNTURA POLITICA PERUANA

LECTURAS INTERESANTES Nº 742
LIMA PERU            10 FEBRERO 2017
HIPOCRESÍA
César Hildebrandt
Tomado “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” N° 3324 10FEB17 p. 12
L
o que más sorprende no es la corrupción sino la hipocresía. Una sociedad podrida en su esencia, para la que la ley es letra muerta y el prójimo un estorbo, exclama con aire de matrona alterada:
-¡Dios mío! ¡No me esperaba tanta inmundicia!

No me digas que no te la esperabas, vieja calicha.
¿No eres tú la que protagonizó la historia de la corrupción del siglo XIX, esa que Alfonso Quiroz retrató tan meticulosamente en su famoso libro?
¿No eres tú la que perdonó al ladrón Echenique, al ladrón Dreyfus, al ladrón Meiggs, al ladrón y traidor Prado? ¿No fue un oficial chileno que se quedó en Lima después de deshacer la Confederación Perú-Bolivia el que fundó "El Comercio" en 1839?
¿Y no fuiste tú, vieja caficha, la que endiosó al canalla de Piérola tras las montoneras de 1895? ¿O me vas a decir que tampoco fuiste tú la que hizo de la esclavitud de negros, primero, y de chinos, después, el verdadero "milagro" agrícola peruano?
Fuiste todas esas cosas, vieja caficha, sociedad peruana. Pero fuiste muchas cosas más.
Fuiste tú la que trató a los indios como si fueran basura y a los cholos como si fueran subhumanos y a los ricos y famosos como si fueran dioses del Olimpo. Oh, sí. No te hagas la loca, que para eso está la historia.
Tú fuiste la que encumbró y más tarde despellejó al nepótico Leguía y la que hizo de Benavides, ese adefesio de general, el gran tutor armado de nuestra política. Y fuiste tú, cochina, la que eligió a Manuel Prado, hijo del traidor de la guerra del guano y el salitre, presidente de la república (y lo hiciste dos veces). Y no puedes negar que fuiste tú quien persiguió al Apra cuando Haya era joven y limpio y su partido quería que el Perú dejara de ser un latifundio ensangrentado. Tú, mugrienta, hiciste de Sánchez Cerro un héroe y, más tarde, de Odría otro monumento al sarro de la tradición.
Pero pongámonos más modernos, más actuales, y comprobemos cómo es que no has
cambiado, pelonaza. Fuiste tú quien aplaudió a Fujimori cuando hundió en excremento al país entero -incluyendo sus Fuerzas Armadas, su Poder Judicial, su Fiscalía, su Congreso, su prensa y su televisión- y eres tú quien quisiera que la hija de este delincuente rematado lle­gue al poder para "limpiar el apellido".
Y eres tú, cánida, la que reeligió a Alan García en el 2006, sabiendo lo que había hecho en 1985 y sabiendo lo que iba a volver a hacer. Y eres tú la que reeliges, como si fuera un tic, a Castañeda Lossio, el de Comunicore. Y fuiste tú, en tu versión comarcal y provinciana, la que eligió a toda esa manga de ladrones que han asolado las arcas de la regionalización. Porque la podre ha llegado al Perú profundo y hay dudas de cómo llamar a ese fenómeno: ¿democratización de la mugre, mecanismo de ascensión social, redistribución de la cutra?
¿Te asombra lo de Toledo, esa decepción con cara de huaico, ese Huáscar asesinado no por Atahualpa sino por las mafias brasileñas y su voracidad?
Debería asombrarte también que el Perú se sostenga como país cuando aquí se roba en los municipios, en los gobiernos re­gionales, en las instituciones de salud, en las universidades tru­chas, en la prensa' que no ven­de noticias sino jalea real, en la caja militar-policial, en las AFP, en los peajes, en las APP, en los laudos arbitrales, en las buhar­dillas del palacio de justicia, en los almacenes y los ministerios.

¿Te asquea lo de Toledo? Pues, sí, tienes razón. Pero no olvides, vieja zamarra, que de ti vino eso de "roba, pero hace" y que tus sedas sueltas y tus náu­seas y tus iras no engañan a na­die. Los ladrones de todos estos casi doscientos años de repúbli­ca fallida son tus hijos, zorra.


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