PROLEGÓMENOS DEL
NACIONALISMO AYMARA
Pablo Velásquez Mamani*
Tomado
de la revista “PUKARA” N° 124 Diciembre 2016. La Paz, Bolivia
El pasado 15 de
septiembre del año en curso se presentó un libro denominado: Estado Federal
Aymara de Kawi Castaya, texto que por primera vez es el intento de presentar y
fundamentar el Nacionalismo Aymara(1) .
La idea nacionalista
étnica no es nueva, y es algo en que la generación actual
“indianistaskataristas” confluyen, pero desde diferentes perspectivas.
Sin embargo, esta
propuesta necesita de mayores argumentos para lograr su objetivo, motivo por el
cual me veo en la necesidad de presentar algunas premisas iniciales y
perfectibles al respecto, no sin entrar en debate y provocación con los
contrarios al aymara.
El legado del indianismo y katarismo
Hace un par de meses en un artículo breve,
dejé por sentado, que el indianismo y katarismo son ideologías de transición,
aún vigentes, aún útiles, pero inacabadas.
No obstante, son la
cimiente del nacionalismo Aymara, ideologías protonacionalistas. Y como
discurso (acción) inicial tiene limitaciones, pues son hijos de su tiempo y su
perspectiva. Ambas hablan del aymara, el indianismo del kechua-aymara, el
katarismo del kolla (aymarakechua). Por lo último, puede deducirse que entre
los las distintas vertientes de indianismos y katarismos, asumimos dos como las
más importantes. Esto en el entendido de la construcción de una teoría
política. Desde luego, nos referimos a Fausto Reinaga en el indianismo y
Fernando Untoja en el Katarismo.
Las proposiciones
fundamentales redimibles de ambos: la liberación India y la hegemonía kolla,
existe una continuidad e influencia innegables para el buen lector y
entendimiento, a pesar de la tozuda insistencia en diferenciarse personalidades
y subjetividades.
Se advierte que la
liberación india, mediante la constitución del poder indio, y su oposición:
indio-blanco, habla y busca la nación india (kechua-aymara). Cuando Reinaga
habla del indio dice: “el indio no es una clase social, el indio es una nación”
La hegemonía kolla, la lógica del ayllu y su rivalidad, identifica mejor a la
nación: la aymara (kechua) o kolla. Cuando Untoja explica lo aymara, lo hace en
términos de: “la nación Aymara” Sin duda, es evidente el tratamiento y el
fundamento de la nación en nuestros dos autores. Pero ni Reinaga ni Untoja
llegan a ser nacionalista aymaras.
Nación y globalización: más allá de la lengua
Dos de las peroratas más usadas para
contradecir al nacionalismo se refieren: a la globalización y la lengua. Estas
superficiales controversias se deben a la incomprensión de lo evidente y la
aparición de mitos contemporáneos.
El fundamento del mito de la globalización
significa la suposición de la ciudadanía universal. Y la imposibilidad de
sociedades cerradas. Pero la ciudadanía universal, no es más que la otra
cara de la moneda y el extremo del provincialismo. No existen sociedades
cerradas, ni ciudadanía universal, son solo pretensiones.
El mundo actual está
compuesto por naciones y su organización de Estados, y su máxima representación
son las Naciones Unidas. Esa es una constatación sencilla e inobjetable, y los
discursos exacerbados o reduccionistas son tan solo especulaciones antojadizas.
En la antigüedad, en el
medievo, en la modernidad, y en la actualidad se supuso una globalidad
territorial. Naciones aparecen y desaparecen; la ilusión de que la historia
está acabada no puede darnos un norte de movimiento. Sino implica las
condiciones de nuestra época, y la capacidad de adaptación a estas
circunstancias.
La nación aymara ha
demostrado capacidad para esa adaptación, y potencialidad para desarrollarse. Toda nación busca su Estado
propio. La nación aymara busca su soberanía política, busca su Estado Aymara,
para existir y aportar a este mundo.
Muchas veces se reduce la
nación a la lengua, pero la historia mundial ha demostrado que la lengua es un
elemento más de la nación. Se pregona que el aymara que no sabe hablar la
lengua aymara, jaqe aru, ya no es aymara. Incluso que el que no es campesino ya
no es aymara. Y reduce al aymara a una simple clase social, o una determinación
culturalista.
Tales aseveraciones no
comprenden qué es la nación aymara y buscan la negación de lo aymara y su
“avance”, para excusarse e instrumentalizarlo como: mestizo, campesino o
proletario.
Pero el aymara en la
actualidad, se halla mayoritariamente en las ciudades y es mayoría poblacional,
se dedica al comercio y la manufactura, habla varios idiomas, tiene estudios
superiores, y viaja por el mundo, es decir el aymara está globalizado, es
moderno.
Muchos de ellos ya no
manejan la lengua originaria, usan el castellano, el inglés, para transmitir
sus ideas y demandas, usan el mandarín, el portugués para hacer negocios, pero
no por ello dejan de ser aymaras, solo utilizan otras lenguas para progresar y
crecer, como otras naciones también lo han hecho.
La nación no solamente es
la lengua, es muy importante ciertamente, pero no lo es todo. Si se hace la
inversión lógica o parangón a otros contextos, podrá notarse la falacia.
Entonces la nación Aymara es más que la lengua, y el aymara es un ser moderno y
globalizado. El aymara “hablará” plenamente su lengua y “existirá” en el mundo
cuando tenga su propio Estado.
El nacionalismo aymara y sus cualidades
La historia de los
nacionalismos es tan diversa como la cantidad de naciones. Pero cierto es que
nos hallamos en un mundo de naciones (Estado). Podemos hallar naciones tan
tradicionales y de larga data como la India o la China; modernas con un
criterio de auto identificación como la Suiza; descolonizadas como Sudáfrica;
de combinación entre tradición y modernidad, como Pakistán, Japón y Corea, o federadas
como EE.UU.
Toda nación busca su camino de constitución, su nacionalismo. Porque el
nacionalismo es solución planteada por la misma población, es la solución dada
por el ser nacional, es una propia respuesta de acuerdo a las características
de la nación. El nacionalismo aymara es una respuesta a la nación aymara, a sus
necesidades y aspiraciones específicas. Consecuentemente, no como puede
ser como otro, no puede imitar otra nación. Su destino, su futuro es decisión
propia. He ahí donde reside la soberanía nacional, la soberanía de la
población. Es decir, de Aymaras para Aymaras.
Resumidamente las
cualidades del nacionalismo Aymara deben entenderse como:
- Respuesta ante la
insuficiencia o el legado del indianismo y katarismo. - - Respuesta fehaciente
y alternativa al marxismo, al anarquismo y al nacionalismo boliviano.
- Razón gnoseológica
social o una sociología de lo nacional.
- Solución a la
colonización y la fragmentación social y ontológica.
- La reconstitución
nacional aymara.
- Forma de existir en un
mundo globalizado.
- La necesidad de la
completar la nación.
- Expresión de la
potencia de la nación aymara. El nacionalismo Aymara como respuesta geopolítica
e histórica de todos los aymaras, kollas de Bolivia, Perú, Chile y Argentina.
Los principios rectores
de la re constitución de la nación son:
- La autoafirmación: la
gestión de los nacionalistas con la nación.
- La satisfacción y
plenitud del ser nacional: comunidad imaginada.
- Prácticas culturales:
comunidad étnica y racial.
- Respuesta a la
condición colonial, la afirmación de lo propio, y el yo humano.
- Territorio: posesión
innata y de derecho.
La constitución de la Aristocracia Aymara
El nacionalismo Aymara
comprende la completitud y plenitud de la nación. Si puede resumirse en una
frase lo que significó la colonización es que: fragmentó a la nación. De tal
forma que tenemos una sociedad descoyuntada, escindida, fragmentada. No hay una
relación y reproducción cultural entre las partes diversas, entre empresarios
aymaras y universitarios aymaras, entre pueblo aymara e intelectualidad aymara,
porque el Estado colonial boliviano nos divide. Divide al mismo aymara en su
familia, padres y abuelos aymaras divididos de la hijos aymaras; lo divide en
su mismo ser, o ser aymara o fingir ser cholo o mestizo, he ahí la degeneración
del birlochaje. A esa división debe hacerle frente la Aristocracia Aymara, la
reunificación de la nación aymara, la reconstitución de nación kolla. Cuando el
aymara reconstituya su nación, será libre, tendrá su propio Estado. Toda nación
tiene una aristocracia, y cuando los españoles invadieron estas tierras,
eliminaron primero a nuestra aristocracia. Desplazaron al poder político
poniéndose en la cima, pero por el enquistamiento colonial, no solo
reemplazaron a los individuos, sino a la producción cultural. Y es por eso que
ellos determinan los cánones culturales, que niegan los nuestros. Y como nación
sometida y no libre, nuestra población se ha visto en la necesidad y obligación
de reproducir los cánones extranjeros, o la ambivalencia cultural.
Nuestra nación aún
mutilada y seccionada ha logrado sobrevivir, y no sólo eso, sino avanzar, esa
la potencia aymara, el poder kolla.
Ha logrado conquistar el
mercado, y sobreponerse pese a la animadversión del Estado boliviano, y otros
Estados. Pero: tiene dinero, sin mucha consciencia. Tiene educación, sin mucha
perspectiva. Porque nuestro pueblo hasta ahora tan sólo ha reproducido su
cultura. Es tiempo de generar nuestros propios cánones culturales, no solo
re-producir, sino producir nuestra cultura ahora y de acuerdo a nuestro
contexto. Sea bienvenida la Aristocracia Aymara, porque es la que producirá los
cánones de producción cultural aymara. Canon del aymara triunfador, culto,
bello, virtuoso, etc.
Respuesta al marxismo, al anarquismo y al nacionalismo boliviano
Como se habrá constatado, el nacionalismo
boliviano es un fracaso, y es incompatible con el nacionalismo aymara. Sea el
nacionalismo liberal del MNR, o sea el nacionalismo exótico comunista del MAS,
son la negación del aymara, y por tanto, los anti-aymaras.
El aymara busca su propio
Estado y no puede convivir y depender de otro. No hay otra forma de hacer
nación, este es un país de indios aymaras.
A los comunistas hacerles
notar que como nación creemos en la burguesía y no solo el proletariado; que
apoyamos la acumulación de riqueza de nuestros qamiris (burgueses aymaras) para
que logren acumular más; apoyamos la economía de mercado porque nuestra
población ha demostrado que es capaz de jugar con sus reglas y adaptarse, hasta
incluso triunfar. La
economía de mercado es útil al aymara. Y si hay pobreza, solo el aymara podrá
sacar de la pobreza al aymara cuando tenga su propio Estado.
A los anarquistas
informarles que los aymaras, desde el principio del indianismo y el katarismo,
buscan el poder, la composición de su propio Estado a su semejanza. Tiene un
sistema social jerarquizado y muy bien ordenado. Es moderno y citadino, y busca
nuevas formas de coexistir con el mundo. Ni está estancado en el campo y la
comunidad ideal, ni solo es capaz de la producción
Presencia muy notable de unicachis y ollarayas en Gamarra |
El aymara debe seguir su
propio camino, y a nadie más. Esta es una cuestión política, no ética, no
moralista, por tanto, ni es de interés responder a derroteros ajenos, a culpas
de extranjeros, a sueños de hippies, o satisfacer prejuicios externos. Si estas
ideologías exógenas quieren hacer política, los invitamos a sumarse al
nacionalismo aymara.
Es tiempo de dividir las
aguas turbias de las claras, como nos ha enseñado la historia. Como sucedió con
Zarate Willka, aparentan ser amigo del aymara, pero lo traicionan y se unen
contra el indio, se dan la mano una vez más entre izquierda y derecha para
mantener el Estado colonial boliviano. Esta es la encrucijada: O se unen al
aymara o están en su contra. O apoyan las aspiraciones y demandas aymaras, o
solo nos utilizan y traicionan para sus propósitos comunistas, anarquistas o
coloniales. Sólo el Aymara, liberará al Aymara.
_________
* Estudió
comunicación y filosofía, y es miembro fundador del MINKA
NOTA.
(1) En este pequeño tratado, aymara es sinónimo de
kolla. No entraremos en mayores detalles históricos y sociológicos por el
reducido espacio. Sin embargo, debe enfatizarse en dos motivos importantes:
primero, se debe desmontar el mito de que aymaras y kechuas son lo mismo, y que
kolla es equivalente a Aymara-Kechua. Tal idea no ha hecho más que retrasar el
proceso político de cada nación. Segundo, el kolla es aymara, no kechua, y se
alude al tal termino aymara para mayor claridad e identificación en nuestros
argumentos.
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