miércoles, 6 de marzo de 2024

DOCUMENTIO PARA LA HISTORIA DE PUNO

 PRESIDENTE ORBEGOSO VISITA PUNO HACE 90 AÑOS

Fragmentos condensados del libro de JOSÉ MARÍA BLANCO, padre franciscano y capellán del presidente Orbegoso, autor del DIARIO DEL VIAJE DEL PRESIDENTE ORBEGOSO AL SUR DEL PERÚ. CUSCO, PUNO, AREQUIPA (1835, Cusco-Puno-Arequipa) 1.ª ed. digital. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos / Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos / Université Bordeaux Montaigne, 2022.

El diario original del padre José María Blanco contiene la narración de los sucesos que le tocó vivir mientras acompañó como capellán al presidente Luis José de Orbegoso en su viaje al sur del país, desde noviembre de 1834 y durante el año 1835. Dicho diario, conservado en el Archivo Histórico Nacional del Ecuador, se halla contenido en dos volúmenes y presenta la condición de pieza única, pues no se conocen otras copias de esta.


Entrada a territorio puneño después de visitar Cusco

La Raya es el alto de la cordillera de Vilcanota, que divide los departamentos del Cusco y Puno. Aquí tiene su origen el celebrado río de Vilcamayo y el río de Chungara, que es el de Ayaviri. La estancia llamada de La Raya es propiedad de don Martín Gabino Concha.

 En el llano llamado La Periferia, dos leguas antes de Santa Rosa, aguardaba a S. E. el cura de esta doctrina y vicario de la provincia de Lampa, D. D. Mariano de la Peña, el gobernador de Macarí, Don Paulino Ceballos, con sus jueces de paz y notables, el gobernador Nuñoa, Don José León Núñez, con sus jueces de paz y notables, el gobernador de Santa Rosa, con sus jueces de paz y notables, y toda la gente de vino de los tres pueblos. Entró S. E. a Santa Rosa en la tarde, y fue recibido por el pueblo con música, repiques, camaretas y cohetes.

Se alojó S. E. en la casa del cura, donde le tenían dispuesta los curas de Santa Rosa de Macarí, don Mariano Quintanilla, y de Umachiri un deser y mesa decente. Desde Santa Rosa la comitiva se dirige y llega a Ayaviri, pasando por Chuquibambilla y Chiamarca (Capitulo IX)

 Entrada de Su Excelencia a Ayaviri. Con esta magnificencia y con crecido acompañamiento, que con los danzantes y demás indios con banderas ascendería a tres mil, entró S. E. en la villa de Ayaviri a las cinco // [p. 70] y cuarto de la tarde, en medio de vivas y las aclamaciones de un pueblo numeroso, que, agolpado en las calles ricamente adornadas, no cesaban de llamarlo el «Restaurador de la Patria». De este modo se alojó en casa de don Nicolás Macedo, que estaba adornada de alfombras, espejos, doseles, fanales y muebles de gusto. (descripción de Ayaviri)

 Día 9 de febrero. Salida de Su Excelencia de esta villa. Despidíose S. E. del señor Juez de Derecho de Carabaya D. D. Bonifacio Álvarez, salió de Ayaviri para Pucará. 

 En la apacheta233 de Colquecahua234 aguardaba a S. E. el Subprefecto de Azángaro, don Mariano Urbiola, las municipalidades de esta ciudad, la de Pucará y la de Asillo con seis maceros con togas y sombreros colorados y masas de plata en las manos, los curas de Azángaro, don Antonio Luna y el de Pucará, D. D. Mateo Herrera y todas las personas visibles de los tres pueblos.

Llegó S. E. a Pucará bien mojado con la granizada que le cayó y lluvia, seguido de una comitiva a caballo de ochocientas personas, oyéndose llamar por el bello sexo «Restaurador de la Patria». El alojamiento, que era la casa de la señora doña Manuela Castro, estaba ricamente adornado con doseles y muebles de gusto, ocupando un corredor la orquesta de música destinada a entretener a S. E.

En la bienvenida hablaron el Alcalde de la villa de Azángaro, don Gregorio Yáñez236, primer alcalde de la provincia de Azángaro. El alumno de la Escuela de Azángaro, don Santiago Cortés237. (Detallada descripción del pueblo, el peñón y las ruinas arqueológicas)

 10 de febrero: De Pucará a Lampa, pasando por Choncara y Pucacancha

En Pucachupa se despidieron de S. E. los danzantes, // [p. 86] y parte de los señores que lo acompañaban.

En este sitio se encuentran minas de plata y oro trabajadas por los portugueses. Aquí en el año de 1814 el Coronel Béjar, que peleaba por la independencia de la América, le hizo una emboscada al general realista don Juan Ramírez, que le dispersó su tropa.

 En horas de la tarde entró S. E. en Lampa con esta inmensa comitiva, atravesando por un numeroso gentío que se había hecho un deber de obsequiarlo. Al apearse S. E. en el magnífico alojamiento, cubierto de damasco, sitiales, doseles y alfombras exquisitas de tripe, donde de ceremonia y con una orquesta de música lo recibieron el vicario de la provincia, D. D. Pedro José Martínez de Camacho, con otras personas visibles, que con este objeto no habían salido al camino, principiaron a hacer fuego una infinidad de camaretas que había, cuyo ruido aumentó el que ocasionaban el continuado repique de campanas y el murmullo de más de doce mil habitantes que había en la villa. Entre ella se hallaban, además, el gobernador del distrito, los venerables curas de Vilque Grande, don Narciso Laguna, y de Vilque Chico, don Tomás Aguirre, con los compañeros de Lampa,

 Pronunciaron las “arengas” de estilo el Alcalde de la Municipalidad, don Pedro Aguirre; la señorita doña María Eduvigis Leiva; el Mayor Hinojosa por el batallón de lanceros; el alumno de la escuela, don Manuel Larreguera; otro alumno, don Felipe Barrionuevo. Terminadas las arengas contestó S. E. a cada una de ellas y después fue conducido por el subprefecto don Manuel Mariano Basagoitia a la mesa que él le había preparado, lo que con dificultad será imitada en estos países. En ella brillaban el oro y la plata, con la finura de la cristalería y losa de gusto asiático, donde con profusión y gusto delicado se veían manjares de todas clases, frutas, licores, dulces y refrescos dispuestos con tanta simetría que alegraban la vista y excitaban el apetito. (se describe con profusión la villa de Lampa, su templo y el campo)

 A las tres y tres cuartos de la tarde del 12 de febrero de 1835 salió S. E. de Lampa para Juliaca, acompañado de la misma comitiva y fiesta con que entró, atravesando por calles adornadas de ricas colgaduras y arcos, y llevando tras sí las aclamaciones y los vivas de un inmenso gentío que lo siguió a mucha distancia de la villa.

 No obstante estar lóbrega y lloviosa la noche, se mantenían los indios en los 20 arcos cubiertos de flores y banderas que habían hecho, donde en cada uno de ellos tenían huifalas y pulipulis265, con cajas, quenas y pututos y muchas camaretas, que se dieron trazas a reventarlas. Hospedó S. E. en la casa parroquial, que estaba aseada con alfombras u dosel por el cura interino de Juliaca, don José María Eisaguirre.

 12 de febrero:  De Juliaca a Puno, pasando por Caracoto, Atuncolla y Paucarcolla,

El pueblo de Caracoto estaba adornado con colgaduras, banderas y veinticuatro arcos de géneros, ramas y flores silvestres. Había algunas huifalas y cuatro tocadores de pututus y cajas.

El gobernador del pueblo de Atuncolla, don José María Romero, puso para el tránsito de S. E. seis arcos cubiertos de flores, espejos y banderas, acompañándolos de bandas de indios vestidos de huifalas y demás clases de danzantes con veintidós pututus, treinta qquenas, veinticinco pífanos.

 Media legua antes de Paucarcolla habían salido al encuentro de S. E. el gobernador, notables y veinte individuos de este pueblo, entre quienes estaba su cura interino, don José María Ampuero, con cuatro cajas, ocho pututus, un cupista, dos violinistas, un clarinete y dos bandas de Pulipulis compuesta de 32 individuos, con quie-// [p. 104]nes entró en la población, atravesando por cuatro arcos compuestos de banderas y flores.

Hospedó en una casa que había dispuesto el cura don José María Ampuero, la cual tenía una pieza alfombrada y forrada de quimones, con un dosel de lo mismo y dos escaños con una silla vieja bajo del dosel. Con todo este aparato no le presentó siquiera un vaso de agua y tuvo S. E. que mandar que le comprasen siquiera cecina para asarla, lo que no se encontró por más diligencia[s] que se

hicieron, hasta que uno de los del pueblo la fue a traer de distancia. Mientras tanto el señor Macedo, que había llevado en las alforjas un poco de pan y unos melocotones, sacó este fiambre para que comiese S. E. y familia. Descansó en este gran salón como dos horas y a las dos y media de la tarde salió para Puno con la misma comitiva del cura y sus danzantes, oyendo tocar muchas plegarias y que lo vitoriasen los paucarcollinos.

 En la cima de la cuesta llamada Mactapata, que está a una legua antes del Puno aguardaba a S. E. con danzantes, clarines, cajas, y música, el señor prefecto del departamento, General de Brigada, don José Ramón Castilla, la honorable Municipalidad, que tenía vestidos sus maceros de colorado y con todo lujo, montados en // [p. 107] una pareja de caballos negros bien enjaezados, los oficinistas y las personas más visibles y de representación del departamento, cuyo número ascendería a doscientos.

A las cuatro de la tarde entró S. E. al Puno con esta comitiva y la que consigo traía, que llegarían a quinientos montados.

Las calles estaban adornadas de colgaduras y banderas y llenas de gente del estado llano, teniendo por un lado y otro, desplegados en dos alas el Batallón Libres, y el Escuadrón de Lanceros de Arequipa, que estuvieron apostados desde la entrada de la población hasta el alojamiento de S. E. y con la música y bandas llenaban de alegría la población.

De trecho en trecho había arcos magníficos de donde pendían plata labrada y cosas de mucho gusto, llegando el número de estos a cuarenta. Desde el principio de la población en que había uno de estos hasta el último arco estaban acompañados por doce bandas de quenachos275, sicuris276, pantolines277, huifalas y varias clases de danzantes que tenían consigo músicas, cajas, quenas, pututus, camaretas y cohetes.

Una salva de artillería fue la señal de la llegada de S. E. No bien la oyeron los puneños, cuando un repique general y las diversas orquestas de música que había // [p. 108] por las calles aumentaron el murmullo y las aclamaciones que se percibían a lo lejos.

El clero lo puso bajo del palio y procesionalmente lo introdujeron al templo cantándole una antífona; lo pusieron en medio de él, donde había sitial y dosel y principiaron a cantar el Te Deum con la majestad expuesta; cuando se concluyó este se despidieron con la misma pompa.

Tan luego como salió y montó, S. E. siguió la marcha a su alojamiento que estaba ricamente compuesto de alfombras, espejos, fanales y muebles de gusto. A poco de haberse apeado S. E., fue visitado por el clero y poco después, invitado a la mesa que estaba adornada de un modo particular, donde disfrutó S. E. de satisfacción. Permaneció en tertulia hasta las doce de la noche en que se retiró a dormir.

Capítulo 14

Estadía en Puno mientras era prefecto Ramón Castilla.

Historia y costumbres, 13-21 de febrero 1835]

 Todo el tiempo que permaneció S. E. en el Puno fue tratado en la mesa con la delicadeza más extremada. Continuamente se le presentaban ricos desceres, comidas exquisitas y frutas y refrescos costosísimos.

El día domingo quince fue la misa de gracias // [p. 109] que le tenían dispuesta por su salud. Para esta función estuvo el pueblo adornado de colgaduras y de banderas, y cubiertas las calles del tránsito y la plaza de tropa y música. Todas las corporaciones y el colegio concurrieron a sacar a S. E. de su alojamiento y lo acompañaron al templo, concurriendo después, cuando terminó el solemne Te Deum, a solemnizar las arengas que pronunciaron los señores Francisco Urrutia a nombre de la provincia de Carabaya; el Señor Presbítero, don N. Poblet, a nombre del clero del departamento; El señor tesorero de Puno; y, el señor don Hilario Macedo; (Los discursos aparecen en el libro)

 Diversiones

Por la noche el señor General prefecto obse-// [p. 116]quió a S. E. con un baile, al que asistieron las señoras de rango con la nobleza y oficialidad que había en la ciudad. En este hubo un magnífico refresco y ambigú, y duró la función hasta las cinco de la mañana, habiendo principiado el día antes a las siete de la noche.

El día martes que contamos 17 de febrero de 1835 se embarcó S. E. en una balsa a las ocho y media de la mañana y todo el día lo pasó cazando en la laguna, de donde salió entrada la noche.

El jueves 19 pasó a pasear la mina del manto, a donde fue convidado por el dueño de ella, don Juan Bequet, inglés europeo, quien le tenía preparado un magnífico convite. Entró S. E. a la mina y habiendo salido de ella regresó a la casa a las doce y cuarto de la noche.

 La ciudad del Puno. Su historia

El Puno hasta el año de 1802 fue villa, después fue ciudad, hasta que el año 1824 fue nombrado departamento a consecuencia del triunfo que las armas americanas alcanzaron sobre las españolas en la espléndida batalla de Ayacucho. Por esto tiene bajo su inmediata dirección cinco provincias llamadas: Huancané, en la que está comprendido el Cercado del Puno, Azángaro, Carabaya, Lampa y Chucuito.

El año de 1832, el Congreso peruano confirmó la erección del obispado que hizo el libertador Simón Bolívar, desmembrando para esto varios curatos de La Paz y el Cusco. Así es que este obispado consta de los curatos que tienen las //[p. 117] provincias de Lampa, Azángaro y Carabaya, que fueron del obispado del Cusco, y de los de Puno y Chucuito, que eran del de La Paz.

El primer provisor que como obispado tuvo fue el cura propio del Puno, D. D. Alejandro Grados, que por no haber coincidido con las ideas del expresidente Agustín Gamarra fue separado de su curato el año de 1831 y obligado a morar en Arequipa, donde actualmente está de cura interino en la doctrina de Chuquibamba, perteneciente a este obispado. Desde su separación está de cura interino del Puno el clérigo don Francisco Cabrera, de quien hablan mucho en orden a su moral y comportación.

El 2° provisor fue el D. D. Pedro Crisólogo Santos, cura propio de Santiago de Pupuja, que por su enfermedad se halla en el Cusco, desempeñando por esto el cargo de provisor el cura propio de Ilave, D. D. Gabriel Vicenteli.

Los señores prefectos que han sido nombrados con despacho en forma han sido los siguientes.

El señor general de Brigada, D. Domingo Tristán y Moscoso, fue nombrado prefecto el día 20 de enero de 1825.

El día 31 de octubre de 1825, el señor General de Brigada don Manuel Martínez de Aparicio.

El día 15 de septiembre de 1828, el señor Coronel de Ejército don Juan Francisco Reyes.

El día 9 de septiembre del mismo año fue nombrado prefecto el mismo señor, por terna de la Junta Departamental.

El día 29 de julio de 1833, el Coronel de Ejército don Miguel San Román.

 El Puno está situado en una hondura que forman los cerros que lo rodean, nombrados: Qqueroni281, Azoguini282, Pisguapisguani283, San José, Lai-// [p. 118] cacota284, Cancharani285 y Putina286. Por el oriente los cerca y baña la laguna de Huajo287, conocida generalmente con los nombres de Laguna de Chucuito y Titicaca288, que tiene 80 leguas de bojeo y confina con la República de Bolivia, teniendo a sus orillas y por norte y sur las ciudades de Puno y de Chucuito, y los pueblos de Acora, Juli, Ilave, Pomata, Zepita, Yunguyo, el Desaguadero, Paucarcolla, Coata, Capachica, Azapa, Huancané, Vilque, Mo[h]o y Comina [sic, por Conima].

El plano en que está construida la ciudad está medio inclinado y consta de sesenta y cuatro calles entre rectas y transversales, de las que la mayor parte se hallan empedradas y blanqueadas, y las otras son desempedradas, sucias y que corre por ellas poca agua. Todas están acompañadas de casas bajas y de paja, casi sin ninguna comodidad, no obstante, hay algunas hechas con gusto y mobladas a la moderna.

Tiene dos plazas llamadas de la villa y el Puno. La de la Villa, que es la mayor o principal, es cuadrada y de un tamaño regular; ocupa el centro de la población y se halla rodeada de casas con altos de bastante gusto, del templo, que es la matriz, de las tiendas del comercio, y de nueve bocacalles. En esta existe juntamente la Casa del Estado, donde se hallan reunidas las cajas nacionales, la administración de correos, la honorable Municipalidad, la sala de armas y la Collana, donde se funden las barras. En el medio de ella hay una pila de piedra de ala de mosca chica con dos albercas y un estanque donde se empoza el agua, que sale a otro estanque por cuatro canutos de bronce, de donde la toman los aguadores.

En esta plaza hay todos los días más de trescientas indias vestidas de negro con sus grandes bonetes, que tienen caídos por sus cuatro ángulos un pedazo de pañete negro, o // [p. 119] pana que parece rapacejo o tapafeo, que ocupan la acera del templo, llegando a descargar los burros que llevan las vendimias en el cementerio de este que es bien elevado. Estas permanecen así, vendiendo, todo el día, papas289, chuño, funeta290, carnes, huevos, quesos, quinua, hortalizas, cañao291, pescado, chaco292, medias y gorros de lana.

Al occidente de esta plaza y mirando a la laguna se halla fundado el majestuoso templo de la matriz, sobre un cementerio que lo irrumpe por todos lados y que está elevado cinco varas sobre el nivel de la plaza, al que por esta parte se sube por una escalera de piedra sillar que ocupa el espacio de sesenta y cinco varas tres cuartas.

El largo de este cementerio, tomando la medida desde esta escalera hasta el muro fronterizo de ella, que está tras el templo, es de ciento cincuenta varas, teniendo el ancho de la escalera. Los muros de este cementerio son de adobe, revocado y blanqueado, sobre los cuales hay cincuenta y tres pilares chicos del mismo adobe blanqueado en forma de macetas o pirámides.

A más de la entrada principal de la escalera de piedra sillar tiene este cementerio cuatro escaleras más de piedra sillar, colocadas del modo siguiente: dos en la misma línea que corres-// [p. 120]ponde al norte, de las que, la que cae al frente de la puerta del templo tiene ocho escalones, y la otra más angosta que esta, doce; una que está al lado del sur, fronteriza a otra puerta del templo, tiene solo cuatro escalones, y la que está por detrás de este y se halla en el lado del oeste, lejos de tener escalera para subir, la tiene para bajar, por hallarse en esta parte el cementerio más inferior a la calle que está en alto; así es que tiene once escalones para bajar a este o para subir a esta.

Todo este cementerio, aunque desaseado, está empedrado con piedra menuda, teniendo enlosado trece varas que corresponden a la escalera principal, de donde como de un mirador se extiende la vista a la hermosa laguna que tiene por delante.

El templo, que es de un solo cañón, con tres puertas que corresponden al oriente, septentrión y el sur, es de cal y canto y bóveda, con media naranja. Es de orden compuesto y su pavimento se halla colorado.

Tiene ochenta y un varas de largo, doce y media de ancho y treinta y seis de elevación. La media naranja que es galana tiene cuarenta y ocho varas de elevación.

El altar mayor tiene once varas de largo, desde la escalera hasta el retablo, con todo el ancho del templo. Se halla elevado una vara y cuarta sobre el pavimento de este, y tiene cuatro escalones hermosísimos de piedra sillar para subir a él.

El crucero del arco total tiene 39 varas y media. En él, al lado del evangelio que corresponde al sur, y al lado de la epístola, hay dos altares de piedra. El del lado del evangelio está estucado, teniendo a un lado y otro en el mismo estuco las inscripciones siguientes. La que cae al lado de la epístola dice: «Lo mandó construir el Señor General Intendente Don Tadeo Garate». En el del evangelio se lee: «Pedro Arrevilla lo estucó en 1824». //[p. 121] El arco del coro es de piedra sillar, rebajado y hermoso, que tiene doce varas la cuerda de su curvatura.

La bóveda exterior del templo, que está sobre doce arcos de piedra, se halla cubierta de preciosos azulejos, que despiden mucha brillantez.

Las tres portadas que tiene son también de piedra tallada con gusto, en los que se ven santos de piedra trabajados con mucho arte, que tienen bastante perfección.

Las dos torres que están a un lado y otro del frontis principal que cae a la plaza, aunque son de piedra sillar, su elevación no corresponde a la base que ocupan. No obstante, tienen sus campanas medianas, y en la que cae al lado del septentrión hay un reloj grande que solo toca las horas, sin dar cuartos, que lo costeó el Estado y se puso el año de 1829, siendo prefecto del departamento el señor Coronel de Ejército Don Juan Francisco Reyes.

El adorno interior no corresponde a la magnificencia del templo. Aunque la sacristía sea de piedra y bóveda y tan hermosa como él, está falta de plata labrada y de buenos ornamentos. Solo tiene uno blanco muy rico, bordado en león de Francia, que se compró con el dinero de la fábrica el año de 1828.

Tiene diez altares: dos de piedra y los ocho de madera dorada y viejísimos, de estilo antiguo y cubiertos de santos.

A la izquierda de la entrada principal del templo, que cae al lado del sur, se encuentra un altar estropeado que tiene un cuadro de dos varas de alto, que al pie está la inscripción siguiente: «Colocó este retablo de mi señora Santa Ana y se juró por patrona de este asiento el día 14 de octubre de [1]605 años el General don Nicolás de Ávalos, Conde de las Torres, Señor de la villa de Olivera, Corregidor y Justicia Mayor de esta provincia».

Venera esta iglesia por titular a la Virgen María en el // [p. 122] misterio de su Concepción, y por patrón a San Carlos Borromeo.

La plaza del Puno que está situada a la entrada de Arequipa y el Cusco, que cae hacia el este de la plaza mayor, es una calle ancha con un recodo que forma una media plazuela chica y rodeada del templo llamado de la Virgen de Puno y de algunas tiendas.

Este templo es chico, aunque es de cal y canto y bóveda. Tiene una sola nave enladrillada y cubierta de techo de teja y está dedicado a San Juan Bautista, siendo la patrona la Virgen María en el misterio de su Purificación. Aunque es pobre y desaseado con altares chicos antiguos, tiene el altar mayor dorado y hecho al estilo moderno, costeado por su cura, el D. D. Manuel Alejandro Grados.

El cementerio murado de adobe, que tiene este templo por delante, es chico y lo circuye por este y oeste, teniendo en él siete árboles viejos llamados molles.

Presidente Orbegoso
En él hay dos arcos de hermosa fábrica de piedra sillar, que forman un todo con la muralla de adobe, y corresponden a las dos puertas, que por este y oeste tiene el templo. El que cae al lado del este y está mirando a la plazuela tiene 18 varas de elevación y el otro dieciséis, que también tiene encima por adorno un arquito de piedra de una vara de elevación.

Cuenta Puno diez y ocho mil habitantes, diseminados: cuatro mil en la ciudad y los catorce [mil] distribuidos en una viceparroquia llamada Secho293, y en veintidós ayllus conocidos con los nombres de: Pacsi294, Huaraya295, Ccheca Capullani296, El Manto297, Pomperia298, Cchimo299, Mañatus300, Chuyuni301, Aruma302, // [p. 123] Puchuris303, Oficiales304, Pauri305, Tunuhuiri306, Acllihuaya307, Tahuanalli308, Ccaracollo309, Ojerana310, Chiaraque311, Salcedo312, Collacachi313, Palcapampa314, Aseruni315 [sic, por Aziruni], Chinchero316 y Encagüe317.

Tiene dos escuelas públicas costeadas; la de los niños por la honorable municipalidad, y la de las niñas de las cuartas episcopales de los curatos de las provincias de Chucuito y Huancané. Este beneficio es debido al señor prefecto Reyes.

La escuela de los niños está a cargo de don Andrés Cornejo, que tiene ochenta alumnos, a quienes [tachado: se le] enseña según el sistema lancasteriano. La de las niñas la dirige la señora preceptora, doña Josefa Ramírez, según el antiguo método, teniendo sesenta discípulas, que también aprenden la costura.

Como estos establecimientos no tienen locales propios, se arriendan casas particulares que proporcionan comodidad y desahogo a la juventud.

También tiene el Puno un Colegio de Ciencias y // [p. 124] Artes, costeado con las mismas cuartas episcopales, en donde por constitución deben enseñarse la gramática latina; Matemáticas, Filosofía y Derecho.Tiene cuarenta alumnos entre colegiales y capistas, siendo el rector de ellos don Vicente Rosell318.

Este colegio existe en la casa de los señores Garceses, a quienes se paga el arrendamiento por ella. Tiene sitio para fabricarse un local propio.

Existe un hospital a consignación de los Padres Juandedianos, que ignoran la historia de su fundación.

El local es corto y en un mismo patio chico se hallan las salas destinadas para hombres y para mujeres. En la sala de hombres, que es clara y ventilada, hay setenta y cuatro covachas para otras tantas camas. Encima de la puerta de la entrada se lee lo siguiente: «Se construyó esta casa el 6 de marzo de 1830 a impulsos del señor Coronel don Juan Francisco Reyes». La sala de las mujeres tiene 24 covachas y en una de ellas [está] una tullida de muchos años.

Es convento chico, desaseado y escaso de habitaciones, no obstante, como está situado hacia el sudoeste de la plaza en un alto que domina parte de la población, tiene una vista hermosa para la laguna.

En medio del patio de las enfermerías hay una pila de piedra de ala de mosca que tiene un estanque y, en el medio, un pilar, donde debieron colocar la alberca, que no tiene, por donde no brinca, sino se derrama el agua.

Este hospital no tiene capilla ni botica propia. La que tenía la vendieron los padres a un seglar que ha abierto puerta para la calle y da todos los días al convento el valor de un real en medicinas para cada cama. Los padres que lo habitan son cuatro, mantenidos de las mismas rentas por el Estado.

Sus minas.- Puno es un país minero; los cerros que lo rodean son abundantes de vetas y criaderos de metal, y tienen // [p. 125] abiertas muchas labores.

En el de Pirguapirguani hay una mina perdida de la que hay tradición que fue opulenta.

En el de San José hay una mina de este nombre, que está abandonada. Antes la trabajaba la señora doña Brígida Ayala, con cuyo producto dicen concluyó la iglesia que principió a edificarla el corregidor de la villa de Puno, don Miguel de San Román. En este mismo se halla la mina de Santa Teresa, que está abandonada.

Al pie de esta está la rica mina del Manto, que actualmente trabaja el inglés don Juan Bequet319. A esta mina se entra embarcado en un bote de hierro batido.

Se rema con este por medio de unas estacas clavadas en las dos peñas de las que se agarran y empujan el bote los dos hombres que lo dirigen. El callejón por donde se navega tiene dos varas y media de ancho y mil quinientas de largo inundadas de aguas. Al terminar este lago se entra a otra bocamina en una carretilla que la tira un macho, que hace cuatro años permanece gordo dentro de la tierra. En esta carretilla, que corre por un camino de hierro, que tendía poco menos que mil varas, caben dos individuos sentados, que van con mucho cuidado para no estrellar las cabezas contras las peñas que tiene el callejón.

En el cerro de Laycacota está la opulenta y riquísima mina de Salcedo, que le acarreó la muerte, que tiene más de ochenta bocas, siendo notables en ellas las conocidas con los nombres de: Gallofa, que fue la descubridora, Castillo, San Juan Pampa, Frailes, Tajo del Inca, Infiernillo, Pirotani, Mala Alma, El Tajo, Villaquiran, Sarcino y Huayllacota.

En el cerro de Cancharani se halla la rica mina de San Luis, que tiene también muchas bocas, siendo las principales: la veinticuatro, que fue la descubridora, los Apóstoles y Tamayo.

En el cerro de Putti-// [p. 126]na hay minas de cobre, superiores, que no se trabajan. Las vetas están cateadas y a la superficie de la tierra se encuentran planchas de este metal.

Su laguna.- La laguna, que hermosea la vista de Puno, tiene muchas islas en su seno, entre las que son más conocidas la de Esteves320, que en idioma índico se llama Chulluni321, que tiene una legua de bojeo y está cubierta de vegetación. En esta siembran varios particulares papa, cebada y quinua.

En el año de 1822 estableció en ella el Intendente don Tadeo Zárate [sic, por Gárate] un presidio, mandando construir dos galpones para los presos. Por este motivo la llaman también la Isla Garatina. En esta tuvieron presos los españoles a los más ilustres defensores de la independencia americana hasta el año de 1824, en que por la victoria de Ayacucho recobraron la libertad.

El islote dista de la Isla de Esteves cuatro cuadras. Tiene de bojeo dos y carece de vegetación, presentando solo la cresta de una peña. Aquí hay un cuarto chico que lo mandó hacer el mismo señor intendente Gárate para el castigo de los más criminales, en el que apenas pueden caber cinco individuos.

La Isla de San Cristóbal es de tierra blanca y se halla desnuda de vegetación. Mirada desde el Puno, parece un punto de tierra colocado en el centro de la laguna.

La Isla de Antahuata tiene legua y media de bojeo y está como la de Esteves cubierta de vegetación y de sembríos. Está distante de tierra cinco cuadras.

La Isla de Taquili tiene tres leguas de bojeo y dista nueve leguas del Puno. En ella habitan ochenta individuos, que trabajan en las tres haciendas de pan llevar y ganado que hay allí, de las cuales la llamada «Mamasile» es de la señora doña Jerónima Cáceres; la Aimará es de la señora doña Antonia Rosada, y la tercera de don // [p. 127] Mariano Ponce. En esta isla hay los escombros de dos poblaciones antiguas y en ellas muchas casas de piedra y bóveda sin mezcla ninguna322. Es isla hermosa donde se encuentra caza y mucha hortaliza.

La Isla de Amantaní tiene seis leguas de bojeo y está fronteriza a la de Taquili, distando nueve leguas de Puno. Está cubierta de vegetación y de mucha caza. Hay en ella cinco haciendas de sembrío y ganado, de las cuales la 1ra es de las señoras Cuentas, otra de la señora doña Antonia Rosada, otra de don Pedro Ávila, la cuarta de don Juan Carrión y la quinta de don Mariano Núñez. La habitan trescientos individuos.

La Isla de Soto, que tiene tres leguas de bojeo está en la jurisdicción del pueblo de Mo[h]o, de la provincia de Huancané, distando de él cinco leguas y treinta de Puno. Se halla cubierta de sembríos y caza y habitada por cinco familias.

La Isla de Socra323 tiene de bojeo dos leguas y está llena de sembríos, ganado, caza, y hortaliza. Está a doce leguas del Puno y la habitan treinta individuos.

La Isla de Iscagata324 tiene legua y media de bojeo y está llena de sembríos y caza y habitada por nueve individuos. La laguna tiene abundancia de peces, siendo los más conocidos y estimados, las bogas325, los humantos326, suches327, bagres, pejes reyes, ispis y carachas328. Los pescan con redes y en balsas de totoras. Hay asimismo diversidad de aves, entre ellos se numeran primero la variedad de patos: las pachonas, los chocas, los zambullidores y los chorlillos, que son unos pájaros negros teñidos de amarillo.

Los indios cazadores venden tres chocas329 cocidas por medio y dan 20 huevos de este pájaro y otros por medio.

Actualmente navegan dos bergantines bolivianos en la laguna. El llamado Tomasito sostiene el comer-// [p. 128]cio de esta república con el Puno, introduciéndole granos que ha arruinado las provincias de Tinta y Ayaviri, que eran las que disfrutaban de esta ventaja.

En esta laguna se levantan tormentas y tiene la misma clase de olas que hace el mar. Como en él hay bajíos y bancos de arena, en que pueden encallarse los buques.

Su comercio.- El Puno está lleno de manufacturas y de las producciones de otras provincias y repúblicas. En él se venden las ricas alfombras, frazadas y ponchos que hacen los hatuncollinos; los sombreros de La Paz y las monturas del Tucumán. Casi todas las tiendas están llenas de estos efectos y de la rica mantequilla que elaboran en sus haciendas y que es tan apetecida de cuantos la han probado, la que por libras están puestas en vejigas de toro o carnero, que llaman petates y la transportan con aprecio a grandes distancias.

Sus expresiones favoritas.- Las expresiones favoritas que tienen los puneños fuera de sus voces e idiotismos provinciales son llamar caricullacas330 a los mentirosos, y decir por cariño viditai331, chunquito332.

Sus costumbres.- Sus comidas provinciales son el chairo333, el aconta334, el cutilagua335, el rafaelillo336 y el chanca337.

Las costumbres que tienen son reducidas a que en el jueves de compadres y el jueves de comadres mandan decir los indios y la gente del bajo pueblo una misa a Jesucristo crucificado, colocándolo para esto en medio del pavimento del templo, para con comodidad poderlo rociar // [p. 129] con aguas de olor. A esta operación llaman encompadrar con Cristo.

En estos mismos días llevan a los compadres y comadres regalos, acompañados con pututos, música, quenas, tambores; estos se reducen a frutas, pájaros, huevos y un torillo adornado con flores, llevando por retorno de este regalo, vestuarios para  los regaladores y los ahijados. Con este motivo comen y beben mucho en estos días.

Chiuchico
En los tres días del carnaval se divierte con el chucchico, que es un juego en el que a las cinco de la mañana entran en las casas con música y a las personas que encuentran en cama, así como las pillan las montan en un borrico cubierto de flores y bien enjaezado, haciéndolas voltear las caras para la anca del jumento.

De este modo salen con los montados a la calle, cantando hasta encontrar con otros dormilones o dormilonas en que se apean los primeros para dar lugar a los segundos. Por las tardes se reúnen las familias decentes a bailar en la plaza, retirándose por la noche a seguirla en las casas, reinando en estos tres días y tres noches mucha armonía y unión en las familias.


El día miércoles de ceniza se dirigen a un sitio llamado la Chacarilla, llevando banderas negras en mano, que es lo que llaman enterrar el carnaval. Para este entierro va la plebe bailando y cantando sus yaravíes.

En la Pascua de Resurrección forman un Judas cubierto de pólvora y cohetes y lo ponen colgado en la plaza. Cuando a las cuatro de la mañana ha terminado la misa solemne parroquial, le pegan fuego al son de música, que después sale a recorrer todas las calles de la población, dando pascuas.

En la Pascua del Espíritu Santo concurren al Santuario de Vilque, que está hacia el sudoeste de Puno, distando de él siete leguas, a una feria que celebran de ocho días, que llaman romería, y está destinada para los // [p. 130] excesos del baile y del fuego. Concurren a ella de todas partes.

En el Corpus salen danzas y los mineros hacen su altar, que lo cubren junto con los arcos que hacen de barras de plata. Anteriormente se extendía este lujo a llenar una cuadra entera con estas barras, mas la revolución, que ha diseminado la pobreza por todas partes, ha suspendido este boato extravagante.

En los días de Todos los Santos y finados, ponen los indios sobre los sepulcros de sus muertos fruta y otros comestibles, que llaman ofrenda; las que conforme van rezando las van repartiendo entre los rezadores.

En el verano salen regularmente de paseo a un lugar llamado Ojerana, donde hay muchas flores y verdura, y a Icho338, al cual concurren con mucha bulla el día 29 de junio en que los ichanos embarcan a San Pedro en una balsa de totora y lo meten a la laguna, cubierto del primer pescado que han tomado en ese día. Para esta operación no pescan muchos días antes, asegurando que si lo hicieran pecarían enojando a San Pedro. Después que lo han hecho pasear en la laguna del Titicaca con mucha música y bulla de cohetes, lo sacan y llevan en procesión a Icho, donde lo colocan en el templo con bailes y cantos, y después hacen sus corridas de toros.<>

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281 Lugar donde hay vasos de tomar chicha.

282 Cerro de azogue. Tomó este nombre porque dicen que hay una mina de este metal.

283 Molestia de trojes.

284 Laguna de brujos.

285 Cerro de corrales.

286 Olla donde se cuece el chuño.

287 Graznido de pájaro.

288 Sierra de plomo

289 Estas las ponen de medio en medio formando círculo sobre unas mantas, que son negras o pardas, y sirven para poner sobre ellas los indios [Ilegible. Documento quemado por corrosión de la tinta.]

290 Se llama así al chuño blanco, que es una papa helada y echada a podrir.

291 Con este nombre conocen a la quinua colorada y negra.

292 Es una tierra blanca, gredosa que la comen los indios con papas en lugar de ají. Esta tierra la sacan del pueblo de San Antonio de Esquilache, distante de Puno diez y ocho leguas. La carga de esta vale dos reales y tiene mucho expendio.

293 Paja, distante tres leguas de Puno.

294 Luna, distante una legua. Aquí crían ganado lanar y vacuno y alpacas.

295 Distante media legua.

296 Hilado torcido a la izquierda, dista media legua.

297 Mineral, distante media legua.

298 Lugar de humo. Mineral que actualmente lo está trabajando D. Blas Bravo; dista legua y media.

299 Dista tres leguas. Es el lugar donde fondea el buque Tomasito. Sus habitantes son pescadores y labradores.

300 Carnicería; dista un cuarto de legua. Sus habitantes son los abastecedores de la carne de la plaza.

301 Lugar de totora; dista legua y media y sus habitantes son pescadores.

302 Así llaman a un lugar obscuro o entre dos luces, que en castellano llaman aquí ófrico. Dista dos leguas del Puno.

303 Quiere decir tapiris o busconeros y son los que sacan metales de las minas despobladas y las benefician. Dista legua y media de Puno.

304 Son los artesanos y menestrales que viven en Puno.

305 Lugar donde hay verduras; dista tres leguas y media.

306 Quiere decir reja fuerte y sólida. Dista 4 leguas. Produce este lugar muchas verduras, que sus habitantes las venden con mucho aprecio en todo el departamento.

307 Tiene hortaliza y dista dos leguas y media.

308 Quiere decir lugar de fuego. Dista dos leguas y media.

309 Cerro pelado. Es puna y dista tres leguas.

310 Lugar de fuerte flujo y reflujo; dista dos leguas y media.

311 Indio negro; dista seis leguas. Aquí hay muchas minas despobladas.

312 Es hacienda de sembrío y ganado. Pertenece a la Señora Doña María Salcedo y dista una legua de Puno.

313 Quiere decir caballero de sal. Es hacienda de solo ganado y dista tres leguas. Su dueño es D. José María Recavarren. Esta hacienda está en pleito con los señores Pintados.

314 Llano de dos caminos; hacienda de ganado de la Señora Da. Rosa Toledo. Dista legua y media.

315 Lugar de culebras. Hacienda de sembrío y ganado de la Sa. Da. Josefa Cáceres; dista dos leguas.

316 Hacienda de sembrío y ganado de D. Vicente Rodríguez; dista legua y media.

317 Qui[e]re decir papada sobre papada; hacienda de sembrío. Dista una legua

318 Arequipeño.

319 Este trabajaba en compañía del señor Coronel D. Juan Obrien, inglés, principal empresario de ellos. Se ignora el motivo que hayan tenido de separar la compañía.

320 Distante una legua de Puno.

321 Raíz de totora.

322 Las iban acomodando centralizándolas cada una para que no se cayga

323 Flaco.

324 Semilla chica.

325 Tienen una cuarta de largo.

326 Es el pescado más exquisito que tiene.

327 Son de a media vara.

328 Es una boya amarilla.

329 Es negra, del tamaño de un

330 Hermana mentirosa.

331 Vida mía.

332 Mi corazón.

333 Es un guiso de chuño cortado menudamente con papas también partidas, carne de vaca y ají.

334 Es un guiso de papas enteras con chuño entero, cecina, carne de vaca y de borrego.

335 Es la mazamorra de harina [el papel se ha roto] cecina y ají.

336 Es un guiso con papas enteras, chuño [el papel se ha roto] de cebollas.

337 El chuño molido con especerías y ají, y car[el papel se ha roto]adas.__

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