domingo, 3 de diciembre de 2023

OPINION SOBRE LA COYUNTURA POLTICA EN EL PERU

 BAJO EL OPROBIO

Gustavo Espinoza M.

En Diario UNO 3 DIC23

A

sí llamó Manuel González Prada a una buena parte de sus más encendidos escritos. Originalmente, la frase se refirió a los tres años de dominio extranjero registrados en el Perú luego de la infausta guerra del Pacifico. Después amplió su sentido para aludir al proceso peruano sobre todo en los primeros años del siglo XX.

Sin duda, si el au­tor de "Horas de Lucha" viviera en nuestros días, podría hacer ex­tensiva la frase a la es­cena de hoy, sometida bajo la administración irrita y vergonzante de Dina Boluarte.

Al cumplirse doce meses de los hechos ocurridos el 7 de di­ciembre del año pasado, cabe recordar episodios de lo acontecido en esa circunstancia. Aun hoy la "Prensa Grande" -y el régimen- siguen con la cantaleta del "Golpe de Estado del Presidente Castillo".

No nos cansaremos de decir que Pedro Cas­tillo no ejecutó "Golpe" alguno. El único GOLPE real y concreto, fue el que consumara la ultra derecha, y mediante el cual fuera derribado el Presidente electo por los peruanos el 2021. Y ese Golpe fue produc­to de un acuerdo en el que confluyó el núcleo de la Clase Dominante: La dirigencia partidis­ta reaccionaria, el Gran Empresariado, la cúpula militar actual, el Congreso y la "Prensa" a su servicio.

Para concretar su objetivo, infiltraron el entorno de Castillo, y lo alentaron a acciones desmedidas, que sir­vieron de pretexto a los Golpistas; pero se valie­ron también de su Vice Presidenta, aquella que juró defenderlo hasta el fin y caer con él. Cambió de bando y se puso al servicio de sus ene­migos, con los que hoy gobierna.

Dina Boluarte no co­noció nunca la historia de Viriato, ese valeroso guerrillero lusitano que se alzó en armas con­tra al Imperio Romano. Invencible en su mo­mento, fue asesinado gracias a una traición de sus colaboradores inmediatos, que lo ma­taron para servir al Po­der Dominante.' Cuan­do ellos fueron a Roma convencidos de recibir fastuosas recompensas, hallaron tan sólo el des­aprecio oficial: El Cónsul, les dijo: "Roma no paga la traición"

Quizá Dina ya reparó en ello. Quienes la alen­taron, la proclamaron "Presienta por sucesión constitucional", y hasta la aplaudieron de pie; ahora le piden que re­nuncie porque su felo­nía ya consumada, tam­bién les perjudica. La prefieren distante y pronto le darán el des­tino del papel higiénico usado.

El más formal de los diccionarios, el de la RAE, define la traición como el "Delito que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener". Pero Dante Alighieri es más cáustico y los sitúa en el Noveno Círculo del Infierno ro­deados de espantosos hielos "que se corres­ponden con la falta de calor humano que los traidores mostraron hacia sus benefactores, hacia sus parientes y hacia la patria a la que debían servir".

Pedro Castillo como Presidente, no estuvo a la altura de su función. Pero eso no borra el he­cho que su detención fuera ilegal, como también lo fuere su "Va­cancia Express". Tam­poco podía ser detenido cuando eso ocurrió y, en todo caso, debió ser conducido al Palacio Le­gislativo, y no a la Pre­fectura de Lima desde donde fue derivado -en horas- al fondo de una celda para que no salga más.

Adicionalmente, fue ilegal también el trámi­te parlamentario que se hizo para "vacarlo". No se presentó Moción al­guna en torno al caso, ni fue debatida ni apro­bada, Y, por cierto, no hubo el menor proceso ni la más mínima ga­rantía en beneficio del acusado. Y tampoco se obtuvo el número de vo­tos requerido para sos­layar los procedimien­tos formales: 104.

Hoy puede decirse con certeza que todo fue un montaje planeado por quienes ejecutaron este Golpe que dio lugar al nacimiento del régi­men de "sucesión cons­titucional" que le ven­dieron a la ciudadanía. Por lo demás, ha pasado un año completo y has­ta hoy nadie ha podido conocer de un solo pro­ceso judicial contra Cas­tillo. No se ha logrado formularle una acusa­ción concreta.

Todo ha quedado en dichos de supuestos "colaboradores efica­ces" que han dicho lo que se les ha pedido que digan. Ahora, que se conocen los proce­dimientos que usó la Fiscal de la Nación para sus acciones, se levanta la fundada sospecha que esos "testimonios" han podido ser inven­tados, o construidos artificialmente con los mismos métodos que asoman como práctica impulsada por Patri­cia Benavides: arrancar acusaciones a cambio de "perdonar" delitos.

Pareciera que, fi­nalmente, la Fiscal de la Nación se dio cuen­ta que Dina Boluarte y Alberto Otárola son responsables de las ma­sacres ocurridas en el Perú entre diciembre y marzo; y que "en legíti­ma correspondencia" Dina llegó a la conclu­sión que la Fiscal no sirve para el cargo. Sor­prendente coincidencia, sin duda.

¿Qué vendrá des­pués? Nadie lo sabe. Es­tamos ante un enfren­tamiento que semeja al que libran en la natu­raleza el escorpión con la tarántula. Cualquier cosa podrá ocurrir. Una vez más, la palabra de las Masas, convocada para los próximos días, podría ser decisiva. Por ahora, vivimos bajo el oprobio. <>

Por Dios y por LA PLATA



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