lunes, 4 de diciembre de 2023

LA SED DEL ALTIPLANO

SEQUÍAS Y DESCENSO DEL TITICACA 

ASFIXIAN LA ECONOMÍA DE AGRICULTORES Y GANADEROS

Rosa Chávez Yacila y Karin Chacón

OJO PUBLICO 3 diciembre, 2023

https://ojo-publico.com/4794/la-sed-del-altiplano-sequia-asfixia-la-economia-los-agricultores

D

esde hace más o menos una década, la cantidad de precipitaciones en la región altiplánica de Puno ha ido en retroceso. En los últimos días se han presentado algunas, pero el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú prevé un 43% de probabilidades de lluvias por debajo de lo normal en la sierra sur oriental, hasta febrero de 2024. El emblemático lago Titicaca, por su parte, ha descendido 74 centímetros entre abril y noviembre de este año. En una región que tiene como algunas de sus principales actividades económicas la agricultura o la ganadería, vivir sin agua puede ser un desastre. En los últimos dos meses, un equipo de OjoPúblico recorrió las provincias puneñas de Puno, Azángaro y Lampa y comprobó que los pobladores sobreviven con muy poca agua para sus cultivos y sus animales.

Botes varados


Cada vez que alguno de sus tres hijos la visita desde la ciudad de Puno, Petronila Chacón ―agricultora de 53 años, trenzas negras, piel tensa― recibe abarrotes, carnes y frutas necesarios para sobrevivir, por lo menos, durante la siguiente semana. Los jóvenes le dan arroz, fideos, panes, pollo, pescado, plátanos y mandarinas que la madre no logra conseguir en su comunidad.

Pero lo más esperado de las encomiendas son los “poronguitos”. Así llama Petronila a las galoneras que los chicos llevan repletas con lo más ansiado y escaso en Saytococha: agua. Unos recipientes de plástico verde y 10 litros de capacidad que la mujer almacena con recelo en sus cobertizos. Porque en esa comunidad del distrito de Santiago de Pupuja, provincia de Azángaro, en la región altiplánica de Puno, no solo se ha detenido el comercio y ha desertado la juventud para ir a buscar estudios o trabajo a las ciudades. 

Allí, sobre todo, no hay agua suficiente para vivir bien. 

El problema de la comunidad, además de la falta de un sistema de agua y desagüe, es la ausencia de ríos y, especialmente desde hace unos años, la escasez de lluvias. Las gotas que caen del cielo son la principal fuente de agua en Saytococha.

los agricultores de Puno no han logrado sembrar lo suficiente.
Los campos estan secos
“¿Ya no habrá lluvia? Cuando intenta llover, el viento lo hace pasar”, dice en quechua Petronila Chacón, quien se queja del mal tiempo para las cosechas. “El año pasado hice papa y recogí un saco de papa. La quinua la helada se lo llevó. No hay avena, ni cañihua”.

Su situación y la del resto de Saytococha se replica a lo largo y ancho de Puno. La disminución progresiva de las precipitaciones, que empezó hace aproximadamente una década, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), se vive en casi todas las 13 provincias. Son la excepción Sandia y Carabaya, en el límite con la Amazonía.

Y azota, con especial fuerza, a quienes como Petronila Chacón viven de sus cultivos y la crianza de ganados.

Desde hace un par de años el escenario viene empeorando. “En esta temporada última El Niño costero ha originado que tengamos muy poca lluvia”, dice por teléfono Sixto Flores Sancho, director del Senamhi en Puno. “Tenemos un 50% menos del promedio histórico en la temporada de lluvias. Ha llovido poco”. 

Para el ingeniero meteorólogo Flores Sancho los motivos de este retroceso son diversos: la crisis climática, los fenómenos de El Niño, La Niña y ahora mismo El Niño costero: “Todos esos fenómenos han contribuido a que las lluvias disminuyan en cantidad”. <> 



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