jueves, 17 de agosto de 2023

ANALIZANDO LA COYUNTURA `PUNEÑA

 LOS 4 JINETES DEL

APOCALIPSIS EN PUNO

PANDEMIA, INTOLERANCIA SOCIAL, CORRUPCION Y SEQUIA EN EL 2023

El Apocalipsis de San Juan es el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia. También es conocido como Libro de las revelaciones.

Los cuatro jinetes del apocalipsis. Representan las tragedias e infortunios que dan fin a la humanidad. El caballo blanco es cabalgado por el misterioso jinete de la victoria. El caballo rojo es montado por el jinete de la guerra. El caballo negro es cabalgado por el jinete del hambre. El caballo de color bayo es montado por el jinete de la muerte.

Escribe: Juan José Vera del Carpio

No. No intento, en lo más mínimo, ser negativo, pesimista o agorero predicando el fin del mundo. No. Busco la objetividad, en medio de la gravedad de una situación insólita, con el afán de poner sobre aviso que este año 2023 será pésimo y que debemos estar en guardia. Lo que ocurre es que, el presente año, Puno enfrenta el desafío de una tragedia o tormenta perfecta, que inevitable y dolorosamente desembocaría en caos y más pobreza.

Como si los elementos componentes de la desdicha se hubieran puesto de acuerdo, a manera de (gráfica y metafóricamente) los 4 primeros jinetes del apocalipsis se han alineado contra Puno, pues tenemos en ciernes las amenazas pregonadas por cada uno de ellos.  Primero la pandemia del COVID, de la cual a duras penas logramos salir y que aún sufrimos sus secuelas. Segundo la intolerancia política social generada por grupos étnicos inconformes, y desgraciadamente ideologizados, que han hecho de la violencia y la beligerancia, la forma de hacerse escuchar. Como tercer elemento perturbador, está el cambio climático que anuncia para el último trimestre del año una grave sequía, como parte del Niño Global, y que generalmente desemboca en hambruna, Y en cuarto lugar la corrupción y la absurda ineficiencia de sus autoridades en todos sus niveles, que no logran tomar las previsiones que amengüen estos impactos.    

Saliendo de la pandemia

De acuerdo a un último informe de la Región de Salud, al cierre de la emergencia la situación del COVID 19 es la siguiente:

·       102,519 infectados (alrededor del 7% de la población)

·       39,955 fueron hospitalizados

·    3,159 fallecieron (cifra que no incluye a campesinos que en las áreas rurales no lograron atención médica, en especial los miles de puneños que regresaron (incluso a pie) de las ciudades donde migraron).

Las cifras nos aproximan a entender el problema, pero no llegan a explicar en su real magnitud el drama vivido durante ese tiempo, en que la economía, la producción, el empleo, la vida social y comunitaria se deterioró notablemente. Oficialmente la cuarentena e inmovilización social duró del 15 de marzo del 2020 a febrero del 2023. Sin embargo, hay una larga secuela de daños al corazón, los riñones, la piel y el cerebro, así como inflamación y problemas del sistema inmunitario, que Puno, sin mayor apoyo tecnológico, ni sanitario, sigue afrontando. Adicionalmente en Puno las bajas temperaturas y la altitud de los espacios de vida, hacen sentir con más énfasis que en otros sitios las consecuencias de la pandemia.

¿Sequia para fin de año?

De acuerdo a la información disponible, por lo general la ocurrencia de un niño costero, origina la disminución de lluvias en la sierra sur del Perú, especialmente en el altiplano puneño. Cuando el fenómeno atmosférico es prolongado se producen sequías, deteriorando la producción agropecuaria, que utiliza las técnicas de secano, ante la ausencia de sistemas de riego y control de cuencas.

La escasa nubosidad ocasionará que se registren altas temperaturas diurnas y bajas temperaturas nocturnas (durante la noche y madrugada). Asimismo, se espera el incremento de los índices de radiación UV y ráfagas de viento, especialmente durante las tardes.

 Como resultado, la vida de los pobladores desprotegidos del área rural de Puno, corren alto riesgo. Especialistas del Senamhi indican que las condiciones frías y secas incrementarían los daños como marchitez de hojas (quemado), muerte de plántulas y otros efectos en los principales cultivos como papa, avena, habas y otros, ubicados en las zonas por encima de 3500 m s. n. m de la sierra sur. Asimismo, se considera una notable mortandad pecuaria, proliferación de plagas y enfermedades. que afectarían principalmente a los pequeños productores agrarios, así como la producción de energía eléctrica.

Una sequía hará retroceder la recuperación de la expansión de pasturas forrajeras, que, de acuerdo a la información del Banco Central de Reserva, sucursal de Puno, en los últimos años y pese a la pandemia, han presentado un notable crecimiento, en especial en avena forrajera y alfalfa.      


Respecto a la avena y cebada forrajera y alfalfas, en conjunto el censo agropecuario de 1993 registró poco más de 20,000 hectáreas. Ahora en la campaña 2021-2022 se llega a 92,308 hectáreas.

 Este innegable éxito, que ha cambiado el escenario de la ganadería de carne y leche de vacunos en el departamento de Puno corre el peligro de venirse abajo, si se produce la tan temida sequía. Vale la pena destacar que este año se habla de un “Niño Global” y no sólo de un “Niño Costero, localizado en el Perú”. El fenómeno de calentamiento de los mares, en esta oportunidad y como consecuencia del cambio climático, por primera vez se presentará en múltiples lugares del planeta, de allí que no haya certeza del comportamiento en el Altiplano peruano y que se presentaría con más intensidad entre noviembre del 2023 y el primer semestre del 2024.

 De la rebeldía a la revuelta sin fin

En estos meses Puno ha pasado por una etapa de convulsión social, en donde las leyes que rigen la vida y las relaciones personales en sociedades civilizadas han sido sobrepasadas y sustituidas por acciones violentistas, típicamente ilegales, que en muchos casos han servido de cobertura a otro tipo de delitos, como la corrupción, el contrabando o el narcotráfico, todo lo cual ha sido “superado” por un manto impunidad. Aquí una breve reseña de antecedentes, que explican el actual desprecio a la vigencia de la ley y el predominio de actitudes violentistas, que soterradamente ienen un trasfondo ideológico, de un discurso de izquierdas que el mundo ya superó, pero que en Puno tinen vigencia, pese a ser prédicas que vienen de mediados del siglo XIX.

·       En abril del 2004 pobladores de Ilave, capital de la provincia de El Collao, decidieron cambiar al Alcalde legítima y democráticamente electo Robles Collamamani. Una turba sacó a empellones de su casa al Alcalde y a golpes lo llevó a la plaza de Armas de la ciudad, donde la turba lo asesinó brutalmente. Años después la Contraloría General de la República dictaminó que no se encontró dolo en la administración del alcalde asesinado y pasados 10 años el Poder Judicial encontró como culpables intelectuales del crimen al Teniente Alcalde Alberto Sandoval y a Valentín Ramírez a quienes impuso 30 años de prisión. Ninguno de los actores activos y materiales del crimen (que fueron identificados) fueron sancionados, pues vendieron la idea que fue una turba de aymaras los actores, que actuaban al amparo de sus leyes ancestrales. Es decir, la justicia dictaminó la impunidad.

·       En febrero del 2017, el Presidente de la República Pedro Pablo Kucynzky visitó Puno y en un acto de demagogia pura, en un discurso pronunciado en la plaza de armas de Juliaca declaró que “un poquito de contrabando no hace daño” justificando, irresponsablemente,  los miles de millones de dólares que circulan en una economía negra que se inicia en el puerto de Iquique en Chile, pasa por La Paz en Bolivia, ingresa al Perú en caravanas de camiones (las llamadas “culebras”) y luego inundan Arequipa y Lima, con grave daño a la economía formal del país. Es decir, la primera autoridad del país, declaró que los contrabandistas eran impunes,

·       Se conoce como 'Aymarazo' al conjunto de acciones de enfrentamiento social que se desarrollaron en la región Puno entre mayo y junio de 2011, durante las últimas semanas del gobierno aprista de Alan García Pérez. En resumen, los pobladores de la zona sur de Puno, de origen aymara, apoyados por ONGs, protestaron pidiendo la nulidad de la concesión de la mina Santa Ana de la canadiense Bear Creek Mining Corporation (BCMC). Las protestas se vuelven violentas. El 10 de mayo del 2011, una turba de autoproclamados “aymaras” ingresa a la ciudad de Puno, saquea e incendia la SUNAT, la Gobernación, la Contraloría y los almacenes de la Aduana, donde estaban los decomisos del contrabando. El 24 de junio otra turba toma e incendia el aeropuerto internacional de Juliaca, muriendo 7 manifestantes por acción policíal. Luego de eso la policía y el Ejército se negaron a salir a controlar el caos. Días después el candidato Ollanta Humala avaló los hechos. Por su parte el Poder Judicial toma preso a Walter Aduviri Calisaya, el líder aymara, que dirigió la asonada y años más tarde, lo sentencia a 7 años de cárcel. A la fecha no se ha procesado a los culpables del incendio de Juliaca y los 7 muertos. Tampoco fueron sancionados los que incendiaron los locales públicos en la ciudad de Puno. Una vez más la impunidad.

 Estos cuatro antecedentes sirven de telón de fondo a lo acontecido entre diciembre del año pasado y marzo del 2023 en que luego de meses de ser organizados por agentes del gobierno, infiltrados en defensa del ex presidente Castillo. Creo que los desmanes se dan no sólo por culpa de la azuzada población. sino por negligencia e inacción de las autoridades. La población aimara está consciente que sus protestas al margen de la ley están rodeadas de impunidad y que no les va a pasar nada. A inicios de este año, el país ha quedado impactado por las decenas de muertos a causa de la acción de policías y militares. Pero también duele la muerte de un policía quemado vivo y 6 soldado ahogados en el río Ilave. Es decir, peligrosamente el Departamento de Puno se convierte en un campo sin ley. Encima los dirigentes políticos bolivianos azuzan al quiebre total de la autoridad para una anexión territorial. En Lima, el Gobierno Central y el Congreso viven ajenos a a la realidad regional de Puno, no tienen una estrategia de abordaje. Quieren conversar con las cúpulas dirigentes, cuando el problema va más allá, pues compromete a la población misma. Estamos en un punto muerto y la impunidad adiciona a la corrupción y la ilegalidad para crear un escenario secesionista y desafiante y la impunidad continúa.

Ineficiencia y corrupción de la burocracia regional

La ausencia de inversión pública, básicamente, no es por falta de dinero. Conforme podemos apreciar en el siguiente cuadro el año 2021 las autoridades de Puno y Lima dejaron de gastar 930 millones de soles y al año siguiente 2022 no gastaron otros 767 millones de soles que estaban no sólo presupuestados, sino listos para ser girados cuando le fuesen solicitados.

Sólo en dos años le devolvieron al Tesoro Público 1,697 millones de soles, como si en Puno no hubiera necesidades urgentes e históricas que atender. Los que más dejaron de gastar fueron los Gobiernos Locales que devolvieron presupuestos por 746.9 millones de soles, olvidándose de las necesidades de sus pobladores, en especial durante la pandemia.

Otro tema importante es resaltar, que Puno (en los 2 años) apenas logró financiar 1,652 millones de los 12,637 millones que efectivamente fueron gastados por las autoridades departamentales, Es decir que de cada 100 soles que el Estado gasta en Puno, sólo 13 son producidos por la región y los restantes 87 es el esfuerzo del resto del Perú y entregados a Puno para su Desarrollo.

 

  En conclusión

De no afrontarse satisfactoriamente los cuatro desafíos (secuelas de la pandemia del COVID, la sequía provocada por el fenómeno del Niño, la  ineficiencia corrupta de las autoridades regionales y las insatisfacciones sociales violentistas) las pérdidas económicas volverán más pobres a los campesinos y también a pobladores urbanos. Baste señalar que el año 2022 Puno ha retornado al grupo de los 4 departamentos, más pobres del Perú. Se necesita desideologizar la confrontación, acercarse a la base campesinas, demostrar que no hay impunidad sobre la violencia y el delito. Que no sigamos enterrando las riquezas y potencialidades de Puno en ideologías trasnochadas y malsanas. Hay que romper la maldición apocalíptica de que los puneños son pobres en una región rica, en donde lo que falta son líderes que gestione adecuada y honradamente las opciones de capital y trabajo, pues los recursos naturales allí están. Y cuidado que la tecnología pueden volver obsoletos alguno de los recursos que podemos explotar. <>



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