jueves, 27 de febrero de 2025

GRANDES LUCHADORES SOCIALES PUNEÑOS

 EZEQUIEL URVIOLA Y RIVERO: ALGUNOS APUNTES GENEALÓGICOS

Escribe: Luis H. Urviola Montesinos

En EL ECO DE PUNO, febrero 2025

E

l primer Urviola, establecido en el departamento de Puno, fue don Miguel de Urviola; quien hacia el último cuarto del siglo XVIII, fue Corregidor de Carabaya.

El apellido Urviola es de origen vasco y, etimológicamente, significa “entre dos ríos”. Muchos apellidos, al reinscribirse en suelo de nuestra América, sufrieron algunos cambios como URVIOLA por URBIOLA. En el idioma vasco no existe la consonante uve (V); por consiguiente, respetando la transcripción ajustada a la verdad, el registro escrito del apellido debería ser Urbiola. En algunos países, como en México, y regiones propias de nuestro país, como en algunos departamentos del centro del Perú, el registro escrito de dicho apellido no ha sido modificado y se respeta su origen vasco.

Fig. 1 Miguel de Urbiola, Corregidor de Carabaya y primeros descendientes
Gracias a la recopilación de datos, como resultado de un arduo y paciente trabajo para elaborar el árbol genealógico de la familia Urviola, por parte de mi tío Alejandro Urviola Antezana (1920-2012), tuve la suerte de recibir de parte suya copia de seis rollos grandes y uno pequeño en los que anotó nombres y apellido de los descendientes de don Miguel de Urviola, desde los años 70 del siglo XVIII hasta finales de la década del 80 del siglo XX.

Dicho árbol genealógico es muy frondoso y, aunque trata del registro de las uniones matrimoniales, o uniones de hecho, con las descendencias respectivas, de los Urviola, falta mucho para tener un registro lo más completo posible (como ser: información de las actividades económicas y sociales de las familias). Puede constatarse, empero, cómo a través de las ramificaciones familiares a través de la trayectoria de los tiempos, se fue generando un determinado proceso de mestizaje, de la familia Urviola, en el departamento o región de Puno.

Don Miguel de Urviola tuvo un hijo, Mariano Joaquín Urviola; quien casó con Rosa Romero y tuvieron como descendientes a cuatro varones (Mariano, José Vidal, Ruperto y Andrés Corcino) y a dos mujeres (Juana Rosa y Virginia). Ezequiel Urviola Rivero (o Riveros), que tuvo dos hermanos y dos hermanas, desciende de Andrés Corcino Urviola Romero. Los prenombres y nombres completos del distinguido luchador social puneño son: Mariano Ezequiel Urviola Rivero. El autor de este artículo desciende de José Vidal Urviola Romero (uno de los seis descendientes directos de Mariano Joaquín Urviola) nieto de Miguel de Urviola; primer Urviola en el departamento de Puno.

Entonces, Mariano Ezequiel Urviola Rivero es el personaje que motiva este artículo como un homenaje al significado de su vida y activismo político-sindical en la historia peruana de la “alianza obrero-campesina del siglo XX” y en ocasión del Centenario de su Fallecimiento; hecho vital acaecido el 27 de enero de 1925[i].

El salvador de un olvido significativo

Grimaldo Antonio Rengifo Balarezo, sociólogo, antropólogo y profesor universitario sanmarquino (1937-2022), rescató del olvido al personaje cuya existencia en el escenario social y político de la vida republicana de Puno y el Perú cúpole ser, como lo registró Feliciano Padilla Chalco, con metáforas de presentimiento de verdades inexorables, en su libro de ficción literaria, Ezequiel: el profeta que incendió la pradera.

Fig. 2 Ezequiel Urviola bisnieto de Andres Corcino Urviola Romero
Conocí al maestro Antonio Rengifo Balarezo, en una feliz casualidad; en la sala de lectura de la antigua biblioteca municipal de Puno que, hacia los últimos años 70 del siglo XX, sirvió para inaugurar una exposición de pintura colectiva en la que participé con algunos cuadros. Gracias a la presentación de los autores que participaban en esa exposición, a cargo del colega Alfonso Canahuire, mis nombres llamaron la atención del profesor sanmarquino. Podría decirse que, desde entonces, nos hicimos amigos. Además de enterarme que mi nuevo amigo venia investigando la vida y obra de Ezequiel Urviola, pude conocer, desde entonces, algunos rasgos de su personalidad intelectual y humana. En tal sentido, advertí su gran capacidad de escribir con pocas palabras lo que gran parte de estudiosos, y académicos de las ciencias sociales, lo dicen con muchas palabras, en realidad de relleno, y abundancia de innecesarias páginas. El espíritu de José Carlos Mariátegui, como escritor de verdades concisas y oportunas, acompañó e inspiró siempre al profesor Rengifo.

En 30 páginas, Antonio Rengifo Balarezo, rescató para la memoria perdurable del pueblo peruano, los datos de las facetas biográficas imprescindibles de mi tío Mariano Ezequiel Urviola, en su ya célebre “Esbozo biográfico de Ezequiel Urviola y Rivero” publicado como un destacado ensayos junto a la contribución de otros notables ensayistas (de la calidad y prestigio de Alberto Flores Galindo, Manuel Burga, Wilson Reátegui y Manuel Manrique) en la edición del libro del historiador Wilfredo Kapsoli: Los movimientos campesinos en el Perú: 1789-1965; publicado por Delva Editores, en Lima, 1977.

Dicho esbozo biográfico circuló anteriormente, como separata, de limitado destinatario, para la capacitación, de facilitadores y extensionistas, en temas agrarios, mediante publicaciones como las del IICA con el título de Esbozo biográfico de Ezequiel Urviola Rivero (Contribución al estudio del liderazgo campesino).

Antes del estudio del profesor Antonio Rengifo, se conocía muy poco sobre el gran agitador y propagandista de las luchas campesinas de Puno. José Carlos Mariátegui, en su célebre prólogo a Tempestad en los Andes, por Luis E. Valcárcel; Lizandro Luna y los pocos apuntes diseminados por escritores y medios locales reducidos, la importancia del gran rebelde azangarino no había alcanzado todavía trascendencia nacional y hasta internacional.

Si bien es cierto que fue Antonio Rengifo Balarezo el intelectual que rescató del olvido a Ezequiel Urviola y lo diera a conocer a nivel nacional; a nivel internacional fue el escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) quien lo hizo conocer a nivel mundial en su obra Memoria del Fuego (1987); recordemos las palabras de Galeano:

La familia lo quería doctor y en lugar de doctor se hizo indio, como si no le resultara bastante maldición su giba de dos puntas y su estatura de enano, Ezequiel Urviola abandonó su carrera de Derecho…y juró seguir la huella de Túpac Amaru. Desde entonces habla quechua, calzas ojotas, masca coca y sopla quena. Día y noche va y viene sublevando gente por la sierra del Perú, donde los indios tienen propietario, como las mulas y los árboles.

Los policías sueñan con atrapar al contrahecho Urviola y los terratenientes se la tienen jurada, pero el muy renacuajo se hace águila volando sobre la cordillera

 (Eduardo Galeano. Memoria del fuego. Vol. III. Siglo XXI Editores, México, 1987. p.66).

Entre la historia y la leyenda

Hoy en día, Ezequiel Urviola deviene preferencia temática para escritores y académicos que producen hasta investigaciones de tesis de grado y posgrado. Sobre el biografiado se seguirán escribiendo, sin duda alguna, artículos, ensayos y estudios de índole universitaria; pero el estilo clarísimo, concisión y profundidad, sin la acostumbrada extensión de palabras y hasta confusas interpretaciones de los escribidores, el Esbozo Biográfico que nos alcanzó Antonio Rengifo Balarezo es, y seguirá siendo, el cimiento genitor y tea que iluminará a quienes se propongan difundir y hasta profundizar sobre la vida, pensamiento y obra de Ezequiel Urviola.

La cierto es que Ezequiel Urviola y Rivero, como lo dijimos en un comentario sobre la novela Ezequiel: El profeta que incendió la pradera, escrito por el recordado escritor Feliciano Padilla en 2014: el significado de la vida y la actividad de Ezequiel colinda entre la historia y la leyenda. Por ejemplo, sobre su fallecimiento acaecido el 25 de enero de 1925 existe la dramática versión que Rengifo recobró de la memoria popular; mientras que la versión trasmitida en el entorno familiar —y así lo constata Augusto Ramos Zambrano— escuchada por el infrascrito de su tía Aurora Paredes Vda. de Tello, Ezequiel falleció accidentalmente al caerse y atragantarse tachuelas que contenía en su boca por colocar algunos carteles en un muro. En el Centenario de su fallecimiento lo recordamos como un faro de luz que ilumina el camino de la redención aún no lograda por los oprimidos y explotados de nuestro Perú.

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[i] Según el Esbozo Biográfico que sobre Ezequiel Urviola (1977) nos legó Antonio Rengifo, el biografiado nació en 1895. Por su parte, Augusto Ramos Zambrano (2016) basado en los certificados de estudios de Ezequiel Urviola, colige que el año de nacimiento del biografiado fue en 1889. Según esta última versión, Ezequiel Urviola y Rivero habría fallecido a la edad de 36 años.

 


 

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