RESILIENCIA POPULAR
PARA
RESURGIR
Escribe: Milciades Ruiz
T |
oda
persona que reacciona ante el sufrimiento de los grupos humanos indefensos,
asume una posición política. De algún modo, repudia el sistema de dominación
que lo ocasiona. Surgen así, los ideales que impulsan a la militancia política,
según el grado de convicción. Visto el proceso a la inversa, tendremos
explicación al deterioro político, ubicando las perturbaciones.
Resiliencia
es la capacidad de una persona o, de un grupo, para resistir, sobreponerse a la
adversidad y seguir proyectándose en el futuro a pesar de las dificultades. Al
finalizar el año 2025, tengo confianza en la resiliencia de nuestras filas, por
su sensibilidad y coraje. Nuestra historia política está plena de heroísmo,
porque nos rebelamos contra todo abuso social, enfrentando a los opresores que
detentan el poder de la fuerza bruta.
Tenemos una
misión revolucionaria. Activemos nuestros ideales, con optimismo realista, para
superar la caída en nuestras condiciones de vida política. Tenemos la ventaja
de la sustentación dialéctica que nos da seguridad ideológica de ir en la
dirección correcta. Por ello, sabemos que no hay acción sin reacción. Si
accionamos, habrá reacciones y, la sumatoria en la cantidad nos dará el cambio
a la calidad de nuestro accionar.
Es el
movimiento el que activa las interacciones. A mayor movimiento, tendremos mayor
calidad grupal e institucional. Lo vemos en el deporte y en nuestra vida
cotidiana. Como en la economía, si no hay movimiento ocurre recesión, en la
política, sucede igual. La inactividad institucional, congela todo, y nos saca
del escenario político.
La historia
nos dice que, enarbolar los derechos de los oprimidos, generó un gran
movimiento social con la revolución francesa, porque caló en el sentimiento de
un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias, de un sistema
absolutista monárquico. Similar es la situación de la mayoría nacional en
nuestro país, segregada por su origen nativo, aunque estamos bajo otras
condiciones históricas.
Suele suceder
en todo proceso revolucionario cuando las ideas reivindicativas reaccionan ante
el sufrimiento popular. Pero el pueblo asume las banderas y lucha por ellas,
cuando siente que son las suyas. Estas, no están en los textos ideológicos, ni
en los dogmas, ni en los escritorios. Están en la realidad viviente. Allí, está
la fuente energética de nuestra reactivación.
El 60,2%
(13´965,254) se identifica como mestizo o, cholo. Cholos y nativos andinos
somos el 86%, en tanto que, el 1% es de origen amazónico y, 3,6% (828,841) son
afrodescendientes. Pero todos en conjunto, los marginados somos el 90%, sin
derechos de justicia social, sin derecho de justicia política, sin derechos de
justicia económica. Todos, impedidos de acceder a la oficialidad de las fuerzas
armadas, a cargos diplomáticos, y a otras exclusividades sociales.
Incluso,
aunque el 5,9% se identifica como blanco (1´366,931), la mayoría de ellos,
también sufre las inequidades del sistema y tampoco están de acuerdo con las
injusticias del régimen imperante. Muchos luchan junto a nosotros por una
sociedad más justa y equitativa. ¿Por qué un afroperuano no puede ser
vicealmirante de la naval? ¿Por qué, un nativo amazónico no puede ser autoridad
judicial ni en su propio suelo? ¿Por qué, no enarbolar sus derechos?
Claro está
que, estamos condicionados por el sistema para mantenernos en la indiferencia,
frente a las desigualdades. Nos adormecen con el neuro marketing político para
no reaccionar ante la impunidad de los opresores. Los psicosociales políticos
nos condicionan al conformismo y, a la pasividad. Nos predispone a deponer
nuestra lucha social y, orienta nuestra preferencia electoral por las opciones
políticas de nuestros enemigos.
¿Por qué, si
la mayoría de origen nativo y africano está en Lima, terminamos eligiendo a un
alcalde metropolitano de las filas contrarias? ¿Por qué, la representación
política en el Parlamento no refleja la real composición demográfica de la población
peruana? ¿Por qué, los pobres, los marginados, los nativos, no tienen derecho a
la representación política? Pues, porque lo permitimos.
Si predomina
lo ilógico, es porque hay factores distorsionantes. Si nuestra conducta social
está condicionada por el sistema, haremos lo contrario a nuestros intereses y
los oprimidos, siempre elegirán como gobernantes a sus opresores. Entonces,
nuestra lucha es también contra las condicionantes que están en toda la
estructura jurídica y administrativa del estado que, el sistema tiene bajo sus
control.
Bueno pues,
hay mucho por analizar y formular estrategias de recuperación. Ideas, puede
haber muchas, pero que sean efectivas en la práctica, es lo más importante.
Muchas cosas se pueden hacer en nombre del pueblo, pero sin el pueblo, todo
será vano. Si no podemos acceder por ahora, al gobierno nacional, por lo menos
capturemos el primer peldaño y desde allí, avanzar a los peldaños superiores.
Salvo mejor
parecer.
19 diciembre
2024
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