viernes, 23 de junio de 2023

OPINION: ANALISIS DE LA COYUNTURA POLITICA EN EL PERU

 NO AL GOLPE

Cesar Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 641 23JUN23

U

n golpe de Estado fabricado en covachas, perpetrado por miserables, aplaudido por el hampa periodística está en pleno proceso de consolidación y, sin embargo, el silencio cunde.

Mi país asiste resignadamente al encumbramiento de lo peor que ha parido la política sin partidos.

Nos hemos quedado sin Tribunal Constitucional, sin Defensoría del Pueblo, sin Fiscalía de la Nación independiente, sin meritocracia en el sistema educativo, sin contrapesos demo­cráticos. El congreso y la señora Boluarte son pareja. No se han juntado para la gobernabilidad, como dicen, sino para dar un golpe de estado en cámara lenta.

Lo están logrando. Y como gritaba Chávela Vargas, quieren más, quieren todo.

Ahora van por la Junta Nacional de Justicia, a la que acu­sarán de no haber sancionado a Zoraida Ávalos, a quien acaban de abatir sin razón jurídica al­guna.

La banda del Chino está inte­resada en meterle el diente a la JNJ[1] porque así -están seguros- lograrán librar a su cabecilla, la señora Fujimori, de la condena que la amenaza por lavar dinero y fingir donaciones altruistas. Y a la carne de presidio que puebla el Congreso le interesa canjear impunidad por votos. En eso están la derecha momia de siempre, la izquierda que habría hecho vomitar a José Carlos Mariátegui y los furgones del acuñismo, Somos Perú, Podemos y la escombrera de Acción Popular.

El Perú hiede.

Está en la cárcel, merecidamente, el campesino que traicionó al destino y a su clase. Está entre rejas por bribón y por golpista fallido. Pero tras ese episodio el Perú se ha hundido en otra infamia: una analfabeta funcional, desde Palado, ha convertido al fujimorismo, a la derecha arcaica y a ciertos sectores de la izquierda lumpen en eventuales cogobernantes. Y el golpe cómico de Castillo ha devenido golpe real con la concentración de poder a la que estamos asistiendo. La derecha manda y el congreso gobierna. Una dictadura parlamentaria ha tomado el poder a espaldas del país.

¿Quién juzgará a quienes están destruyendo lo que quedaba de institucionalidad democrática? Por ahora, nadie. La Fiscalía de la Nación es el patio trasero del proyecto antidemocrático concebido por la derecha que perdió las elecciones e inventó la teoría del fraude para desconocerlas. Y el poder judicial, más corrompido que nunca, tiembla de sólo pensar en enfrentarse a tamaña maquinaria.

Estamos atrapados. Y lo estaremos más cuando de la cloaca congresal salga el instrumento “legal” que permita enjuiciar “políticamente” a los miembros del poder electoral. El tema está en agenda y el propósito es hacer del Jurado Nacional de Elecciones, la ONPE y el Reniec otro baño público donde los Cueto y las Chirinos hagan lo que más saben hacer.

En el segundo lustro de los años noventa, el Perú exhalaba una variada fetidez. Esos vapores han vuelto. Y proceden de los mismos crímenes, el mismo desamor por el país, la misma codicia.

¿Podemos hacer algo?

Que cada uno responda por sí mismo. En nuestro caso, hemos dejado constancia, desde hace largas semanas, del golpe de estado en marcha. Ahora podemos decir que el quebrantamiento de la Constitución se ha consumado.

La señora que dice ser la presidenta ya era ilegitima al suceder a Castillo si respetar la esencia del gobierno del que fue vicepresidenta. La señora que que pregunta cuántas más muertes quieren los que van a protestar pudo hacer un gobierno de centro que fuera relativamente coherente con el mensaje emanado del pueblo en las elecciones del 2021. Pero no fue así.

La señora que permitió la matanza de Huamanga y Juliaca se ha aliado con la derecha más procaz y ha construido el gobierno por el que la gente no votó. El gobierno de la señora Boluarte ya no sólo es ilegítimo, sino que empieza a ser, abiertamente, anticonstitucional.

Ahora resulta que el balbuceo del almirante Montoya es discurso oficial y que el programa conjunto del fujimorismo, Renovación Popular y Avanza País es el pensamiento guía en el régimen de quien fue ministra y colaboradora de Castillo. Es que en la farsa democrática que vivimos, la derrota puede ser victoria y el pueblo es la vieja comparsa de los caba­lleros. Nuestra condena histórica es que si ayer, con Sendero Luminoso, tuvimos la izquierda armada más salvaje que el marxismo-leninismo pudo imaginar, hoy nos gobierna la derecha más rupestre de este continente.



[1] Junta Nacional de Justicia

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