domingo, 12 de diciembre de 2021

LA COYUNTURA POLITICA EN EL PERÚ

 


VACADORES TELEVISIVOS

Carlos León Moya

A

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 569.  10DIC21

l final, Pedro Castillo se salvó del primer intento de vacancia gra­cias a un aliado de última hora: sus propios vacadores. No los que tienen escaños, sino los que tienen canales de televisión. Cada intento de vacancia requiere, entre otras cosas, un escándalo de corrupción que llegue hasta el presidente y convierta su caída en una necesidad histórica, en un asunto de moral pública. Pasó en 1968, cuando la pérdida de la página 11 sirvió de cimento para el derro­camiento de Fernando Belaúnde (el golpe de Estado: la vacancia de otros tiempos). En el 2017, los contratos ocultos de Kuczynski con Odebre- cht fueron el disparador del primer intento de vacancia en su contra. Tres meses después, en marzo de 2018, el escándalo fue más eficiente: los audios de Kenji Fujimori buscándole votos a Kuczynski hicieron insostenible su presidencia.

Como se ve, en todos estos casos el papel de la prensa es fundamental. Es a través de ella que las denuncias llegan al público más grande. Así motivan su indignación y esta, a su vez, motivará a la élite política a dar el paso trascendental de vacar al presidente de un país.

Así fue hasta Martín Vizcarra. Desde entonces, la vacancia se fue desvirtuando. Por un lado, ya no hacía falta que el electorado motivase a la élite política hacia la vacancia. Se volvió al revés: la élite política, ya motivada hacia la vacancia, buscaba motivar al electorado para que se sumase a su agenda. Por otro lado, los destapes periodísticos, que removían el piso presidencial y servían de acicate para la votación de la vacancia, se vol­vieron mediocres. Sin sustancia. Burdos. Prueba de ello es que hoy nadie recuerda cuál fue la acusación para los dos intentos de vacancia de Vizcarra (¿Fue por Richard Swing? ¿Fue por un colaborador eficaz, cuyo nombre nadie re­cuerda, que decía haber entregado dinero en sobres manila?). En ambos casos, la dinámica fue la misma: los congresistas esperaban que los dominicales presentasen alguna informa­ción nueva que les sirva de excusa para su votación. Así, podrían decir que la situación era insostenible y, a la luz de los destapes, se vieron forzados a tomar tan difícil decisión.

Eso debía pasar este domingo, en teoría. "Cuarto Poder", o lo que queda del programa, anunció un reportaje que contenía un audio, y nada más escandaloso en el Perú que un audio. Lo anunciaron con tiempo. Vinculaban al presidente. Ponían imágenes de su casa en Breña. De seguro uno de los visitantes a la casa de Castillo había grabado algo ilícito. Era la ex­cusa -la preciada excusa- para que el pleno del Congreso admita la moción de vacancia.

Pero el reportaje fue un desastre. Una estafa. Un productor hablando con un amigo del presidente: uno pedía una entrevista, el otro le pedía no emitir un reportaje a cambio de titulares. La nada. La constante degradación de nuestra política va de la mano con la degradación de la prensa. En diciembre del 2017 ya todo parecía degradado, pero a comparación de esto eran tiempos mucho mejores: los reportajes incluían cuentas offshore del presidente, contratos ocultos con su socio, negociaciones veloces de grandes obras de infraestructura. Hasta los reportajes con­tra Vizcarra parecían más sólidos: al menos había un sobre con dinero y una obra cuestionada. En el reportaje de "Cuarto Poder" ni siquiera había dinero de por medio. Solo un titular, un pedido de entrevista, y comida cajamarquina.

Dos días después de emitido el reportaje, la coalición vacadora fue derrotada. No llegó a los 52 votos que necesitaba para admitir la moción de vacancia. Ni hablar de los 87 vo­tos necesarios para remover al presidente. Lo intentarán de nuevo, por supuesto.

Pero mi duda a futuro es si este grupo de vacadores -tan torpe, tan primario, tan ba­nal- podrá conseguir un mejor resultado en el mediano plazo. Un primer grupo intentó la vacancia a través de la calle, y no obtuvo nada. En su última concentración ni siquiera pudieron llenar una plaza. Un segundo grupo se concentró en la vía parlamentaria, donde tienen más chances, pero quemaron sus cartas muy rápido. Presentar una moción de vacancia y no lograr siquiera su admisión es una derrota tremenda, y servirá para construir un relato de los hechos: la derecha busca la vacancia sin razón alguna, solo porque sí; prueba de ello es que ni siquiera pueden convencer al resto del Congreso a que admita su discusión.

Pero está también la prensa, el ter­cer grupo. Muchos de los destapes periodísticos han sido realmente buenos e importantes para que el gobierno, tan afín a los errores y al apañamiento, dé marcha atrás. Pero hay un grupito de programas que bus­can atar cualquier cosa menor con los intentos de vacancia, como "Cuarto Poder". Y si su obje­tivo fuese realmente ese, en verdad le hacen un favor al presidente Castillo. La manera más probable para una vacancia, ya viable de por sí, es por el desgaste progresivo de la legitimidad del gobierno. En cambio, ellos están buscando un megadestape que lo saque de una semana a otra. En lugar de hacer la maratón, buscan el salto con garrocha. Y lo más probable es que, en ese intento, caigan al suelo más de una vez sin lograr pasar la valla. Y con eso, caiga también la vacancia. Por ahora. <>

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