CHILE
“BICENTENARIO” Y MAPUCHES SIEMPRE EN PIE DE LUCHA
Por: Guillermo Vásquez Cuentas
LOS ANDES noviembre 2010
¿Desde cuándo la independencia chilena?
Hay en muchos países sudamericanos el prurito a de aparecer como uno de
los primeros, si no el primero, en haber alcanzado la independencia política
respecto al dominio español.
Chile es uno de ellos y para ello tuerce el real significado de los
hechos. Así, proclama que alcanzó la condición de país independiente el 18 de
setiembre de 1810. Por eso es que festejó su “bicentenario”.
Lo que en realidad ocurrió ese día es la instalación de una Junta de
Gobierno, de carácter provisional “mientras durase el cautiverio del rey
Fernando VII”, hecho originado en la invasión napoleónica a la península
ibérica.
Tal como ocurrió con la “Junta Tuitiva” en Bolivia, la Junta chilena proclamó
su fidelidad a la corona española y no llegó nunca a una separación del imperio
español. La propia historiografía chilena así lo confirma.
Es cierto que a partir de la Junta empezó un largo proceso de
afirmación de una ideología libertaria, cuya aplicación práctica empezó a
cristalizarse con el acceso a posiciones de poder juntista del militar José
Miguel Carrera en cuyo mandato ya se llegó a establecer ciertas normas legales
propias y crear algunas instituciones “nacionales”.
Pero el real hito que marca la independencia de Chile, es el 12 de
febrero de 1818, fecha en que Bernardo O´Higgins Riquelme es nombrado Director
Supremo de Chile, oportunidad en que “se declara formalmente” la independencia
de ese país. Esto se produjo gracias a que, exactamente un año antes, el
“Ejército de los Andes” liderado por San Martín venció a las fuerzas realistas
en Chacabuco. El nuevo gobierno chileno de criollos, independiente, de
O´Higgins se afirmó con la victoria de los patriotas en Maipú, el 5 de abril de
ese mismo año.
La nación mapuche o araucana
De los mapuches o araucanos se ha
dicho con la mayor razón histórica que en toda América es la única nación
indígena que nunca fue sometida por los españoles o europeos. Admirablemente
permanecieron independientes por más de 260 años, durante los cuales supieron
mantener formas de equilibrio militar frente a quienes buscaron dominarlos. Las
guerras que libraron fueron siempre de sobrevivencia y por eso, masivas,
populares. Se comportaron siempre como una raza militar, con espíritu guerrero,
donde no había diferenciación entre militares y civiles.
La historia de la nación mapuche
ha sido escamoteada, ocultada y silenciada y hasta negada en la historiografía
oficial chilena; lo cual no es raro porque igual ocurrió con las naciones
andinas del Perú. Las historias oficiales siguen esa tendencia de identificar
la historia de nuestros países con la historia de los invasores, de los
vencedores, de los dominadores.
Antigua etnia, provino –según
algunas explicaciones- de la selva amazónica a través del Chaco paraguayo y la
pampa argentina. Durante la mayor parte de su existencia estuvo conformada por
cazadores, recolectores y horticultores.
De acuerdo a la ocupación
territorial se subdividían en “gente del norte” o “Picunches” por estar al
norte del rio Maule; los araucanos o “gente del oeste”; los “huiliches” o
“gente del Sur”; los “cuncos” que ocupaban la región de Chiloé y los
“pehuenches” de la pampas patagónicas.
Interesa esa subdivisión para
señalar que solo los “Picunches” llegaron a ser integrados al Imperio Incaico
durante el mandato de Túpac Inca Yupanqui. Después de la Batalla de Maule sin
vencedores ni vencidos, se fijó el río de éste nombre como límite fronterizo
(cerca de la actual ciudad de Talca más al sur de Santiago). Desde ese límite
se defendieron de incas y españoles.
Más tarde, después de abatir al
imperio incaico, los españoles llegaron intentando someter también a los
mapuches. Millón y medio de indígenas araucanos libraron la larga “Guerra del
Arauco”.
Lautaro, líder mapuche sostuvo el
primer enfrentamiento triunfante con los hispanos en Quilacura (1546).
Cuatro años después Pedro de Valdivia es enviado por Pizarro para conquistar la
nación Mapuche. Luego de muchos encuentros tiene lugar la gran batalla de
Tucapel, en la que Valdivia es tomado preso y ajusticiado, como cuenta Alonso
de Ercilla en el poema épico “La Araucana”, clásico de la historiografia
americana.
Gobiernos chilenos incumplieron sistemáticamente los acuerdos |
Otros líderes toman sucesivamente
la posta. Galvarino, Caupolicán y Pelantaro, hasta que –sin cesar en la lucha-
Lientur y Butapichon firman un tratado con los españoles en Quilin el 6 de
enero de 1641, dando fin a una guerra de 91 años. Ese tratado (“Parlamento” le
decían) reconoce la independencia del territorio y pueblo mapuches, como no
perteneciente a la Capitanía General de Chile, sino relacionados directamente
con la corona como nación independiente. Esa larga guerra costó un millón de
muertos.
Los hispanos violan
recurrentemente los acuerdos y después de un segundo periodo de guerra, se
realiza el “parlamento de Negrete” (13 de febrero de 1726) por el cual se
ratifica la frontera de Bio Bio, se pacta una independencia relativa y se
confirma la sujeción de la nación mapuche a la corona española.
Durante el periodo republicano la
nación mapuche no perdió su identidad y mantuvo su accidentada existencia hasta
nuestros días. Intolerancia,
exclusión y soterrada discriminación dirigida al exterminio y desaparición de
los mapuches han sido una de las constantes políticas durante toda la historia
republicana de Chile.
Chile, hoy
Después de 200 años de accidentada vida independiente, nuestro vecino
“pelinco” y usurpador de territorios de países limítrofes, muestra una sociedad
dominante que busca desaparecer a la “gente diferente”, es decir a los pueblos
originarios, indígenas, que aún habitan su territorio. Entre ellos está una
parte de la nación aimara, asentada en espacios que fueron del Perú y de
Bolivia, y están los mapuches, la mayor nación indígena de Chile.
Chile se ufana de ser país criollo, europeo (preferentemente alemán),
cristiano occidental. Se dice civilizado pero trata de acabar con los indios.
Se autoproclama un país “diverso e integrado que promueve
la cultura de la tolerancia y la no discriminación, los diálogos
interculturales y la inclusión de la comunidades discriminadas”, pero
no solo mantiene sino que ha avivado recurrentes políticas de postergación
contra ese antiguo y valiente pueblo indígena.
Según el Censo de Chile de 2002,
existían 1.281.651 mapuches, aproximadamente. Es una nación existente y
actuante. Ha venido luchando por su autonomía basándose en el principio
internacional fundamental de libre determinación de los pueblos.
En la actualidad, además de la
recuperación de tierras ancestrales, luchan por el autogobierno, el que
“además de constituir un proceso legitimo e imprescindible es la medida
apropiada para adoptar las decisiones propias que afectan al pueblo mapuche y
asimismo garantizar, salvaguardar y hacer respetar los derechos territoriales y
los recursos del suelo y subsuelo que están seriamente amenazados", según
reza un muy difundido comunicado de sus representantes.
Hace poco, las políticas de
exclusión, desaparición y persecución de los mapuches por los gobiernos
chilenos se han hecho patentes en recientes disposiciones legales
“antiterroristas”, bajo la acusación de que las FARC colombianas han entrenado
combatientes mapuches.
Ya concitó la atención mundial la
huelga de hambre por la recuperación de tierras y contra las normas
“antiterroristas” (pero en realidad “antimapuches”) que llevaron poco más de 70
días por parte de 34 mapuches en distintas cárceles de Chile. Frente a ese
hecho que marca y empaña la serie de festejos “bicentenarios”, el presidente
Piñera en su discurso central de la Plaza de Armas de Santiago con motivo del
bicentenario, en un esfuerzo por amenguar los efectos político-sociales de la
huelga, ofreció invertir más de 4 mil millones de dólares en las regiones
mapuches y establecer –por fin- una mesa de diálogo para discutir las
pretensiones de la nación indígena.
De la película EL DESPOJO |
Un gran movimiento de apoyo a la
causa mapuche atraviesa la misma sociedad chilena y americana. Indígenas de
distintos países, intelectuales, sacerdotes de variadas creencias, se han
puesto de pie a favor de los mapuches.
Tendrá que darse el triunfo de
esa causa indígena americana. (.)
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