lunes, 2 de agosto de 2021

LA ASHIPA O AHÍPA

 Y OTROS CULTIVOS ORIGINARIOS

SON EL VERDADERO TESORO PERDIDO DE LOS INCAS

Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas

Los invasores españoles vinieron al Perú a buscar principalmente el oro, la plata y otros metales preciosos. En los inicios de su dominación no pusieron mayor interés al hecho de encontrar que los Incas culti­vaban centenar y más de variedades de plan­tas alimenticias, en cantidad muy superior a las que cultivaban conjuntamente Asia y Europa. Ellas fueron el resultado de miles de años de domesticación paulatina de especies de la flora que encontraron los antiguos andinos.

Los hispanos consideraban los cultivos incaicos inferiores e insistían en que se sembra­ran plantas europeas, como el trigo, la vid, la zanahoria y la cebada, entre otros. Al respecto se ha dicho que “la única manera que tenía un puñado de hombres de hacer perdurable su dominio sobre un pueblo entero era destruyendo los medios de subsistencia de esa población”[1]. Pero los peruanos, en áreas alejadas de los centros urbanos, siguieron cultivando sus propias plantas de alto valor nutritivo.

Más de 30 de especies que se cultivaban en el incario y que todavía son cosechados en Perú y Bolivia, son descriptos en 'Los Cultivos Perdidos de los Incas’[2], un volumen de 427 páginas publicado por el Con­sejo de Investigaciones Científicas de Estados Unidos. Ahí se dice que “el tesoro perdido de los Incas no es el oro (por el que tanta sangre indígena hicieron derramar los “conquistadores”), sino 31 diferentes cultivos que pueden enriquecer la dieta humana en muchos países”.

La papa es el único cultivo de origen altiplánico que se diseminó rápidamente por el resto del mundo y es sabida su contribución a la lucha global contra el hambre en distintas épocas. La quinua sigue los pasos de la papa en su propagación mundial.

La Ashipa o Ahípa (Pachyrhizus Tuberosus Lam. Spreng)[3]

Pocas personas fuera del Perú y Bolivia han oído hablar de la Ashipa, un tubérculo blanco que, según el Consejo norteamericano, es “suculento, de excelente sa­bor y de la consistencia de una manzana, inclusive cuando es cocinado”.

Conocida también como chuín, asipa, ajipa, nupe, jíquima y jícama es planta nativa de la Amazonía y presenta notable diversidad genética, según documentos oficiales del Minagri. Sus frutos tienen forma de vaina elíptica, cónica o alargada irregular con pulpa de color blanco, crema o jaspeada. Su consumo humano es en estado cocido, pero también se hace en forma directa.

El Instituto Nacional de Investigación Agraria, INIA, define la Ashipa como “leguminosa tuberosa considerada como cultivo integral y nutracéutico, la raíz es aprovechada de diversas formas, como fruta fresca en ensaladas o cocidas en sopas, en hojuelas fritas (chifles), en mermeladas, en vinos y en forma de almidón y harina para la repostería”. Recalca que “Las poblaciones naturales existentes de Ashipa están en peligro de extinción; evidenciando pérdida de atributos especiales e importantes para minimizar y enfrentar al cambio climático y para la seguridad alimentaria de las futuras generaciones”.

La planta crece inclusive en lugares donde los períodos de luz solar son muy cortos. A di­ferencia de otros tubérculos, tiene bacteria en sus raíces, lo cual contribuye a su auto fer­tilización. Eso le permite cre­cer inclusive en áreas desfa­vorables para otros tubérculos.

Los autores del informe di­jeron que la Ashipa puede ser cultivada sin problemas en los Estados Unidos, y partes de Europa, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

Entretanto en el Perú, los investigadores descu­brieron que la Ashipa posiblemente podría conver­tirse en una planta de amplio consumo, debido a su pequeñez, sabor y adaptabilidad a di­ferentes climas. Su aporte sería significativo en los esfuerzos por obtener el estado de seguridad alimentaria en nuestro país.

Esperamos que en el proceso de cambios, especialmente en el campo agrario, que debe implementar el nuevo gobierno, se otorgue prioridad a la seguridad alimentaria popular y dentro las acciones que confluyan a ese propósito nacional, consagre el rescate de especies históricas y tradicionales con altos índices nutritivos que poseemos, entre ellos, la Ashipa, fomentando su cultivo intensivo y velando por su protección.

Otras plantas cultivadas por los Incas

En el Informe en mención se destaca que tam­bién pueden entusiasmar el pa­ladar del público de diferentes estratos sociales otras especies andinas conocidas. “Hay un po­roto que al ser cocinado se abre como el maíz, una patata de sabor mantecoso y otra li­geramente ácida que no nece­sita crema agria cuando es hor­neada.

La oca se ha convertido en un producto muy popular en Nueva Zelanda. Se parece a una zanahoria arrugada, y viene en una variedad de colores, desde el rosado hasta el amarillo. Los autores del libro dijeron que la oca tiene un gran futuro en las planicies altas, y que se ha intentado cultivarla en el Nepal.

En una conferencia interna­cional realizada hace tres años, se propuso que la semilla de­nominada tarwi o chocho en América Latina sea rebauti­zada como 'lupina andina’, de­bido a sus hojas de un brillante color azul. La planta contiene más proteína que los guisan­tes y un 20 por ciento de aceite. Investigadores trabajan con esa planta en Gran Bre­taña, Alemania occidental y oriental, Polonia y Rusia”.

Los autores se muestran op­timistas sobre la posibilidad de que se difunda por todo el mundo la comida de los Incas. "Los ingleses se rehusaron a comer papas durante dos si­glos, en parte debido a que los irlandesas las consumían”, di­jeron en su informe. "Los europeos del norte ignoraron los tomates durante un tiempo aún mayor, en parte porque eran consumidos por los italia­nos, e inclusive hoy, en los Es­tados Unidos, algunos vege­tales son considerados inacep­tables para muchas personas porque los consideran comida de gente pobre...”. Pero, según los autores, no deberá pasar mucho tiempo para que los te­soros incaicos sean presen­tados en todas las mesas.

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[2] Cultivos Perdidos de los Incas. Plantas poco conocidas de los Andes con Promesa para Cultivo Universal. Informe de un Panel Ad Hoc del Comité de Asesoría en Innovación de Tecnologías. Directorio de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Internacional. Consejo Nacional de Investigación. Imprenta de la Academia Nacional Washington D.C. 1989

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