domingo, 13 de diciembre de 2020

MUSICA Y CANTO DE PUNO

 EDITH DEL PERÚ

Sergio Salas Dueñas* EL PERUANO 13/12/2020 

No recuerdo cuándo fue la primera vez que la escuché. Tal vez puede haber sido en la casa de nuestro común amigo, Guido Arce, o en algún teatro de la capital. Lo que sí recuerdo claramente es que me impresionó una joven soprano, vestida con un traje típico puneño hermoso, cantando canciones poco conocidas de nuestro folclor andino del sur.

Enseguida, ella misma se presentaba y nos contaba a todos que era de Ayaviri, en Puno, y que desde niña había aprendido las canciones propias de esa zona de nuestro Perú. Ello significa que domina, además del español, el quechua y el aimara, lenguas originarias de nuestra tierra.

Y por si fuera poco, cantaba acompañada de un chillador, que es un pequeño instrumento de cuerdas, con un sonido agudo, que por su diminuto tamaño parecería que fuera imposible ejecutar, pero ella lo hace perfectamente.

Sin duda alguna, la naturaleza la dotó de un talento especial. Cada millón de personas aparece una que es privilegiada como ella.

Su nombre y apellido: Edith Ramos Guerra. El caso de Edith es poco común. Sin duda alguna, la naturaleza la dotó de un talento especial. Cada millón de personas aparece una que es privilegiada como ella. Con su voz de soprano, ha paseado su arte por diversos escenarios del Perú, pequeños y grandes. La he podido apreciar en lugares como el Centro Musical Puno, donde destacados artistas como el maestro Manuelcha Prado se encontraban entre el público para apreciar su talento, así como en el Teatro Nacional, acompañada de la Orquesta Sinfónica Nacional, y siempre la he visto impecable.

El público no miente. Una vez, mientras ella interpretaba una canción en el escenario, yo volteé a ver al respetable y todos contemplaban con expresión de sorpresa lo que estaban viendo y escuchando. De todas las veces que he tenido el privilegio de disfrutar de su arte, me acuerdo mucho de la presentación de su disco Tikarisun en el 2013, en el teatro de la Derrama Magisterial. Esa noche me dije, luego de escuchar tremendo concierto: “Qué bonito es el Perú”, y también pensé: “Cuántas canciones tan bellas existirán que aún no conocemos”. Hasta hoy llevo el disco en mi carro y lo escucho seguido porque con él he aprendido la belleza de la música andina del sur de mi país. Canciones como ‘Azangarina Cholada’, ‘Puya Puyita’ y mi preferida, ‘Chipidita’, son solo algunas de las bellezas que ese disco contiene (hoy lo pueden escuchar en todas las plataformas digitales). Cuando ustedes lo escuchen podrán apreciar la bella voz de Edith y darse cuenta de que cada canción cuenta con unos arreglos y marco musical impresionantes.

¿Qué le depara el futuro? Yo anhelo verla triunfando en el teatro de la ópera en Sídney, en el Metropolitan de Nueva York, o en el Royal Albert Hall en Londres, y en cada escenario cantando aquellas canciones de su natal Ayaviri, dando a conocer algo de nuestro Perú. Eso es ser embajadora de su tierra.

Finalmente, y aunque yo ejecuto otro género musical, creo que en la música (sobre todo peruana) no hay fronteras. Ojalá algún día tenga el honor de acompañar con mi guitarra a tan magnífica intérprete. Desde ya les recomiendo, queridos lectores, que se tomen cinco minutos en su día y busquen en YouTube el trabajo que Edith ha desarrollado en estos años. Estoy seguro de que una vez que la escuchen, tal como me pasó, se sentirán orgullosos de ser peruanos.

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Abogado, músico criollo

 

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