EL GOBIERNO EN LA CALLE
César
Hildebrandt
En
HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 702 27SEP24
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Y qué creían?
¿Que el gobierno salido del Congreso del hampa y de
la presidenta enjoyada y cargada de cadáveres no iba a tener consecuencias en
la calle?
Si el Congreso del hampa legisla para que el crimen
cunda, ¿por qué escandalizarse si las hordas de la extorsión matan choferes y
amenazan pasajeros?
¡No me digan que no sabían que nos gobiernan delincuentes!
¡Claro que lo sabíamos todos!
Lo que pasa es que la prensa convenida callaba, los
peces gordos del empresariado miraban a otro lado y el peruano de a pie, dedicado
al arte constante de sobrevivir, pensaba que ese no era su tema porque, al fin
y al cabo, la única ventaja del hambre es que los ladrones no te miran.
Hay ciudades tomadas por el sicariato y la
extorsión. Y Lima es una capital especialmente peligrosa.
Pero esa es la consecuencia de tener un gobierno
ilegítimo surgido del pacto entre el Congreso y el Ejecutivo. Es decir, entre
el hampa desatada y el encefalograma plano.
Si el hampa congresal que nos gobierna acorta el. periodo
de la prescriptibilidad, hace ridículamente lentos los allanamientos, borronea
la figura del crimen organizado, ¿por qué las pandillas más malevas no
debieran sentir que este es el paraíso?
Si el hampa congresal que nos gobierna pretende el
dominio inconstitucional sobre magistrados y fiscales y prepara otra ley que
impedirá que los jueces admitan demandas de amparo cuando de “acusaciones
constitucionales” se trate, ¿por qué lo que sale de los barracones y los
extramuros no va a creer que este es su gran momento?
El congreso del hampa excretó un Tribunal
Constitucional a su medida y un Defensor del Pueblo del calibre necesario y
ahora diseña una Junta Nacional de Justicia ad hoc. Si esto es así, si
el Congreso del hampa construye Ciudad Gótica, ¿por qué no habremos de asistir
al reinado del crimen, al gobierno de Guasón y a las pretensiones del Pingüino?
Y ya se sabe: a Batman lo mató el Tren de Aragua.
El hampa reina en la ciudad porque el hampa nos
gobierna desde el Congreso y desde el palacio deshonrado.
El hampa mata por un celular, por un cupo, por una
fortuna, por un retiro bancario, por una bodeguita, por un capital reunido
emprendedoramente, por la disputa territorial con una mina que paga impuestos y
cotiza en bolsa. Y fue el Congreso del hampa el que liberó de culpa la tenencia
de la dinamita que usan los mineros ilegales. Si a eso sumamos el narcotráfico
y la plusmarca que hoy tenemos de hectáreas dedicadas al cultivo de coca,
podemos decir que parte de nuestro crecimiento económico está teñido de sangre.
El hampa mata pluralmente y el Congreso del hampa asesina la legalidad todos los días y convence a un amplio sector de la población que lo que prima es la ley de la selva y los valores invertidos. Y el gobierno de cartón y morisquetas tiene a un ministro del Interior cuya mayor preocupación es cuidar que Dina Boluarte no sea comprometida con nuevas investigaciones. Si esto es así, ¿por qué la delincuencia se va a sentir jaqueada? Si Tatán resucitara, tendría su curul.
¿Qué creían? ¿Suponían que apostar por la
podredumbre nos iba a traer la armonía y la concordia? ¿Creyó la derecha
achoradísima que Waldemar Cerrón, Keiko Fujimori, Femando Rospigliosi y Dina
Boluarte les iban a dar la paz romana?
Se equivocaron otra vez. El Congreso del hampa y el
gobierno de las apariencias han decretado el desvanecimiento de la ley y el
dominio de los apetitos. El resultado es esta ciudad donde puedes subir a un
ómnibus y morir en el intento de llegar a tu casa. Una ciudad salvaje en un
país secuestrado por la lobreguez. Ꝋ
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