PREPARARNOS PARA TRIUNFAR
Actualmente,
las organizaciones políticas populares tienen dificultades para desarrollarse
exitosamente. No solo son los obstáculos que interpone el sistema de dominación
los que impiden su desarrollo, sino también, las condiciones desfavorables en
las que nos encontramos, en la evolución de la humanidad que, repercuten en
nuestro estado de ánimo. Esto, nos plantea la necesidad de encarar los retos de
nuestro tiempo, de manera eficiente y eficaz.
Todo
en el universo sucede, según las condiciones, en que se desarrollen los
hechos, en cada tiempo y, espacio. Son esas condiciones las que determinan las
características de los hechos. Algunos sucesos pueden parecernos semejantes o
iguales, pero el tiempo ya es otro y, el espacio también, porque el movimiento
es interminable, desencadenando y encadenando situaciones infinitamente.
Al
no haber nada estático, la cantidad del movimiento va cambiando la calidad,
como sucede con nuestro ciclo de vida desde los años iniciales, hasta la
ancianidad. No podemos pensar ni actuar como jóvenes, si ya estamos en
condiciones decadentes, mientras el mundo está en constante renovación. Podemos
complementar virtudes si somos contemporáneos, pero no, si somos extemporáneos.
Hoy, nuestros ciclos, de vida tienen, un contexto, distinto al que tenían los
revolucionarios del siglo XIX, por ejemplo.
De
modo que, si no tenemos consciencia de la evolución integral, de la humanidad,
nuestro criterio adolecerá de fallas discordantes. Algunas consignas, esquemas
ideológicos, métodos, frases “bíblicas”, van perdiendo concordancia con la
realidad, a medida que esta, evoluciona. Ya no encajan, en las nuevas
condiciones políticas de nuestro tiempo, siendo preciso renovar nuestras ideas
en concordancia con la evolución del proceso histórico social.
A
falta de renovación, suele recurrirse a los dichos de los “profetas”
ideológicos, que desarrollaron sus pensamientos en otro contexto histórico
pretérito. Pero la caducidad es inexorable y, van perdiendo vigencia en algunos
aspectos debido a la evolución. Si son verdades dialécticas, permanecerán en lo
esencial, pero en no en lo particular. Lo abstracto podrá ser duradero, pero lo
concreto, ya no.
Podemos
decir entonces que, los grupos humanos actúan impactados por las condiciones de
vida imperantes. Si estas los enardece, reaccionan instintivamente, en defensa
propia. Pero actúan racionalmente cuando adquieren consciencia de las causas
que condicionan sus sufrimientos. Si todos los oprimidos fueran conscientes de
los mecanismos que utiliza el sistema de opresión para mantenerlos dominados,
otra sería su situación.
De
ser conscientes, buscarán la forma de liberarse. Sus convicciones le darán
seguridad del camino correcto. Se agruparán, harán planes, estrategias y
métodos de lucha, orientados a romper las cadenas de la dominación. Los
opresores hacen lo contrario: Evitar que los dominados sean conscientes de su
realidad, alienándolos de toda forma. Esta es la confrontación en la que se
encuentra la humanidad condicionada por la predominancia del poder de los
dominadores.
Es
la lucha por la predominancia en una situación o, en todas. Si son pocos los
que logran tener consciencia política, el movimiento político será débil y no
crecerá para alcanzar predominancia. Si son muchos, será fuerte y crecerá. Ante
esta situación, surge claramente, la misión de las organizaciones populares.
Actuar con inteligencia para contrarrestar situaciones adversas.
Si
somos conscientes de nuestras debilidades para alcanzar la eficiencia
requerida, lo lógico sería elevar nuestra capacidad política. Mayor producción
y mayor productividad política. No podremos rendir al máximo, si no nos
preparamos debidamente, como hacen los clubes deportivos con sus jugadores,
para ganar al club adversario.
Sobra entusiasmo, pero falta consistencia ideológica. Podremos ser buenos activistas, pero sin fundamento ideológico, no habrá fortaleza para ganar terreno político. La capacitación ideológica, hace rebrotar ideas, que se expanden como sucedió en el periodo de “la ilustración” que precedió las revoluciones europeas y americanas, en el contexto del siglo XVIII y XIX. Hoy, los motores de nuestras filas, parecen estar apagados. A falta de líderes ideológicos, la mediocridad caudillista impera.
En
el universo, no hay movimiento sin energía (materia). Si la energía se reduce
el movimiento será menor y viceversa. A grandes movimientos, corresponde
mayores magnitudes de energía, como ocurre en las explosiones siderales. Así
también, ocurre en el movimiento social cuando hay una fuerza energética que la
impulsa. Túpac Amaru II, aglutinó gran masa combativa porque su accionar
respondía al sentir de la población nativa. Ese sentir era la fuerza energética
del movimiento rebelde.
En el futbol, el deseo de ver triunfar al equipo favorito genera energía social que impulsa a las personas a alentarlo con entusiasmo y, cada gol se festeja con estridencia. El entusiasmo llena estadios si los triunfos son consecutivos, pero si defecciona reiteradamente, se pierde el estímulo energético. Entonces, el estadio tendrá muy poco público, debido a que la energía se ha reducido por falta de estímulo
En el caso de los movimientos sociales, luchar por una causa justa moviliza multitudes, siempre que concuerde con el sentir de la población. El derecho de participación equitativa de los sectores sociales en el gobierno nacional, ¿Es una causa justa? O es que el gobierno es propiedad privada de los partidos políticos. ¿Tienen derechos a estar representados en la Asamblea Nacional de Gobierno, los pueblos nativos o nacionalidades indígenas? ¿Los trabajadores agrícolas y pecuarios, pesqueros, mineros, fabriles, construcción, educación, no tienen derecho a estar representados en el Parlamento?
El
autogobierno de los pueblos del interior, está en el sentir de gran parte del
electorado, pero no se enarbola esta bandera porque se desconoce esta
aspiración popular, este sentir que puede inflamarse y extenderse como el
fuego. Pero, asuntos como los sugeridos, hay muchos en el sentir popular que,
son ignorados por las plataformas políticas. Las cúpulas menosprecian el sentir
y sufrimiento popular.
Desarrollar
ideológicamente, los fundamentos de las demandas populares, es una tarea a
emprender. La lucha por los derechos de los oprimidos, sustentados
inobjetablemente, nos dará la fuerza energética para impulsar el empoderamiento
de la población oprimida. Estos derechos, están en todos los aspectos de la
vida nacional, tanto en lo político como en lo económico, salud, educación,
empleo remunerado, cultura, ciudadanía y demás que, la segregación, posterga.
No
se trata de elaborar un programa teórico de gobierno desde las cúpulas
oportunistas, para imponerlo sobre el pueblo electoral. Es a la inversa.
Debería ser el resultado de un proceso democrático, gestado desde la base
social, cuyos portavoces sean los líderes representativos de cada sector
económico y social. Allí está el semillero de los nuevos liderazgos. Una
confederación nacional de Trabajadores rurales, tendría más militantes que
cualquier partido político. Un partido político que otorgue el derecho de
representación a las federaciones nacionales por rama de actividad, sería más
democrático y crecerá.
Acepto
que, una cosa es hablar y, otra hacer. Pero al menos, trato de contribuir al
debate de la problemática, para superar la postración de nuestras filas. Quizá
para muchos, la coyuntura política podría ser más interesante que esta
reflexión. Disculpen la impertinencia. <+>
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