BOLUARTE CUMPLE DOS AÑOS DE GESTIÓN
CON
EL RECHAZO DE LA POBLACION Y DE LA ÉLITE EMPRESARIAL
Adolfo
Cuicas Castillo
RT 7 dic 2024
P |
ara
la mandataria peruana el 2024 ha estado lleno de convulsión, con intentos de
vacancia que ahora vuelven a la palestra.
La
presidenta de Perú, Dina Boluarte, cumple este sábado dos años en el cargo, que
asumió cuando era vicepresidenta y el entonces mandatario, Pedro
Castillo, trató de evitar una destitución disolviendo el Congreso de
la República.
Un
panorama que alentaba a la élite del país.
El
7 de diciembre de 2022 la clase política y económica celebró la transición
esperanzada con la continuidad sin frenos del 'statu quo', pero la ilusión se
fue apagando y en este instante, el diminuto nivel de aprobación
presidencial [3%] se trasladó al
'establishment'.
Un
clima que ha llevado a Boluarte a un autoaislamiento que se corroboró a finales
de noviembre en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) que se efectuó en la
ciudad de Arequipa. Aunque estaba invitada, prácticamente a última hora avisó que no iría.
Para
la exministra era un cóctel peligroso: Arequipa es una región protestante por
antonomasia; en el principal foro empresarial de la nación, por formato, estaría obligada a responder preguntas y,
en ese sentido, probablemente tendría que encontrarse con la prensa local.
Este
2024 se ha caracterizado por un mutismo mayúsculo, tanto que cedió la
función de contestar a los medios a un vocero, un puesto improvisado que no existe en el organigrama del Estado
peruano.
El
abogado y analista político Enzo Elguera señala que el Gobierno de
Boluarte no asume la responsabilidad de
sus errores y no escucha los clamores del pueblo, rodeándose de asesores que
niegan que el país esté viviendo una crisis.
El
"gran desorden"
El
analista político José Carlos Requena estuvo en el CADE y contó a RT cómo
estaba el ambiente ante la inasistencia, tanto de Boluarte como de sus
ministros. "La ausencia fue percibida como un desplante, como una oportunidad perdida para la presidenta para
poder dar señales de mayor calma, así que el ánimo fue coherente con lo que se
ve en el resto de la ciudadanía", relata.
"En
la élite empresarial lo que ha habido con Boluarte es más un alivio al inicio,
frente a lo que Castillo representaba y, luego ha habido como resignación. No creo que haya habido una
aprobación tan decidida", estima Requena.
En
el interín, la encuestadora Ipsos divulgó un estudio que reveló una
apreciación negativa. Un 63 % de ejecutivos piensa que Perú está en retroceso,
mientras que la reprobación al Gobierno asciende a 92 % y personalmente la
de Boluarte hasta el 93 %.
En conferencia de prensa, el presidente ejecutivo de
Ipsos Perú da cuenta que solo el 6 por ciento de los empresarios reunidos en la
CADE Ejecutivos 2024 aprueban a la presidenta Dina Boluarte. Registra un
descenso de 31 puntos.
"El
gran desorden que caracteriza al Gobierno en los últimos meses han hecho que
esta evaluación haya pasado a la desaprobación, del alivio han pasado a la
resignación y ahora al rechazo (…) el
empresariado no es una isla", afirma el experto.
De
hecho, entre los líderes corporativos de las 5.000 compañías más grandes del
Perú consultados por Ipsos, un 82 % catalogó la delincuencia y falta de
seguridad como uno de los principales problemas en la actualidad,
solo superado por la corrupción (83 %). Una percepción similar a la que
mantiene el resto de la sociedad.
Etapas
de agitación
En
este panorama, el viernes la jefa de Estado participó en una ceremonia por el
36.° aniversario de la Policía Nacional del Perú (PNP) en el cual insistió en
la necesidad de estar cohesionados "para defender la democracia, el Estado
de derecho, la institucionalidad".
"Llamamos
a la clase política, a los alcaldes, gobernadores regionales, al sector
privado, a la población en general a unirnos todos en una cruzada por la seguridad del
país", exhortó.
La
mandataria estuvo acompañada por el jefe del Parlamento, Eduardo Salhuana, en
un gesto estrictamente protocolario, pero también simbólico de la única alianza
que le queda, la del Poder Legislativo.
El
especialista divide el Gobierno de estos dos años en cuatro etapas, que empezó
con las masivas protestas de diciembre de 2022 a febrero de 2023,
"cuando el rol de Otárola fue fundamental para contenerlas", dejando
un saldo de 50 civiles fallecidos.
"En
una segunda etapa en la que Otárola era el principal operador, ya puede plantearse una estabilidad precaria",
opina. Sin embargo, para marzo de este año el expremier estaba fuera del cargo
a causa de un escándalo por presunta contratación irregular de una
empleada con la cual tuvo intimidad; un caso que le valió una
denuncia constitucional de la Fiscalía.
Con
la salida de Otárola se abre la fase tres referida por Requena, que contempla "el empoderamiento de otros
actores", principalmente del hermano de la
presidenta, Nicanor Boluarte Zegarra, pero también de "un archipiélago de
intereses y de gente que iba empujando su agenda subalterna y que tenía mucha
llegada también en el Congreso".
"Ahora
estamos en una etapa, no sé si terminal, pero sí hay una gran sensación de
desorden, hay una gran desaprobación. Además, con la huida de Nicanor
Boluarte no se reconoce algún gran poder, en consecuencia, estamos en una etapa del inicio del fin por
la inminencia del calendario electoral", dice.
Boluarte Zegarra está desaparecido desde mediados
de noviembre, cuando la Justicia peruana dictó 36 meses de prisión
preventiva en su contra por ser pieza clave de una presunta organización
criminal que estaría liderada por su hermana. Una de las tantas carpetas
fiscales que están abiertas contra la dignataria.
Camino
puntiagudo
Durante
su mensaje a la nación de julio pasado, la jefa de Estado ratificó que
en abril próximo convocará a
elecciones generales para entregar el poder en 2026. "Así, el
Perú revitalizará su institucionalidad y su democracia, mediante el acto
soberano de los ciudadanos de elegir a sus autoridades", comentó.
Una
vez la población esté citada a las urnas, los legisladores tendrán la
posibilidad de aprobar una moción de vacancia sin tener que irse junto a ella.
En ese caso hipotético, que cada vez suena más en Perú, asumiría el puesto
quien presida el Parlamento en ese momento.
¿La venganza de Otárola?
Ex premier, abogado y amigo, de Dina Boluarte confirma
que la presidenta se sometió a una intervención quirúrgica. ¿Cómo pudo gobernar
durante ese tiempo? ¿Pidió licencia?
Una
alternativa que se ha vuelto a asomar esta semana, luego de que Otárola confirmara públicamente
que Boluarte se sometió a una operación quirúrgica sin notificarlo al
Legislativo. Y, para varios congresistas, es una causal de remoción.
"Basta
de estar polarizando a nuestra sociedad, basta los rumores de vacancia presidencial, el Perú aprendió que
con ese resquebrajamiento de la democracia y del Estado de derecho, quien
pierde es el Perú", contestó el viernes.
En
estos dos años de mandato, Boluarte se salvó de ser depuesta hasta en seis
ocasiones. Cada moción impulsada por la izquierda ha sido desestimada por
el bancada fujimorista y la mayoría derechista.
A
pesar de que Salhuana estuvo a pocos metros de ella, Requena menciona que
"ya hay signos de
distanciamiento del Congreso, que ha sido el principal bastión o el
principal soporte del Ejecutivo".
De
hecho, el jueves la Comisión Permanente otorgó un plazo de 15 días a
la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales para presentar sendos informes
finales por dos denuncias constitucionales contra Boluarte, una por las muertes
en manifestaciones y otra por el 'Rolexgate'. <:>
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