lunes, 3 de julio de 2023

MARIATEGUI, CHURATA

 Y LA DESCOLONIZACION

 Escribe: Boris Espezúa Salmón

 En JULI ETERNO Nº 55

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ecientemente la Oficina del Fondo Editorial de la UNA-Puno acaba de publicar el libro: “Mariátegui y Gamaliel Churata en el siglo XX” de José Luis Ayala, que trata  de la correspondencia que ambos se dirigieron en la década del 20 del siglo pasado. Década que dio para el Perú muchos aportes para definir una peruanidad que tuvimos la oportunidad de configurarla y se quedó en el intento.  Esta publicación nos permitió confirmar que dos autodidactas, dos marxistas, dos sentidores de la patria honda e impulsores de una genuina peruanidad y americanismo, coordinaban el quehacer de difusión cultural en forma plural y descentralizada en el país en aquella época de muchas restricciones y marginaciones a través de las revistas como “Amauta” y “El Boletín Titikaka” que tal vez fueron lo mejor que tuvo nuestro país en dicho siglo en expresiones de reflexión crítica que se produjo en un momento de nuestra historia donde hervía las ideas vanguardistas en el país y se empezaba a dejar de lado el calificativo de indigenismo que separaba e inferiorizaba las reflexiones venidas de abajo en literatura y en las ideas emancipadoras del Perú profundo.

Recordar los 100 años de la matanza de compatriotas indígenas en Huancané en Puno que se conmemora en este año, de la gesta de “Wancho Lima” nos recuerda elocuentemente que la memoria histórica está latente y doliente -como se hizo recientemente en Puno- sobre el casi un siglo que cumple la salida del Boletín Titikaka con conversatorios y conferencias que impulsó Radio Onda Azul y La Municipalidad Provincial de Puno. Estos hechos dicen mucho de lo que aún repercute en nosotros estas acciones y aportes en nuestra región de Puno y en nuestro país. En el evento conmemorativo del Boletín Titikaka se ha propuesto gestionar el reconocimiento de dicho Boletín como Patrimonio Cultural de la Nación, gestión que esperamos pueda tener eco del actual poder ejecutivo.                  

La descolonizacion debe
empezar por los invisibilizados
Mariátegui y Churata, constituyen el binomio de una ruta nueva para reconocer nuestra naturaleza originaria, nuestro origen genésico, como más antes el cronista Wamán Poma de Ayala nos hizo ver a través de sus descripciones sincréticas, surgidas de su condición de sujeto colonial como lo destacó Walter Mignolo, desarrollando una visión singular sobre el ser auténtico, híbrido, confundido en el país y el continente. Los hispanos no percibieron que personajes como Churata o Mariátegui mantuvieran una subjetividad de frontera, una localización geohistórica en el sentido que buscaron comprenderse a sí mismos, y comprender a los otros, tras preguntarse ¿Qué pasó en este encuentro de culturas, donde la cosmología andina como la cultura hispana entraron a un proceso de rehacerse, de hibridizarse y producir un conflicto de hacer escurridiza nuestra identidad que hasta el día de hoy nos acompaña? Ahí está por lo tanto el papel descolonizador que nos impetra ambos peruanos de fuste, que desde la colonialidad del poder nos hacen ver que nuestro país, fue sometido, fue escindido para imponer una colonialidad del ser y del saber que produjo en nosotros este escenario complejo y contradictorio donde la autenticidad, la ética originaria debieran fundar un nuevo indoamericanismo, como lo sostiene Churata, a partir de las bases para una descolonización crítica y emancipadora. 

Cuando dice Churata “se es indio o, no se es”, no está poniendo en medias tintas una opción intermedia, cuando se trata de asumir un sentido de pertenencia, un sentido de ubicarse desde la conciencia un horizonte cultural. Además cuando añade: “Si el indio nos duele es prueba de que vive allí donde duele: América”, realidad que todavía nos lacera, y constituye como un homúnculo para la intelectualidad peruana. Por su parte Mariátegui señalaba que “El peruanizar el Perú, se tendrá que hacer desde los cantones y la fibra más honda de la peruanidad que de todas manera debe contener lo indígena” emparejaba con la expresión churateana para darle un derrotero a nuestro país, venido desde abajo, desde las periferias para reconfigurar la imagen transfigurada de país que somos y que vamos queriendo ser.                   

En las cartas de ambos personajes, es evidente una preocupación por encauzar un pensamiento genuinamente nuevo y diferente, más apegado a las ideas vanguardistas, progresistas, renovadoras, a las cuales Mariátegui a su regreso de Europa estuvo más atento,  como el de mantener vínculos con el Grupo Orkopata, con saludar y apoyar la gesta de Ezequiel Urviola, con  enlazarse con las causas que en materia de renovación por una justicia intercultural a través de un legítimo derecho indígena que impulsaban Dora Mayer y Pedro Zulen, además de sus vínculos permanentes  con la clase trabajadora, de donde se pensaba gestar la ansiada peruanidad. Por parte de Churata se percibe, un trabajo esforzado de colectivismo, al estar siempre aglutinando el quehacer renovador de hacedores de la cultura, por ejemplo en algunas misivas exalta la labor dramatúrgica de Inocencio Mamani que lo llevó a Mariátegui a destacarlo en su 7 ensayos, también la defensa de la poesía de su hermano Alejandro, como una nueva propuesta de poesía de una vanguardia singular, que fue – como sabemos-  hasta felicitado por el propio César Vallejo.               

La descolonización es una tarea transversal que a todos nos incumbe, que como señalaba Franz Fanon hay que invertir la línea de lo humano, que hace que algunos vivan en la zona plena del “ser”, mientras que otras personas situadas en el lado inferior están en la línea de la zona del “no-ser” los privilegios de unos y las exclusiones de los otros son relaciones de poder, como también relaciones del ser y del saber. No es lo mismo ser humano excluido dentro de la zona del ser que un no humano en la zona del no-ser. Descolonizar la subjetividad pasa por respetar las diferencias, vivir con las diferencias y construirnos con las diferencias, procurando asirse a una identidad, a una autonomía y a una
autodeterminación.                   

Conocer más de estos personajes siempre será un reto, un reavivar el compromiso por el país, cuando en este tiempo que vamos pasando, de azarosas crisis, el Perú nos vuelve los ojos para ver que aún entre nosotros habitan los visibilizados y los invisibilizados, los unos y los otros, que ahondan las desigualdades y la fragmentación social y cultural que vivimos y que todos quisiéramos superarlo. ▒▒

                                                                                                                                     Puno, mayo 2023.



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