martes, 27 de abril de 2021

LA COYUNTURA POLITICO ELECTORAL EN EL PERU

 ¿EN PROCURA DE LAS ARMAS…?

Por Gustavo Espinoza M.

En los últimos días, y en la medida que se han ido conociendo las preferencias ciudadanas, registradas en las encuestas de opinión, ha ido creciendo en el Perú el manejo de ciertas teorías golpistas.

Pareciera que esta vez la derecha más reaccionaria está francamente asustada ante la eventualidad de un gobierno de izquierda liderado por el profesor Pedro Castillo. Si al comienzo lo ignoró, ahora lo toma en serio, y no puede ocultar el pavor que le genera.

Para enfrentar sus miedos primero tentó unir sus fuerzas, embelleciendo al cadáver insepulto que los representa. Fracasó en su intento, dado que el pasado remoto y el inmediato de la señora K, es tan pesado que mucha gente, incluso de ese signo, se resiste a cerrar filas por ella el 6 de junio.

En un segundo momento levantó el estropajo del anticomunismo más desenfrenado y comparó al docente chotano con Hugo Chávez, Nicolás Maduro y hasta con Fidel Castro. Y aseguró a todos que su elección constituía una opción que no nos libraría jamás de una imaginaria y perpetua “peste roja”.

Tampoco ese argumento deleznable, le permitió remontar la adversidad. Los sondeos de opinión demostraron que casi el 70% de los peruanos no se siente para nada anticomunista y que la propaganda en torno al tema, simplemente ni le llega. Y confirmaron, además, que la propuesta principal del candidato –el cambio de Constitución del Estado- bordea el 64% de adhesión ciudadana.

En lugar de persuadir a las mayorías nacionales, la folklórica ofensiva, no hizo sino reafirmar la terca voluntad de los peruanos, de optar por un camino nuevo, que luce interesante, sugerente y, sobre todo, limpio.

Ahora, entonces, derrotada en toda la línea, recurre a un manejo por cierto peligroso: el tema de las armas. Ella, que condenó en todos los todos la denominada “lucha armada”, que demonizó a las organizaciones “alzadas enarmas” considerándolas “golpistas”, “terroristas” y otras sandeces; parece haber terminado tocando la puerta de los cuarteles y pidiendo a los uniformados que tomen sus herramientas de trabajo para “salvar la democracia”.

Claro que se ha cuidado de exponer el tema; y no ha querido admitir que lo que busca no es precisamente democracia, sino más bien protección a sus privilegios y a sus intereses de clase. Los de ella, y los de las grandes corporaciones.

Primero fue una Declaración de la Asociación de Oficiales, Generales y Almirantes retirados de la Fuerza Armada y de la Policía Nacional. Después, un llamamiento de militares, aviadores y marinos también en retiro que con su propio nombre, suscribieron una belicosa proclama declarando la guerra al Partido Perú Libre y exigiendo que Pedro Castillo sea enjuiciado de inmediato por “apología del terrorismo”.

Eso, como se sabe, equivale llanamente a demandar que sea encarcelado y condenado a Cadena Perpetua, porque eso es lo que dispone la ley para un delito de esa magnitud.

Y es curioso, quien encabeza esta nómina “en defensa de la democracia”, es el general Francisco Morales Bermúdez, condenado a Cadena Perpetua por la Corte de Justicia de Italia, dada su participación en la “Operación Cóndor”. Salvado de la extradición a mérito de su edad y su salud, el militar felón, pide “sanción ejemplar” contra el Maestro y su Partido.

Como eso no podía quedar en pañales, llegó al extremo de fraguar un supuesto documento atribuido al Comando Conjunto de la Fuerza Armada tomando partido en la contienda electoral del 6 de junio en contra de lo que mayoritariamente opina la ciudadanía.

Lo que busca obstinadamente, es que los peruanos acudan en esa fecha a las mesas de sufragio, mansos como un rebaño domesticado y sumiso, y voten por la señora Fujimori para asegurar la impunidad de todos los delitos consumados contra el Perú en los últimos 30 años.

Y quieren adicionalmente, que se restaure el régimen neo nazi de dominación que se apoderó del Perú en la “Década dantesca” consagrando la represión más desenfrenada contra todo el pueblo.

Algunos avances, aunque deleznables, han logrado con su prédica. De hecho Mario Vargas Llosa se ha plegado gozoso a esta cantaleta, hablando de un “Golpe militar de derecha” para contener a Pedro Castillo.


La derecha bruta, ignorante, acaricia la idea de golpe si la izquierda gana las elecciones

Y un ya desautorizado vocero del consorcio comercial de Gamarra –el señor Diógenes Alva- se ha sumado a la misma grita sediciosa. Incapaz de ganar por los votos, la ultra derecha peruana está dispuesta a recurrir a las balas. Y, por eso, piensa simplemente en las armas.

Las vueltas de la vida, son increíbles. En marzo de 1895 Federico Engels, prologando la obra de Marx “Las luchas sociales en Francia”, se burlaba de la clase dominante de la época, diciendo: “la ironía de la historia universal lo pone todo patas arriba. Nosotros los “revolucionarios”, los elementos subversivos”¸ prosperamos mucho más con los medios legales que con los ilegales y la subversión. Los “partidos del orden” como ellos se llaman, se van a pique con la legalidad creada por ellos mismos. Y exclaman desesperados “la legalidad nos mata”, mientras nosotros echamos con esta legalidad músculos vigorosos y carrillos colorados, y parece que nos ha alcanzado el soplo de la eterna juventud. Y si nosotros no somos tan locos que nos dejemos arrastrar al combate callejero, para darles gusto, a la postre no tendrán más camino que romper, ellos mismos, esta legalidad tan fatal para ellos”.

Pero el tema de fondo, hoy en el Perú, reviste sin duda gravedad. La reacción está jugando al Golpe de Estado y al uso de armas contra el pueblo.

Si como consecuencia de una acción de este corte, se desatara en el país una orgia de violencia, la responsabilidad caerá inexorablemente en quienes, para preservar privilegios mal ganados, buscaron fusiles en lugar de votos (fin)

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