JÓSPANI,
EL POETA DE LOS VERSOS
BOHEMIOS Y LA TERNURA
Por: Yeni Marisol
Mamani Machaca LOS ANDES 12ENE20
L
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a lucidez es una de las pocas clemencias y deseos cumplidos
de una persona; algunos otros han logrado toda la extensión universal de esta
en la poesía puneña, como es el caso de José Paniagua Núñez, conocido en Puno y
otros lares, en la poesía y por los amigos muy cercanos a él, como “Jóspani”,
nombre que se hace conocer por su ternura y la forma singular de sus poemas o
comentarios ácidos sobre los males de nuestra sociedad.
Nacido el año en 1929, en la Ciudad del Lago, entre sus
escritos “Presencia de Lejanía (1962)”, “Tríptico Libertario”, “Tránsito del
amor”, “Pequeña Biografía para un Gran Maestro”, “Fantasía del silencio”, Edit.
Altiplano, Puno. (1996); destacó también con sus comentarios en el diario “Los
Andes”. También cuenta entre sus obras “La ternura del Creyente” y “Puno en la
Poesía Peruana”, “Poetas del cincuenta”, editada por la Universidad Nacional
del Altiplano en la “Biblioteca Puneña” (2012). Su última obra es “Puerto Azul”
auspiciada por la Asociación Cultural Brisas del Titicaca (2013). Y así
podríamos enumerar inmensamente la buena trayectoria de Jospani; sin embargo,
ya lo han hecho otros.
En la poesía puneña o la poesía Universal, nos hemos topado
con inmensas y variadas formas de expresar lo humano, las terribles dolencias
de cuerpos extraños //”…La calle y yo, dos almas sin norte en algún puerto
remoto”//, los deseos insaciables que carcomen nuestro andar, y la ironía con
la que nos enfrentamos a los días que nos hacen feliz; que por cierto hoy más
que nunca son difíciles de alcanzar; andar por los lares de las calles de Puno,
una tarde de cualquier estación del año, y ver a lo lejos una silueta delgada y
con una enorme estatura, es ver a Jospani.
Hablar sobre Jospani podría ser hablar sobre todos los
procesos de nuestra existencia //”…Somos una sombra alargada sobre el
perfil del tiempo que aún tiene mis sonrisas de niño, mis lágrimas de
adulto”//, aquellos dolores que se surten con nuestro trajinar diario como lo
menciona en uno de sus poemas que con cierta suerte gracias a un choque
emocional a quien escribe había conocido los versos: //“…Cuatro paredes
aburridas con mi presencia, La ventanilla que me alcanza un pedazo de cielo,
Una mesa bordada con mis poemas, Una silleta crujiendo su fatiga”//.
Lo que nos ayuda a conectarnos con Jospani en la poesía, es
la batalla que se dio a sí mismo, superando cada uno de los obstáculos que
implica ser poeta en tiempos anteriores y hoy; como él mismo menciona en sus
entrevistas:// “…Soy autodidacta, en esos tiempos la universidad no daba
escritores, ni poetas; la mayoría de los escritores somos autodidactas,
intuitivos. Antes, todo lo que hacían los artistas era espontáneo, que salía
del alma, de la vida y de los sentimientos. Puno ha tenido una fama de ser
cultor de literatura, lo que marca una época maravillosa”//.
Sin embargo, de todos los poemas escritos por él y como
mencionó en una entrevista a “todos” les agrada es “Bohemiada”, // “…El viento,
una oración muy triste / Mis pasos, latidos del silencio / Mi sombra, sin
sombra, una esperanza / Los árboles enigmáticos, centinelas callados / El frío
travieso buscando mis pulmones / Mis ojos trajinando las sombras / Los cerros
lejanos repicando misterios / mi vida atisbando un verso nocturno//… //Una cama
con la rima de mis sueños / Una mesa de noche preguntando del día / Un cenicero
con la escoria del ayer / Un reloj imperativo que me bota a la calle / Mis
libros, camaradas de Universo / Mis papeles arrugados de dulces fantasías / Mis
periódicos enjugando los hechos / Y mi vida tambaleando en la nada de la vida
//, versos que sin duda identifican en su totalidad la mezcla de emociones
experimentadas por quienes lo leyeron o leerán, leer a Jospani es y será
siempre una de las mejores opciones porque la lectura nos permite alcanzar los
rincones de la felicidad, seguramente Jospani lo ha logrado, como dijo en un
momento: “Hay que olvidarse de todo, …soy un hombre feliz…”.
Para terminar, tomo la palabra a Cristian Reynoso quien
dice: “…Jospani es hoy en día un dinosaurio que lo ve y lo sabe todo, un
dinosaurio que come poesía en el jardín de su conversación y en la festividad
de sus vicios alegres y de humor universal. Por eso su nombre se ha vuelto
verbo. “Jospaniar” es caminar, conversar y beber con él, aprender de su
vitalidad y recorrer la historia de Puno en el siglo XX. Hay que buscarlo en el
Club Kuntur para ir juntos jospaniando hacia el puerta hacia el puerto azul”.
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